Escribe Milciades Ruiz
No es agradable hacer las veces de
pájaro mal agüero, pero “guerra visada no mata gente”. Peor es no decir nada y
dejar que el huayco económico nos coja desprevenidos. Lo que sucede en
Argentina puede llegarnos. Solo trasmito lo que se viene comentando en estos
días. La información recogida, puede ser útil para los planteamientos de las
agrupaciones populares y sus planes de lucha. Por favor, vean esto.
La economía mundial se debilitó en el
2023 y las perspectivas para el 2024 son sombrías. El consumo de combustible
está cayendo y en buena hora que se reduzca los gases de efecto invernadero que
está causando desastres climáticos. El asunto es que eso, significa menor
producción mundial, menor inversión, menores ingresos estatales, menor empleo,
mayor migración, etc.
La evolución de las finanzas públicas
en América Latina y el Caribe durante 2023 se enmarcó en un entorno de menor
dinamismo de la actividad económica mundial. Un incremento de los costos de
financiamiento y una reducción de los flujos de capital han desacelerado la
actividad económica, lo que se reflejó en bajo crecimiento.
Para Perú, la bajada de precios de
materia prima que se llevan las transnacionales, se refleja en déficit fiscal
por merma en la tributación y, los ingresos estatales. El intercambio de
favores políticos con partidas presupuestales que desequilibran el presupuesto,
agudizan este desbalance. Hasta abril ya habíamos llegado a 3.3% de incremento
la deuda pública. Como sabemos, la economía peruana se contrajo 0.6% en 2023,
la primera caída en 25 años y su peor resultado en más de 30 años, excluyendo
la pandemia de 2020.
A mediados de abril 2024, el FMI avisó los peligros por el gasto excesivo del Gobierno de EE.UU., cuya deuda nacional alcanzó a finales de diciembre pasado, los 34 billones de dólares por primera vez en la historia y sigue gastando excesivamente por los gastos militares en defensa de su hegemonía. Con esto, se está socavando la estabilidad económica y financiera en todo el mundo, regido por el uso del dólar.
La mala situación económica mundial,
se debe al agotamiento del modelo neoliberal de saqueo del tercer mundo, con
inversiones y leyes protectoras (exoneraciones tributarias, privatizaciones
estatales, subsidios a la inversión como lo da el Perú) y desregularización de
los mercados, incluyendo el mercado laboral.
Desde la implantación del
neo-liberalismo que eliminó el control de Estado regulador, privatizó casi todo
lo imaginable, flexibilizó el trabajo con la tercerización y recortes de
derechos aborales como el Perú, ya casi no hay derechos laborales en algunos
sectores. En Perú se proponen rebajar el impuesto a la renta a las
transnacionales agroexportadoras de capitales norteamericanos y europeos.
El neoliberalismo trajo un sistema
especulativo gigantesco. Las mafias calificadoras de riesgos, de
competitividad, dominan las bolsas de cotizaciones y, otros instrumentos de
estafa masiva. Se han dedicado a dominar los mercados financieros y de valores
fijando precios especulativos a las materias primas.
El mecanismo de los sistemas de pagos
internacionales dominados por EEUU con el Swift, mafioso de amarres
financieros, obliga precisamente a utilizar el dólar como medio de pago, lo que
desvaloriza a las otras monedas. En estas condiciones, el 14 de mayo último, el Banco Mundial reveló
que las inversiones mundiales disminuyeron un 5% con respecto a 2022, lo cual
genera desempleo y delincuencia.
En el Perú, los últimos doce meses
hasta abril, el déficit fiscal acumulado alcanzó el 3.6% del Producto Bruto
Interno (PBI), según datos del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP). Esta
cifra continúa en alza, con el intercambio de favores en los poderes del
estado.
La principal causa de esta
disminución se debe a los excesivos gastos no financieros del gobierno. En lo
que va del año, el sector público no financiero acumuló un superávit de gastos
de S/ 44 millones en los primeros cuatro meses. Este contraproducente manejo de
las cuentas nacionales preocupa, ya que, el año pasado el déficit pasó el
“techo” fiscal, que era 2.4% del PBI (llegando a 2.8%). Para este año, la meta
es de 2.5% y ya estamos en 3,6% hasta abril.
(…) la actividad económica se
contrajo en 11 de las 24 regiones del país (ver gráfico 2). De las 13 regiones
que no cayeron, 5 experimentaron una desaceleración y 8 mostraron un mayor
dinamismo o dejaron de caer. El mayor crecimiento lo registró Moquegua y la
mayor caída se dio en Puno. Además, Tacna fue la única región que se contrajo
por segundo año consecutivo.
La caída de la actividad productiva
tuvo consecuencias negativas para el empleo. Mientras la población sigue
creciendo, la económicamente activa (PEA) ocupada se redujo en 0.9% en 2023
(-157 mil personas). Buena parte del resultado se explicó por la pérdida de
empleos en el área rural (-4.7% o -168 mil personas) y las pequeñas ciudades
(-2.6% o -125 mil personas), zonas donde predomina la agricultura. La caída se
observó en las cuatro zonas geográficas: -3.3% en el sur, -2.4% en el oriente,
-0.7% en el centro y -0.2% en el norte. La PEA ocupada se contrajo en 17 de las
26 grandes ciudades (ver gráfico 4).
El otro factor importante es la
ausencia de nuevas grandes inversiones en ejecución. Aparte de Quellaveco, no
existe un proyecto minero en construcción de similar magnitud. Pero veamos como
terminamos el 2023 en cuanto a nuestro PBI o, producción nacional.
Nota: (p) proyectado. Fuente: INEI. Elaboración y proyección: Macroconsult.
Fuente: INEI. Elaboración: Macroconsult. “Panorama y perspectivas económicas para 2024: una mirada regional Macroconsult al Día. Mayo 18, 2024
No le sigo dando otros datos preocupantes,
para no amargarles la vida. Solo me disculpo por hacerle voltear la mirada,
distrayendo vuestra atención centrada en otros enfoques.
Mayo 19/ 2024
Mayor información en https://wordpress.com/view/republicaequitativa.wordpress.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario