por Andrés Piqueras
Hoy, 11 de
mayo de 2024, traigo a colación este artículo de María Fe Celi en
Antiimperialista.com [Los
profundos lazos entre China y Serbia: mucho más que una relación bilateral –
antiimperialistas.com], que señala las implicaciones de los 25 años del
bombardeo de la Embajada china en Yugoslavia por la OTAN.
Nunca las
potencias centrales perdonaron a Yugoslavia su soberanía, su proyecto social y
de desarrollo autónomo. Tras la agresión, lo que queda de Yugoslavia tiene hoy
todavía el sector industrial destruido, las cadenas económicas rotas, los
puestos de trabajo perdidos, con una migración laboral masiva de jóvenes, una
existencia a expensas de las inversiones extranjeras, la importación
desaforada, años de crecimiento negativo del PIB y sueños poco realistas de
volver al nivel de desarrollo económico de los años 80. A 25 años de los
bombardeos no hay datos oficiales exactos sobre los daños causados (pueden
sobrepasar los 100.000 millones de $), pero las consecuencias indirectas de los
bombardeos son mucho peores. La salud de los ciudadanos se ha visto socavada,
se han producido daños irreparables al hábitat y se ha dado una gran pérdida de
su fuerza productiva
Sobre todo
desde 2016 Serbia y China están empeñados en reconstruir el país, en contra de
la Estrategia del Caos y la Guerra de la OTAN.
—
El pasado 7
de mayo, Xi Jinping aterrizó en Belgrado. Esta fue su segunda visita desde
2016. A diferencia de la primera, esta vez, la llegada estuvo cargada de simbolismo.
Yugoslavia
tuvo mucha influencia en China. Por un lado, fue ejemplo de un intento de
construir un camino de desarrollo propio, independiente de la URSS y EE.UU.
Por otro
lado, las películas yugoslavas influyeron en toda una generación de chinos. De
hecho, en esta visita, Xi compartió que la película yugoslava ‘El puente’ y la
canción ‘Bella Ciao’, que se escucha en la película, fueron parte de sus
memorias más felices de su juventud.
Sin embargo,
fue el 7 de mayo de 1999 cuando ambos países se hermanaron para siempre.
Durante el salvaje bombardeo a Yugoslavia, las bombas de la OTAN
también cayeron sobre la Embajada china en Belgrado. En palabras de Xi, “la
amistad de ambos países se forjó con la sangre de nuestros compatriotas”.
La noche del bombardeo
Aquel 7 de
mayo, las bombas cayeron sobre la Embajada china matando a tres periodistas que
se hospedaban ahí mientras cubrían el bombardeo. Fueron Shao Yunhuan
(profesional de Xinhua); Xu Xinghu y Zhu Ying (Guangming Daily).
El esposo de
Shao, Cao Rongfei, quedó ciego en el ataque.
Además de
ellos, otras 20 personas quedaron heridas, algunas de gravedad y que fueron
repatriadas a China en estado de coma. El embajador se salvó sólo porque la
bomba que atravesó el techo de su residencia no explotó.
Esto provocó
una de las mayores crisis diplomáticas entre EE.UU. y China. Los
estadounidenses dijeron que fue un error, que el objetivo era la agencia
estatal yugoslava encargada de importación de armas, que quedaba a 350 metros
de la embajada, y que habían usado un mapa equivocado.
En China,
nadie lo creyó. El gobierno rechazó la explicación; mientras que el pueblo chino salió masivamente a las calles, en varias
ciudades, a protestar. El ataque se sintió como un rezago del llamado Siglo de
Humillación. Los manifestantes llegaron a las sedes diplomáticas de EE.UU y las
atacaron.
A pesar de
la furia de la población, el gobierno chino no respondió. En la década de los noventa, Beijing había priorizado el desarrollo
industrial y sacrificado el militar. En 1997, el gasto militar fue poco más del
1% del PIB.
Interrumpir
el proceso en el que estaban para confrontar a EE.UU en el pico del período
unipolar era un sinsentido; sin embargo, fue un despertar para Beijing que
volvió a dar prioridad al desarrollo militar.
La crisis terminó
con una compensación de 28 millones de dólares para el gobierno chino, de
los cuales tuvo que devolver tres por los daños a las sedes diplomáticas.
Además, EE.UU compensó con 4,5 millones de dólares a cada una de las
familias de los asesinados y heridos.
No obstante,
los chinos no olvidaron. Todos los años se conmemora este crimen y todo aquel
que va de visita a Serbia, hace una parada en el memorial construido el cual se ha
convertido, además, en un símbolo de la hermandad entre serbios y chinos.
Las ruinas
de la embajada fueron remodeladas para convertirlas en un centro cultural para
aprender el idioma y diferentes aspectos de la cultura tradicional china.
Asimismo, a la plaza del frente, se le cambió el nombre a Plaza de la Amistad
Sino-Serbia.
