La sociedad nikkei y los nikkeis en general
evolucionamos en todos los campos: financieros, profesionales, artísticos,
entre otros. Que mejor que una entrevista a Jorge Oshiro para que nos ofrezca
una visión filosófica de esta evolución en los diferentes campos de la vida.
Lugar y fecha de nacimiento: Lima, 25 de
febrero de 1942
Padres:
Padres:
·
Bunsey Oshiro (Nago shi)
·
Usa Higa (Nago shi)
Profesión: Profesor, traductor, escritor y
filósofo.
Dentro de sus proyectos sobre Okinawa y el
Japón está escribir una filosofía okinawense, como también una psicología de
los Uchinanchu partiendo del «Ichariba Choodee»
- ¿Qué tiempo tiene en Alemania?
Estoy en Europa desde 1967. Primero en París
y luego en Hamburgo desde el 69. Viví once años en Hamburgo y luego me vine
aquí a Bremen. Es decir estoy más de 40 años en tierra germánica.
- ¿A qué se debió esta decisión?
Nadie sale por tanto tiempo de su país, de su
patria; nadie deja voluntariamente a su familia, a sus amigos, su lengua. Si
abandona su lugar de nacimiento y permanece tanto tiempo en un lugar extraño o
extranjero tienen que haber razones muy poderosas. Siempre hay determinados
problemas que lo obligan a dar este paso tan duro. En mi caso personal estos
problemas tienen que ver con algo que llamamos “identidad cultural”.
- ¿Cómo se decidió por el estudio de la
filosofía?
Precisamente el estudio de la filosofía fue
la razón inmediata de mi llegada y la larga estadía en Alemania. Y en verdad,
gran parte de la filosofía moderna es filosofía alemana: Leibniz, Kant, Hegel, Marx
Schopenhauer, Nietzsche, Husserl, etcétera. Son filósofos alemanes. Ya desde
los inicios del estudio de filosofía en la Universidad Católica escuchaba
regularmente: si quieres estudiar seriamente filosofía, tienes que aprender
alemán y vivir en Alemania. Cuarenta años después puedo decir que esta idea no
era falsa, que había mucho de verdad en ello. Lo que no quiero decir que sin
alemán no se pueda filosofar. Indudablemente esto es falso. Pero con el conocimiento del alemán y conociéndolo desde
dentro tiene uno un instrumento valioso para la reflexión filosófica.
- ¿Es decir que su decisión por estudiar
filosofía se debió en buena parte por el hecho de ser nikkei?
Pues todos los hijos de extranjeros en un
determinado país tienen esta dificultad (la identidad
cultural), como nosotros, hijos de japoneses nacidos en el Perú. Pero lo
que es particular en mi caso es la forma de enfocarlo, de plantearlo y de
resolverlo. Desde muy joven he tenido esta tendencia de “ir hasta las raíces de la cuestión”, para comprender un problema es
decir filosóficamente.
Definiendo el termino
nikkei…
Cuando yo dejé Lima (1967) no existía el
término “Nikkei”. Lo que existía eran issei, nisei, sansei, etcétera. Por issei
entendíamos los japoneses/okinawenses que habían llegado al Perú. Los “nissei”
era la “segunda generación” (o también la síntesis de dos mundos), “sansei”,
tercera generación, etc.
Que el término “nissei” se refiera a una
generación, es muy relativo. Pues dentro de
ellos había por lo menos dos generaciones. En mi familia mis hermanos
mayores eran tan “nissei” como yo. Sin embargo eran de otra generación en
cuanto a modo de comportarse, modo de pensar. Ellos eran mucho más japoneses
que yo. Es decir se acercaban mucho más a mis padres (issei) que a los más
jóvenes.
Sin embargo comparando con el nuevo término
“Nikkei”, las ideas de nissei, sansei, eran algo más precisas. La nueva palabra
es más global y corre el peligro de ser demasiado abstracta, es decir, querer
decir mucho y no decir realmente casi nada.
Mientras que con el término “nissei” hablaba
de hijos de emigrantes japoneses, y el sansei, hijo de los nissei, el nikkei
habla simplemente de “descendencia japonesa” dejando en la abstracción la
cercanía o lejanía de esa descendencia. Es decir la cercanía o lejanía de las
raíces culturales. Con otras palabras se queda en la abstracción el tema de
identidad cultural.
