lunes, 17 de febrero de 2020

BALANCE ELECCIONES 2020: IZQUIERDA, CAPITALISMO Y ELECCIONES




César Risso

LA EXPRESIÓN “IZQUIERDA” se ha convertido desde hace algún tiempo en una suerte de fetiche. Bajo esta denominación se pretende abarcar a las tendencias político partidarias y movimientos que cuestionan en general las consecuencias económico-sociales de las políticas que se han venido aplicando en nuestro país en las últimas décadas.

        La prueba más palpable de esta aseveración se encuentra en la evaluación que están haciendo los grupos de “izquierda” de las últimas elecciones al Congreso. Dicen, entre otras cosas, que si la izquierda se hubiese unido, hubiera tenido la más alta representación en el Congreso; que si hubieran aceptado la defensa conjunta de los votos, etc., les hubiera ido mucho mejor. En base a estas consideraciones, acusan a los líderes de las agrupaciones de izquierda que postularon al congreso separadamente, de egoístas, entre otras acusaciones.

        La evaluación de los resultados de las elecciones tiene que considerar las propuestas de cada agrupación e individuo, en el marco de su concepción de clase. Una característica notoria es que las propuestas han girado en torno a problemas concretos como: inseguridad ciudadana, reforma de la Constitución, etc. Algunos otros han realizado propuestas sobre el aumento de las remuneraciones, la reducción de la jornada laboral semanal, etc.

        Como se puede apreciar en las propuestas, la doctrina ha estado implícita. En este sentido, tanto la derecha como la “izquierda”, han desplegado sus propuestas en el marco del sistema capitalista. El cambio de la Constitución, por ejemplo, apunta a cambiar el llamado modelo neoliberal. Pero esto último aparece como una consigna aislada del contenido que se le había venido dando. Unos consideran que la actual Constitución promueve la depredación de nuestros recursos naturales; otros, que predispone a la destrucción del medio ambiente; y, finalmente, otros, que da carta blanca a la burguesía nativa e imperialista, para que a través del libre mercado explote a los trabajadores, e imponga precios de monopolio.

        En ningún caso el cambio de la Constitución, a través de cualquiera de las vías legalmente existentes, se ha propuesto para cambiar el actual sistema económico. Todas las propuestas apuntan a mejorar la actual constitución burguesa, o a retornar a la constitución de 1979.

        Se trata pues para estas agrupaciones de maquillar la explotación capitalista. La izquierda que ha venido participando en las elecciones es burguesa. Es el ala izquierda de la burguesía. De modo que no podemos contabilizar los votos de esta izquierda como si fueran votos por el socialismo. Son votos por un capitalismo moderado.

        Las propuestas más avanzadas han sido las del Frente Amplio y de Juntos por el Perú. Por la lectura de las propuestas, no se podría designar a otras organizaciones políticas que han participado en las elecciones al Congreso, como agrupaciones de izquierda. Entiéndase que estamos considerando a estas dos agrupaciones como organizaciones de izquierda en el sentido de ala izquierda de la burguesía.

        Los aspectos programáticos que presentaron estas dos agrupaciones, que pueden hacernos pensar que son de izquierda, son los siguientes:

Propuestas de Juntos por el Perú
·         Procesos transparentes para exoneraciones tributarias de empresas.
·         Acabar con los regímenes laborales.
·         Cambiar la constitución política del Perú.
·         Reducir la jornada laboral de 48 horas a 40 horas.

Propuestas del Frente Amplio
·         Nueva constitución y una asamblea constituyente que pueda hacer modificaciones de manera integral y articulada.
·         Cambio del modelo económico.
·         Promover la ley de ordenamiento territorial a fin de evitar la deforestación y minería ilegal.
·         Sueldos y pensiones dignos a los trabajadores.
·         Más rigurosidad para otorgar exoneraciones a las empresas.

Como se puede apreciar, además de la reducción de la jornada laboral, y de la mejora de las remuneraciones, que afecta directamente a la burguesía, porque vería reducida sus utilidades, los demás puntos muy bien pueden ser propuestos por la propia burguesía.

        Es como si estos partidos de izquierda fueran sindicatos. Su lucha se desenvuelve dentro de la empresa burguesa y, en el mejor de los casos, a nivel nacional.

        Del socialismo, no se ha dicho nada en la campaña electoral de las diversas agrupaciones de izquierda.

