ESTAMPAS RURALES
Por: GERMAN CARO RIOS.
LA SIEMBRA DE LAS PAPAS
Reparemos un paraje serrano cuando ha entrado la Luna llena de octubre.
Tenues neblinas cargadas de vida acarician amorosamente las montañas.
Los zorros aúllan sus celos y las plantas sonríen por sus yemas.
La tierra pide semillas y las hembras fecundación.
El hombre de las vertientes andinas, que conoce las manifestaciones de la tierra, se apodera de las andenerías con lúbrica fruición.
Para el andino, la siembra, es el ayuntamiento de la acción con la tierra del cual nace la vida. Por eso taklleros y gañanes, defloradores del suelo, son los trabajadores más presumidos a quienes se les guarda hierática distinción.
La siembra de las papas, como toda faena comunal, es una combinación metódica y armoniosa de trabajo, arte y religiosidad. Entre canticos, exorcismos y otras ceremonias ruralmente ortodoxas, empiézase por dedicar a la tierra- “Pachamama”- la semilla más extraña amuleteada con una llamita hecha de una pasta de grasa, sangre del cuy, chicha y otras sustancias que el rito tahuantinsuyano consagro a sus dioses.
Varones y mujeres toman su lugar en el laboreo. Los más fuertes la taklla o el arado, otros reparan las andenerías, acarrean malezas, destrozan los terrones(tocras), seleccionan o siquichean la semilla (tajar la parte desprovista de yemas para formar base), marcan el ritmo de la faena con la tinya o cantan las virtudes de la sementera y del trabajo en sus harawis.
Las faenas comunales son una equitativa distribución del esfuerzo donde de niños a viejos, del anciano zumbón que dice chascarrillos y alienta la faena con un “aura pue muchachos”, son indispensables y guardan el mismo rol en la producción.
Papa lucha ¡Huay! .....
que a Lima me has de llevar
Papa chata ¡chay! …..
la primera en florecer….
A cada canción de las chinas, que se eleva del panorama como un caudal de alegría y promesas, responden los varones y las montañas con un arrogante guají.
El cantado dialogo entre la tierra y el hombre, se alterna con el “TARPUYUN” o juego de la siembra, que consiste en la simulación de actitudes relacionadas con la vida sexual. El tarpuyun, mezcla de juegos lúbricos, danzas y canto, es como la ceremonia nupcial del hombre con la tierra y la incaica sutileza de hacer de las faenas una tarea grata, blanda y armoniosa, plena de sentido colectivo. Los incas cultivaron el arte, no, como simple expresión del sentimiento estético puro, más bien, práctico; es decir: el arte al servicio de la producción social útil. Consecuente concepción de un pueblo que considero al trabajo como una actividad creadora y no como una maldición de sus dioses.
La tarea empezó con el alba y termino con la puesta del sol. La continua y dilatada brega no provocó ni agotamiento ni sinsabores, por el contrario, sobran deseos de laborar en ese ambiente de trabajo recreativo.
Solo estas faenas- diversión- inventiva del temperamento equitativo y colectivista del Ayllu, pudo dominar y continua, dominando esa naturaleza agreste y bravía de los Andes que se empeña tercamente en mantener su dictadura.
Si tal sistema retardó la invención de máquinas liberadoras del trabajo humano, fue la energía sistematizada cuya eficacia plasmóse en el aladinezco imperio de vida ascendente y placentera.
Las faenas serranas nos dicen que dicho espíritu vive latente en la comunidad ante otra aurora colectivista.
Nota. Lo que el lector tiene a la vista es un artículo que entre otros y de igual dulzura de la acción humana el Maestro German Caro Ríos publicara en la Revista bimestral de Cultura “VERTIENTE” de la que él fuera uno, como ellos mismos se presentan (José Marcos G, Roberto Santos R), Redactores responsables. Data en Lima, Mayo de 1944 – Año I- Nº I
La transcripción para su difusión vía redes sociales se ha hecho con el más alto respeto y admiración a la obra del Maestro German Caro R. hoy, 28 de mayo de 2023 conmemorando el 118 Aniversario de su Nacimiento.
Él y su heroica Generación de maestros, hombres nuevos de un “Perú Nuevo en el mundo nuevo” Por Camino de Mariátegui para el Resurgimiento del Perú.
Héctor Félix D.
27.05.23
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