domingo, 25 de septiembre de 2022

NUEVO ORDEN, MATRIZ CAPITALISTA 10: ¿QUÉ PASA SI HABLAMOS DE MARXISMO EN PSICOLOGÍA?

 



Alberto Cordero

24 septiembre 2022

Esta pequeña aportación al marxismo dentro de la psicología —o introducción velada— tenía un título interesante que me parece importante mencionar en los desvíos y los puntos ciegos de la psicología actual: ¿Que pasa si hablamos de Marx en psicología? Como introducción a Klaus Holzkamp, recuerdo constantemente una conversación que oí ‘’Algunos psicólogos parece que pretenden cargarse la psicología’’, a lo que otro psicólogo de corte marxista respondió severamente ‘’Sí’’. Extrapolar la retórica de Marx y una de sus citas a la propia psicología se hace cada vez más necesario: Solo aliándose con la política, la psicología puede ser verdadera. Marx y el marxismo no son solo un complemento que agregar a la psicología, son la condición necesaria para la superación de la disciplina por la propia disciplina: esa es la necesidad de Holzkamp, del psicólogo marxista.

Hablar de la psicología de Holzkamp —Ciencia marxista del sujeto o psicología crítica— supone entrar a exponer algunos puntos que se correlacionan constantemente y que vamos a aderezar con otros autores marxistas a fin de explicar algunos  de los puntos importantes de su crítica basándonos en los puntos básicos que él mismo da para hablar, precisamente, de psicología con Marx. Klaus Holzkamp nos muestra, llevándonos de la mano por un camino que de primeras resulta sorprendente: cómo el ser humano es un ser social, un ser profundamente dialéctico, desvela figuras alienantes en nuestra propia sociedad y la importancia de la acción, del obrar en el humano mismo. Hemos hablado del primer título de este texto pero el título en su totalidad nos muestra profusamente los objetivos de este texto. Obviamente no pretendo matar al padre ni a la psicología más clásica pero sí advertir que hay un camino que realizar en ese sentido. Ver como Holzkamp construye sus conceptos superando los conceptos dados.

Quizá el ser social -que en realidad no es un término de Holzkamp, pero se expone mucho más explicativo- supone el más extendido y el que nos puede servir de ejemplo: la ontología marxista que se introduce de esta manera en psicología rompe con aquello que le oí a José María Ripalda en una presentación de su libro y que parafrasearé aquí: supone romper con la ostentosa victoria de la burguesía en la que ha conseguido que el sentido común de la humanidad sea el sentido común de la burguesía. Victoria que en muchas ocasiones se muestra sin ningún pudor y que debería ser objetivo de todo marxista enterrarla en lo más profundo de la historia. Holzkamp se propone superar ese momento a través de la propia disciplina, caminando, como decía Politzer que debía hacer cualquier ciencia, sobre las esquirlas de sus propias ruinas (Politzer, 2017). La figuración del humano que construye rompe con la tradición psicológica pero no se construye sobre el vacío, abraza toda una tradición Marxista que es absolutamente necesaria. Es hora de entrar en los porqués.

Romper con quién habita el capitalismo


La construcción de la mente, de la conciencia, puede derivarse de Marx en sus fragmentos más cercanos a la ontología, o al menos de lo que hay repartido de ello  entre sus fragmentos sobre crítica de la economía política y sus manuscritos de juventud —o manuscritos económico-filosóficos—. Marx comprende algo que hoy podría sonar marciano para cualquier psicólogo que use asiduamente el DSM o para psiquiatras que siguen teniendo una concepción biologicista de nuestro comportamiento. A fin de cuentas, Marx entiende de sus derivaciones ontológicas que la sustancia de la mente y la conciencia humanas provienen específicamente de la actividad de la vida; es inútil explicar lo que a la mente corresponde a través del cerebro y su química, de la misma forma que es inútil comprender la forma-valor del dinero a través del material del que está hecho: plata, oro, papel (Ilienkov, 2022).

Tomarnos nuestro tiempo para explicar qué somos es un paso previo para explicar qué hacer. Décadas de un ascenso fulgurante de la psicología han creado en el ser que habita esta jungla una caricatura divorciada del mundo que habita: si tienes una mente depresiva, a la luz de algunas teorías psicológicas será concebida como un fenómeno abstracto, determinado exclusivamente por un desajuste neuroquímico, quizás por cogniciones distorsionadas, o por las pocas estrategias de afrontamiento que un individuo posea. Las otras condiciones de posibilidad de la depresión se pulverizan y se reducen a la simplicidad y unilateralidad de una especie de  idealismo psicológico (Lopez-Ríos, 2022) que ignora un mundo abiertamente desolador y coloca las ideas como el motor de la construcción del mundo y no estas como verdaderas inversiones de la realidad y los objetos reales.

