miércoles, 26 de febrero de 2020

POR LA MARGINACIÓN Y MUERTE DE MILLONES DE PERUANOS SÓLO MERECEN LA PENA CAPITAL




 ¡OH, DELINCUENTES, NO ME ROBEN MI COMIDA! (A PROPÓSITO DE LA PENA DE MUERTE)

“El hambre es la garra más terrible de todas las calamidades sociales” sentencia Josué de Castro, en su “Geología del hambre”, y se pregunta, luego “¿será la calamidad del hambre un fenómeno natural inherente a la vida misma, una contingencia inamovible como la muerte? ¿o será una plaga social creada por el propio hombre?”; más adelante recalca que el hambre es el peor flagelo que puede sufrir la humanidad y es creada por el mismo hombre. ¡El hambre mata! Muchas muertes de niños, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), son ocasionadas por unas pocas enfermedades infecciosas curables (diarrea, neumonía, paludismo y sarampión) Estos niños no hubieran muerto si sus cuerpos y sus sistemas inmunitarios no estuvieran debilitados por el hambre y la malnutrición. 

En nuestro país, ninguna persona debería morir por hambre, nuestro país produce los alimentos suficientes para dar de comer a todos, y es más condenable, aún, cuando mueren niños por anemia; desnutrición crónica o acostarse en la noche sin haber probado bocado alguno, o morir, también, por frio. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, (Unicef) determina que “el hambre es a la vez causa y consecuencia de la pobreza. El 20% de la población más mísera tienen el doble de posibilidades de padecer desnutrición crónica que los más ricos”. 

De acuerdo al INEI, la tasa de mortandad infantil, en el Perú, es de 17.8 por cada mil nacidos vivos. Cerca del 50% (580,000) de nuestros niños sufren anemia, (esta lacra permanece sin variación, más por el contrario se ha incrementado, en 2017 es similar a la registrada en 2016, pero es superior a la del año 2015); más del 12%, de los niños, son desnutridos crónicos y cerca de la cuarta parte de la población total del país tienen la condición de pobres. Y no escapan, tampoco, las madres gestantes que más de la cuarta parte (28%) presentan anemia que corresponde a 168,000 madres, la más elevada de la región de América Latina y el Caribe.

La anemia, particularmente el déficit de hierro (vitamina H-pescado) en el organismo de un niño en etapa de crecimiento, acarrea graves consecuencias. De acuerdo a Alejandra Agudo, 1) tienen poca energía durante el día, suelen estar cansados y sentir fatiga. 2) están en mayor riesgo a tener alguna enfermedad infecciosa. Sus defensas suelen estar bajas 3) afecta su desarrollo cerebral con menos desarrollo psicomotor, con deficiencias de atención y concentración 4) consecuencias drásticas en su cerebro, afectando con un bajo rendimiento escolar 5) en su etapa de gestación, la anemia, contribuye al nacimiento de prematuridad, con bajo peso al nacer, con graves consecuencias sobre su salud y nutrición 6) cuando ya adulto, arrastra con sus capacidades disminuidas y muy limitadas en el aprendizaje, en su capacidad lectora y en su entendimiento, con graves restricciones en sus capacidades laborales. La anemia es considerada una enfermedad de la pobreza. 

La Desnutrición Crónica, es considerada “la condena de por vida” Una alimentación inadecuada e insuficiente durante los primeros mil días frena el normal desarrollo cognitivo y físico de los niños que sufrirán las consecuencias durante el resto de sus vidas. Serán notablemente más bajitos, tendrán menor capacidad cognitiva con dificultades en entender las lecciones en el colegio, lo que hará que lo abandonen prematuramente o tardan más años de lo normal en completar su ciclo; de adultos les pasará lo mismo en su trabajo, sí es que consiguen, y serán peor y mal pagado; debido a sus mermadas competencias cobrarán un 20% menos. Esto es lo que provoca la falta de nutrientes suficientes durante sus primeros mil días y puede causar la muerte. Un niño que padece de desnutrición aguda nunca va a llegar a ser ni tan sano, fuerte e inteligente como hubiera podido ser. Provoca daños estructurales, funcionales e irreversibles en su cerebro.  El hambre y la pobreza no se contagian, pero se heredan de generación en generación y, en cada vez, se profundiza su deterioro. 

