domingo, 29 de marzo de 2020

LA PANDEMIA DEL CORONAVIRUS EN UNA PERSPECTIVA MARXISTA



por Fernando Armas

 UN INTENTO DE ABORDAJE MARXISTA ANTE LA PANDEMIA DE CORONAVIRUS COVID-19 

A continuación mi aporte a los diversos encuentros internacionales que se vienen realizando los domingos, bajo el modo de video-conferencia (ver foto), con miembros de Brasil, Argentina, Italia, Reino Unido, Bélgica, Portugal, Túnez, entre otros compañeros de diferentes países que se van sumando. El carácter global de la pandemia de coronavirus COVID-19 requiere de un debate, y de ser posible, de una respuesta internacionalista de los trabajadores. 
Agradezco al camarada y amigo brasileño Humberto Rodrigues, joven marxista (que a pesar de su juventud ya tiene un largo y rico recorrido militante), por haberme invitado a participar de este foro. 
ORIGEN DE LA PANDEMIA 

Como se sabe, el inicio del proceso infeccioso que devino en la pandemia que nos aqueja comenzó en Wuhan que es la capital de la provincia de Hubei en China. Con una población de más de 11 millones, es la ciudad más grande en Hubei, la ciudad más poblada en China Central, la séptima ciudad más poblada en China, y una de las nueve Ciudades Centrales Nacionales de China. Wuhan está en el oriente de la llanura de Jianghan, en la confluencia del río Yangtsé y su afluente más grande, el río Han. Es un importante nudo de transporte, con docenas de vías férreas, carreteras y autopistas que pasan a través de la ciudad y la conectan a otras ciudades importantes. Debido a su función clave en transporte doméstico, Wuhan es conocida como la «Vía de paso de las Nueve Provincias” y a veces referido como «la Chicago de China». 
Además, se trata de la ciudad con más crecimiento demográfico de la última década, a partir de la fenomenal migración del campo a la ciudad, fenómeno propio del desarrollo capitalista, que como sabemos, ha tenido a China a la vanguardia del mundo globalizado. 
Desde luego, tal migración llevó las costumbres campesinas a la gran urbe. Por ejemplo, comer animales salvajes, o carnes semicrudas. El mercado capitalista no planifica su propio desarrollo, sino que, en su lógica implacable de extracción de plusvalía y acumulación de capital en el menor tiempo posible, produce un crecimiento demográfico anárquico. El hacinamiento es la regla. 
Como bien explica EL MANUAL DE PREVENCIÓN DE CORONAVIRUS, del Centro de Wuhan para el Control y Prevención de Enfermedades, bajo la coordinación del epidemiólogo e infectólogo chino Nanshan Zhong: 
“Muchos animales salvajes portan patógenos y son posibles transmisores vectores de ciertas enfermedades contagiosas. Los murciélagos, civetas, tejones, ratas de bambú y camellos salvajes, etc. son conocidos anfitriones de coronavirus. 

El brote de la nueva neumonía por coronavirus originada en Wuhan tiene muchas similitudes con el brote de SARS en Guangdong en 2003: ambos comenzaron en el invierno; los casos iniciales se remontan a contactos con animales frescos y vivos en un mercado; ambos fueron causados por un coronavirus previamente desconocido. Debido a la similitud de las secuencias genómicas entre el nuevo coronavirus y un coronavirus encontrado en los murciélagos, que es del 85% o más, se especula que los murciélagos son los huéspedes naturales del nuevo coronavirus. 

Al igual que el coronavirus del SARS que causó el brote en 2003, es probable que el nuevo coronavirus tenga hospedadores intermedios entre murciélagos y humanos aún desconocidos para nosotros. Por lo tanto, uno debe abstenerse del consumo de animales salvajes no inspeccionados o alimentos crudos como la carne que venden en las calles.” 