Para esto es importante conocer qué piensa la tradición marxista de la conciencia, cómo se construye aquello que se ha dado en llamar —tramposamente incluso diría yo— nuestro mundo interior. A través de un ejemplo que parece peregrino, pero que ayuda a la comprensión, Evald V. Ilienkov nos habla de cómo todo ello pertenece a la actividad: Si estuviera asfixiándose en una sala cerrada nuestra primera reacción, casi inmediata, no sería intentar respirar constantemente, sino que nuestra acción consciente consistiría en encender la ventilación de la sala. De aquí Ilienkov saca una conclusión crucial que nos sirve de introducción al propio Marx que aduce Lukács: la sustancia de los fenómenos mentales es la actividad humana, la actividad entendida como el movimiento de un organismo vivo en un espacio lleno de objetos y condiciones externas. Es decir, su conclusión es que la mente es una función derivada de principio a fin de la relación dinámica constante con ese espacio (Ilienkov, 2022) pero no nos apresuremos, esto es solo una guía que desemboca en el viejo Marx.

Para hablar de Marx en psicología estaría bien tener presente la fórmula del materialismo, esto es, el ser precede a la conciencia con lo que podemos asumir que se puede ser sin conciencia pero toda conciencia necesita de forma inexorable algo que es (Lukács, 2018). Por esto, la conciencia parece ser solo posible en un momento elevado de la materia. Aparecen constantemente más significativas formas de conciencia, que pueden tener sin duda su cumplimiento en el ser social. Lo mismo ocurre con la prioridad de la producción y reproducción del ser humano respecto a otras funciones. Cuando Engels en su elogio a Marx menciona ‘’que los hombres deben ante todo primero comer, beber, alojarse, vestirse antes de poder ocuparse de política, de ciencia, de arte, de religión, etc.’’, refiere a una prioridad ontológica. Esto lo dice claramente Marx en  uno de los prefacios a la Crítica de la economía política. Además es importante que en Marx ''el conjunto de las relaciones de producción'' lo considere como la base real, desde la que se despliega el conjunto de las formas de conciencia, por las que ellas están condicionadas en tanto que proceso de vida social, política y espiritual. En resumen: ''no es la conciencia de los hombres la que determina su ser, sino al contrario, su ser lo que determina su conciencia" (Marx, 2013).

Marx pone conjuntamente el mundo de las formas y contenidos de conciencia, no en la relación inmediata de un ser directamente producido por la estructura económica, sino con la totalidad del ser social. La determinación de la conciencia por el ser social se mantiene. Sólo el marxismo vulgar ha convertido esto en una relación causal unívoca entre la economía, o algunos de sus momentos singulares, y la ideología, mientras que Marx mismo, inmediatamente antes del pasaje citado, habla por un lado de que a la superestructura, corresponden "determinadas formas de conciencia social’’, y más lejos, que ‘’el modo de producción de la vida material es el que determina en general el proceso de la vida social, política y espiritual".  (Lukács, 2018)

La concepción de que la conciencia del ser social no es algo así como un constructor del mundo, algo independiente de los objetos reales que construyen nuestro mundo y de las relaciones motrices que se dan en nuestro día a día,  rompe de pleno con la concepción de la psicología en la época neoliberal sobre que debemos hacer de nosotros constantemente un proyecto libre, asumir que en gran medida nuestra conciencia y su construcción se derivan de la producción y la reproducción de la vida, es decir, que es este proceso en buena medida el que nos determina nos debería hacer comprender que esa conciencia depresiva, esa depresión de la que hablábamos antes, no solo no es una producción artificialmente separada del mundo real y totalmente abstracta —lo que incluso puede devenir en pensar que es una desgracia  individual—, sino que nos llevará a pensar que es producto del mundo real, de lo que hoy podríamos llamar los condicionantes sociales e incluso, hablando de que esa base es la producción y la reproducción de la vida, nos llevaría a pensar de forma imparable que es también, sin duda, una cuestión de clase. Llevando incluso a reconocer aquello que ya advertían psicólogos en la Unión Soviética: la falsedad de que cuanto más desclasada está nuestra esencia más nos acercamos a nosotros mismos (Voloshinov, 2017), cuando es la propia producción y reproducción de nuestra vida, proceso profusamente marcado por la clase, lo que nos construye de forma constante y profunda.