La consolidación de la amistad
Con los
años, China y Serbia se han apoyado tanto en momentos de crisis como en
espacios internacionales. Ambos países mantienen disputas territoriales
producto de la interferencia estadounidense y esa defensa de la soberanía
territorial también ha contribuido a fortalecer la relación.
Sin embargo,
en 2016 empezó el salto cualitativo. Serbia fue el primer país europeo
en firmar una alianza estratégica integral, uno de los niveles más altos de
la diplomacia china.
En aquel
momento, el comercio entre ambos países era de menos de 600 millones de USD. En
2023, fue de 6.000 millones. Serbia, además, fue el primer país europeo que
compró trenes y sistemas de defensa chinos.
En 2016, la
empresa china Zijin invirtió en la planta de acero del grupo HBIS en la ciudad
de Smederevo. La empresa nacional llevaba años con deudas y estaba camino a
cerrar. La inversión china permitió rescatarla y salvar miles de puestos de
trabajo ya que incorporaron a todos los trabajadores. Hoy, Serbia
vuelve a exportar acero.
En 2017,
Serbia se adscribió a la Franja y la Ruta. La vía ferroviaria Belgrado-Budapest
es uno de los proyectos emblema de la iniciativa. Se planea extender el
proyecto a Macedonia y Grecia para conectar la península de los Balcanes.
Durante la
pandemia de covid-19, desde Beijing iniciaron la Franja y la Ruta de la salud
enviando vacunas y especialistas con experiencia en el combate al virus. El
primer país que los recibió fue Serbia. La misión de especialistas llegó por
dos semanas y se quedó dos meses.
En 2023,
China fue el país que más invirtió en Serbia y su segundo socio comercial,
después de la Unión Europea.
Los avances en esta última vista
Como es
costumbre, Xi publicó un artículo en la prensa local en el que explicaba los
motivos de su visita. En su texto, dijo que esperaba “renovar su amistad,
explorar nuevas formas de cooperación y darle dinamismo a la inquebrantable
amistad entre China y Serbia”.
Ambas partes
discutieron la “construcción de una comunidad sino-serbia con futuro
compartido”. De este modo, Serbia se convierte en el primer país europeo en
entablar este vínculo que ya tienen países como Laos, Pakistán y Tailandia.
Esto se
traduce en acuerdos para dinamizar la alianza estratégica integral y
han ratificado el Tratado de Libre Comercio firmado el año pasado, que entra en
vigor el próximo 1 de julio.
Además de lo
económico, se van a fortalecer los vínculos entre personas. 300 estudiantes
irán a China a estudiar en los siguientes tres años, mientras que 50
científicos acudirán a investigar. También, se ha acordado mayor colaboración
en inteligencia artificial.
Se iniciarán vuelos directos Shanghái-Belgrado. Cabe recordar que ambos países tienen acuerdos de exención de visas, lo cual dinamizará el flujo de personas.
La cereza
del pastel fue el respaldo a una posible postulación de Serbia al BRICS+.
La visita
estuvo cargada de emociones y no solo por la conmemoración del vigésimo quinto
aniversario del bombardeo a la Embajada china.
Desde el
aeropuerto, la bienvenida fue apoteósica. La ciudad estuvo decorada con
banderas chinas y serbias, así como grandes carteles dando la bienvenida a la
comitiva china.
Antes de la
reunión oficial, Xi acompañó a Vučić a lo alto del Palacio Presidencial donde
más de 15.000 serbios ovacionaron al presidente chino. Esto es algo muy
poco común. Como señalaron en redes chinas, lo normal es que el presidente esté
rodeado de grupos pequeños.
Posteriormente,
Xi dijo estar genuinamente emocionado por el recibimiento. Sabemos que es
sincero porque, a diferencia de Occidente, en la cultura china, las palabras
tienen valor.
Los caminos para Serbia
Serbia es un
país que ha procurado mantener una política exterior independiente. Tiene
excelentes vínculos con China, una buena relación con Rusia y aspira a ingresar
a la Unión Europea (UE). En los últimos años, en especial desde el inicio de la
operación especial en Ucrania, los países occidentales le han hecho saber a los
serbios que no es posible tenerlo todo.
Cuando Xi
afirmó con respecto al bombardeo a la embajada que “el pueblo chino valora la
paz, pero nunca dejará que esta historia trágica se repita”, le mandó un
mensaje a la OTAN y a los serbios.
A la
primera, le dejó en claro que no olvidan ni olvidarán de lo que son capaces y
que con la China de hoy les será imposible repetir.
A los
serbios, el mensaje implicaba que no van a olvidar lo que sufrieron juntos y
que siempre estarán unidos. Por ello, no van a permitir que el país
colapse por mucho que desde Occidente intentan desestabilizarlo.
La visita de
Xi ha abierto una infinidad de posibilidades para los serbios. Toca que se
empiecen a preguntar si, de verdad, quieren un futuro con la decadente UE u
optar por la apertura a la mayoría global a través de BRICS+ y de la mano con
China.
No hay comentarios:
Publicar un comentario