De allí venga probablemente esa necesidad de
“definir” el término “nikkei”.
- ¿Qué es un nikkei-peruano?
Comencemos con el
segundo atributo, el «ser-peruano». O para decirlo con Aristóteles: género próximo. Si digo el “hombre es un ser
viviente o un animal que piensa”; si quiero definir al hombre y digo: «es un
ser viviente», este es el género próximo. Con este atributo lo coloco junto con
todos los seres de la naturaleza que viven. Y luego lo distingo de todo el
resto de la naturaleza con la diferencia
específica, es un ser que piensa.
Lo mismo con el
atributo “peruano” ubico miles o mejor: millones de seres humanos que caben en
esta definición. Y con la diferencia específica, “nikkei” distingo a un grupo
dentro del género próximo, millones de peruanos. Un grupo dentro de esa
totalidad que llamamos peruanos. Esto en cuanto a la forma lógica del tema. Pasemos ahora a su contenido.
Cuando hablamos de peruanos, estamos hablando
de una nacionalidad o de una nación. Es decir cuando hablamos de un
«nikkei-peruano» estamos hablando de la nacionalidad de un grupo de personas.
Así lo distinguimos de un nikkei-argentino, de un nikkei-boliviano, de un
nikkei venezolano, francés, etc. Pero también lo podemos a extender a un
nikkei-latinoamericano o un nikkei-europeo.
- Pero detengámonos un momento sobre el
concepto de nacionalidad…
En los años veinte
del siglo pasado por primera vez en su historia republicana una generación
notable de pensadores peruanos se plantea por primera vez de forma crítica la
difícil pregunta de qué es el Perú. Y el
más distinguido de todos ellos, José Carlos Mariátegui, escribirá: “El Perú es
todavía una
nacionalidad en formación“. Y lo va a escribir en un librito con un
título muy significativo: «Peruanicemos al Perú». («Lo nacional y lo exótico»).
Para este pensador lo que entendemos como
“peruano” todavía no existe, es un proyecto a realizar. En otro lugar escribe
él:
“El pasado, sobre todo, dispersa, aísla,
separa, diferencia demasiado los elementos de la nacionalidad, tan mal
combinados, tan mal concertados todavía. El pasado nos enemista. Al porvenir le
toca darnos unidad.”
Casi noventa años después la tarea sigue abierta
para nosotros los peruanos, el Perú sigue siendo una nacionalidad en formación.
Cada peruano
contribuye o tiene que contribuir a esta
gigantesca tarea de la construcción de la
colectiva y solidaria nacionalidad. Y tiene
que contribuir a partir de sus propias raíces.
El andino con su raíz andina, el afro-peruano con sus raíces africanas, los
peruanos de origen europeo de la misma manera. De la misma manera los nikkeis.
- Pero ¿cuál es la raíz de los nikkeis?
Antes de responder
fijémonos que aquí no se trata de una raíz en cuanto a nacionalidad. Pues
nuestra nacionalidad es peruana. La raíz de los nikkei es japonesa u
okinawense. Y aquí es necesario diferenciarla con toda claridad. Afirmar que la
raíz de los nikkei es (exclusivamente) japonesa es deformar la realidad pues no se trata de una raíz nacional, sino cultural e
histórica con una tradición completamente clara e distinta a la tradición
japonesa.
Por todo lo dicho hablar del “nikkei-peruano”
es hablar ambivalentemente. Mucho más claro y libre de confusiones es hablar de
un peruano de origen okinawense, o un «peruano-okinawense»; o de un peruano de
origen japonés, o un peruano-japonés.
1. Sobre la
religiosidad de los nikkei
Hablar sobre los sentimientos religiosos de
un determinado grupo o un pueblo es siempre complejo y delicado. Y exige de
nosotros un gran respeto y sensibilidad. Y aquí quiero hacer un puente con lo
dicho en nuestro punto uno, sobre los nikkeis.
Como nos referimos aquí de un hecho cultural
específico, tendría que preguntar: ¿A que grupo específico se refiere uno
cuando se habla de “nikkei”? Nos referimos a los descendientes japoneses o a
los descendientes okinawenses.
Yo voy a hablar aquí de este segundo grupo,
pues es el que mejor conozco, es decir que lo he vivido en los primeros 25 años
de mi vida.
Ahora bien. El
sentimiento religioso profundo de los uchinanchus tiene que ver
directamente con el culto a nuestros
antepasados, con el culto a nuestros
muertos.
