Inclusiones que excluyen: títulos de propiedad a comunidades
A propósito de El Misterio del capital de Hernando de Soto
Durante el virreinato de Toledo, se entregaron títulos de tierras a ciertas comunidades indígenas, como medida de apaciguamiento -después de la derrota de Túpac Amaru I- y como artificio para atar indios al suelo. Hoy, la burguesía se llena la boca llamando a la inclusión de los desposeídos. Fariseísmo, hipocresía de los que medran a costillas del prójimo, de los que subsisten a través del engaño y la falsía. El Perú de nuestros tiempos, ha engendrado vendedores de cebo de culebras hasta para exportar. Allí tenemos a Hernando de Soto. En El Misterio del Capital, llama la atención sobre la acumulación originaria del capital en los EEUU, al remarcar el papel que cumplieron los ‘banditti’, es decir, los invasores de tierras, en la edificación de un nuevo orden económico. Pero una cosa es una y otra cosa es otra. La confiscación de tierras en Norteamérica, se produce cuando el capitalismo daba sus primeros pasos. Y nuestras invasiones se dan en la senectud del capitalismo. Este señor, cree que imitando el proceso norteamericano en las condiciones actuales se puede convertir al Perú en una nación capitalista de éxito. Dice, De Soto, que legalizar la propiedad informal determinó el éxito capitalista de los EEUU, y, por tanto, de allí deduce que titular la propiedad de los invasores urbanos, les daría los recursos financieros para edificar empresas competitivas. Este sujeto pretende contarnos el cuento de que todos podemos ser “capitalistas” exitosos. Somos unos mendigos sentados en un banco de oro, dice: tenemos 74,200 millones de dólares de capital inactivo (en propiedades no formalizadas). Qué debemos hacer: formalizar nuestras propiedades y obtener recursos financieros con aquellas como garantía. (El cuento proudhoniano de la casa propia, rebatida por Engels: “el Sr. Sax ha resuelto, pues, la cuestión planteada al principio: el obrero «se transformaría en capitalista» mediante la adquisición de una casita en propiedad.”) Así se resuelve el problema de falta de capital para invertir. Pero, he allí el pero. ¿En qué invertimos? Si sabemos que, la caída de la tasa de ganancia, es un fenómeno irreversible hasta el colapso del capitalismo. La tendencia decreciente de la ganancia va de la mano con la feroz competencia en todos los ámbitos del qué hacer económico. Pero, las mayorías nacionales, inexpertas en estos menesteres, pronto caerán en cuenta que el capital invertido se evapora por efecto del consumo de su unidad familiar.
Fragmento del ensayo Municipio, vecinos y elecciones
24 Agosto 2006
Edgar Bolaños Marín
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