Vamos a expresarlo de una forma más contundente y de la mano de Lenin, ¿Por qué es importante combatir la psicología idealista hablando de Marx? ¿Por qué es de imperante necesidad el avance de la propia disciplina en la superación de sus conceptos por la propia psicología —si se la puede llamar así—?  En una conferencia de Bogdánov Lenin pregunta constantemente ‘’¿Admite el conferenciante que la filosofía del marxismo es el materialismo dialéctico?’’ y esto tiene un sentido: sólo el materialismo dialéctico ha sabido dar una visión necesaria y en conjunto tanto del humano, como de lo real y las relaciones que mantienen, es decir, una visión incluso dinámica (Ilienkov, 2022).

Lenin tuvo clara su actitud hacia el idealismo y que nos sirve hoy para determinar nuestra posición para esa psicología idealista que divorcia artificialmente a la persona y los determinantes que condicionan su actividad, aquella que pide a gritos la creación de lo que René Crevel llamaría una psicología dialéctica, aunque no sea necesariamente su ‘’psico-dialéctica’’ (Crevel, 2017). La actitud de Lenin nos explica que el idealismo es un enemigo mortal de la revolución y el progreso científico. Incluso llega a advertir que se hace mucho más peligroso cuanto más insidiosamente amable es esta posición, ya tenga que ver con el espíritu absoluto o con el ‘’conjunto de sentimientos y emociones’’. Tras ese simpático idealismo que aparenta buenas intenciones se esconde la muda opresión de la humanidad, son ideas que fortalecen esa opresión y adormecen la lucha de clases. (Lenin, Cisterna, 2015). Lenin siempre colocó  cualquier tipo de idealismo en el mismo estercolero repugnante fundado en la opresión y la explotación de los seres humanos por otros seres humanos. La poética forma de llamarlo —’’el opio del pueblo’’ o ‘’el aguardiente del espíritu’’— nos muestra una vívida y palpable realidad: como el opio y el aguardiente corrientes y montantes, es decir, materiales, son sustancias que adormecen y enturbian la sobria claridad, provocando que el ser humano se adapte a cualquier situación, incluso a las más inhumanas (Ilienkov, 2022).

Es por eso que hay una muda y desapercibida necesidad —quizá por la amabilidad con la que se presenta en los ‘’a priori’’— en el desarrollo de lo que Holzkamp comenzó: una psicología que dedique su tiempo a desvelar las estructuras de alienación que se dan en nuestro día a día, una psicología que se base en el materialismo, pero no simplemente en el materialismo porque este sin dialéctica es más que vencedor, vencido (Ilienkov, 2022), esa debería ser, según  Klaus Holzkamp, la función de una verdadera psicología marxista dentro de las amplias redes del capitalismo: el desvelamiento de las estructuras de alienación que comporta nuestra sociedad, la construcción de ‘’un sujeto’’ para ‘’un marxismo’’, sus modificaciones y su estudio, no hablamos tanto de liberar de las cadenas a la gente que habita la ciudad neoliberal, como de mostrarles esas mismas cadenas.

Klaus Holzkamp: ¿Qué hacer?


Solemos considerar esta una disciplina vencida más que vencedora, es decir, materialista pero no dialéctica. El marxismo habla del trabajo como la esencia del ser humano, es decir, el trabajo entendido como el proceso de transformación de la  naturaleza. Es a través de un proceso teleológico en el que el sujeto se transforma a sí mismo, cambia la naturaleza y cambia la suya misma. Es el proceso a través del cual se desarrollan las potencias que duermen en la naturaleza y las someten a su poder (Lukács, 2018). A través de esta esencia se marca el proceso en el cual el humano interactúa con su entorno. Si volvemos a prestar atención a la psicología y al sujeto que construye para habitar nuestra era, resultaría imposible no darse cuenta de un detalle: Si el humano fuera algo parecido al sujeto que plantea la psicología se habría extinguido mucho antes de siquiera ingresar a la historia natural. La psicología actual cree que el humano es productor de sus condiciones de vida pero a la vez se encuentra impotente ante ellas —en el mejor de los casos diría yo—. Sin embargo, defiende Holzkamp, el ser humano produce sus condiciones de vida, a la vez que dispone de las mismas para afrontar la propia vida, esto es, al producir las condiciones en las cuales vivimos de alguna manera también somos partícipes en su transformación, producción, reproducción y aprobación. (Holzkamp, 2015).

