(29 de setiembre de 2025)
Por Miguel Aragón
Las grandes movilizaciones de los
últimos días, en Lima y en otras provincias, son un fenómeno social que
requiere mayor atención.
La historia "es la sucesión
de las generaciones" (Marx, La Ideología Alemana") y a la vez, la
historia "es la lucha de clases" (Marx, El Manifiesto Comunista).
Ambos conceptos no se
contraponen, por el contrario, se complementan.
La historia, desde la época
antigua, es la historia de la lucha de clases. Esta es una verdad irrefutable,
comprobada en la práctica social de las masas en los últimos siglos de
civilización.
A su vez, cada clase social, se
renueva generacionalmente cada cierto tiempo. Esta renovación es social, y
también es una renovación política y cultural. Todo lo existente en la sociedad
se encuentra en constante cambio.
En la lucha social cada
generación va descubriendo sus características propias, y va definiendo sus
propias organizaciones, y seleccionando y promoviendo a sus propios dirigentes.
En Perú, desde aproximadamente el
año 2020, la nueva generación está atravesando por este proceso de definición y
de selección.
Entre ellos, la confusión actual
es natural y a la vez temporal, tal vez se prolongue por cinco años más. Pero en definitiva, al comenzar la próxima
década los campos estarán definitivamente delimitados y contrapuestos. La lucha
político electoral municipal del año 2030 será definitiva, marcará un antes y
un después.
La composición social de las
masas en movimiento es muy compleja y variopinta.
Participan desde estudiantes jóvenes
que todavía reciben sustento económico de sus padres, hasta desempleados
jóvenes que no disponen de un sustento seguro en el día a día.
También participan trabajadores
jóvenes que son trabajadores asalariados (obreros y empleados), así como trabajadores
jóvenes eventuales o subempleados
No faltan empresarios jóvenes y vendedores ambulantes.
Una característica muy importante
y destacable es la participación de un alto porcentaje de mujeres, cada vez más
identificadas y comprometidas con la lucha social., posiblemente entre ellas,
también se movilicen un porcentaje significativo de madres jóvenes, que son las
que más viven y sienten las necesidades sociales.
Por ahora sus principales
consignas son protestatarias, niegan y combaten los males sociales. Pero en la
medida en que continúen y perseveren en la lucha, se elevarán a las consignas
contestatarias, a las propuestas afirmativas, en un comienzo "por mejores
condiciones de trabajo y mejores condiciones de vida", y en una segunda
etapa agitarán consignas por el cambio social.
Este proceso de maduración estará
condicionado por la evolución económica y por la evolución política del país, y
también del mundo, un mundo cada vez más interconectado.
El actual ciclo de crecimiento
económico sin desarrollo social, que se vive en el país, al igual que
anteriores ciclos, será temporal. En cualquier momento puede comenzar el nuevo
ciclo de crisis económica y agravamiento de la crisis social y política.
Desde ahora, todos (jóvenes, adultos y
veteranos) debemos y tenemos que prepararnos para afrontar la nueva situación,
y cambiar las formas de organización y de lucha.
La clase dominante también está
analizando este proceso, y se está preparando para las próximas jornadas de
lucha, comenzando por acrecentar y fortalecer el aparato represivo, para lo
cual el incremento de la delincuencia y la violencia, le sirven del pretexto
ideal.
A más delincuentes, más policías;
y a más policías más delincuentes Todo está sincronizado.
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