Niños y ancianos mueren por frio. El año 2018, en distintas regiones del país, fallecieron por resfríos, gripes y bronquitis, es decir por neumonía, 400 adultos mayores y 72 niños menores de cinco años de edad, por las bajas temperaturas, y afecta a 32 mil peruanos en once regiones del país; estos, lamentables, sucesos se presentan cada año. La Universidad de Oxford de Inglaterra realizó un estudio Investigaciones para reducir la mortalidad por neumonía en países en desarrolloy, concluyó que “No se trata de la baja temperatura, sino la pobreza y la desnutrición, que no les permite, a los niños, formar una adecuada cantidad de células de defensa (linfocitos) y de anticuerpos (proteínas) para luchar contra infecciones virales comunes en el invierno”.

De acuerdo al Banco Mundial:  “En comparación con sus compatriotas más ricos, una niña peruana pobre tiene  una probabilidad seis veces mayor de haber nacido sin asistencia médica, cuatro veces mayor de morir antes de cumplir los cinco años de edad, dos veces mayor de no acceder a la educación primaria y un tercio de probabilidad de disponer de agua corriente alguna vez en su vida; un indígena peruano de las zonas rurales tiene, en promedio, una probabilidad diez veces mayor de ser extremadamente pobre que su par no indígena de las zonas urbana” y agrega, “Bendecido por una abundante riqueza de recursos naturales, una geografía única y una gran superficie de territorio, el Perú es uno de los países más diversos y ricos del mundo en recursos naturales. El país disfruta de una excepcional combinación de diversidad biológica, es uno de los doce países mega diversos del mundo, de la octava mayor extensión forestal del orbe y de grandes recursos pesqueros y recursos de hidrocarburos y minerales, es uno de los países con más recursos minerales del planeta”

Pero, también, tenemos tres mil variedades de papa; el 40% de alimentos de alimentos, en el mundo, han sido domesticados en el Perú; el país, es el mayor centro genético del mundo; poseemos 1,408 especies de plantas medicinales, como Uña de Gato, Sangre de Grado, etc, etc. Pero de nada nos ha servido esta ingente riqueza, más por el contrario ha sido una maldición. Estos tesoros, de nuestro Perú, no nos pertenecen, son otros los que disfrutan a costa de nuestra hambre.

Cajamarca, es el primer productor de oro en América Latina y el Perú y ocupa el primer lugar en pobreza, y sus niños se disputan las calles cajamarquinas para pedir limosna y a pocos kilómetros, de allí, sus cerros rebosan de oro (el Banco Mundial, fue uno de los dueños de Yanacocha) ¿dónde está tanta riqueza? Chimbote, capital de la provincia de Santa, Ancash, que está situada a orillas del Océano Pacífico, es el primer productor de Harina de Pescado (vitamina H), a nivel mundial y la anemia, en esta provincia, a inicios de año 2019, fue de 39.5%, nueve meses después se incrementó hasta alcanzar el 43.5%; en Pallasca, trepó más allá del 50%. En esta misma provincia, Nuevo Chimbote, la anemia es de 57.6%, en Cáceres del Perú, 44.9%, etc. San Marcos, Ancash, es el segundo productor mundial de cobre, solo después de Chile, y tienen agua potable solamente tres días a la semana y por cuatro horas, Anemia Severa tiene 1.6% mientras que el promedio nacional es de 0.2%, lo que quiere decir que San Marcos tiene 700% más anemia severa que a nivel nacional. Echarate, Cusco, produce casi el 100% de gas que se consume en el país y el balón de gas cuesta allí, 150% más caro que en Lima y, este mismo gas, se exporta al país de México, más barato que en el Perú, su gente (Echarate) casi en su totalidad cocina con leña, porque no pueden comprar un balón de gas y cerca de la mitad de sus pobladores tienen la condición de pobres. Pasco, es el primer productor de plata, en el mundo, desde hace cerca de 500 años, y arrasa con 58% de niños anémicos que vienen a Lima y se encadenan en las puertas del Ministerio de Salud, clamando se les atiendan porque su sangre está llena de metales, producto de la explotación minera. 

