martes, 1 de abril de 2014

RAMÓN GARCÍA: PANORAMA ACTUAL DEL NACIONALISMO ÉTNICO

Centenario del Socialismo Peruano (07)


            ¿Qué futuro le aguarda a nuestro país con el nacionalismo étnico? Como todos los países de nuestra América Nativa, su población está compuesta de población precolombina supérstite (incaica, preincaica, selvícola), de población criolla (descendientes de hispanos y europeos), de población negra (afrodescendientes), de población asiana (chinos y nipones mayormente) Y si bien la población nativa es numerosa, cada vez más predomina el mestizo. Esta es la realidad actual.

            Con la conquista y coloniaje desapareció el Tawantinsuyu incaico, único Estado del que se tiene noticias en el Hemisferio Sur antes de la expansión europea. Y sólo quedó y queda hasta el presente su población aborigen, sometida primero a la explotación feudal y luego de la Independencia a la explotación del Estado “criollo”, del gamonalismo, de la burguesía parasitaria y rentista. Y así hasta el presente.

            Pero la población indígena, originaria (quechua, aymara, mochica, otras) siempre ha luchado por sus reivindicaciones. Sin embargo, “Todas las revueltas, todas las tempestades del indio han sido ahogadas en sangre. A las reivindicaciones desesperadas del indio les ha sido dada siempre una respuesta marcial. El silencio de la puna ha guardado luego el trágico secreto de estas respuestas”, señalaba a su tiempo JCM. ¿Por qué ocurría y ocurre esto hasta el presente?

            Desde su juventud JCM dedicó estudios y artículos a este tema. En la Bio-Bibliografía de JCM (por Guillermo Rouillon) y en la COC de JCM están:

-Entre salvajes                                               19.07.14
-La fiesta de la Raza                                      12.10.14
-Grimas y zozobras (Rumimaki)                   17.01.17
-Grimas y zozobras (Rumimaki)                   13.02.17
-Grimas y zozobras (Rumimaki)                    01.03.17
-Grimas y zozobras (Rumimaki)                    25.04.13
-Día festivo (de la Raza)                                13.10.17
-El problema primario del Perú                      09.12.24
-Serpentinas (el pasado)                                 27.02.25
-El rostro y el alma del Tawantinsuyu            bkiu 11.09.25
-Nacionalismo y vanguardismo                      27.11.25
-Aspectos del problema indígena                   17.12.26
-La civilización y el caballo                           11.12.27
-El indigenismo en la literatura                      04.02.27
-Indigenismo y socialismo (contra LAS)       25.02.27
-Indigenismo y socialismo (contra LAS)       11.03.27
-Indigenismo y socialismo (contra LAS)        nn.03.27
-Presentación a Tempestad en los Andes       nn.10.27
-Motivos de carnaval (el pasado)                  24.02.28
-Contribución al Problema Indígena             12.08.28
-El indio y el mestizo                                     17.08.28
-El indio mestizo                                           24.08.28
-En el Día de la Raza                                     13.10.28
-Sobre el problema indígena                          10.11.28
-Esquema del problema indígena                  nn.05.29
-Presentación a El Amauta Atusparia            05.03.30

            Del primero al último artículo, siempre su posición fue en defensa de la población aborigen. Respecto a los selvícolas campas señala que “Por nada del mundo sustituirían la rústica sencillez de su vida salvaje, por la inapacible y violenta de las ciudades” Respecto a la rebelión de Atusparia señala que “cuando la revuelta aspiró a transformarse en una revolución, se sintió impotente por falta de fusiles, de programa y de doctrina”, y esto porque “supérstites de una clase disuelta y vencida, los herederos de la antigua aristocracia india, no podían acometer con éxito la empresa de una revolución”

            En torno al nacionalismo étnico hay dos aspectos. Respecto al Estado dominante, “Esta crítica repudia y descalifica las diversas tesis que consideran la cuestión como uno u otro de los siguientes criterios unilaterales y exclusivos: administrativo, jurídico, étnico, moral, educacional, eclesiástico”; que “El factor central del fenómeno es la hegemonía de la gran propiedad semifeudal en la política y el mecanismo del Estado”, y que “Por consiguiente, es sobre este factor sobre el que se debe actuar si se quiere atacar en su raíz un mal del cual algunos se empeñan en no contemplar sino las expresiones episódicas o subsidiarias”

            Respecto a la propia población aborigen, reitera una y otra vez que “Un pueblo de cuatro millones de hombres, consciente de su número, no desespera nunca de su porvenir. Los mismos cuatro millones de hombres, mientras no son sino una masa inorgánica, una muchedumbre dispersa, son incapaces de decidir su rumbo histórico” (Ahora somos hasta ocho veces más) Pero que “El indio alfabeto se transforma en un explotador de su propia raza porque se pone al servicio del gamonalismo”

