La primavera fracasa en Ucrania
Asia Times
Online
10-03-2014
Traducido para Rebelión por
Germán Leyens
|
La promoción de la excepcionalidad estadounidense de “democracia”
entra en acción: Washington ha reconocido un golpe de Estado en Ucrania que
cambió el régimen de –a pesar de sus evidentes faltas– un gobierno
democráticamente elegido.
Y el presidente ruso Vladimir Putin, ya habló el año pasado sobre
cómo Rusia y China decidieron comerciar en rublos y yuan, y destacó cómo Rusia
tiene que abandonar el “excesivo monopolio” del dólar de EE.UU. Tenía que saber
que el Imperio devolvería el golpe.
Ahora hay más: el consejero presidencial ruso Sergey Glazyev
declaró a RIA Novosti:
Rusia abandonará el dólar estadounidense como moneda de reserva si EE.UU.
impone sanciones contra la Federación Rusa”.
Por lo tanto el Imperio devolvió el golpe dando “una pequeña
ayuda” al cambio de régimen en Ucrania. Y Moscú contestó tomando el control de
Crimea en menos de un día sin disparar un tiro –con o sin brigadas de elite
Spetznaz (think-tanks basados
en el Reino Unido dicen que participan; Putin dice que no).
La evaluación de Putin de lo que ocurrió en Ucrania es realmente
correcta: “una toma anticonstitucional y armada del poder”. Queda abierto un
interminable debate, en su mayor parte desagradable, sobre si el Kremlin
exageró en su reacción o no. Considerando el historial de una satanización
generalizada de Rusia y Putin que ha tenido lugar durante años –y que ahora
llega a un nivel febril– la rápida reacción del Kremlin fue bastante mesurada.
Putin aplicó Sun Tzu al pie de la letra, y ahora juega EE.UU.
contra la UE. Ha dejado en claro que Moscú no necesita “invadir” Ucrania. El
tratado de partición de 1997 de Ucrania-Rusia permite específicamente tropas
rusas en Crimea. Y después de todo Rusia es un activo proponente de soberanía
estatal; este principio lleva a que Moscú rechace una “intervención” occidental
en Siria.
Dejó abierta la puerta para –oh cósmica ironía de ironías– una
invención/intervención estadounidense (y eso, predeciblemente, no fue
detectable por los medios corporativos occidentales; la R2P –responsabilidad de
proteger– de la ONU en caso que los fascistas y neonazis alineados con
Occidente en Ucrania amenazaran a civiles rusos o ruso parlantes con un
conflicto armado. Samantha Power debe estar orgullosa de sí misma.
No te metas con la inteligencia rusa
“Occidente” ha aprendido una vez más que no hay que meterse con la
inteligencia rusa, que rápidamente previno en Crimea una réplica del golpe en
Kiev, precipitado en gran parte por UNA-UNSO – una tenebrosa fuerza paramilitar
derechista de primera vinculada a la OTAN, que utiliza Ucrania como base, como
lo denuncia William Engdahl.
Y Crimea fue una operación aún más lóbrega, porque esos neonazis
de Ucrania Occidental trabajaban en tándem con yihadistas tártaros (la Casa de
Saud será fuertemente tentada a financiarlos desde ahora).
En los hechos, el Kremlin tiene razón cuando señala que el golpe
fue esencialmente realizado por fascistas y “nacionalistas” de ultraderecha –
código occidental para neonazis. El miembro del consejo político del partido
Svoboda (“Libertad”), Yury Noyeby incluso admitió abiertamente que se utilizó
la integración con la UE como pretexto “como medio para romper nuestros
vínculos con Rusia”.
Los medios corporativos occidentales siempre olvidan
convenientemente que Svoboda –así como los fascistas del Sector Derecho– siguen
los pasos del fascista/terrorista de Galicia Stepan Bandera, un agente
tristemente célebre de un conjunto de agencias de inteligencia “occidentales”.
Ahora Svoboda ha logrado incluir no menos que seis mandamases como parte del
nuevo régimen en Kiev.
Además existen los nuevos gobernadores regionales nombrados para
el predominantemente rusófono este y sur de Ucrania. Son –qué iban a ser–
oligarcas, como ser los multimillonarios Sergei Taruta instalado en Donetsk e
Ihor Kolomoysky instalado en Dnipropetrovsk. La gente en Maidán en Kiev
protestaban sobre todo –quiénes iban a ser– contra los oligarcas cleptócratas.