En conclusión: las costumbres alimentarias ancestrales que en la vida rural no tenían mayores consecuencias patógenas, llevadas al hacinamiento de la gran urbe, posibilitan la multiplicación de fenómenos biológicos de mutación viral, por mecanismos aún en estudio. Pero además, disparan, una vez generado el virus mutante (en este caso esta variante de coronavirus, nueva, no reconocida por el sistema inmunitario humano), una transmisión a gran velocidad y sobre una masiva población, para colmo en Wuhan, la “Chicago china”. 
Este origen de la pandemia también demuestra que la barbarie capitalista, y su anarquía de mercado y de desarrollo demográfico, su incapacidad congénita para planificar (en este caso en el campo de la salud, pero también en el impacto sobre el ecosistema), no se contrarresta por un supuesto “estatismo” bajo la conducción del Partido “Comunista” Chino. Bien por el contrario, fue ese Estado Burgués, resultado del proceso de restauración capitalista, el que dirigió la superexplotación de la clase obrera para crecer “a tasas chinas”. Una vez más, queda demostrado que el stalinismo en cualquiera de sus variantes produce esta increíble mixtura de cinismo y de hipocresía: los “comunistas” al frente de una de las principales economías burguesas del planeta. 
LA GLOBALIZACIÓN COMO CAUSA DE LA RÁPIDA Y MASIVA DISEMINACIÓN DE LA PANDEMIA 

Además del genio epidemiológico del corona virus COVID-19 (aún en estudio), hay dos factores que potenciaron la pandemia en el hemisferio norte, tanto en morbilidad como mortalidad: la coincidencia con el invierno, y la hiperconectividad por vía aérea de todas las regiones del planeta. No casualmente, se nombra como “bomba biológica” al partido de fútbol entre Atalanta y Valencia, por la UEFA Champions League, en el que más de 50.000 espectadores operaron como fuente de contagio masivo. No casualmente Bérgamo (sede del Atalanta) es la ciudad de Italia con más casos y más muertes. 
Y en la propia China, fue crucial para la diseminación en el resto de territorio, que el punto de origen fuera Wuhan, el nudo del transporte. 
El capitalismo, que hace gala del desarrollo de las fuerzas productivas que expresa la hiperconectividad, hace pagar a la humanidad el precio de la misma sin ningún tipo de plan, ni de posibilidades de control. 
El estímulo por la “pasión por el turismo”, concebido como negocio diversificado especialmente en el llamado primer mundo, termina con las imágenes patéticas de seres humanos desesperados en los aeropuertos, cuando no en las regiones ignotas que iban a disfrutar, y que ahora sufren. 
Las medidas posteriores de cierre de aeropuertos y fronteras, son la respuesta empírica, fuera de tiempo, y también desesperada, de los gobiernos burgueses que no supieron prever nada. 
La pandemia viral que sufrimos se suma a las que marcan la historia de la humanidad. Pero también a pandemias presentes, crónicas, propias de la barbarie capitalista. Por ejemplo, las muertes y secuelas mórbidas de los siniestros viales castigan como primera causa a la población adolescente y a los adultos jóvenes entre 20 y 40 años. El automóvil y las motos como signo de progreso y de poder individual (egocéntrico y consumista), invaden las rutas, que no pueden contener ese supuesto desarrollo. El negocio insaciable ligado a la industria automotriz, a los combustibles, a las compañías de seguro, es más importante que cualquier plan vial que defina racionalmente cómo trasladar a la creciente población humana. 
Como una ironía, la cuarentena disminuyó notablemente los siniestros viales, y los gobiernos instan a las automotrices a reconvertir su producción fabricando respiradores. Lo primero, es el resultado transitorio de de la reclusión, el encierro y la pérdida de las libertades individuales; lo segundo, es la respuesta empírica ante la catástrofe, no exenta de ofrecer un nuevo negocio al capital. 
LAS RESPUESTAS SANITARIAS Y REPRESIVAS ANTE LA PANDEMIA 