La psicología, tal y como decía Lenin, aborda al sujeto e interviene en él haciendo que se adapte a las condiciones sociales como si fuera algo dado. Esta disciplina toma decididamente partido por las instancias dominantes en el momento en el que trata de solucionar nuestros problemas en el campo absolutamente psíquico (Sánchez-Crespo, 2022). No solo Holzkamp es consciente de esto, es una historia que se susurra en los movimientos sociales como el de vivienda: aún me acuerdo de acudir a un acto de un sindicato de barrio en el que comprendí que había un rumor sobre que los problemas no se arreglan en el terreno psíquico, sino que hay una serie de contradicciones que no se resuelven sino en el tablero del mundo real. El sujeto no solo necesita, sino que también puede luchar por unas condiciones de vida digna donde se resuelven los conflictos diarios que asfixian su paso por la vida diaria. Quizá la mejor explicación que a esto se le puede dar ya la da Holzkamp en La ciencia marxista del sujeto:

‘En la psicología tradicional las contradicciones existen solo en el pensar y se hace como si también fueran solucionables tan solo en el pensar, a través de procesos exclusivamente psíquicos, nosotros mostramos que el pensar es en realidad la posibilidad de una representación no-contradictoria de las contradicciones reales, con lo cual es posible reconocerlas como aspectos de la realidad misma y superarlas en la práctica.’(Holzkamp, 2015)

Asumimos que tenemos cierta influencia sobre nuestras condiciones de vida, pero asumir que en nuestro actual sistema es posible escapar de la injusticia y el sufrimiento no es otra cosa que esa deformación capitalista que se da en la psicología tradicional en la cual lo psíquico se soluciona en lo psíquico, es decir, caeríamos en las anteriores contradicciones. ‘’Aunque no sea posible escapar de las relaciones existentes, sí que es posible luchar por otras relaciones bajo las que conducir conjuntamente y de forma humanamente digna la existencia. Esta lucha no es otra que la lucha organizada de la clase obrera por superar la explotación capitalista.’’ (Sanchez-Crespo, 2022).

En una entrevista a tenor de esto, el psicólogo marxista dice ante la pregunta o, más bien, la negativa de que es imposible articular una respuesta que mejore las relaciones capitalistas: ‘’Hay límites de clase pero el capitalismo no es algo tan hermético. El capitalismo no es una jaula’’, a lo que más tarde añade que ellos —los psicólogos marxistas— no pueden forzar los cambios en la vida de la gente pero pueden ayudar a esclarecer su situación (Holzkamp, 2022). Se trata, a fin de cuentas, de la posibilidad de organizar la rabia y el descontento a través de la posibilidad de hacer que la gente tome conciencia de que esto de ceder, callarse y adaptarse es contradictorio a la larga. ‘’La experiencia de la insatisfacción es lo que hay que articular, pero si no hay experiencia de insatisfacción no hay nada que articular’’ (Holzkamp, 2022).

A modo de conclusión y para organizar la munición


Recuerdo cuando empecé a elucubrar un artículo sobre el que empezar a escribir, aquel se llamaba ‘’Municiones marxistas en caso de consulta’’. Aquel artículo era lo que hoy es este, es decir, tenía las mismas pretensiones. ¿Por qué ‘’Municiones marxistas’’? Una especie de ‘bolchevización’ del lenguaje con el que uno se refiere a la psicología es importante para desarrollar las potencialidades que tiene el marxismo dentro de la psicología o la psicología marxista. Las tensiones que se desarrollan entre este tipo de artículos y la disciplina que engarza sus garras en la vida diaria, o incluso entre la ciencia marxista del sujeto de Holzkamp y cualquier otro sector dentro de la disciplina, no es simplemente una cuestión metodológica; como en todo, bajo su forma se soterra un profundo proceso de lucha de clases. La superación de la propia disciplina tiene que ver con ese proceso de lucha de clases y con la estrategia que el capitalismo le tiene reservada y la que nosotros proyectamos.

Me refiero, precisamente, a que este tipo de construcciones no son una simple elucubración de mundos posibles; la psicología que tenemos determina en gran parte nuestro proyecto a nivel estratégico porque, obviamente, la forma en la que la insatisfacción, el dolor y el descontento se tratan generalmente en la consulta confronta de manera casi directa con nuestros proyectos y acciones sobre las desigualdades, la injusticia, el sometimiento, la explotación y la opresión. La psicología dominante, a fin de cuentas y como cualquier otra disciplina en realidad, intercede de forma directa en esa lucha de clases, toma partido.

Ese es el objetivo de nuestra munición, de esta munición: tomar partido, defender la trinchera.

Alberto Cordero, militante de Anticapitalistas

Referencias

Holzkamp, Klaus & Vollmer, Santiago (2015) Ciencia Marxista del Sujeto: una introducción a la psicología crítica. Editorial La Oveja Roja.

Ilienkov, Evald (2022) Obras escogidas Tomo III. Editorial Dos Cuadrados.

Lopez-Ríos, Luis Pablo (2022, junio). Ser marxista en psicología: Cuatro Contradicciones. Universidad Michioacana de San Nicolás. Critique of psychology. https://www.researchgate.net/publication/362289773_Ser_marxista_en_psicologia_cuatro_contradicciones

Gyorgy, Lukács. & Ballestero, Manolo. (2020,. Marx, ontología del ser social. Madrid:  Akal.

