TacnaComunitaria
COMERCIO EXTERIOR Y
MERCADO MUNDIAL
Ya se sabe que
reproducción ampliada se refiere a los capitalistas individuales y que
acumulación se refiere al capitalismo total, global. Y que el objetivo general
es obtener ganancia en progresión cada vez mayor.
Acumulación es la
transformación de la plusvalía en capital activo. Es, pues, la expresión
capitalista de la reproducción. Pero la plusvalía sólo es transformable en
capital porque el plusproducto, cuyo valor constituye, contiene ya los
elementos materiales de un nuevo capital (medios de producción, medios de
consumo)
Pero por el análisis
del capital constante c, capital
variable v, plusvalía p, de la Sección I y la Sección II en
sus relaciones internas, se constata que la plusvalía no puede trasladarse
directamente a la acumulación en el lugar de la producción. En otras palabras,
la acumulación es imposible en un medio exclusivamente capitalista. Luego de su
profundo análisis, Rosa Luxemburgo concluye que “De aquí nace, desde el primer
momento de la evolución capitalista, el impulso hacia la expansión a capas y
países no capitalistas, la ruina de artesanos y campesinos, la proletarización
de las capas medias, la política colonial, la apertura de mercados, la
exportación de capitales”
Desde su primer momento, pues, el
capitalismo se muestra así, destruyendo el medio de donde nació, el
campesinado, el artesanado, las costumbres de su propio país de origen, de
países enteros y regiones enteras. Donde va, destruye lo que encuentra e impone
su propio régimen. Eso muy bien lo sabemos en nuestra América, desde el
“descubrimiento”
En El Capital, T. 3, Sección 1, Marx señala paso a paso el proceso de
la acumulación. Se puede seguir su análisis párrafo tras párrafo (con énfasis
agregados):
-El proceso de producción capitalista consiste, esencialmente, en la
producción de plusvalía, representada en el plusproducto o en la parte alícuota
de las mercancías producidas, o sea, trabajo
no pagado. No hay que olvidar nunca que la producción de esta plusvalía -y
la retransformación de una parte de la misma en capital o acumulación, forma
una parte integrante de esta producción de la plusvalía- es el fin inmediato,
el motivo determinante de la producción capitalista.
-Por consiguiente, no ha de representarse ésta como aquello que no es,
como producción que tiene por fin inmediato el lujo o la producción de medios
de lujo para los capitalistas.
-Al hacerlo así se prescinde totalmente del carácter específico de su
expresión interna. La conquista de esta plusvalía constituye el proceso
inmediato de producción que, como queda dicho, no tiene más límites que los
arriba indicados.
-Una vez que la cantidad de plustrabajo se ha convertido en mercancía,
queda producida la plusvalía. Pero con esta producción de la plusvalía queda
sólo terminado el primer acto del proceso de producción capitalista: el proceso
de producción inmediato. El capital ha absorbido tal cantidad de trabajo no
pagado. Con el desarrollo del proceso que se manifiesta en el descenso de la
cuota de beneficio, la masa de plusvalía, así producida, aumenta en
proporciones monstruosas.
-Ahora viene el segundo acto del proceso. Toda la masa de mercancías, el
producto total, tanto la parte que reemplaza al capital constante y variable,
como la que representa la plusvalía, tiene
que ser vendida. Si no acontece esto, o sólo acontece parcialmente, o sólo
con precios que estén por debajo de los precios de producción, se ha
verificado, es cierto, la explotación del trabajador, pero su explotación no se
ha realizado en bien del capitalista. Puede ser que la plusvalía no se realice
o sólo se realice en parte, e incluso, que se pierda parcial o totalmente el
capital. Las condiciones de la explotación inmediata y de su realización no son
idénticas. Se distinguen, no sólo por virtud del tiempo y del espacio, sino
también conceptualmente. Unas sólo se hallan limitadas por la fuerza productiva
de la sociedad; otras, por la proporcionalidad de las diversas ramas de la
producción y el poder de consumo de la sociedad.
-Pero la realización no está determinada por la capacidad absoluta de
producción, ni por el poder absoluto de consumo, sino por el poder de consumo sobre la base de
proporciones antagónicas de distribución, que el consumo de la gran masa de la
sociedad reduce a un mínimo variable dentro de los límites más o menos
estrechos.
