SIGLO XXI - QUINTO LUSTRO - "Un nuevo orden emerge de la desintegración del capitalismo que irá reemplazando la célula económica (familia) por una nueva matriz reproductiva (comunas) que cumplirá funciones defensivas, judiciales, productivas y administrativas."
jueves, 24 de marzo de 2011
REDESCUBRIENDO EL ENTERO PARTIDARIO II
El 24 de noviembre de 1928 en LABOR Nº 2, Quincenario de información e ideas, que la Sociedad Editora “Amauta” publicara entre noviembre de 1928 y setiembre de 1929, Mariátegui difunde el ensayo: Prensa de doctrina y Prensa de Información. Este es un documento de vital importancia porque, además de algunas precisiones sobre la prensa escrita, doctrinal o informativa, proporciona muchas luces a la tesis “el primer gran partido de masas y de ideas de toda nuestra historia republicana”.
La experiencia en los años aurorales del socialismo peruano, ratifica la tradición marxista de POR DÓNDE EMPEZAR en el trabajo político. Lenin, resumiendo la experiencia de Marx - Engels, señaló: El periódico no es sólo un propagandista y un agitador colectivo, sino también un organizador colectivo. A su vez, JCM en 1923 sostuvo: “Las comunicaciones son el tejido nervioso de esta humanidad internacionalizada y solidaria”. Esa afirmación en el siglo de la globalización de la economía tiene mayor razón. Desde fines del siglo pasado, la electrónica en las comunicaciones nos pone frente a nuevo escenario, el escenario global de la lucha de clases. Escenario en el que algunas preguntas deben hacernos reflexionar: ¿Se puede resolver la primera interrogante (¿Por dónde empezar?) en el trabajo político como lo hicieron Lenin y Mariátegui en el siglo pasado? ¿A qué resultados conduce hacer de las efemérides el vehículo principal en el trabajo político? ¿Cuál es el objetivo principal de una secta política y cuál el de la clase organizada?
En el siglo pasado, la revolución cultural china generó un gran debate geográfica y teóricamente limitado. En este siglo XXI, el vértigo de los acontecimientos casi no deja tiempo para reponerse de los anteriores eventos. “Las comunicaciones son el tejido nervioso” de ésta vorágine y las redes sociales son el gran escenario de la batalla entre dos mundos. En esta batalla, un mundo que se resiste a sucumbir y otro que intenta afirmarse, tiene como teatro de operaciones el cerebro de los trabajadores, la sesera de esa “humanidad internacionalizada y solidaria”.
Prensa de doctrina y Prensa de Información nos dice: “Como la información, especialmente en nuestro caso, no puede ser entendida en el estrecho sentido de crónica de sucesos, sino sobre todo como crónica de ideas.” Nos esta proponiendo, lo que fue norma en vida de José Carlos: ¡El combate de ideas! La lucha de clases tiene prioritariamente como teatro de operaciones el cerebro del sujeto histórico de cambio social: la clase trabajadora. Engels en una de sus últimas reflexiones haciendo un balance de los cincuenta años de lucha por el socialismo desde la revolución de 1848 dice: “Si han cambiado las condiciones de la guerra entre naciones, no menos han cambiado las de la lucha de clases. La época de los ataques por sorpresa, de las revoluciones hechas por pequeñas minorías conscientes a la cabeza de las masas inconscientes, ha pasado. Allí donde se trate de una transformación completa de la organización social tienen que intervenir directamente las masas, tienen que haber comprendido ya por sí mismas de qué se trata, por qué dan su sangre y su vida. Esto nos lo ha enseñado la historia de los últimos cincuenta años. Y para que las masas comprendan lo que hay que hacer, hace falta una labor larga y perseverante. Esta labor es precisamente la que estamos realizando ahora, y con un éxito que sume en la desesperación a nuestros adversarios.”[1] Parafraseando a Engels podemos decir que si han cambiado las condiciones de la guerra entre naciones, no menos han cambiado las de la lucha de clases en el siglo XXI.
Para no extendernos demasiado. Queremos remarcar algunos fragmentos del ensayo de José Carlos Mariátegui que copiamos más abajo.
1. sobre la relación entre ortodoxia y heterodoxia: No es, pues, un comité de partido. Pero tampoco es un comité heterogéneo.
2. Papel de los intelectuales en el partido y el movimiento social: La línea doctrinal es función de partido. Los intelectuales, en cuanto intelectuales, no pueden asociarse para establecerla. Su misión a este respecto debe contentarse con la aportación de elementos de crítica, investigación y debate.