Como se han cansado de explicar los infectólogos, aún estando en estudio, el coronavirus COVID-19 daña el aparato respiratorio de los humanos de un modo similar a las gripes ya conocidas. Los datos epidemiológicos más completos, dan cuenta de que un 80% de los infectados son asintomáticos o sufre apenas un resfrío común, un 15% llegan a una neumonía controlable en internación común y/o son tratados en forma ambulatoria, y un 5 % llega a terapia intensiva. De este último grupo, dependiendo de una serie de factores (edad, estación del año, patologías previas, capacidad de la atención médica, etc.), surgen los muertos. 
Hemos asistido en estos meses a las respuestas más extremas y diversas de los gobiernos burgueses: desde minimizar la pandemia como una “gripe más que no pasa nada” y priorizar el funcionamiento económico (Trump, Bolsonaro, primera etapa del Reino Unido y de Italia), hasta los diversos grados de aislamiento social obligatorio (cuarentena). 
Ideológicamente combato y repudio el fascismo malthusiano de los Trump y Bolsonaro, que hasta llega a admitir (con un fatalismo cínico), que la pandemia es “depuradora” de la población, que muertos habrá siempre, y que el ciclo de la economía no se debe detener. También rechazo las teorías conspirativas: Trump “le plantó” un virus a los chinos, o por la contraria, el Presidente de los EEUU declara que es un “virus chino”, induciendo a pensar que es un paso hacia transformar la guerra comercial en guerra bacteriológica. 
Cómo médico y como militante, y con mis limitaciones de formación y de casuística, me coloco claramente en el segundo grupo (el que prioriza diversos grados de aislamiento social preventivo para limitar lo más posible la diseminación masiva del virus); pero he sido y soy crítico a las sobreactuaciones que los gobiernos, los medios de prensa, e incluso colegas, han sembrado en la sociedad, alimentando los miedos lógicos de la población, hasta llegar a situaciones de pánico. 
En el caso de Argentina, lo que fue una primera fase de aislamiento social relativo, evitando las masificaciones de gente, suspendiendo las clases sin cerrar las escuelas, pasó, sin balance epidemiológico alguno, a la cuarentena total. 
Y digo sin balance epidemiológico alguno, porque fue (y sigue siendo) llamativa la escasa cantidad de testeos por hisopado faríngeo a los casos sospechosos. Ni hablar al conjunto de la población, o al menos, al personal de salud o a otros sectores de riesgo. 
De hecho, los casos positivos de los pocos testeos realizados son por abrumadora mayoría de viajeros del exterior y de sus contactos cercanos. Se está evaluando el grado de circulación comunitaria del virus, que por ahora se ha detectado en Capital y Gran Buenos Aires, y en la provincia del Chaco. 
El régimen político argentino (no sólo el gobierno nacional, sino los provinciales y el parlamento) han cerrado filas declarando la “GUERRA AL CORONAVIRUS”, pero también a todo aquel que viole la cuarentena. 
De hecho, al día de hoy, hay más casos (varios miles) de detenidos y procesados (bajo la figura jurídica de arresto domiciliario), por violar la cuarentena, que diagnósticos positivos al coronavirus. 
Has sido sumariados y suspendidos algunos integrantes de las fuerzas de seguridad que, según los gobiernos, “se excedieron” en la aplicación de medidas represivas contra quienes violentaron la cuarentena. Hay lugares directamente militarizados, donde el propio Ejército reparte comida. Es el caso de zonas del conurbano bonaerense. Todo indica que la cuarentena total se va a prolongar al menos hasta el domingo 12 de abril. El discurso de prepararse para el invierno, para que cuando se disparen los índices argentinos de la pandemia estemos preparados (especialmente para la respuesta de terapia intensiva para los casos que lo requieran), ha ganado completamente a la población. Este discurso tiene su lógica obvia, no tanto ni sólo por los riesgos de la pandemia del COVID-19, sino por las habituales internaciones estacionales por patología respiratoria. 
Coincidiendo con que hay que prepararse para esta posible perspectiva de rebasamiento del sistema sanitario, la pregunta es quién dirige esta respuesta: 
El 24 de marzo pasado escribí en mi muro de facebook: “Acabo de escuchar en Intratables (América) a Claudio Berocotipp. Se trata del máximo exponente del empresariado de la salud privada, Presidente de Swiss Medical, y fundamentalmente, de la Unión Argentina de Entidades de Salud. Esta central empresarial no reúne en su seno sólo a la clásica «medicina privada», sino que ha cooptado bajo su conducción a todo el sistema de seguridad social, obras sociales (incluido el PAMI), prepagas, sistemas de atención médica domiciliaria (ECCO, URGENCIAS 4351111, Vital, etc.). Representa el 70% de la disponibilidad de camas y de terapia intensiva del país. Es el resultado del proceso de privatización que se ha producido en las últimas décadas (bajo todos los gobiernos) y que Macri quería profundizar más aún, con la COBERTURA UNIVERSAL DE SALUD (CUS). La arenga de «comandante en jefe» de un ejército contra la pandemia (admitiendo, por supuesto, la conducción política del Gobierno nacional) fue una sobreactuación digna de Kim en «PARÁSITOS». La elocuencia, el llamado a la unidad contra la guerra, la apología del papel del sacrificado empresariado en el campo de la salud, fue teatralmente impecable, justamente para ocultar que, como se sabe, dicho empresariado y Berocotipp en particular, no invirtieron capital constante (aparatología, sanatorios, clínicas especializadas, negocios con los medicamentos), por «altruismo patriótico”, sino como NEGOCIO, de gran y rápida extracción de plusvalía a los miles de trabajadores de la salud que precarizan y explotan. Nosotros, los que verdaderamente estamos en el frente de batalla no tenemos que perder la conciencia de clase, y el abismo que nos separa de estos mercaderes de la enfermedad. ¡¡¡POR UN SISTEMA ÚNICO ESTATAL DE SALUD BAJO CONTROL DE LOS TRABAJADORES!!!!” 

