domingo, 29 de octubre de 2023

IRÁN Y RUSIA TIENDEN UNA TRAMPA AL HEGEMON EN PALESTINA

 


28 octubre, 2023

Pepe escobar

La asociación estratégica Rusia-Irán, con China entre bastidores, está tendiendo una trampa, propia de Sun Tzu, para el Hegemon en Asia occidental. 

Aparte de Israel, no hay ninguna entidad en el planeta capaz de desviar la atención, en un instante, de la espectacular debacle de Occidente en Ucrania. 

Los belicistas a cargo de la política exterior estadounidense, no exactamente bismarckianos, creen que si el Proyecto Ucrania es inalcanzable, el Proyecto Solución Final en Palestina podría ser, en cambio, pan comido (limpieza étnica). 

Sin embargo, el escenario más plausible es que Irán-Rusia – y el nuevo “eje del mal” Rusia-China-Irán- tengan todo lo necesario para arrastrar al Hegemon a un segundo atolladero. Se trata de utilizar los propios y desconcertados movimientos del enemigo para desequilibrarlo hasta el olvido.

La ilusión de la Casa Blanca de que las Guerras Eternas en Ucrania e Israel están inscritas en el “noble impulso de la democracia” y que son “esenciales para los intereses de Estados Unidos” ya ha resultado contraproducente, incluso entre su propia opinión pública.

Eso no impide que, entre gritos y susurros, los neoconservadores americanos, aliados de Israel, estén aumentando el ritmo de sus acciones para provocar a Irán. Lo hacen mediante una proverbial bandera falsa que conduciría a un ataque estadounidense. Ese escenario de Armagedón encaja perfectamente con la psicopatía bíblica del Primer Ministro israelí Benjamín Netanyahu. 

Los vasallos se han visto obligados a obedecer dócilmente. 

En estos días los jefes de Estados de la OTAN se han dirigido directamente a visitar Israel para demostrar su apoyo incondicional a Tel Aviv, incluidos Kyriakos Mitsotakis de Grecia, Giorgia Meloni de Italia, Rishi Sunak de Gran Bretaña, Olaf Scholz de Alemania, Emmanuel Macron de Francia y por supuesto, el senil inquilino de La Casa Blanca 

Vengar el “siglo de la humillación” árabe 

Hasta ahora, el movimiento de resistencia libanés Hezbollah ha mostrado una moderación extraordinaria al no morder ningún anzuelo. Hezbolá apoya a la resistencia palestina en su conjunto, pese que hace unos años tuvo serios problemas con Hamás en Siria. Por cierto, Hamas, aunque parcialmente financiado por Irán, no está dirigido por los Iraníes. Por mucho que Teherán apoye la causa palestina, los grupos de resistencia palestinos toman sus propias decisiones. 

La gran noticia es que todos estos problemas se han superado ante la actual emergencia vital. Esta semana tanto Hamás como la Jihad Islámica Palestina (YIP) viajaron al Líbano para visitar en persona al secretario general de Hezbolá, Hassan Nasrallah. Eso explica la unidad de propósito –o lo que el Eje de Resistencia llama la “Unidad de Frentes”.   

Aún más reveladora fue la visita de Hamás a Moscú, que fue recibida con una impotente furia israelí. La delegación de Hamás estuvo encabezada por un miembro de su Politburó, Abu Marzouk y un día después el Viceministro de Asuntos Exteriores iraní, Ali Bagheri, viajó desde Teherán para reunirse con dos de los adjuntos del Ministro de Asuntos Exteriores ruso, los diplomáticos Sergei Ryabkov y Mikhail Galuzin.  

Eso significa que Hamás, Irán y Rusia están negociando en la misma mesa. 

Hamás ha llamado a unirse a los millones de palestinos en la diáspora, así como al mundo árabe y a todas las tierras del Islam. De manera lenta pero segura, se puede discernir un patrón: ¿podría el mundo árabe –y grandes sectores del Islam- estar a punto de unirse para vengar su propio “siglo de humillación”, tal como lo hicieron los chinos después de la Segunda Guerra Mundial con Mao Zedong?

Beijing, a través de su sofisticada diplomacia, ciertamente lo está insinuando, incluso antes que se alcanzara a principios de este año el innovador acercamiento entre Irán y Arabia Saudita, mediado por Rusia y China. 

Esto por sí solo no frustrará la obsesión neoconservadora estadounidense por bombardear las infraestructuras críticas de Irán, con un valor inferior a cero cuando se trata de ciencia militar. Estos mismos neoconservadores ignoran por completo cómo los iraníes podrían atacar -con precisión- a todas y cada una de las bases estadounidenses en Irak y Siria, siendo el Golfo Pérsico un caso abierto. 