Una vez más, los medios corporativos occidentales – que hablaron
incansablemente de un levantamiento “popular” contra la cleptocracia – no se
dieron cuenta.
Una vez más, seguid el dinero
Las reservas de divisas extranjeras de Ucrania, cayeron –solo en
las últimas cuatro semanas– de 17.800 millones de dólares a 15.000 millones.
¿Queréis comprar hryvnia? No realmente; la moneda nacional ucraniana se
encuentra en una caída cósmica frente al dólar. Es una buena noticia solo para
los buitres del capitalismo del desastre.
Y en el momento justo, el Fondo Monetario Internacional está
enviando esta semana una “misión investigadora” a Ucrania. Los ucranianos de
todo tipo tratarán de escapar pero no se podrán ocultar ante el “ajuste
estructural”. Podrán juntar lo necesario para comprar un pasaje con sus
despreciables hryvnia (ser un candidato para una visa a la llegada a Tailandia
siempre es útil).
Los bancos europeos –que según el Banco de Pagos Internacionales
(BIS) se enfrentan a más de 23.000 millones de dólares en préstamos impagos–
podrían perder mucho en Ucrania. Los bancos italianos, por ejemplo, han
prestado cerca de 6.000 millones.
En el frente del Ductistán, Ucrania depende fuertemente de Rusia:
58% de su suministro de gas. No puede exactamente diversificar y comenzar a
comprar mañana de Catar – ¿con entrega mediante Qatar Airways?
E incluso mientras un 66% del gas ruso exportado a la UE transita
a través de Ucrania, el país está perdiendo rápidamente su importancia como
centro de tránsito. Tanto el gasoducto Nord Stream como el South Stream –desde
Rusia por vía submarina– soslayan Ucrania. Nord Stream, terminado en 2011, vincula
Rusia con Alemania por el Mar Báltico. South Stream, bajo el Mar Negro, estará
listo antes del fin de 2015.
Geoeconómicamente, el Imperio necesita que Ucrania esté fuera de
la unión económica eurasiática promovida por el Kremlin – que también incluye a
Kazajstán y Bielorrusia. Y geopolíticamente, cuando el Secretario General de la
OTAN, el engreído títere Anders Fogh Rasmussen, dijo que un paquete FMI-UE para
Ucrania sería un “importante estímulo para la seguridad euro-atlántica”, esto
dio el toque final; lo único que importa en todo este juego es que la OTAN
“anexe” Ucrania como examiné anteriormente.
Siempre ha tenido que ver con el Imperio de Bases – igual que el
cerco de Irán; igual que el “giro” hacia Asia equivalente al cerco de China;
igual que el cerco de Rusia con bases y “defensa de misiles”. Pasando por sobre
el cadáver colectivo del Kremlin, por supuesto.
Saqueemos ese yermo
La acusación del Secretario de Estado de EE.UU. John Kerry de que
Rusia esté “invadiendo Ucrania”, en “violación del derecho internacional”, y
“de vuelta al Siglo XIX”, es tan espectacularmente patética en su hipocresía
–una vez más, considerad el historial de EE.UU.– que no merece comentarios de
ningún observador informado. A propósito, es tan patético como su oferta de
miserables 1.000 millones de dólares en “garantías de préstamos” – que apenas
pagaría las cuentas de Ucrania durante dos semanas.
El gobierno de Obama –especialmente los neoconservadores del tipo
“que se joda la UE”– ha perdido su maniobra agresiva. Y en cuanto a Moscú, no
tiene ningún interlocutor en Kiev porque considera que el cambio de régimen es
ilegal. Moscú también ve a “Europa” como un montón de plañideros perdedores
consentidos – sin una política exterior común para comenzar.
Por lo tanto cualquier mediación depende de Alemania. Berlín no
toma en serio la idea de “sanciones” – el sacrosanto mantra excepcionalista
estadounidense; Rusia es un excelente mercado para la industria alemana. Y a
pesar de todas las vociferaciones del Economist y del Financial Times, la City de
Londres tampoco quiere sanciones; el centro financiero cuenta con los pródigos
fondos político/oligárquicos rusos. En cuanto al “castigo” occidental a Rusia
al amenazar con su expulsión del Grupo de Ocho, es un chiste. El G-8, que excluye
a China, ya no decide nada relevante; el G-20 sí lo hace.