Grandes transnacionales mineras evaden y eluden sus impuestos. De cada S/ 100.0 de ingresos presupuestales, el sector minero, apenas, le corresponde S/ 4.5. Miles de millones de dólares se llevan en equivalente a oro, plata, zinc, etc y no pagan nada. Les regalamos, ni siquiera pagan el IGV. Una conserva de pescado (enlatado) cuesta en promedio S/ 5.0 y grandes barcos pesqueros “factoría” pescan en nuestro mar y allí no más lo enlatan y nos venden, mientras ellos no pagan, absolutamente, nada por los millones de toneladas que pescan y se llevan. Les regalamos. 

La corrupción, campea en nuestro país, es un mal endémico. La deuda contraída por la independencia del Perú, (1821) del brutal sometimiento español, se multiplicó por 6 de su monto original, con expedientes fraudulentos donde, hasta, falsificaron la firma de San Martín. Entre 1840 y 1880, los inmensos recursos del Guano de la Isla y el salitre, pudo ser eje del desarrollo del país. Fue un fracaso, producto de la corrupción. En la década del 90, cerros de billetes se festinaron por actos corruptos. Y en la actualidad, el caso Lava Jato, Cuellos Blancos y otros, arrastra, igualmente, a la cúpula dirigencial del país, con nefastos resultados para el país.

Que contrasentido, el Perú ocupa el primer lugar, en América Latina (A.L) y sexto en el mundo en la producción de oro; el segundo lugar en A.L. y el mundo en producir cobre; en plata el primer lugar en A.L. y en el mundo; en zinc, el primer lugar en A.L y segundo a nivel mundial; en plomo primer lugar en A.L y el cuarto en el mundo; en molibdeno, el segundo lugar en A.L y tercero en el mundo. Somos el primer productor de UVA, en el mundo, pero todo se llevan afuera sin pagar nada, la productividad de estas tierras es una de las más altas del mundo. Toda esta inmensa riqueza no nos pertenece, son otros quienes se llevan, gratis, sin pagar nada.

Todo este salvaje comportamiento ni es fortuito, tampoco casual, ni está determinado por el libre mercado. Está perfectamente delineado, planificado con mucha perfección y demasiada frialdad, desde las más altas esferas del poder político, económico y social; se origina en la alevosía, ventaja y la maldad, saben, éstos, perfectamente que sus consecuencias son funestas y provocan la muerte y, en muchos casos, es una muerte lenta, como el caso de la anemia, y la desnutrición crónica que es una muerte en vida que, los niños, arrastran hasta su muerte ¡no les interesa nada! La traición, la rapiña y el robo descarado, provocan la muerte.

Si tuvieran un poco de compasión, piedad o lástima, disminuirían y hasta desaparecerían el hambre, la desnutrición, la anemia, etc; como hemos visto, tenemos ingentes tesoros, pero de nada sirven.

Y es que acaso podremos tener alguna esperanza de que mañana se rectifiquen, estos delincuentes, y se apiaden y tengan contemplación de lo que matan ¡NO!, quinientos largos años transcurrieron ya y no hay, ni siquiera, la mínima contemplación y no existe ni la más remota carga de conciencia para rectificarse, más por el contrario tercamente persisten en sus fechorías, se encarcelan y se desencarcelan ellos mismos. Cinco son, hasta hoy, los expresidentes embarrados hasta el cuello, con miles de millones de soles robados, acarreados con muchos ministros, congresistas, altos jerarcas judiciales y toda laya de gentuza que nos han gobernado siempre. 
  
De manera que este abuso de marginación y muerte no reclama, de ninguna manera, venganza, exige que a las generaciones futuras no les roben sus esperanzas, su futuro y su pan de cada día, es decir no les arrebaten su vida: No los maten.

En este “vía crucis” que llevan nuestros niños, en sus hombros, claman: “No me robes mi comida, te ruego; no me mates de hambre, te suplico. Te burlas de mis súplicas y te mofas de mis ruegos”. Y agregan, ellos “Mientras mis padres se esforzaron para darme un futuro mejor ustedes, se roban todo ese sacrificio hundiéndome en la miseria. Y así pasa de generación en generación ¡De nunca acabar!”