El analista militar ruso Andrei Martyanov ha demostrado lo que podría pasar con esas costosas bañeras de hierro estadounidenses en el Mediterráneo oriental en caso de un ataque de Israel contra Irán.   

Además, hay al menos 1.000 soldados estadounidenses en el norte de Siria robando el petróleo de este país, lo que también se convertiría en un objetivo instantáneo. 

Ali Fadavi, comandante en jefe adjunto del CGRI (iraní), fue al grano: “Tenemos tecnologías en el campo militar que nadie conoce, y los estadounidenses las sabrán cuando las usemos”.

Un ejemplo de esto son los misiles hipersónicos Fattah iraníes, primos del Khinzal y el DF-27, que viajan a Mach 15 y que son capaces de alcanzar cualquier objetivo en Israel en 400 segundos.  

Y añádase a esto la guerra electrónica rusa (EW). Esto porque en Moscú hace seis meses se confirmó la estrecha interconexión militar ruso-irani. Los iraníes fueron a decirles a los rusos: «Tendrán todo lo que necesiten, sólo pídanlo». Lo mismo se aplica a la inversa: el enemigo mutuo es el mismo.

Se trata del Estrecho de Ormuz 

El meollo de la cuestión – en la estrategia ruso-iraní – es el Estrecho de Ormuz, por el que transita al menos el 20 por ciento del petróleo mundial (casi 17 millones de barriles diarios) más el 18 por ciento del gas natural licuado (GNL), lo que equivale al menos a 3.5 mil millones de pies cúbicos por día.  

Irán es capaz de bloquear en solo un instante el estrecho de Ormuz. Esto sería un acto de justicia poética para un Israel que pretende engullir, ilegalmente, todo el gas natural descubierto frente a las costas de Gaza: ésta es, dicho sea de paso, una de las razones de la limpieza étnica de Palestina. 

Sin embargo, el verdadero problema será el derribo de la cuidada estructura de derivados de 618 billones de dólares diseñada por Wall Street, como lo han confirmado los analistas de Goldman Sachs y JP Morgan, así como los operadores independientes de energía del Golfo Pérsico. 

Entonces, cuando las cosas se pongan feas – y mucho más allá de la defensa de Palestina y en un escenario de Guerra Total – no sólo Rusia e Irán sino también actores claves del mundo árabe a punto de convertirse en miembros de BRICS 11 – como Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos – tienen lo necesario para derribar el sistema financiero estadounidense en el momento que quieran.  

Como subraya un miembro del Estado profundo de la vieja escuela, ahora en negocios en Europa Central: 

“Las naciones islámicas tienen la ventaja económica. Pueden hacer estallar el sistema financiero internacional cortando el petróleo. No tienen que disparar ni un solo tiro. Irán y Arabia Saudita se están aliando. La crisis de 2008 requirió 29 billones de dólares para resolverse, pero ésta, si ocurriera, no podría resolverse ni siquiera con 100 billones de dólares en instrumentos fiduciarios”.

Como me dijeron los comerciantes del Golfo Pérsico, un escenario posible es que la OPEP comience a sancionar a Europa, para luego extender las sanciones a todos los países que están tratando al mundo musulmán como enemigos y carne de guerra. 

El Primer Ministro iraquí, Mohammed Shia al-Sudani, ya ha advertido que el envío de petróleo a los mercados occidentales podría retrasarse debido al genocidio que Israel está perpetrando en Gaza. Por su parte el Ministro de Asuntos Exteriores iraní, Hossein Amir-Abdollahian, ya ha pedido, oficialmente, un embargo total de petróleo y gas por parte de los países islámicos contra las naciones –esencialmente vasallas de la OTAN– que apoyan a Israel.

De modo que los sionistas cristianos en Estados Unidos, aliados con el activo neoconservador Netanyahu, que amenaza con atacar a Irán, tienen el potencial de derribar todo el sistema financiero mundial.

Guerra eterna contra Siria, remezclada  

Bajo el volcán actual, la asociación estratégica Rusia-China ha sido extremadamente cautelosa. Para el mundo exterior, su posición oficial es la de negarse a ponerse inmediatamente del lado de Palestina o de Israel; pedir un alto el fuego por motivos humanitarios; exigir una solución de dos Estados; y respetar el derecho internacional. Todas sus iniciativas en la ONU han sido debidamente saboteadas por el Hegemón. 