Si se realizara un amplio sondeo, revelaría que la mayoría de los
ucranianos no quieren formar parte de la UE – así como la mayoría de los
europeos no quieren a Ucrania en la UE. Lo que les queda a los ucranianos son
los chupasangre del FMI, recibidos debidamente por “Yats” (como llama al primer
ministro Yatsenyuk Vic –“Que se joda la UE”– Nuland).
Ucrania se arrastra hacia la federalización. Los cambiadores de
régimen de Kiev no tienen influencia en Crimea autónoma – que es casi seguro
que seguirá siendo parte de Ucrania (y, a propósito, Rusia se ahorrará los 90
millones de dólares de alquiler que paga por la base de Sebastopol, que hasta
ahora tuvo que pagar a Kiev.)
La jugada final está prácticamente predeterminada; Moscú
controlará gratuitamente una Crimea autónoma, y EE.UU./UE “controlarán”, o
tratarán de saquear, al estilo del capitalismo del desastre, un páramo
occidental ucraniano “administrado” por un montón de títeres occidentales y oligarcas,
con algunos neonazis.
¿Qué hará entonces el dúo estratégico magistral Obama/Kerry?
¿Comenzarán una guerra nuclear?
Pepe Escobar es autor de Globalistan: How
the Globalized World is Dissolving into Liquid War (Nimble Books, 2007) y de
Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge. Su libro más reciente
es Obama does Globalistan (Nimble Books, 2009). Contactopepeasia@yahoo.com
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Ucrania: ¿la primera "guerra de granos y cereales" del
siglo XXI?
10-03-2014
Mucha tinta se
ha desparramado sobre la guerra del gas que infligió Rusia a la Unión Europea
(UE) a través de Ucrania, por donde pasa 60 por ciento de las
exportaciones gaseras de Moscú al viejo continente, de las cuales la tercera
parte son destinadas a Alemania.
La misma Ucrania en sus nuevos tres conspicuos componentes –la
parte occidental eurófila, la parte oriental rusófila y la exquisitamente
sensible península de Crimea, que busca incorporarse a Rusia– depende
del 60% de su importación del aún insuperable gas estatal ruso. Ucrania
posee 39 millones de millones (trillones en anglosajón) de pies cúbicos en
reservas de gas natural que aún no explota: ¡la cuarta parte de las reservas probadas mundiales!
Chevron –la omnipotente trasnacional estadunidense asesorada por
la ex asesora de Seguridad Nacional del ex presidente Baby Bush que se despachócon
la cuchara grande en el “México neoliberal itamita”– firmó con el
fallido trapecista y saltimbanqui, el defenestrado presidente Viktor
Yanukovich, un acuerdo por 10 mil millones de dólares para explotar el polémico shale gas
(esquisto/lutita/grisú). Según los analistas, el problema radica en que la
mayor parte de las reservas de shale gas se encuentran en la parte oriental
rusófila de Ucrania.
Al unísono de su exquisita ubicación geoestratégica, la gran
riqueza de las dos Ucranias y Crimea lleva a la colisión de los respectivos
intereses de EEUU/OTAN/UE frente a Rusia, lo cual se manifiesta sensiblemente
con los granos/cereales y el gas natural: en sus múltiples facetas de tránsito,
importación desde Rusia y su futura explotación del shale gas por Chevron,
Shell y Exxon Mobil. Un aspecto que no ha sido abordado lo constituye la
primera guerra de granos del siglo XXI que se escenifica en Ucrania: tercera
potencia exportadora de granos detrás de Estados Unidos y Argentina.
Se pudiera aducir que se escenifican otras guerras de los granos y
cereales en forma subrepticia tanto en Sudán como en Argentina. Sudán, el
otrora país más extenso y granero legendario de África, ha sido balcanizado en
dos pedazos con la emergencia de Sudán del Sur, pletórico en petróleo, lo cual
ha favorecido la agenda de Estados Unidos e Israel, de lo que poco se publicita
a escala mundial.