Marx, Karl & Llorente, Rubio Francisco (2013). Manuscritos de economía y filosofía. Madrid: Alianza.

VVAA (2017) Marxismo, psicología y psicoanálisis, Paradiso Editores.

Sanchez-Crespo, Pablo (2022, 16 septiembre). La Psicología Burguesa y la Ciencia Marxista del Sujeto. Contracultura. Recuperado 16 de septiembre de 2022, de https://contracultura.cc/2022/09/16/la-psicologia-burguesa-y-la-ciencia-marxista-del-sujeto/

Lenin, Vladimir. & Cisterna, Rodrigo. (2015). Materialismo y Empirio-criticismo. Marxist.org:  https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1908/mye/index.htm

Fuente: https://vientosur.info/que-pasa-si-hablamos-de-marxismo-en-psicologia-matar-al-padre/

 

martes, 20 de septiembre de 2022

LO QUE ASUSTÓ TANTO A OCCIDENTE EN LA CUMBRE DE LA OCS EN SAMARCANDA

 


Última actualización el Martes 20 de Septiembre de 2022 19:28


Dmitri Minin

Por muchas razones, la cumbre de la OCS en Samarcanda, que acaba de concluir, pasará a la historia como un punto de inflexión en el camino hacia la formación de esta organización. Y no se trata solo del número cada vez mayor de miembros de esta organización: Irán se unió a ella, se dio luz verde al procedimiento para unirse a Bielorrusia. Casi todo el mundo árabe y los países adyacentes a India y China son los siguientes. Lo principal es que se están produciendo cambios cualitativos en sus actividades.

En términos de formato, esto aún no es la OTAN o la UE, pero el potencial de la organización ya supera las capacidades de estos hasta ahora bloques de integración más avanzados. En el futuro, la OCS es la mitad del territorio y la población del mundo, así como casi todos los recursos energéticos del planeta y una parte en rápido crecimiento de sus recursos industriales.

La OCS comenzó a ampliar las áreas de cooperación, que abarcan no solo temas de seguridad y lucha contra el terrorismo, como al principio. Ahora incluyen los sectores económicos, transporte, energía, financiero y bancario. Las reuniones de los ministros de transporte y energía, los jefes de los bancos centrales de los países de la OCS se han vuelto casi regulares. Ante la flagrante degradación del modelo civilizatorio occidental, la OCS se planteó la tarea de defender las culturas tradicionales de este espíritu de degeneración. Ahora pretende ser una alternativa productiva a los modelos occidentales del orden mundial en general. En la economía, esto es, en primer lugar, una expresión de desconfianza en el sistema establecido de monedas de reserva internacionales, donde el dólar y el euro tóxicos juegan un papel dominante. En Samarcanda, como nunca antes, se proclamó claramente la transición de los países de la OCS a acuerdos mutuos en monedas nacionales, lo cual es similar a la muerte para las economías occidentales a largo plazo. En política, todos los intentos recientes de pelear entre sí los pilares de la organización, China, India y Rusia, han sido rechazados. Las diferencias entre ellos, por supuesto, permanecen, pero prevalecen los intereses comunes. La OCS en Samarcanda expresó claramente la evidente falta de voluntad de los países miembros para unirse a la política de bloqueo de Rusia, Irán y todos los que son objetables para Occidente.

A raíz de Samarcanda, el estadounidense Washington Times afirma que las declaraciones de los líderes de China y Rusia durante su reunión en Samarcanda provocaron "pánico" en Washington. La publicación, por ejemplo, les remite las palabras de V. Putin que “El tándem de política exterior de Moscú y Beijing juega un papel clave para garantizar la estabilidad global y regional. Juntos defendemos la formación de un orden mundial justo, democrático y multipolar basado en el derecho internacional y el papel central de la ONU, y no en unas reglas que alguien ha ideado y está tratando de imponer a otros, sin siquiera explicar qué es." O las palabras de Xi Jinping, quien proclamó que “frente a los cambios en el mundo, nuestro tiempo y nuestra historia, China, como gran potencia, está lista para cooperar con Rusia, desempeñar un papel de liderazgo en el escenario mundial y traer estabilidad a un mundo en problemas.”