El gobierno nacional, de hegemonía peronista, que se autoproclama “nacional y popular”, es el resultado de la derrota electoral del neoliberalismo de la gestión anterior, liderada por Mauricio Macri. El Frente TODOS, amplia y heterogénea alianza electoral, tiene ante la pandemia (y más allá de ella), dos alternativas: o sigue en un bloque con los mercaderes de la enfermedad que lidera Berocotipp, o recoge las enseñanzas del gran sanitarista de la primera Presidencia del General Perón, el Dr. Ramón Carrillo. Esas enseñanzas marcan que los lazos de unidad hay que construirlos con los trabajadores de la salud, en defensa de la salud pública. 
LA EXPLOTACIÓN Y FALTA DE PROTECCIÓN DE LOS TRABAJADORES DE LA SALUD 

Reproduzco la declaración del Sindicato de Profesionales Universitarios de la Salud (SIPRUS, cuyo Consejo Directivo Provincial integré durante muchos años), seccional santafesina de la Federación de sindicatos de profesionales de la salud de la Argentina (FESPROSA). Manifiestos similares de hicieron en todas las provincias. 

23 de marzo a las 13:58 · 

 El valor de la salud pública  

3000 pesos de aumento, anunció el gobernador para los trabajadores de la salud. 

No bastaron los problemas en la entrega de kits de bioseguridad, la falta de personal de limpieza y de atención que provocaron el cierre temporario de varios centros de salud. Tampoco la falta de criterio a la hora de acordar las licencias extraordinarias, o la anomia organizativa que fue suplantada por la voluntad de los propios equipos que tomaron en sus manos organizar protocolos de atención y el reclamo de los faltantes. No bastó suspender la paritaria, seguir dilatando el pago a compañerxs que hace meses no cobran sus salarios, ni pagar los adicionales de guardia y terapia que se deben desde hace 2 años. Y menos plantear la desprecarización del trabajo en negro de los 1500 profesionales que dejó el gobierno anterior. ¡¡¡¡Necesitaban que quede bien en claro cuánto valoran la tarea que realizamos!!!! El aumento de 30% para médicos monotributistas a partir de abril, aunque no llega a la equiparación (los no médicos aparentemente lo cobrarían en dos veces en mayo y Julio) es una alegría en medio de tantos derechos pisoteados. La pelea y las denuncias públicas lograron que el gobierno tenga que reparar a este sector que va a estar en la primera línea contra la pandemia. 