Argentina –potencia de granos/cereales desde inicios del siglo XX–
sufre una brutal guerra multidimensional, específicamente, en su muy vulnerable
sector financiero que controla la dupla anglosajona (Estados Unidos y Gran
Bretaña), que tiene en la mira a la Patagonia: el máximo granero sudamericano,
además de ser su principal zona de reservas de petróleo y gas. Uno de los
aspectos que se encuentran detrás de la exquisita ubicación estratégica de la
península de Crimea radica en sus puertos, desde donde Ucrania, uno de los
máximos productores de maíz y trigo del mundo, exporta sus granos y cereales,
que le reditúan una sustancial parte de su PIB.
Según cifras del gobierno ucraniano (what ever that means), más del 50% de la
economía de Crimea depende de la producción de alimentos y de sus industrias de
distribución. El procesamiento de alimentos constituye un importante segmento
de la economía de Ucrania y uno de cada cuatro trabajadores está empleado en la
agricultura o en la silvicultura. Ucrania representa el granero de Rusia y
de Europa debido a su negro suelo fértil (chernozem)
y a sus pletóricas cosechas de granos (trigo, cebada, centeno, avena, girasol,
remolacha, etcétera).
Según el World fact book de la CIA, Ucrania producía 25% de las
exportaciones agrícolas de la ex URSS, mientras que en el presente exporta una
sustancial cantidad de granos, lo cual se reflejó en el disparo de su
cotización durante la delicada crisis del
cambio de régimen fondomonetarista en Kiev y la respuesta rusa en Crimea. Las
exportaciones agrícolas de Ucrania están dirigidas en 20% a Rusia, 17% a la UE,
7% a China, 6% a Turquía y 4% a Estados Unidos.
The Financial Times (Canasta
de promesas en Ucrania, 17/12/12) rememora que “se libraron guerras
entre Rusia, Polonia y el imperio otomano para controlar el valioso chernozem de Ucrania. En 2011, Ucrania tuvo
una cosecha récord de 57 millones de toneladas, por lo que las adecuadas
inversiones y la tecnología moderna de agricultura podría duplicar su
producción de granos en la próxima década, según el BERD (Banco de
Reconstrucción y Desarrollo de Europa).
Varias de las seis trasnacionales del cártel anglosajón que controlan los granos y
cereales –entre ellas Cargill, ADM y Bunge, al unísono de las
procesadoras Nestlé y Kraft– han invertido miles de millones de dólares en la
pasada década en Ucrania debido a su enorme potencial agrícola. También hacen
cola en el chernozem las temibles Monsanto y DuPont
Pioneer. Hoy Ucrania obtiene 12 mil millones de dólares de sus
exportaciones de granos/cereales y parte de su controvertida asociación mercantil
con la UE, lo cual supuestamente detonó la crisis gubernamental en Kiev, versa
sobre las exportaciones de granos/cereales al Medio Oriente y África, donde la crisis alimentaria fue el detonador de las
revoluciones árabes.
El fundamental atractivo de Ucrania para su incrustación al mercantilismo
europeo contempla(ba) su entronización como la canasta de pan y carne de Europa
mediante una mayor laxitud para la renta y/o compraventa de sus terrenos
fértiles. Anna Vidot considera que la escalada en Ucrania puede tener un
impacto significativo en los mercados globales de granos ya que la región del
Mar Negro es una de las más importantes encrucijadas de producción y
exportación de granos: Ucrania sola produce la misma cantidad de trigo que
Australia. La escalada en Crimea llevó
al alza del petróleo, el oro y los granos (un
40%).
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos estima que
Ucrania abastece 16% del total global de maíz y trigo, cuyo mayor transporte
pasa por el exquisitamente súper estratégico puerto de Sebastopol (Crimea),
sede de la flota rusa en el Mar Negro. Sin contar las abundantes reservas
marítimas de gas natural en la parte de Crimea en el Mar Negro, lo real es que
la balcanización de facto de las dos Ucranias y Crimea conlleva como corolario
la fractura catastral también de sus reservas de shale gas y de sus granos/cereales. Los
cruces geopolíticos de los hidrocarburos con los granos/cereales suelen ser
trágicos.