Se afirma que China ya ha apoyado la economía rusa aumentando las compras de petróleo en una era en la que Moscú enfrentaba dolorosas sanciones de Occidente. En agosto, las compras de petróleo ruso superaron el millón de barriles por día, el doble que en febrero. Este año, las ventas aportan a Rusia unos 20.000 millones de dólares al mes, en comparación con los 14.000 millones de dólares del año pasado. Se citan estimaciones del Capitolio, donde la senadora Marsha Blackburn, republicana de Tennessee, dijo que “la reunión entre Xi y Putin representa los esfuerzos incesantes de China y Rusia para fortalecer un nuevo “eje del mal” a expensas de la libertad en todo el mundo.” Según su llamado, “Estados Unidos debe continuar resistiendo resueltamente a estas fuerzas insidiosas y apoyar al pueblo de Taiwán y Ucrania”.

El capitán retirado de la Marina y exdirector de inteligencia de la Flota del Pacífico, Jim Fanell , dijo que la reunión entre los dos líderes destacó una creciente alianza estratégica entre China y Rusia que es un mal augurio para Occidente. Los intentos de algunos expertos en seguridad nacional de minimizar la influencia de la alianza ruso-china en todas las formas posibles, el Capitán Fanell considera "un error mortal". En su opinión, "es hora de que los líderes estadounidenses de cualquier rango y tamaño regresen al estándar de la Guerra Fría para que Estados Unidos tenga la oportunidad de pelear una guerra en dos teatros al mismo tiempo”.

El alemán Junge Welt admite que, sobre todo, gracias a la decisión de Nueva Delhi y Pekín de dejar la rivalidad en un segundo plano. Por ejemplo, cuando comenzó la reunión, las tropas de ambos lados se habían retirado de la línea de conflicto en el Himalaya. La publicación explica esto por el hecho de que "India, a pesar de todos los serios desacuerdos con China, no está dispuesta a aceptar que los estados occidentales en su lucha política con Moscú y Beijing lo usen como una pieza de ajedrez contra la República Popular China " . La clase dominante india ve el futuro de su país no como un apéndice dependiente de Occidente, sino como una fuerza independiente en un mundo multipolar. Ahora "La OCS se está convirtiendo cada vez más en un centro de gravedad para todas las fuerzas en Asia que buscan acabar con el dominio occidental en la región".

Para Israel, en particular, el acontecimiento más perturbador de la cumbre es la declaración de la adhesión de Irán a la OCS y la forja práctica del "eje" Moscú-Beijing-Teherán. En este sentido, escribe The Jerusalem Post , la organización y su expansión gradual contribuirán al intento de Rusia y China de cambiar el orden mundial, e Irán fortalecerá su posición en la región.

En Polonia, que recientemente se ha sumado al grupo de los “mil millones de oro” de países con algún tipo de lado torcido, se sorprenden al encontrar que “la mitad de la humanidad está del lado de Rusia... Putin, aislado por Occidente, se reúne con los líderes de India, China, Turquía e Irán. Tuvo éxito en Samarcanda”. Los polacos ni siquiera miran a aquellos estados miembros de la OCS que Occidente ya considera sus adversarios como China o Irán, sino a aquellos que acredita a su activo o reserva potencial. “Sin embargo, fue más impactante para Occidente ver a Putin reunirse con el primer ministro indio Narendra Modi en Samarcanda” señala la edición polaca. Aunque India es parte de la OCS, todavía es famosa por el título de "la democracia más grande del mundo", por lo que, según los polacos, este estatus la obliga a brindar asistencia a los ucranianos "que luchan por la libertad". Sin embargo, tras el inicio del conflicto ucraniano, la cooperación con Moscú resultó ser un beneficio económico tangible para Nueva Delhi. La negativa de India a unirse a las sanciones occidentales contra Rusia permitió a Nueva Delhi seguir importando armas rusas, la principal fuente de modernización de las fuerzas armadas indias. Con la ayuda de Rusia, India también pretende fortalecer su posición en relación con la administración de Joe Biden.

En general, “¡El Este es rojo!”, como dicen en Asia, o “¡Ex oriente lux! (¡La luz viene del Este!)”, como dicen en Europa.

La Cumbre de la OCS y la necesidad de una nueva arquitectura de seguridad global

Mateo Ehrlich

Durante una reunión celebrada entre Putin y Xi en la reciente Cumbre de la Organización de Shanghái en Samarcanda, el líder chino reafirmó su comprensión tanto del momento histórico que ahora da forma al mundo como del papel vital que entiende que tanto Rusia como China deben desempeñar en la navegación de la humanidad a través de esta tormenta diciendo :

“Estimado presidente Putin, mi querido viejo amigo. Estoy muy contento de encontrarnos de nuevo. Frente a los tremendos cambios de nuestro tiempo a una escala global sin precedentes en la historia, estamos con nuestros camaradas rusos para dar ejemplo de una potencia mundial responsable”.

