26 de diciembre, 2011.- El exministro del Ambiente Ricardo Giesecke denunció que el gobierno de Alan García tuvo “mano blanda” con las empresas mineras porque hubo corrupción para permitir proyectos con impactos ambientales graves.
¿Por qué los estudios de impacto ambiental se daban de manera rápida en el gobierno de Alan García?
Tengo la impresión de que hubo demasiado mano blanda por parte del gobierno pasado y entonces a la minera le convenía, obviamente, porque no tenía trabas, gastaba su plata lo mejor que podía.
¿Esta mano blanda es signo de que hubo corrupción para dejar pasar grandes proyectos mineros?
Siempre puede haber corrupción en este país. Pudo ser él (Alan García), pudieron ser sus asistentes, sus ayudantes, sus ministros o sus funcionarios, es obvio, pero también pudo ser que lo hizo por la real creencia de que el crecimiento económico era lo único que importaba.
¿Qué situación irregular pudo observar en el Proyecto Conga?
La Ley de Recursos Hídricos establece que las lagunas, los glaciares y los bofedales constituyen ecosistemas frágiles. Cuando una actividad interfiere en este ecosistema frágil, el resultado siempre tendrá un impacto grave. Lo que se espera es que el estudio incluya esta gravedad, pues según esta ley se debe tomar acciones para remediar o compensar ese efecto grave. Sabes cómo lo calificaron ellos: leve.
¿Es importante la participación de los frentes de defensa en el diálogo de Cajamarca?
Todas las partes y la sociedad civil son importantes aunque no hayan sido elegidas por elecciones, pero son grupos de presión con lo que también hay que dialogar. ¿Son legítimos interlocutores? Lo son. Pues siempre hay temas que los afectan o temas que sus representados tengan que saber.
¿Yanacocha es garantía de que se cuide el medio ambiente?
Yanacocha tiene una baja aceptación en Cajamarca entre los que no trabajan para esta empresa y que son 250 mil pobladores que se oponen a que destruyan sus lagunas y su modo de vida.
¿Se puede aplicar el proyecto Minas Conga en Cajamarca?
Yo creo que el proyecto Conga sí se puede aplicar pero no así como está hoy. Hay la oportunidad de hacer las cosas diferentes. Yo haría una evaluación e implementar con última tecnología las excavaciones. Es obvio que es más caro porque estamos defendiendo otras cosas… Es posible hacerlo, pero es caro y ese costo no lo quiere asumir Yanacocha.
¿Cuándo usted y su grupo de trabajo revisaron el proyecto Conga, que le impactó?
El golpe a la razón involucró la desaparición de cuatro lagunas. Entonces si le dices esto a un campesino, es capaz de sacar una piedra y tirártela como perro rabioso. Esto también pasa en los países desarrollados, por ejemplo yo le pregunté a un embajador europeo qué pasaría si un proyecto como este se quiere realizar en su país. Me dijo, a ese señor le daría cadena perpetua o pena de muerte. A nadie se le ocurre esa barbaridad.
¿La Autoridad Nacional del Agua (ANA) opinó acerca de Conga en el gobierno anterior?
El ANA debe aplicar la ley porque tiene una opinión vinculante, pero nunca lo ha hecho.
¿El expremier Lerner se sentía incómodo con algunas decisiones del gobierno y por eso renunció?
Yo sentía que el señor Lerner ya no encajaba en este gabinete, porque no había forma de entendernos en muchas cosas, pues el tema del agua se había convertido en una cosa álgida y en una cosa personal. Este problema ya venía de antes, porque el primer plan de la Gran Transformación y todas las diferentes versiones, incluyendo la Hoja de Ruta, todos tenían un mismo plan ambiental. De repente estábamos presionando demasiado rápido para que se dieran los cambios.
¿Considera que Valdés ya despachaba con el presidente al igual que Lerner?
Valdés ya era el jefe de un pequeño comité de crisis que se encargaba de organizar muchas cosas. Solo le puedo decir que lo presidía cuando él era ministro del Interior. Allí se tomaba decisiones de una manera razonablemente operativa y yo trataba de no meterme en eso.
¿Qué temas se trataban en este comité?
Se trataban conflictos, y como sabemos casi todos los conflictos tenían que ver con el tema del agua, pero nunca crisis de corte político.
Fuente: La Primera, por Javier Solís
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