Twitter: @AlfredoJalife
Facebook: AlfredoJalife
El referéndum de Crimea profundiza la tensión este-oeste
La
Vanguardia
07-03-2014
En su lectura
más profunda, la crisis es consecuencia del pisoteo de la “Carta para una nueva
Europa” firmada en París en noviembre de 1990.
La peor crisis Este/Oeste desde el fin de la guerra fría se enreda
por momentos. El Imperio del Oeste ha promocionado un golpe de Estado en Kíev.
El Imperio del Este ha contestado ocupando militarmente Crimea. Ambos juegan con el
sentir popular y lo usan en su propio provecho. En Kíev para colocar un
gobierno que dé pasos rápidos hacia la disciplina europea y la integración en
la OTAN, aunque no sea muy representativo. En Simferópol, la capital de Crimea,
para justificar una invasión, aunque se trate de tierra rusa. Ayer nuevos pasos
acelerados en ambas direcciones: el parlamento de Crimea celebrará en diez días
un referéndum para salir de Ucrania y
unirse a Rusia. Occidente
baraja todo tipo de sanciones y mueve tropas y armadas en el Báltico, Polonia,
Egeo y Mar Negro. En broma, en broma, se avanza hacia una versión cutre de la
crisis de los misiles de 1962. Ahora la isla se llama Crimea.
La decisión del parlamento local se tomó por 78 votos contra cero
y 8 abstenciones. El referéndum, inicialmente previsto para el 30 de marzo y
con una pregunta para incrementar la autonomía, se adelanta para el 16 con una
pregunta sobre si se desea la unión con Rusia. Aunque Putin dijo de forma
categórica el martes que “Rusia no considera” una anexión de Crimea, hacerlo
será mucho más fácil de lo que fue desgajar Kosovo de Serbia. Las violaciones
de la “integridad territorial” son últimamente algo bastante corriente. Lo
único que cambia es la coreografía.
Sergei, un marinero de Odesa, me explica dónde queda el sentir
popular de los ucranianos en medio de este insensato tira y afloja que obliga a
la Madre Rusia, a la que se quiere arrinconar en la línea del Dnieper, a
empuñar el fusil. Sergei, unos 45 años, es marinero en tierra y vende souvenirs
junto al monumento al Duque de Richelieu, gobernador de esta ciudad a
principios del XIX. Por un lado detesta al nuevo gobierno de Kíev que ha
sustituido al del Presidente (legítimo y huído) Viktor Yanukovich, al que
califica de “podrido”. Por el otro lado, no le gusta la machada militar rusa en
Crimea. Después de más de veinte años Ucrania es un país independiente y no se
puede atropellar su soberanía.
“Eso no va a gustar ni siquiera en amplios sectores de la Ucrania
del Este y del Sur”, dice, refiriéndose a la parte del país más favorable a
Rusia. No tiene muchas dudas acerca de que el movimiento Maidán fue una
magnífica manipulación del general sentir popular contra la podredumbre. Cree
que los francotiradores fueron la guinda que decidió el cambio de régimen. ¿Por
cuenta de quién?; “evidentemente, de los que han salido ganando con ello”. Lo
de Crimea es un esperpento: las tropas que hay allá son, evidentemente, rusas
por más que Moscú niegue la evidencia y hable de espontáneos “grupos de
autodefensa”.
Esta opinión, informada pese al enorme sectarismo de los canales
de televisión -los rusos al servicio del Kremlin, los ucranianos en manos de
magnates en sintonía con Euroatlantida- sutil y matizada en sus acentos, es
precisamente la mayoritaria en el país, de acuerdo con las encuestas
disponibles: no al ingreso en la OTAN (por eso sus partidarios no quieren oír
ni hablar de un referéndum ucraniano sobre ese tema), sí a la independencia y
soberanía nacional de Ucrania y sí también a unas relaciones fluidas, estrechas
y fraternales con Rusia (no confundir con la persona o el régimen de Putin),
sin que ello quiera decir que nos dejamos invadir por amor. Si esto es así, ¿cómo
se ha llegado al actual desbarajuste? Se trata del esquema general de la
seguridad europea.
En noviembre de 1990 los países de la CSCE (hoy OSCE), es decir la
URSS y Euroatlántida, firmaron en el Palacio del Elíseo, la “Carta de París
para una nueva Europa”. Aquel documento contenía el diseño de una seguridad
continental integrada, es decir el fin de la guerra fría. Su preámbulo
proclamaba que, “la era de la confrontación y división de Europa ha concluido”.
En el apartado, “relaciones amistosas entre estados participantes” se afirmaba:
“La seguridad es indivisible. La seguridad de cada uno de los estados
participantes está inseparablemente vinculada con la seguridad de los demás”.
En el apartado “Seguridad”, se anunciaba, “un nuevo concepto de la seguridad
europea” que dará una “nueva calidad” a las relaciones entre los estados
europeos. “La situación en Europa”, se prometía, “abre nuevas posibilidades
para la acción común en el terreno de la seguridad militar. Desarrollaremos los
importantes logros alcanzados con el acuerdo CFE (desarme convencional en
Europa) y en las conversaciones sobre medidas para fortalecer la confianza y la
seguridad”. Se ponía incluso fecha a los compromisos; “iniciar, no más tarde de
1992, nuevas conversaciones de desarme y fortalecimiento de la confianza y la
seguridad”. En lugar de eso se abrió paso una seguridad a costa de la seguridad
del otro. Hubo ampliación, globalización y avance de la OTAN, allí donde Moscú
se había retirado. El ingreso en el bloque militar contra Rusia se ofreció como
antesala del ingreso en la Unión Europea. Muchos ex satélites y ex víctimas de
Moscú corrieron entusiasmados hacia ese alivio. Adoptando el capitalismo, Rusia
no ofrecía el rostro más benigno. Pero ese país y sus intereses existen. Su diplomacia
reclama desde 1992 el esquema de la Conferencia de París y en lugar de ello le
ofrecen escudos antimisiles “contra Irán” en Rumania y Polonia, y cuando se
queja le acusan de “imperial”. Ahora le enfrentan a algo equiparable a si
Estados Unidos tuviera que convivir con un Canadá miembro de un bloque militar
hostil.
Para realizar esta genialidad se ha colocado en Kíev el primer
gobierno con ministros ultraderechistas y antisemitas (el partido Svoboda tiene
seis carteras y mucho de eso) desde 1945. Occidente tiene suerte de que el
régimen político de Rusia carezca de todo atractivo social y popular, y se
asiente exclusivamente sobre el nacionalismo. De lo contrario, el barrido
eslavo oriental sería imparable. Mientras tanto, maniobras en el Báltico y en Polonia,
un portaviones con acompañamiento de armada en el Egeo, sanciones a la vista y
pronto tensión en el Mar Negro.
Kíev califica de “farsa” la consulta
Crimea no puede decidir por sí sola su salida de Ucrania, dijo
ayer el presidente de la Rada de Kiev, Aleksandr Turchinov, formal “jefe de
Estado interino” del nuevo régimen. “Según el artículo 73 de la Constitución,
solo un referéndum de toda Ucrania puede examinar la cuestión de las fronteras
y los cambios territoriales”, dijo Turchinov en un breve mensaje televisado.
”Esta decisión es ilegítima, es una farsa”, concluyó. Crimea ha desconectado
canales de televisión ucranianos. Ucrania desconectó anteayer canales rusos.
Ambas partes practican una intensa guerra propagandística, omitiendo los
informes que no les convienen. El ambiente en las ciudades ucranianas es
tranquilo. Las manifestaciones de los últimos días apenas congregan a
centenares de personas. El rechazo y la indisposición hacia la violencia es
absolutamente mayoritario. La llamada a la movilización de reservistas lanzada
por Kíev ha sido completamente ignorada.
Presentado un proyecto para acelerar el ingreso de Ucrania en la
OTAN
La
Vanguardia
07-03-2014
Un grupo pro ruso espanta
en Crimea al enviado especial de la ONU, Robert Serry, obligado a refugiarse
en un café
|
El ministro de
exteriores estoniano explicó por teléfono a Ashton que tras los francotiradores
que precipitaron el cambio de régimen en Kíev con una matanza podía estar
"alguien del actual gobierno", señala una filtración confirmada.
Mientras se discute para quién trabajaban los francotiradores que el 20 de febrero precipitaron el cambio de régimen en Ucrania matando indiscriminadamente a manifestantes y policías en las calles de Kíev, un grupo de diputados ucranianos ha presentado un proyecto de ley para declarar prioritario el ingreso del país en la OTAN.