La reunión fue especialmente estratégica, ya que fue la primera reunión de este tipo con Irán como miembro de pleno derecho y Bielorrusia en la vía rápida para unirse a corto plazo junto con otros estados, incluidos los Emiratos Árabes Unidos, Bahrein, Myanmar, Kuwait y las Maldivas. Es extremadamente evidente que se están poniendo en marcha las bases para una nueva arquitectura de seguridad alternativa que también incluye un componente financiero vital, razón por la cual quizás también se encendieron fuegos convenientes con confrontaciones sangrientas iniciadas por Azerbaiyán contra Armenia, miembro de la OCS, y también entre Kirguistán y Tayikistán (ambos miembros de la OCS que albergan bases rusas e infraestructura vital conectada con el BRI de China). Si bien aún no se conocen todos los detalles sobre los pirómanos que encendieron estos incendios, el momento y el carácter de los conflictos huelen a operaciones de la inteligencia anglosajona.

El tema común entre los debates de la Cumbre de la OCS y la alianza multipolar más amplia gira en torno al bien común, la seguridad común y la coordinación de la acción para mejorar las condiciones de vida de los pueblos y las naciones soberanas, tal como se describe en la Carta de las Naciones Unidas (que es un concepto muy diferente del “orden internacional basado en reglas” del que a los unipolaristas les encanta hablar en estos días).

Desafortunadamente, incluso las voces más cuerdas con incluso un mínimo de influencia política entre los estados occidentales parecen ignorar por completo las decisiones históricas que ahora están tomando los aliados de la Alianza Multipolar que han dejado increíblemente claro que preferirían la cooperación con el comunidad transatlántica como aliados antes de ir a la guerra, aunque los acontecimientos los han obligado a prepararse para lo último en formas que pocos creían posibles hace solo unos años.

Si alguna vez hubo un momento para la humildad y la autorreflexión entre los líderes de occidente, ese momento es ahora.

La naturaleza de la paz. Cumbres del pasado

En las épocas anteriores a las armas nucleares, las conferencias de paz se organizaban con demasiada frecuencia solo después de años de guerra devastadora y el derramamiento de sangre se había vuelto insufrible.

Vimos ejemplos de tales conferencias en la forma de la Paz de Westfalia de 1648 que surgió a raíz de la Guerra de los 30 Años y que estableció el marco del moderno sistema de estado nación soberano en el corazón del derecho internacional. Vimos un débil intento de otra conferencia en la forma del Congreso de Viena en 1815 después de dos décadas de guerras napoleónicas que diezmaron Europa. Vimos surgir nuevamente un intento en la forma de la Sociedad de Naciones a raíz de la picadora de carne de la Primera Guerra Mundial y nuevamente en la forma de las Naciones Unidas y el Sistema de Bretton Woods que se pusieron en línea después de la Segunda Guerra Mundial.

A veces, estas conferencias internacionales fueron moldeadas por agendas honestas y, a veces, no, pero en todos los casos todas las partes acordaron que era necesario un nuevo sistema para evitar sumergirse en la guerra.

Desafortunadamente, la memoria humana es débil y la red bizantina de la política de poder en la que opera el estado profundo angloamericano no se transforma fácilmente mediante conferencias o acuerdos para jugar bien con los vecinos.

Sentado como estamos ahora en el precipicio de otra zambullida en la guerra y el colapso económico, la existencia misma de las bombas atómicas ha hecho que los errores del pasado sean intolerables en el siglo XXI. Si bien algunos expertos de Rand Corp y representantes del complejo industrial militar pueden creer que una nueva guerra mundial es una perspectiva emocionante e incluso un esfuerzo que se puede ganar (según sus escenarios modelados por computadora), la realidad es muy diferente.

La realidad objetiva es que tal guerra nunca podría ganarse, y la existencia misma de las tecnologías de misiles hipersónicos de próxima generación reveladas tanto por Rusia como por China, incluidos los drones submarinos, ha demostrado que un monopolio de primer ataque por parte de la OTAN es una quimera. Ningún ataque contra Rusia o China podría llevarse a cabo sin una represalia despiadada que acabaría con todas las ciudades importantes del “mundo libre basado en reglas”.

¿Así que, qué debe hacerse?

Por supuesto, una opción sería que Rusia, China, India y otras naciones actualmente organizadas en torno a la alianza multipolar abandonaran 1) su soberanía y 2) los deseos de establecer un nuevo sistema basado en una cooperación de ganar-ganar.