-Se halla también limitada por el impulso
de acumulación; el impulso que lleva a aumentar el capital y a producir
plusvalía en escala ampliada.
-Esta es una ley de la producción
capitalista, dadas las revoluciones constantes en los métodos de producción
mismos; por la constante desvalorización del capital invertido que de ellas
procede; por la lucha general de la concurrencia y por la necesidad de mejorar
la producción y ampliar su escala, como único medio de conservación, bajo pena
de ruina.
-Por consiguiente, el mercado ha
de ser extendido constantemente, de modo que sus nexos y las condiciones
que lo regulan tomen cada vez más la forma de una ley natural, independiente de
los productores, haciéndose cada vez más incontrolables.
-La contradicción interior trata de compensarse por la extensión del campo exterior de la
producción. Pero cuanto más se desarrolla la fuerza productiva, tanto más entra
en conflicto con la estrecha base sobre la que descansan las relaciones de
consumo.
-Sobre esta base contradictoria, no es contradicción que el exceso de
capital vaya unido al exceso creciente de población, pues, si ambas cosas
fueran unidas, aumentando la masa de la plusvalía producida aumentaría también
la contradicción entre las condiciones en que esta plusvalía es producida y las
condiciones en que es realizada.
Al subrayar que “el
mercado ha de ser extendido constantemente”, Rosa Luxemburgo precisa que tiene
que ser “por encima del consumo de los capitalistas y obreros” (únicos que
existen en la abstracción de Marx), esto es, “por fuera del sistema
capitalista” Y así se llega al problema del comercio exterior, del mercado
mundial.
Mercado interior y
exterior tienen mucho que ver con el problema de la acumulación: “El mercado
interior y el exterior desempeñan, ciertamente, un gran papel en la marcha de
la evolución capitalista, pero no como conceptos de la geografía política, sino de la economía
social. Mercado interior, desde
el punto de vista de la producción capitalista, es mercado capitalista; es esta
producción misma como compradora de sus propios productos y fuente de
adquisición de sus propios elementos de producción. Mercado exterior para el capital, es la zona social no capitalista que absorbe
sus productos y le suministra elementos de producción y obreros. Desde este
punto de vista, económicamente, Alemania e Inglaterra, en su mutuo cambio de
mercancías, son, principalmente, mercado interior, capitalista, mientras que el
cambio entre la industria alemana y los consumidores campesinos alemanes, como
productores para el capital alemán, representa relaciones de mercado exterior. Como
se ve por el esquema de la reproducción, estos son conceptos rigurosamente
exactos. En el tráfico capitalista interior, en el mejor caso, sólo pueden
realizarse determinadas partes de producto social total: el capital constante
gastado, el capital variable y la parte consumida de la plusvalía; en cambio, la
parte de la plusvalía que se destina a la capitalización ha de ser realizada ‘fuera’. Si la capitalización de la
plusvalía es un fin propio y un motivo impulsor de la producción, por otra
parte, la renovación del capital constante y variable (así como la parte
consumida de la plusvalía) es la amplia base y la condición previa de aquélla.
Y al paso que con el desarrollo internacional del capitalismo, la
capitalización de la plusvalía se hace cada vez más apremiante y precaria, la
amplia base del capital constante y variable, como masa, es cada vez más potente
en absoluto y en relación a la plusvalía. De aquí un hecho contradictorio; los
antiguos países capitalistas constituyen mercados cada vez mayores entre sí, y
son cada vez más indispensable unos para otros, mientras al mismo tiempo combaten
cada vez más celosamente, como competidores, en sus relaciones con países no capitalistas. Las condiciones de la
capitalización de la plusvalía y las condiciones d la renovación total del
capital, se hallan cada vez más en contradicción entre ellas, lo cual no es,
después de todo, más que el reflejo de la ley de contradictoria de la cuota decreciente de beneficio. (R.L., La Acumulación del Capital…. Pág.
281-282)
Entonces, mercado interior es entre capitalistas,
mercado exterior es entre el
capitalismo y zonas y países no capitalistas, precisando así que la parte de la
plusvalía que se destina a la capitalización ha de ser realizada “fuera”
Este “fuera” son nuestros países “tercermundistas”
Ragarro
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