Dr. Hugo SALINAS
El
origen de la pobreza/riqueza es la Repartición Individualista del
resultado de la actividad económica, mediante el cual un reducido número
de personas se apropia de la totalidad del esfuerzo de todo un pueblo,
presente y pasado. Una maldición que nace hace diez mil
años en el Viejo Mundo y no más de seis siglos en el Nuevo Mundo.
Durante este lapso de tiempo, aun cuando los procesos de trabajo han
evolucionado, pasando de la agricultura primitiva hacia la industria,
este tipo de Decisión socio-económica no ha sufrido, en lo absoluto,
ningún cambio. Su posición hegemónica ha sido, y es, indiscutible. ¿Por
qué?
Avanzo
una hipótesis de trabajo. Primero, porque el elemento fundamental,
tanto de los dos procesos naturales de producción (economía agropecuaria
primitiva) como del proceso artificial de producción (economía
industrial), mediando la violencia o un ardid, facilitan su apropiación
por terceros. Así se instala la Repartición Individualista del resultado
de la actividad económica.
Segundo, porque en los movimientos sociales no existió, y no existe aún, una idea clara de la raíz del problema. Se
ha ido pasando de la revuelta, a la internalización del problema, y a
soluciones prácticas. Para probarlo, me posiciono en el área del
Tawantinsuyo y presento tres casos emblemáticos: la rebelión de Túpac
Amaru II, los estudios de José Carlos Mariátegui, y la toma de tierras
liderada por Hugo Blanco Galdós.
Cuando
los españoles invaden el Tawantinsuyo nos imponen un modelo de
actividad socio-económica que contenía como uno de sus elementos a la
Repartición Individualista de su resultado. Es decir, que el 100% del
resultado de la actividad económica pertenece a unos cuantos, los
invasores. Y en el Viejo Mundo, esa práctica, duraba ya diez mil años.
Por lo tanto, en la piel de cada uno de los invasores y de sus
mandatarios estaba el enriquecimiento a toda costa, la apropiación de
los bienes de terceros sin mesura, y el desprecio por la vida humana.
¿Cómo
reaccionaron los pueblos originarios del Tawantinsuyo? Una de las
figuras emblemáticas de la rebelión es Túpac Amaru II. Después de dos
siglos y medio de opresión, y al verse afectado por la apertura de
aduanas y el alza de alcabalas, en un primer momento, decide enfrentarse
a los Corregidores, representantes del Rey de España. Luego, la
rebelión se radicaliza y busca independizarse de la corona española.
Este movimiento, que abrazó a casi todos los pueblos originarios del
Tawantinsuyo, ¿fue consciente de que la raíz del problema es la
Repartición Individualista? No. Supuesto el caso de que este movimiento
de rebeldía, en esas condiciones, hubiera triunfado, ¿cuál hubiera sido
el resultado?
Al
respecto, Aníbal Quijano nos relata la experiencia de los pueblos del
Sudeste Asiático (India, Indonesia y Filipinas) que se habían liberado
del yugo directo europeo. “Allá, los grupos o poblaciones ‘indígenas’
son aquellos que habitan las zonas más aisladas, más pobres, […] cuyos
principales recursos de vida, a veces los únicos, son el bosque, la
tierra, los ríos […]. Tales poblaciones son oprimidas, discriminadas,
despojadas de sus recursos, […] por los otros grupos […] tan ‘nativos’,
‘aborígenes’ u ‘originarios’, que en esos países tienen hoy el control
inmediato del poder […].”[1] El nativo contra el nativo, en una relación de Repartición Individualista.
Mariátegui toma consciencia del problema. Cuando aborda “el problema del indio” en sus “7 Ensayos” (1928),[2]
su primera frase en lapidaria: “Todas las tesis sobre el problema
indígena, que ignoran o eluden a éste como problema económico-social,
son otros tantos estériles ejercicios teoréticos –y a veces sólo
verbales–, condenados a un absoluto descrédito”. Luego anota: “La
crítica socialista lo descubre y esclarece, porque busca sus causas en
la economía del país”.
Mariátegui
insiste. “La cuestión indígena arranca de nuestra economía. Tiene sus
raíces en el régimen de propiedad de la tierra. Cualquier intento de
resolverla con medidas de administración o policía, con métodos de
enseñanza o con obras de vialidad, constituye un trabajo superficial o
adjetivo, mientras subsista la feudalidad de los “gamonales”. Y precisa.
“El factor central del fenómeno es la hegemonía de la gran propiedad
semifeudal […]. Por consiguiente, es sobre este factor sobre el que se
debe actuar si se quiere atacar en su raíz un mal del cual algunos se
empeñan en no contemplar sino las expresiones episódicas o
subsidiarias.”
De
esta forma, Mariátegui identifica al mecanismo de extorsión en una
economía agropecuaria primitiva (los dos procesos naturales de
producción). Pero no logra precisar la raíz del mal. En cambio, es
bastante claro para prevenirnos que “Nadie ignora que la solución
liberal de este problema sería, conforme a la ideología individualista,
el fraccionamiento de los latifundios para crear la pequeña propiedad.
[…] Congruentemente con mi posición ideológica, yo pienso que la hora de
ensayar en el Perú el método liberal, la fórmula individualista, ha
pasado ya”.
Sin
embargo, treinta años después, es eso lo que realizó el movimiento
campesino liderado por Hugo Blanco: la difusión de la pequeña propiedad.
La ley de reforma agraria que sigue, convalida la muerte del
latifundio, pero no así el de la pobreza. ¿Cómo explicarlo? El “problema
del indio”, así como el de las mayorías nacionales no es un asunto de
pequeña o gran propiedad. Es un asunto de Repartición Individualista del
resultado de la actividad económica.
La
frase siguiente de Mariátegui confirma el error de interpretación del
problema: “La de los inkas fue una civilización agraria. La de Marx y
Sorel es una civilización industrial”. Es decir, como que el problema
del indio es el problema de la tierra, y que diferente hubiera sido la
suerte de los aborígenes si se les hubiera impuesto una economía
industrial. Se piensa que el problema de la pobreza/riqueza proviene de
los elementos del proceso de trabajo cuando, lo hemos visto, radica en
la Repartición Individualista del resultado de la actividad económica.
Y
las izquierdas democráticas de nuestros tiempos, en vez de avanzar en
la comprensión del origen de los grandes males de sociedad, han
retrocedido. Su postura jurídica (referéndum, nueva constitución,
plurinacionalidad…) fue duramente denunciada por José Carlos Mariátegui
(1928). Se han quedado en la lucha defensiva, aceptando la Repartición
Individualista del resultado de la actividad económica; es decir,
aceptando el neoliberalismo, como acostumbran llamarlo ahora.
[1]
QUIJANO OBREGÓN Aníbal [2004] El “Movimiento Indígena” y las cuestiones
pendientes en América Latina, in Coordinadora Andina de Organizaciones
Indígenas (CAOI) [2008] Estados Plurinacionales Comunitarios, Para que
otros mundos sean posibles, Lima, Perú, p. 300-301
[2]
MARIÁTEGUI José Carlos, [1928] 7 Ensayos de interpretación de la
realidad peruana, Fundación Biblioteca Ayacucho, Venezuela, 2007 in
http://www.bibliotecayacucho.gob.ve/fba/?id=103
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