Estas naciones también tendrían que aceptar un Gran Reinicio del mundo en los términos del nido de sacerdotes unipolares tecnocráticos que gestionan un nuevo gobierno mundial desde arriba de las estructuras de los regímenes elegidos. Esto significaría, por supuesto, borrar o reescribir la Carta de la ONU que actualmente basa el derecho internacional en el carácter sagrado de la soberanía nacional, la interferencia no militar de un estado en otro y la cooperación mutua . Estos estados también tendrían que aceptar nuevos sistemas de reducción de población draconiana bajo la rúbrica de “descarbonización”. Si se hiciera esto, se nos dice que se podría lograr un nuevo orden mundial de paz, decrecimiento y sostenibilidad y que finalmente se revelaría un “fin de la historia” utópico largamente esperado.

Según los perfiles, las palabras y el desempeño de los líderes de la Alianza Multipolar como se vio durante la última década, no lo harán.

La necesidad de un tipo diferente de reinicio

La otra opción sería que se llevara a cabo una cumbre ANTES de que la próxima guerra nuclear convierta a la humanidad en un experimento fallido, y en lugar de un Gran Reinicio antihumanista o un Nuevo Orden Mundial transhumanista , en su lugar, moldear los términos y objetivos de esta Cumbre de emergencia al resolver el objetivo. problemas en los que todas las personas del mundo pueden estar de acuerdo y que Franklin Roosevelt había esbozado en sus Cuatro Libertades .

La libertad contra la miseria, la libertad del miedo a la guerra, la libertad de expresión y la libertad de conciencia son universales y establecen la columna vertebral tanto del espíritu de la Carta del Atlántico ( ediciones anteriores a Biden/Bojo ), la Carta de la ONU y los diseños originales de Bretton Woods . Estas libertades universales se describieron nuevamente en la Declaración de Derechos Humanos de la ONU de 1947 y en los Cinco Principios de Coexistencia Pacífica que surgieron de la Conferencia de Bandung en 1955 que marcó la pauta para el Movimiento de Países No Alineados.

En Bretton Woods, se creó un nuevo sistema financiero en dos semanas basado en principios bancarios que exigían tipos de cambio fijos para bloquear la especulación ilimitada que se había utilizado como guerra económica contra las naciones pobres durante siglos. Originalmente se basó en la idea de emitir crédito a largo plazo para proyectos a gran escala para internacionalizar el New Deal en una era prevista como una era de cooperación multipolar y desarrollo en el que todos ganan. La ONU, tal como la concibieron FDR o Henry Wallace , nunca tuvo la intención de ser un gobierno mundial, sino más bien una plataforma para el diálogo y la armonización de la seguridad y los intereses económicos entre civilizaciones.

A pesar del hecho de que las instituciones de Bretton Woods como el FMI y el Banco Mundial (y el propio gobierno de los EE. UU.) fueron secuestradas por operativos del estado profundo que representan las peores inclinaciones oligárquicas de la humanidad en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, la verdad de los orígenes nobles de estas instituciones que John F. Kennedy (y en menor medida, pero relevante, Trump) intentó revivir no debe ser ignorado.

¿Por qué no organizar hoy una conferencia similar que reúna a representantes nacionales?

Como mencioné al comienzo de este informe, esta discusión ya ha comenzado y las principales figuras que representan a la mayoría de la población mundial la están teniendo, como vimos en Samarcanda.

Los programas de desarrollo ya presentados por la arquitectura financiera productiva de China y su creciente variedad de aliados ya han desencadenado más de $ 3 billones en inversiones de infraestructura a gran escala en torno a la creciente Iniciativa Belt and Road. Vinculado cada vez más a la Unión Económica Euroasiática, que está preparando rápidamente el terreno para una nueva arquitectura financiera completamente integrada basada en los valores del mundo real descritos por Sergey Glazyev en numerosas ocasiones , este pacto más saludable de fuerzas civilizatorias ha dejado en claro su deseo de sobrevivir y prosperar en el siglo XXI y más allá.

La ironía de las Cuatro Libertades de FDR ahora promovidas por las potencias euroasiáticas consideradas por muchos como los grupos menos "antiestadounidenses" del mundo, no debería pasar desapercibida para nadie.

No hay escasez de proyectos cooperativos para construir juntos en Asia, Europa, Oriente Medio, África y las Américas que fácilmente podrían crear empleo real, reconstruir nuestras fábricas e infraestructura deterioradas y establecer la confianza entre las naciones que se han enfrentado entre sí por mucho tiempo. Las fuerzas sensatas que no estén dispuestas a sacrificar sus tradiciones y su gente entre los ciudadanos occidentales y los legisladores harían bien en organizarse como nunca antes para lograr que sus naciones estén en armonía con esta discusión más sana que ahora está en marcha.

El tiempo corre rápido y si perdemos esta oportunidad ahora, la única paz que el mundo puede encontrar vendrá acompañada de un largo invierno nuclear.

Fuente: http://www.geoestrategia.es/index.php/noticias/geoestrategia/38857-2022-09-20-18-05-43