Tal como están las cosas, Washington no ha dado la luz verde para la invasión terrestre israelí de Gaza. La razón principal es que Estados Unidos necesita ganar algo de tiempo para expandir la guerra a Siria, “acusada” de ser el punto de tránsito de las armas iraníes hacia Hezbollah. Esto también significa reabrir un viejo frente de guerra contra Rusia. 

En Moscú no se hacen ilusiones. El aparato de inteligencia sabe bien que agentes israelíes del Mossad han estado asesorando a Kiev, mientras Tel Aviv suministraba armas a Ucrania bajo las presiones estadounidenses. Esto enfureció a los siloviki y pudo haber constituido un error fatal de Israel.

Los neoconservadores han decidido no parar. Están lanzando una amenaza paralela: si Hezbolá ataca a Israel con algo más que unos pocos cohetes, la base aérea rusa Hmeimim en Latakia será “eliminada” como una “advertencia” a Irán.

Esto no debe considerarse como un juego de niños. Después de los ataques israelíes en serie contra los aeropuertos civiles de Damasco y Alepo, Moscú ni siquiera pestañeó antes de ofrecer sus instalaciones de Hmeimim a Siria, con autorización para los vuelos del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (CGRI). Según algunas fuentes de inteligencia rusas Netanyahu no desea bombardear totalmente la base aérea rusa ya que está posee la defensa A2/AD (anti-acceso/denegación de área).  

Moscú también ve claramente lo que podrían estar haciendo esas costosas bañeras de hierro estadounidenses en el Mediterráneo oriental. La respuesta ha sido rápida: los Mig-31K están patrullando el espacio aéreo neutral sobre el Mar Negro las 24 horas del día, los 7 días de la semana, equipados con Khinzals hipersónicos, que sólo tardarían seis minutos en visitar el Mediterráneo.   

En medio de toda esta locura neoconservadora, el Pentágono ha desplegado una formidable variedad de armamento y activos “no revelados” en el Mediterráneo oriental, ¿su objetivo?: Hezbollah, Siria, Irán, Rusia o todos los anteriores juntos. En este escenario China y Corea del Norte –parte del nuevo “eje del mal” inventado por Estados Unidos- han indicado que no serán meros espectadores. 

La Armada china está, a todos los efectos prácticos, protegiendo a Irán a distancia. Aún más contundente ha sido una declaración del primer ministro Li Qiang, algo muy poco común en la diplomacia china: 

«China seguirá apoyando firmemente a Irán en la salvaguardia de su soberanía nacional, integridad territorial y dignidad nacional, y se opondrá firmemente a cualquier fuerza externa que interfiera en los asuntos internos de Irán».

Nunca olvidemos que China e Irán están unidos por una asociación estratégica integral. Mientras tanto, el primer ministro ruso, Mikhail Mishustin, ha reforzado la asociación estratégica entre Rusia e Irán en una reunión con el primer vicepresidente de Irán, Mohammad Mokhber.

Recuerda a esos comedores de arroz de Corea. 

Las milicias pro-Irán a lo largo del Eje de Resistencia mantienen un grado cuidadosamente moderado de confrontación contra Israel, cercano a las tácticas de la guerrilla. Todavía no participan en ataques masivos. Pero esta apuesta será cancelada si Israel invade Gaza. Está claro que el mundo árabe, a pesar sus enormes contradicciones internas, simplemente no tolerará la masacre de civiles. 

Sin rodeos, en la incendiaria coyuntura actual, la potencia hegemónica creen haber encontrado una salida a su humillación en el Proyecto Ucrania. Piensan erróneamente que la misma vieja Guerra Eterna reavivada en Asia occidental puede ser “modulada” a voluntad. Y si estas dos guerras se convierten en un lastre político, (como con seguridad sucederá) ¿qué pueden hacer el hegemon a continuación? Simplemente iniciará una nueva guerra en el “Indo-Pacífico”. 

Nada de eso engaña a Rusia-Irán y su gélido seguimiento de un agitado Hegemón. Es esclarecedor recordar lo que  ya predecía Malcolm X en 1964:

“Unos hombres y mujeres comedores de arroz lo echaron de Corea. Sí, comedores de arroz con nada más que chanclas, un rifle y un plato de arroz se tomaron sus tanques y derrotaron todas esas otras acciones que se supone que Estados Unidos debía realizar para cruzar el rio Yalu. ¿Por qué? Porque no se pueda ganar una guerra solo bombardeando a un pueblo indefenso, como siempre se debe ganar con las botas sobre el territorio”.

Fuente: https://observatoriocrisis.com/2023/10/28/iran-y-rusia-tienden-una-trampa-al-hegemon-en-palestina/

 

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