EL RECONOCIMIENTO SOCIAL A LA SALUD PÚBLICA EXPRESADA POR LA POBLACIÓN SIGUE CHOCANDO DE FRENTE CON LA VULNERACIÓN A LOS DERECHOS LABORALES POR EL GOBIERNO PROVINCIAL. Y la denuncia no tiene que ver solamente con los derechos de los trabajadores. Es un reclamo de la salud pública. La falta de recurso humano especializado y de reemplazos está estrechamente ligada a la prioridad que los gobiernos le dan a la inversión en salud. Porque además de la falta de infraestructura y tecnología, si esta pandemia avanza lo que va a crujir es ese recurso al que le tiraron los 3000 pesos en la cara. En Italia, 2600 trabajadores de la salud contrajeron el virus y en China fueron el 3,5% de los fallecidos. Sabemos el riesgo al que estamos expuestos. Nos hacemos cargo, como siempre lo hemos hecho, de sostener esta batalla. No lo hacemos como héroes, lo hacemos porque es nuestra responsabilidad y asumimos este compromiso con la población. Lo hacemos porque somos trabajadores de la salud. 

Junto al conjunto del pueblo, SiPrUS exige al gobierno provincial que demuestre el valor que se le da a la salud de la población garantizando el presupuesto para: 

1) Aumento salarial de emergencia. Pago de las deudas. 2) Pase a planta de los trabajadores que están en negro. 3) Presupuesto para cubrir los reemplazos que garanticen la atención. 4) Celeridad en la entrega de material de limpieza y bioseguridad. 5) Equipamiento y tecnología para que no falte alta complejidad para las internaciones. 

Este elocuente comunicado demuestra que el capitalismo, sus gobiernos, sus medios de comunicación serviles, que hacen demagogia con nosotros, los trabajadores de la salud, no cumplen siquiera con la tarea elemental de garantizar las necesidades básicas de quienes estamos en la trinchera (¡ya que hablamos de “guerra”!). 

LOS RIESGOS DE LA “CORONOVIRALIZACIÓN UNILATERAL” DE LAS PRESTACIONES DE LA SALUD-LA NECESIDAD DE UNA ACTITUD SANITARIA HOLÍSTICA E INTEGRAL 

El 21/3/20 escribí en mi muro de Facebook: “Surgió un importante debate entre los profesionales de la salud acerca de la relación entre la pandemia, la cuarentena de los propios colegas que suspenden turnos e incluso su actividad, o buscan alternativas no presenciales para la consulta. A continuación, mi aporte, que desarrolla a partir de mi propia experiencia algunos conceptos que ya he publicado. 

Yo soy médico y me la pasé haciendo domicilios hoy sábado. Más allá que se puede adelantar una orientación por TE, por messenger o por Skype, la consulta presencial es en la mayoría de los casos indispensable, especialmente cuando el cuadro es de fiebre, algias, dolor de garganta, astenia. La contención, la orientación, en qué circunstancias corresponde aplicar el protocolo para coronavirus y en qué circunstancias no, requiere de lo presencial. Por otra parte, los diabéticos, hipertensos, arrítmicos, oncológicos, pacientes crónicos, siguen necesitando de sus recetas para gozar del derecho al descuento de sus obras sociales. Y eso también requiere de consultas presenciales. Finalmente, las empresas (acabo de ver un obrero de Vicentín) presionan a su personal a que vaya a trabajar, porque como industria alimentación está exenta de la cuarentena. También he tenido un caso de obreros de una fábrica de bolsas plásticas, que también está exenta. Respaldar a aquellos obreros que forman parte de la población de riesgo (asmáticos, EPOC, tabaquismo, etc.) para que no vayan a trabajar hasta el 31 de marzo de 2020 también requiere el certificado correspondiente, y eso exige la consulta presencial. Debo denunciar que el sistema de salud, tanto el público como la seguridad social, como el privado, no está dando respuesta a todos esto casos, que son miles. 