3. Política de frente en el trabajo intelectual: Más, si se ha demostrado imposible, sobre estas bases demasiado extensas, una revista de doctrina, no está en el mismo caso una revista de información. Y este es el carácter de "Monde", que se presenta como hebdomadario de información literaria, artística, científica, económica y social. Periódico de combate, periódico con filiación, porque lucha contra todas las fuerzas y tendencias reaccionarias; pero no de partido, porque representa la cooperación de muchos escritores y artistas, solidarios sólo en la oposición a las corrientes regresivas y, con menor intensidad y eficacia, en la adhesión a los esfuerzos por crear un orden nuevo.
4. Rol del individuo en los procesos: Barbusse encuentra, por sus antecedentes, por su talento, por su obra, un largo crédito de confianza en todos los sectores revolucionarios. Y Mariátegui, diríamos nosotros, se distingue por su gran capacidad para animar y reunir en torno al proyecto -no declarado en 1926- socialista a valores intelectuales de diverso credo y formación pero con idéntica sensibilidad social.
5. Distinción entre partido élite o partido de la clase obrera: El periódico de partido tiene una limitación inevitable: la de un público y un elenco propios. Para los lectores extraños a su política, no tiene generalmente sino un interés polémico. Este hecho favorece a una prensa industrial que mientras se titula prensa de información y, por ende, neutral, en realidad es la más eficaz e insidiosa propagandista de las ideas y hechos conservadores y la más irresponsable mistificadora de las ideas y hechos revolucionarios.
6. La vanguardia tiene en la clase obrera (obreros y campesinos) su sustento vital; por tanto, la vanguardia no es vanguardia si sus representantes no representan el movimiento social. No olvidemos la máxima del joven Marx: «La emancipación de la clase obrera debe ser obra de la clase obrera misma».
La publicación de Prensa de Doctrina y Prensa de Información de José Carlos Mariátegui forma parte de una serie de trabajos que, a nuestro juicio, darán mayores luces al entendimiento de la Tesis “el primer gran partido de masas y de ideas de toda nuestra historia republicana”. Asimismo, invitamos a los conocedores y a los buceadores de bibliotecas a que nos hagan llegar documentos que contribuyan a la meta trazada en esta sección del Blog TacnaComunitaria.
Tacna, 24 febrero 2011
EBM
PRENSA DE DOCTRINA Y PRENSA DE INFORMACIÓN [1]
Con su gran hebdomadario "Monde", Henri Barbusse reanuda, en cierto modo, el experimento de "Clarté" primera época. El comité director de "Monde” está compuesto por Einstein, Gorki, Upton Sinclair, Manuel Ugarte, Unamuno, León Bazalgette, M. Morhardt y León Werth. No es pues, un comité de partido. Pero tampoco es un comité heterogéneo. Todos los grandes escritores que lo constituyen, tienen ante los problemas de hoy un gesto más o menos semejante o análogo, dentro de sus diferencias de temperamento y disciplina. Todos son hombres de izquierda, en la acepción general de esta clasificación, quizás un poco abstracta.
"Monde" no habría sido posible sin la serie de ensayos que significó la existencia de "Clarté", desde su aparición como órgano de una Internacional del Pensamiento, hasta su transformación en una revista doctrinal de extrema izquierda: "La Lutte de Classes". El experimento "Clarté", como el de la frustrada Internacional de la Inteligencia, ha probado la imposibilidad de obtener de la cooperación de un sector muy amplio, y por tanto fuertemente matizado, de intelectuales de izquierda, una acción doctrinal bien concertada. Unamuno no podría suscribir, en muchos puntos; el pensamiento de Barbusse, militante del comunismo, del mismo modo que a Morhardt no sería sensato exigirle una adhesión rigurosa a las ideas de Upton Sinclair en "El libro de la Revolución". Pero Morhardt, que ha aportado al proceso de las responsabilidades de la gran guerra un testimonio documentado y vigoroso, tiene por este lado un estrecho contacto con sus colegas del comité director, parecidamente al sabio Einstein que si, consagrado a otras disciplinas intelectuales, no milita en los rangos del marxismo, colabora en cambio abiertamente con los revolucionarios en la lucha contra el imperialismo. La línea doctrinal es función de partido. Los intelectuales, en cuanto intelectuales, no pueden asociarse para establecerla. Su misión a este respecto debe contentarse con la aportación de elementos de crítica, investigación y debate.
Mas, si se ha demostrado imposible, sobre estas bases demasiado extensas, una revista de doctrina, no está en el mismo caso una revista de información. Y este es el carácter de "Monde", que se presenta como hebdomadario de información literaria, artística, científica, económica y social. Periódico de combate, periódico con filiación, porque lucha contra todas las fuerzas y tendencias reaccionarias; pero no de partido, porque representa la cooperación de muchos escritores y artistas, solidarios sólo en la oposición a las corrientes regresivas y, con menor intensidad y eficacia, en la adhesión a los esfuerzos por crear un orden nuevo.