Ucrania dejaría de ser un "país no alineado con ningún bloque", como señala su actual legislación, para priorizar el ingreso en el bloque militar occidental, de acuerdo con la iniciativa que fue registrada ayer en la Rada (Parlamento) con el número 4354. Entre los diputados iniciadores, todos del partido "Batkivshina" (Patria) de la ex primera ministra Yulia Timoshenko, figura Boris Tarasiuk, que fue dos veces ministro de exteriores, la última vez tras la "Revolución naranja".
Tarasiuk es fundador del "Instituto para la Cooperación Eutro-Atlántica", un lobby de la OTAN, y fue jefe de la representación de Ucrania en la Alianza. "Batkivshina" es apoyado por Washington y tiene mayoría en el actual gobierno, creado el 27 de febrero, una semana después de que la matanza de más de veinte manifestantes y policías por misteriosos francotiradores precipitara el hundimiento del régimen de Victor Yanukovich, opuesto a la firma de un acuerdo de asociación con la Unión Europea. La asociación con la UE incluye el compromiso de una aproximación de Ucrania a Occidente en materias de seguridad y política exterior. El actual gobierno y la Unión Europea se declararon ayer a favor de cerrar ese acuerdo de asociación antes de la celebración de elecciones en Ucrania.
En este contexto se filtra la conversación mantenida por el ministro de exteriores estoniano, Urmas Paet, con la responsable de la política exterior de la Unión Europea, Margaret Ashton. En ella queda claro que, tras una visita de Paet a Kíev el 25 de febrero, el ministro se tomaba muy en serio que, "detrás de los francotiradores no estaba Yanukovich, sino alguien de la nueva coalición" que hoy gobierna en Kíev. "Es interesante", contesta Ashton. La fuente de Paet identificada como "Olga", era la jefa del dispositivo médico del Maidán (la protesta popular apoyada por Occidente), Olga Bogomolets, que rechazó un cargo en el nuevo gobierno.
"Olga ha dicho que todos los indicios muestran que la gente fue muerta por los mismos francotiradores, tanto policías como manifestantes" (...) "dice que todos los muertos llevan la misma firma, los mismos tipos de balas, y es verdaderamente preocupante que la nueva coalición no quiera investigar qué pasó exactamente". "Eso les desprestigia ya desde el principio", dice Paet a una Ashton que solo comenta, "Si, es terrible".
El ministerio de exteriores estoniano ha confirmado la autenticidad de la conversación pero ha subrayado que Paet transmitía a Ashton el punto de vista de una tercera persona y no el suyo.
Guerras, invasiones y golpes de Estado comienzan frecuentemente con oscuros atentados en los que la pregunta estándar es, ¿a quién benefician? Varios edificios volaron por los aires en Moscú en vísperas de la segunda guerra de Chechenia. Moscú adjudicó el asunto al terrorismo checheno. La intervención de la OTAN en Bosnia ocurrió tras un sonado atentado en el mercado de Sarajevo, que se atribuyó al cerco serbio. La intervención en Kósovo tuvo escenificaciones previas aún más espectaculares y la actual guerra de Siria ha repetido el guion con diferentes incidentes dudosos de uso de armas químicas y ataques a Turquía.
En Crimea un grupo de alborotadores pro rusos, uno de ellos armado, espantó a Robert Serry, enviado especial de la ONU para observar la situación. Su coche fue bloqueado y Serry tuvo que refugiarse en una cafetería ante la que el grupo vociferaba. "Muy desagradable", resumió un periodista que le acompañaba. Serry era el primero de 18 "observadores internacionales" que deben visitar la Península controlada por Rusia y un gobierno afín. Moscú ha eludido invitar a los observadores alegando, que no es su territorio y que Ucrania es un país independiente. "Serry no fue secuestrado, sino amenazado", dijo la vicesecretaria general de la ONU, Jan Eliasson, quien dice que el incidente debe ser "seriamente condenado".
Fuente:http://www.lavanguardia.com/internacional/20140306/54402081653/proyecto-acelerar-ingreso-ucrania-otan.html
Mientras se discute para quién trabajaban los francotiradores que el 20 de febrero precipitaron el cambio de régimen en Ucrania matando indiscriminadamente a manifestantes y policías en las calles de Kíev, un grupo de diputados ucranianos ha presentado un proyecto de ley para declarar prioritario el ingreso del país en la OTAN.