Los profesionales cancelan turnos con el argumento de la cuarentena, las guardias se «coronoviralizan» y eso es perder el sentido integral que debe tener SIEMPRE un plan de salud. El Estado, en todos sus estamentos, y especialmente los medios de comunicación, deberían dedicar más presupuesto, tiempo y energías A TODA LA PROBLEMÁTICA SANITARIA, en lugar de dedicarse a desplegar tantas fuerzas policiales y de seguridad, recorrer las calles con cámaras para detectar si hay alguien paseando el perro, cuando está muy claro que la población está realizando un amplísimo y correcto cumplimiento de la cuarentena (más allá de algunas excepciones conocidas y repudiables). Por otra parte, en tanto (según el propio gobierno), la manifestación argentina de la pandemia sigue teniendo un carácter EXÓGENO hay que focalizar epidemiológicamente en los HUMANOS EXÓGENOS QUE VINIERON DE VIAJE (argentinos o extranjeros) POTENCIALES PORTADORES DEL VIRUS. En esa CUARENTENA ESPECÍFICA hubo debilidad para aplicarla en tiempo y forma, como lo admitió el propio Alberto Fernandez en el comienzo de su discurso del pasado jueves, como argumento para decretar la cuarentena obligatoria general. Insisto en la metáfora: que el árbol no nos impida ver todo el bosque.” 

LA PANDEMIA, EL HAMBRE Y LA DESOCUPACIÓN-PERSPECTIVA Y CONCLUSIONES 

Desde todos los ángulos ideológicos y práctica profesionales se proclama que “YA HAY UN ANTES Y UN DESPUÉS DE ESTA PANDEMIA”. 

Esta verdad será de Perogrullo, si se limita a las diversas miradas subjetivas de asombro y de legítimos interrogantes que cada quien expresa. 
Porque el “antes y el después” serán lo mismo, si la burguesía como clase y el capitalismo como sistema mantienen su control de las masas, e imponen su relación de producción y su lógica de mercado como hasta ahora. O peor aún: si la pandemia justifica un mayor control social aplicando los avances tecnológicos a ese objetivo, haciendo realidad la ciencia ficción de George Orwell: “1984”. 
Ya asistimos a un agravamiento de la crisis económica del capitalismo. No sólo la caída de las bolsas del mundo como síntoma (con su secuela de brutal desocupación para los trabajadores), sino la certeza de que para recomponer el ciclo de acumulación del capital, los muertos, la caída del salario, el crecimiento del desempleo, la precarización laboral, son “males inevitables”. En este sentido, Trump y Bolsonaro expresan la coherencia de las necesidades extremas de su clase social y de su sistema de explotación. 
El problema para la inmensa mayoría de los casi 7 mil millones de humanos que habitamos este planeta, que somos los que producimos la riqueza, es que no encontramos NUESTRA PROPIA ALTERNATIVA al sistema capitalista. 
Yo sigo pensando que esa alternativa sigue siendo expropiatoria del capital, colectivista, socialista y revolucionaria, e internacionalista. Pero la construcción de la misma, creo yo, no va a venir de una “toma del poder” para colectivizar lo existente, para apropiarnos de este nefasto modo de producción. No va a venir de una “redistribución de la riqueza”, sino de replantearnos QUÉ ES LA RIQUEZA, QUÉ ES EL PLANETA, QUÉ ES SU ECOLOGÍA, QUÉ MUNDO ES NECESARIO PLANTEARNOS. 
Creo que intentar ser marxista hoy es aceptar el desafío que nos plantean las derrotas sufridas, y también, las transformaciones del propio sistema capitalista que los clásicos del marxismo ni siquiera pudieron imaginar. 
Actuar, elaborar, actuar, elaborar; articular agrupamientos internacionales y nacionales que nos agrupen, entender este trabajo preparatorio, de lucha ideológica, pero también de luchas prácticas concretas, configura “LA TAREA”. Este modesto escrito pretende ser un aporte a esa tarea. 

(el autor es Médico, militante de la agrupación “TRABAJADORES DE LA SALUD AUTOCONVOCADOS” (TSA) y del grupo político de Argentina “SOCIALISMO REVOLUCIONARIO” (SR) )




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