        Es evidente que no se puede reducir la izquierda peruana a las agrupaciones que bajo este membrete postularon al congreso. La izquierda socialista proletaria, está presente en pequeñas agrupaciones dispersas a nivel nacional.

        Por ahora el tamaño de las organizaciones socialistas proletarias es lo de menos. Se trata de desarrollar una labor de difusión de las ideas socialistas. He aquí un déficit importante en este último proceso electoral. La situación era propicia para desplegar una difusión masiva de la doctrina socialista y de las propuestas para el Perú.

        Las campañas se han centrado en la crítica de los efectos negativos del capitalismo, y en la difusión de algunas de las reivindicaciones inmediatas del pueblo peruano.

        La propaganda socialista es necesaria en todo momento, pero en los periodos electorales permite una difusión masiva. De modo que lo que discurre lenta y parcialmente en cada lucha concreta, como medio para difundir el socialismo, se presenta en condiciones inmejorables en los periodos electorales.

        Si hubiese postulado al congreso una agrupación que representa al socialismo proletario, y hubiese hecho una campaña socialista, entonces los votos podrían contabilizarse como votos a favor del socialismo. Pero como las agrupaciones de izquierda que han postulado al congreso han hecho una campaña a favor de un capitalismo moderado, entonces los votos que estas agrupaciones han recibido no se pueden contabilizar como votos por el socialismo.

        El error de las pequeñas agrupaciones de la izquierda proletaria está en que han tratado de llegar al Congreso a través de las agrupaciones de la izquierda moderada, burguesa. Esto lo han hecho seguramente con la finalidad de tratar de no espantar al electorado con propuestas como la necesidad del cambio del sistema capitalista por el socialista. Es decir, han querido llegar al Congreso no como agrupaciones, sino como individuos.

        La participación individual de representantes de la izquierda proletaria, no puede hacerse siguiendo el juego del ala izquierda de la derecha. De haber existido representantes de la izquierda proletaria en las agrupaciones de izquierda que postularon al Congreso, habría que concluir que estos se camuflaron en estas agrupaciones, en lugar de plantear sus puntos de vista de clase.

        La política de frente en la campaña electoral debe seguir la pauta de que cada agrupación debe asumir su concepción de clase abiertamente y, en consecuencia, difundir su doctrina, pero asumiendo el programa de reivindicaciones inmediatas acordadas en el frente.

        Lo necesario en una campaña electoral de la izquierda proletaria es difundir un programa de reivindicaciones inmediatas, así como hacer propaganda por el socialismo. Esta es una labor permanente, pero como ya hemos señalado, en los periodos electorales la difusión es mucho mayor.

        De haber llegado algún genuino representante de la izquierda proletaria al Congreso, tendría varias labores que cumplir: denunciar permanentemente los males del país y de la situación precaria de los trabajadores, como consecuencia del dominio del sistema capitalista; proponer proyectos de ley que favorezcan a las clases trabajadoras; fiscalizar el uso de los recursos públicos; proponer proyectos de ley que tiendan a fortalecer las bases de una futura organización socialista de la sociedad peruana; promover la difusión del socialismo en general, y de las experiencias socialistas en el mundo, etc.

        El balance de la labor de la izquierda proletaria en este último proceso electoral arroja un saldo negativo. Lo primero, es que no se aprovechó este periodo para desarrollar una amplia campaña por las ideas socialistas. Lo segundo, es que no se ha sabido reconocer a las agrupaciones de izquierda como representantes del ala izquierda de la burguesía. Lo tercero, es que no ha habido ni la capacidad ni la voluntad de plantear una propuesta socialista para aglutinar a los pequeños grupos y tendencias proletarias a nivel nacional. En cuarto lugar, no se planteó una política de frente para la lucha electoral, que permitiera al pueblo identificar, en la izquierda proletaria, sus intereses de clase. Por último, se siguió el señuelo de la expresión “izquierda”, sin reconocer que en el periodo actual, es necesaria la unidad de la izquierda proletaria, alrededor del reconocimiento de las ideas fundamentales del socialismo, con el ánimo de forjar los instrumentos tanto materiales como espirituales que nos conduzcan a la concreción del socialismo en nuestro país.

        En nuestro balance no podemos asumir el pasivo de la izquierda que promueve un capitalismo moderado.

        En todo caso, es nuestra responsabilidad que el pueblo no haya tenido la opción de votar por la izquierda proletaria, por los representantes del socialismo.


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