Ucrania dejaría de ser un "país no alineado con ningún bloque", como señala su actual legislación, para priorizar el ingreso en el bloque militar occidental, de acuerdo con la iniciativa que fue registrada ayer en la Rada (Parlamento) con el número 4354. Entre los diputados iniciadores, todos del partido "Batkivshina" (Patria) de la ex primera ministra Yulia Timoshenko, figura Boris Tarasiuk, que fue dos veces ministro de exteriores, la última vez tras la "Revolución naranja".
Tarasiuk es fundador del "Instituto para la Cooperación Eutro-Atlántica", un lobby de la OTAN, y fue jefe de la representación de Ucrania en la Alianza. "Batkivshina" es apoyado por Washington y tiene mayoría en el actual gobierno, creado el 27 de febrero, una semana después de que la matanza de más de veinte manifestantes y policías por misteriosos francotiradores precipitara el hundimiento del régimen de Victor Yanukovich, opuesto a la firma de un acuerdo de asociación con la Unión Europea. La asociación con la UE incluye el compromiso de una aproximación de Ucrania a Occidente en materias de seguridad y política exterior. El actual gobierno y la Unión Europea se declararon ayer a favor de cerrar ese acuerdo de asociación antes de la celebración de elecciones en Ucrania.
En este contexto se filtra la conversación mantenida por el ministro de exteriores estoniano, Urmas Paet, con la responsable de la política exterior de la Unión Europea, Margaret Ashton. En ella queda claro que, tras una visita de Paet a Kíev el 25 de febrero, el ministro se tomaba muy en serio que, "detrás de los francotiradores no estaba Yanukovich, sino alguien de la nueva coalición" que hoy gobierna en Kíev. "Es interesante", contesta Ashton. La fuente de Paet identificada como "Olga", era la jefa del dispositivo médico del Maidán (la protesta popular apoyada por Occidente), Olga Bogomolets, que rechazó un cargo en el nuevo gobierno.
"Olga ha dicho que todos los indicios muestran que la gente fue muerta por los mismos francotiradores, tanto policías como manifestantes" (...) "dice que todos los muertos llevan la misma firma, los mismos tipos de balas, y es verdaderamente preocupante que la nueva coalición no quiera investigar qué pasó exactamente". "Eso les desprestigia ya desde el principio", dice Paet a una Ashton que solo comenta, "Si, es terrible".
El ministerio de exteriores estoniano ha confirmado la autenticidad de la conversación pero ha subrayado que Paet transmitía a Ashton el punto de vista de una tercera persona y no el suyo.
Guerras, invasiones y golpes de Estado comienzan frecuentemente con oscuros atentados en los que la pregunta estándar es, ¿a quién benefician? Varios edificios volaron por los aires en Moscú en vísperas de la segunda guerra de Chechenia. Moscú adjudicó el asunto al terrorismo checheno. La intervención de la OTAN en Bosnia ocurrió tras un sonado atentado en el mercado de Sarajevo, que se atribuyó al cerco serbio. La intervención en Kósovo tuvo escenificaciones previas aún más espectaculares y la actual guerra de Siria ha repetido el guion con diferentes incidentes dudosos de uso de armas químicas y ataques a Turquía.
En Crimea un grupo de alborotadores pro rusos, uno de ellos armado, espantó a Robert Serry, enviado especial de la ONU para observar la situación. Su coche fue bloqueado y Serry tuvo que refugiarse en una cafetería ante la que el grupo vociferaba. "Muy desagradable", resumió un periodista que le acompañaba. Serry era el primero de 18 "observadores internacionales" que deben visitar la Península controlada por Rusia y un gobierno afín. Moscú ha eludido invitar a los observadores alegando, que no es su territorio y que Ucrania es un país independiente. "Serry no fue secuestrado, sino amenazado", dijo la vicesecretaria general de la ONU, Jan Eliasson, quien dice que el incidente debe ser "seriamente condenado".
Fuente:http://www.lavanguardia.com/internacional/20140306/54402081653/proyecto-acelerar-ingreso-ucrania-otan.html
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