Voy a permitirme aquí repetir brevemente algo
que ya he dicho en otro texto .
Las personas que nosotros estimamos o
queremos, se presentan siempre en dos dimensiones diferentes. Cuando ellos
están con nosotros, en su presencia. Y cuando ellos están ausentes. Cuando
ellos están presentes descubrimos algunos aspectos valiosos de su ser. Cuando
ellos no están con nosotros, decimos que lo o la extrañamos, lo/la echamos de
menos. Que no es otra cosa que el descubrimiento de una ausencia, de un vacío.
Esta conciencia de este vacío es fundamentalmente dolorosa. Y lo primero que
queremos es que él o ella (el padre o la madre, la novia o el novio, el hermano
o hermano, el hijo o la hija, el amigo, la amiga, etc.) vuelven a estar con
nosotros. Esto es lo tremendamente humano que todos sentimos.
Esta ausencia es tan importante como la
presencia para descubrir al ser querido. Y en esta ausencia comienza en todos
los seres que comienzan a querer a otro un proceso de idealización o
sublimación. En la ausencia el ser querido
comienza a ser idealizado. Toda forma de amor sería imposible sin esta
idealización. El amor no es otra cosa que el descubrimientos de determinado
valores que encontramos en el ser que queremos (belleza, bondad, inteligencia,
amabilidad, etc.). Es en la ausencia que este descubrimiento se idealizará y
allí comienza este complejo fenómeno que llamamos amor.
Cuando un ser querido se nos muerte la
ausencia se vuelve definitiva y la idealización absoluta. Así nace el kamisama. Que es la idealización consciente
y absoluta del ser que amamos y lo hemos perdido definitivamente. Nosotros
sufrimos y tratamos de sobrevivir esta ausencia en cuanto que idealizamos al
fallecido.
La idealización del fallecido es un hecho religioso. O mejor es un hecho
religioso-poético. Con la idealización creamos un sentimiento de lo bello;
necesitamos esta poesía, es decir el proceso de embellecimiento para poder sobrevivir. Necesitamos a nuestros
«kamisama» para seguir sobreviviendo dentro del dolor. Y nuestro «kami» siempre
tiene un rostro, el rostro del ser querido que hemos perdido para siempre. Aquí
no pensamos necesariamente en un cielo abstracto adonde van todos los muertos. Los muertos están en nuestro corazón, en el amor
que sentimos por ellos y que la muerte no puede destruir. Decimos a nuestro
muerto: te amo, y te amaré siempre; estarás siempre conmigo. Esto es lo
fundamental. Podemos tener un altar donde venerarlos ofreciendo nuestro
“senko”. Esto es la forma exterior-social de ese amor que tenemos
interiormente.
Esto es lo esencial en todo fenómeno
religioso. En el centro está siempre el amor a un ser querido que se nos ha
muerto. Expresa un terrible conflicto existencial entre el amor que nosotros lo sentimos eterno, que nosotros lo queremos
eterno, que nunca termine, y el hecho desgarrador que el amor en la presencia
termina algún día. Así comienza el amor en la ausencia definitiva.
Sí, la religión (poesía) es el amor en la
ausencia definitiva. Si somos religiosos es porque alguien que hemos querido en
vida (en la presencia), lo queremos ahora en la ausencia porque se nos ha
muerto. Somos religiosos porque amamos y
porque es imposible dejar de amar a quien hemos comenzado a amar
verdaderamente, es decir en lo más profundo de nuestro ser. Si no amáramos
profundamente, no habría religión de ninguna naturaleza. Ni siquiera podríamos
imaginar algo parecido.
Hemos partido de
nuestros sentimientos religiosos como uchinanchus, como okinawenses. Hemos
hablado que este sentimiento religioso descansa en el culto a los muertos, es
decir a nuestros antepasados. Pero profundizando estas consideraciones llegamos
que esta forma de comprender la religión no se puede limitar a los okinawenses,
porque es un fenómeno universal. Todos los
seres humanos que aman profundamente encuentran o encontrarán el sentimiento
religioso, porque la religión no es otra cosa que el amor a la persona ausente,
es el amor en la ausencia.
Si comprendemos la
religión en ese núcleo esencial, como amor en la ausencia, podremos comprender
que palabras como “ateo”, en el sentido del no creyente religioso no tiene
sentido, como también no tiene sentido hablar de “religión oficial”.