¡Oh delincuentes, cuántos niños mendigos crearon; a cuántos aventaron a la anemia y la desnutrición crónica; a cuántos mataron por hambre y por frio; cuántas madres gestantes dieron a luz sin asistencia especializada, y muchas de ellas murieron y les recuerdan indignadas; cuántos ancianos mueren abandonados!

Convenzámonos, una vez más, el país, no resiste más estas inequidades y estos drásticos, mortales y perversos comportamientos. Tanto sacrificio, tanta marginación, tanta hambre, tanta muerte, obligan desesperadamente, desde las profundidades de nuestras miserias, de nuestro frio y de nuestra hambre a exteriorizar nuestra ira y nuestra rabia. 

Por eso, y por una serie de latrocinios más que están en su haber, es que se merecen la máxima pena que es lo mínimo que podría aplicárseles y tendrán que hacerlo; es verdad que no logrará compensar las maldades cometidas por ustedes, pero que sirva como escarmiento y resarcimiento de sus ayes quejumbroso de niños y ancianos moribundos, y servirá, para más adelante, como un ejemplo para que futuros gobernantes no se roben su bocado de comida de un niño hambriento, su ración de comida de un anciano, su pobreza de un pobre que hace su cola en pleno sol o en plena lluvia, en la calle,  en la puerta de un comedor popular, para alcanzar un plato de comida y saciar su hambre. 

Pero este latrocinio no tan sólo está circunscrito a las muertes ocasionadas por frio, hambre, anemia, etc, etc, también su impacto brutal, se extiende a una serie de circunstancias que marcarán para toda su vida al afectado, como, por ejemplo, el ser analfabeto, sus posibilidades de éxito en la vida son reducidas a su mínima expresión; el no estar vacunado con todas sus dosis; el vivir en lugares de carencia de agua potable y desagüe, etc, etc ¿Dónde está la democracia para equiparar estas terribles inequidades, perversas e injustas? La democracia es sólo para ellos. Para nosotros el hambre y la pobreza.

Más allá de todas estas deplorables exigencias sociales elementales y que hay la obligatoriedad del Estado en suplirlas, por ser consideradas un derecho; se encuentra, también, el retraso de nuestra economía, sumida y estancada en un primitivo y rezagado modelo primario-exportador; en un franco y perverso proceso de desindustrialización y reprimarizador, arrastrado desde la colonia e impuesto, hoy, drásticamente por un voraz y depredador modelo neoliberal, cuyos mentores son el FMI, el Banco Mundial y colateralmente, la OEA, la ONU. y otros, destruyendo nuestra cultura nativa. Tranquilamente podemos explotar, nosotros mismos, nuestras riquezas y que su resultado sea para desaparecer la anemia, desnutrición crónica, hambre y muerte, generando empleos para los propios peruanos. ¡Que el mercado esté al servicio del Estado y no, como ahora, que es el mercado quien impone sus reglas draconianas al propio Estado!

La pena de muerte, de acuerdo a Wikipedia, ha sido usada por prácticamente todas las naciones del globo, pero a lo largo de las últimas décadas, muchos Estados la han prohibido. Sin embargo, en sesenta países aún mantienen y aplican la pena de muerte. Así tenemos, se aplica la pena de muerte en Bielorrusia, Estados Unidos de América, la mayoría de los Estados del Caribe. En Asia, la pena de muerte está permitida en China, India, Indonesia, Irán y Japón. En África se usa en varios países. En nororiental, tenemos Egipto, Etiopía, Libia y Sudan, entre otros.  

En el Perú, de acuerdo a la Constitución Política de 1993, “La pena de muerte es aplicable por el delito de traición a la patria, en tiempos de guerra y de terrorismo”. Para su aplicación, en lo inmediato, podría hacerse extensivo para todos los altos funcionarios que incurran en actos de corrupción, violadores de menores. Pero es imprescindible el cambio de Constitución.

Econ. Juan Verástegui Vásquez
Juan_verastegui392@hotmail.com







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