El periódico de partido tiene una limitación inevitable: la de un público y un elenco propios. Para los lectores extraños a su política, no tiene generalmente sino un interés polémico. Este hecho favorece a una prensa industrial que mientras se titula prensa de información y, por ende, neutral, en realidad es la más eficaz e insidiosa propagandista de las ideas y hechos conservadores y la más irresponsable mistificadora de las ideas y hechos revolucionarios.
Hace absoluta falta, por esto, dar vida a periódicos de información, dirigidos a un público muy vasto, que asuman la defensa de la civilidad y del orden nuevo, que denuncien implacablemente la reacción y sus métodos y que agrupen, en una labor metódica, al mayor número de escritores y artistas avanzados. Estos periódicos son susceptibles de adaptación progresiva al tipo industrial, si el criterio administrativo se impone al criterio docente, y de desviación reformista, si los absorbe gradualmente la corriente democrática, con sus resquemores y prejuicios anti-revolucionarios. Pero, de toda suerte, constituyen una empresa que es necesario acometer. Sin preocuparse excesivamente de sus riesgos.
La presencia de Henri Barbusse, revolucionario honrado, de gran corazón e inteligencia, en la dirección de "Monde", es una garantía de que esta revista, no obstante la liberalidad que se permite en la elección de sus colaboradores, sabrá mantenerse en su línea inicial. Barbusse encuentra, por sus antecedentes, por su talento, por su obra, un largo crédito de confianza en todos los sectores revolucionarios. La extrema izquierda de sus compañeros de "Clarté" -bajo cuya dirección y responsabilidad se cumplió la segunda etapa de este experimento- le reprocha su Insuficiente marxismo. Pero es ésta una cuestión juzgada ya, con incontestable competencia, por la crítica rusa. La formación intelectual de Barbusse, aumenta el valor de su adhesión a la causa revolucionaria, acrecienta el alcance de su ruptura con el vicio orden social.
La encuesta que "Monde" ha abierto sobra la literatura proletaria, suscitando un extenso debate internacional2, debe la amplitud que desde el primer momento ha alcanzado, al carácter no sectario, no partidista de este periódico. En esta encuesta participa una gama intelectual que va de André Breton y la revolución "surrealiste" a Paul Souday, critico del "Temps". "Monde" no admite que la literatura proletaria sea una palabra vana. Tiene sus puntas de vista propios. Pero esto no le impide desear y provocar un debate exhaustivo, consultando las más variadas opiniones. Sólo así es dable a un periódico interesar a grandes sectores de público.
Hispano-América tiene una representación autorizada y prestigiosa en el comité de "Monde". Así el nombre de Manuel Ugarte como el del gran don Miguel de Unamuno, que da tan edificante y magnifico ejemplo de fidelidad a los deberes de la inteligencia, no encuentren sino simpatías y respeto en los pueblos de idioma español, "Monde" está destinado a conseguir un eco fecundo en la conciencia del continente hispánico.
Las anteriores consideraciones son pertinentes para la explicación de nuestro experimento de "Amauta" y "LABOR".
Entre nosotros, "Amauta" se orienta cada vez hacia el tipo de revista de doctrina. "LABOR" que, de una parte es una extensión de la labor de "Amauta", de otra parte tiende al tipo de periódico de información. Su función no es la misma. Como la información, especialmente en nuestro caso, no puede ser entendida en el estrecho sentido de crónica de sucesos, sino sobre todo como crónica de ideas, "LABOR" tiene respeto a su público, que desea lo más amplio posible -nuestro periódico, quincenario por el momento, semanario apenas su difusión lo consienta, está dirigido a todos los trabajadores manuales e intelectuales-, obligaciones de ilustración integral de las cuestiones y movimientos contemporáneos, que una revista doctrinal desconoce. Así se explica perfectamente el que, sin adherir a la corriente que Romain Rolland acaudilla con tan eminente autoridad moral e intelectual, hayamos publicado en el' primer número de este periódico el último capítulo de Romain Rolland sobre Tolstoy y su obra; y el que en nuestros números sucesivos, cumpliendo honradamente nuestro deber de vulgarización e información, acentuemos acaso esta liberalidad, especialmente cuando se trate de opiniones y temas que no encuentran: fácil acogida- en la gran prensa, a pesar de su derecho a la atención pública.
NOTAS:
1 Publicado en "Labor”, Nº 2, Año 1, pág. 2. Lima, 21 de noviembre de 1928.
2 Véase, en el Nº 1 de "labor" Las opiniones de André Breton, Luc Durtain, León Werth, Waldo Frank, Franco André, Vandervelde y Unamuno.
[1] F Engels, Introducción a la edición de 1895 de Las Luchas de clases en Francia de 1848 a 1850 de Karl Marx.
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