            Analizando en conjunto estos aspectos, siempre centró en el problema primario, en el problema raizal. Señala que “El régimen de propiedad de la tierra determina el régimen político y administrativo de toda nación” Este tema lo desarrolló con amplitud desde su histórico artículo El problema primario del Perú. Por eso, en su Esquema del problema indígena, como resumen de sus planteamientos señala que “Llamamos problema indígena a la explotación feudal de los nativos en la gran propiedad agraria. El indio, en el 90% de los casos, no es un proletario sino un siervo”; que “El capitalismo extranjero se sirve de la clase feudal para explotar en su provecho estas masas campesinas”; que “Los elementos feudales o burgueses, en nuestros países, sienten por los indios, como por los negros y mulatos, el mismo desprecio de los imperialistas blancos”; que “Las posibilidades de que el indio se eleve material e intelectualmente dependen del cambio de las condiciones económico-sociales”; que “La evolución económica y social de la nación entra en una era de actividad y contradicciones que, en el plano ideológico, causa la aparición y desarrollo del pensamiento socialista” De ahí concluye que “La lucha de los indios contra los gamonales ha estribado invariablemente, en la defensa de sus tierras, contra la absorción y el despojo. Existe, por tanto, una instintiva y profunda reivindicación indígena: la reivindicación de la tierra” De ahí que “Dar un carácter organizado, sistemático, definido, a esta reivindicación, es la tarea que tenemos el deber de realizar activamente”

            Esta posición del Socialismo Peruano ante el problema primario de nuestro país fue dejada de lado por décadas. Y por eso continuó el nacionalismo étnico con su doble planteamiento. Primero, la restauración del Tawantinsuyu, ocultando que es imposible volver atrás. Destruida hasta sus cimientos la organización estatal, sólo queda la población aborigen en sus ayllus primigenios incluso ya muy desnaturalizados. Por eso señala JCM que el indigenismo “no es una especulación literaria ni un pasatiempo romántico que, como muchos otros, se resuelve y agota en una inocua apología del Imperio de los Incas y sus faustos”; que “los indigenistas revolucionarios, en lugar de un platónico amor al pasado incaico, manifiestan una activa y concreta solidaridad con el indio de hoy”; y -lo central-, que “Este indigenismo no sueña con utópicas restauraciones. Siente el pasado como una raíz, pero no como un programa. Su concepción de la historia y de sus fenómenos es realista y moderna. No ignora ninguno de los hechos históricos que, en estos cuatro siglos, han modificado, con la realidad del Perú, la realidad del mundo”

            Segundo, la superioridad de la raza, cayendo en un racismo al revés: “Del prejuicio de la inferioridad de la raza indígena, empieza a pasarse al extremo opuesto: el de que la creación de una nueva cultura americana será esencialmente obra de las fuerzas raciales autóctonas”; pero “Suscribir esta tesis es caer en el más ingenuo y absurdo misticismo” porque “Al racismo de los que desprecian al indio, porque creen en la superioridad absoluta y permanente de la raza blanca, sería insensato y peligroso oponer el racismo de los que superestiman al indio, con la fe mesiánica en su misión como raza, en el renacimiento americano”

            Han pasado décadas, pero esta posición del Socialismo Peruano enfrenta nuevamente al nacionalismo étnico en su doble aspecto. La candidatura primero y presidencia después de Alejandro Toledo, que habla perfectamente el inglés pero ignora perfectamente el runa simi, el quechua, comenzó con la “marcha de los cuatro Suyus”, las cuatro regiones que constituían el Tawantinsuyu. Luego se supo que esta campaña había sido sufragada provocadoramente por un magnate yanqui. Y cuando llegó a la presidencia, durante su gestión flameó en la Casa de Gobierno, Casa de Pizarro el Conquistador, la supuesta bandera del Tawantinsuyu (la de los colores del Arco Iris) Pero ¿hizo algo siquiera por restituir la tierra a sus paisanos aborígenes? Nada de eso, simplemente cambió su Programa electoral por la Bitácora del gobierno permanente.

            Le siguió en esta línea Ollanta Humala. Su bisabuelo había sido un déspota terrateniente ayacuchano, que tuvo que huir de Oyolo en 1931, ante una revuelta de indígenas hastiados de sus abusos. Por años su padre Isaac Humala, abogado asesor de empresas constructoras, había trabajado por constituir un nuevo movimiento étnico, el etnocacerismo (1989), en honor a Andrés A. Cáceres, héroe de la resistencia en la infausta Guerra del Pacífico. Pretendía reivindicar la “raza cobriza”

            En julio de 2009 se difundió una serie acerca de El color del Poder. Y se señaló que si aún sobrevive el viejo nacionalismo es por la desorganización del pueblo trabajador, manipulado por los medios de comunicación y desde el presente siglo maniatado por la criminalización de la protesta popular. Así se seguía las vicisitudes del nacionalismo étnico.

            Ollanta Humala, como militar y alumno de la repudiada Escuela de las Américas había participado en la masacre de la insurrección senderista. Como candidato del partido iniciado por su padre, prometió el “Conga no va”, proyecto minero extractivista transnacional, pero apenas elegido le dio vía libre porque si la tierra (el suelo) es de los campesinos, “el subsuelo es del Estado”. Repetía así la doble jugada de un anterior candidato, que ante la terapia de shock neoliberal repetía su “no shock, no shock”, pero apenas logró la presidencia aplicó su “Fuji-shock” Y Ollanta Humala, apenas elegido cambió su electoral Plan de Gobierno por la Hoja de Ruta del gobierno permanente.

            Entonces, ésta es la realidad del nacionalismo étnico, teoría y práctica. Y con este nacionalismo, manipulado abierta y descaradamente por el sistema dominante transnacional y marginal, el futuro de nuestro país es seguir siendo políticamente independiente y económicamente colonial.

            Por eso, 7 Ensayos y Economía Colonial, ¡Siguen vigentes!

Ragarro
01.04.14       


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