Aquí encontramos la palabra “religión” en
otro sentido completamente diferente. Así tenemos la “religión católica”,
religión protestante, religión budista, shintoista, religión judía, etc. Aquí
la religión no es poesía, sino es teología.
Es decir un sistema de pensamiento que tratan
de explicar el mundo, y dentro de él al hombre. Este sistema tiene además
todo un aparato eclesiástico con sus
sacerdotes, su obispos, sus cardenales y los miles de jerarquías y privilegios,
etc. A medida que ha pasado el tiempo más sofisticados se han convertido todos
esos sistemas y más alejados están de su sentido original, descrito arriba. Y
los últimos escándalos en la iglesia cristiana (católicos como protestantes) en
relación a los abusos sexuales con los niños que cometen sus sacerdotes con
franca complicidad de los estamentos superiores, muestran la putrefacción de estos sistemas ideológicos.
Tal vez se pueda responder a tu pregunta en
el sentido que muchos nikkei estén buscando el sentido original de la
religiosidad descrito arriba, como amor en la ausencia de los seres queridos y
que en nuestra tradición okinawense se exprese en el culto a los antepasados.
Filosofía occidental y filosofía oriental.
Estrictamente hablando la “filosofía” es una invención occidental, una invención europea, una invención que comenzó con los griegos.
Lo que existe o ha existido en todas partes,
en Occidente como en Oriente (en China, en la India, etc.) en el Norte como en
el Sur (en las culturas anteriores a la conquista y colonización) es la búsqueda de la “sofía”, es decir la sabiduría.
Todos los pueblos del mundo han tenido o tienen sus sabios. Y como la sabiduría
es un conocimiento que se adquiere con muchos años de experiencias y reflexión,
estos sabios son siempre personas, hombres y mujeres maduras. La sabiduría no se llega en la juventud.
Aún en la misma Grecia, allí donde se comenzó
con la filosofía, cinco siglos antes de nuestra era, también lo que predominaba
era la búsqueda de la sabiduría. Y los
grandes nombres que conocemos antes de la
aparición de Platón y Aristóteles son todos ellos considerados como sabios: Tales, Anaximandro, Anaxímenes, etc.)
Sócrates es el hombre de la frontera entre el sofos (sabio) y el filósofo.
Así se entiende la primera definición del
filó-sofo: el amigo (filo) del sabio (sofos). Lo que existian eran los sofos. Eran estos sofos los hombres más
admirados y respetados de su tiempo, precisamente por su sabiduría. Lo que
viene después era algo mucho más modesto. Eran aquellos que por su admiración
de la sabiduría, buscaban lo que precisamente era la sabiduría.
Aquí encontramos la primera gran diferencia
entre el sofos (el sabio) y el filósofo. El sofos vivía (practicaba) la sabiduría, el filósofo estudiaba lo que era la sabiduría. Así aparece la Teoría. El filósofo es un teórico. Pero este carácter
implicaba la aparición de un nuevo gran elemento que va cambiar el destino de
estos países: la introducción de la escritura. Los sabios no escribían, vivían. Y Sócrates, como el último de los sabios en
Grecia, tampoco escribió ninguna línea. Otro personaje considerado como gran
sabio es Buda. Buda tampoco escribió ninguna línea. El trabajo de escribir lo harían sus discípulos.
Otro gran elemento al lado de la escritura es
la ciencia (matemática). Tenemos la leyenda que Platón (filósofo) tenía una
Academia. Al frente de la Academia había un letrero que decía: “No ingrese aquí
aquel que no conozca las matemáticas”.
Tenemos entonces que en todas las culturas
siempre han existido la búsqueda (práctica) de la sabiduría y que toda cultura
siempre han tenido sus sabios. Lo mismo pasó en la vieja Grecia. Pero hay algo
nuevo que aparece en Grecia. Acompañando los nuevos avances de las matemáticas
que ya existían en otras culturas (ejemplo en el Egipto faraónico) aparece en
este viejo país una nueva disciplina de llamamos filosofía. Y con esta nueva disciplina
aparece un concepto central, la razón matemática o cuantitativa.
En este sentido Grecia es el primer capítulo
de un desarrollo que se va a prolongar hasta el presente. Esta es historia del Racionalismo.
La novedad entonces es la aparición en el pensamiento de un núcleo que rompe
con el pensar hasta el momento vigente. El pensamiento tradicional era (es)
reitero fundamentalmente práctico. El nuevo pensar acentúa el aspecto teórico y escrito. Y el fundamento de este pensar
es matemático-cuantitativo.
Este pensar racionalista-europeo es altamente
reductivo. Es decir el gran complejo de la
realidad a una sola dimensión: la relación
cuantitativa. Es decir esta visión está obsesionada a medir, pesar,
calcular cada vez con más precisión.
En el siglo XVII el desarrollo de este pensar
va tener un nuevo gran impulso con el Renacimiento. Dos motores podemos
nombrar: el nuevo avance de las matemáticas (cálculo infinitesimal, Descartes,
Leibnis) a nivel científico; la aparición de los elementos de la aceleración del mercado y de la industria.
Y esto se va a sintetizar con el predominio
cada vez mayor del dinero dentro de la vida de la sociedad. Y dentro de ella el
predominio de una nueva clase: la burguesía.
Por otro lado comienza con la influencia de la burguesía la importancia del individualismo dentro del contexto social.
No debemos olvidar otro gran factor que
impulsará con los ya citados este desarrollo. El fenómeno de la
colonización del resto del mundo (África, Asia, América).
Así se va a extender
por todo el mundo una forma de pensar matemático-cuantitativa, basada en el
dinero, en el individualismo, impulsada por la gran industria y el colonialismo
por todo el mundo.
Así se rompe esta división entre Occidente y
Oriente. Pues el Capitalismo europeo primero y luego el norteamericano se ha
extendido, dominándolo, por todo el mundo.
- ¿Hay todavía un pensamiento oriental y otro
occidental?
Para responder adecuadamente tenemos primero
que hacer una consideración. Lo que existe dentro de este contexto es un pensamiento
dominante, un pensamiento que tiene mayor
influencia que los otros. Pero que no es el único. Frente a este pensamiento
dominante existen otros pensamientos diferentes al pensar dominante.
Lo que llamamos por filosofía occidental es
la filosofía racionalista-individualista-cuantitativa-capitalista como lo hemos visto arriba. Y este pensar domina tanto
en Europa como en los EEUU así como también en el Japón. Pero tanto en Europa,
EEUU y el Japón (como en el resto del mundo) existen otros modos de pensar que
no descansan en la lógica del Poder sino
que tienen otros parámetros diferentes. Dentro de estos pensamientos diferentes
al pensamiento dominante podemos encontrar un tipo del pensar que se acerca a
lo que tradicionalmente decimos sabiduría.
- Acerca de la sociedad nikkei en el futuro….
Ya decía anteriormente que el término nikkei
era ambivalente. Este término deja en la abstracción la importante cuestión de la raíz histórica de dos grupos de peruanos,
que aunque con muchos puntos de coincidencias, culturalmente son diferentes.
Ahora bien para comprender mejor el futuro, es
necesario ver con nitidez el pasado.
La Asociación Okinawense del Perú hablando de
su misión dice:
“Conservar y difundir nuestro legado
okinawense-peruano en homenaje a nuestros mayores, integrando a nuestra
colectividad en torno a sus fraternos valores y ancestrales tradiciones.”
Esta es una magnífica formulación. Acentúa
con claridad necesaria todo el legado que hemos recibido de nuestros padres y
abuelos, de nuestros ancestros. Este legado es de extraordinario valor. De allí
la importancia de conocerlo y vivirlo.
Pero es necesario dar un paso más.
Conservaremos mejor este legado de fraternos valores si tenemos con nosotros la lengua
misma de nuestros ancestros, el UCHINAGUCHI.
La lengua y la
cultura
La lengua no
es un mero instrumento de comunicación de una cultura. La filosofía del
lenguaje nos muestra que la lengua es la
cultura misma. Es en la lengua donde la cultura se expresa específicamente.
Esto quiere decir que es principalmente en el Uchinaguchi donde encontraremos lo más íntimo de la cultura de
los Uchinanchus. El legado de nuestro
ancestro se encuentra sustancialmente en su
propia lengua. Ellos no nos han transmitido su cultura en nihongo, como
todavía algunos piensan. Esto es un grave error.
Pensemos un momento: nosotros peruanos,
costeños, criollos, transmitimos nuestra cultura propia de la costa y criollo
en inglés, o en francés. Imagínense nuestros valses criollos de los Troveros
Criollos traducido al francés. Eso sería posible, pero ¿qué quedaría del
criollismo del Carreta Jorge Pérez, cantando “Yo la quería patita” en francés?
De allí que si alguien quiere estudiar la cultura de un país, lo primero que
tiene que hacer es dedicarse a estudiar su
lengua. Este es el primer paso, primero e imprescindible.
Ya en el siglo XVIII Wilhelm von Humboldt (el
hermano de Alejandro, el descubridor de la corriente fría en el Pacífico que
lleva su nombre) que fue unos de los últimos genios universales alemanes,
afirmaba con acierto que toda lengua tiene en sí misma una “Weltanschauung”,
una visión del mundo, es decir, una filosofía propia llena de sabiduría. Y la
filosofía y la psicología de los okinawenses está muy bien expresada en el
«Ichari-ba-choode».
Desde hace más de medio siglo, desde mi niñez
y en toda mi juventud he escuchado ininterrumpidamente eso que el UCHINAGUchi
no es una lengua, es solamente un dialecto, un hogen. Un hogen del japonés. Una
especie de lengua de segunda categoría, de la misma manera que durante siglos
se ha dicho que el quechua no era una lengua, solamente un dialecto. Esto es
completamente falso. Y no solamente falso, esto es racismo lingüístico. Esto es expresión de desprecio por la gente que
habla esa lengua.
El UCHINAGUCHI es una lengua autónoma y no es
ningún dialecto del japonés ni de otra lengua. Tiene muchas coincidencias con
el japonés, como el castellano tiene muchas coincidencias con el italiano o el
francés. Y a nadie se le va a ocurrir decir que el español es un dialecto del
francés o al revés.
Es en su
historia y en su lengua que el okinawense-peruano encontrará los elementos
que él requiere para vislumbrar su futuro.
En sus raíces históricas encontrará esa
fraternidad que requiere para su integración en
esta realidad peruana, todavía en proceso de buscar su unidad en un mundo sumergido en la concurrencia individualista, donde el
dinero parece ser el único objetivo que se puede aspirar, en una civilización
donde la ciencia parece haber perdido su norte orientador, allí el espíritu
abierto y fraterno del Uchinanchu encontrará su mejor contribución viviendo intensamente
su identificación con la ancestral tradición del “ICHARI-BA CHOODE”. En otras
palabras: en sus propias raíces encontrará
el okinawense-peruano su mejor manera de integrarse a esta nacionalidad en
formación que es el Perú como decía Mariátegui.
- ¿Cuántos libros has publicado?
Razón y mito. El pensamiento filosófico de José Carlos
Mariátegui. Pero tengo algunos libros escritos pero no publicados. El libro
sobre Mariátegui me costó casi diez años de trabajo, el otro sobre Spinoza
(filósofo holandés) también me costó como ocho años (interrumpidos) de trabajo;
y otro sobre el pensador italiano Gramsci necesité otros cinco años. Estos dos
últimos no los he publicado porque todavía no me gustan lo suficiente para
llevarlo a la imprenta.
- ¿Y algún trabajo sobre Okinawa?
Estoy preparando el tercer libro sobre el
Uchinaguchi, la lengua de Okinawa («Tanoshii Uchinaguchi»). Soy de la
convicción que para entender una cultura es imprescindible
conocer su lengua y conocerla desde
dentro. Sin la lengua nuestra comprensión de la cultura será siempre
incompleta. ¿Cómo conocer la cultura peruana de la costa, la cultura criolla,
sin conocer el castellano? Sería muy superficial e incompleta. ¿Cómo conocer la
cultura alemana o francesa o inglesa sin el alemán, el francés o el inglés?
Por esta simple razón nuestra comprensión de
la cultura de nuestros padres y antepasados será siempre incompleta sin la
lengua y sin su historia.
Dentro de los proyectos sobre Okinawa y el
Japón están también escribir una filosofía okinawense, como también una
psicología de los Uchinanchu partiendo del «Ichariba Choodee». Esto será para
los próximos años.
***
Fuente:
Crónicas Nikkeis: http://cronicasnikkeis.blogspot.com/2010/11/entrevista-al-filosofo-jorge-oshiro.html
Publicado
por Ruben kanagusuku en 17:04
24 Noviembre, 2010
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