Tras escuchar las vocalizaciones de un supuesto grupo rival, los chimpancés de este grupo tendían a permanecer más cerca unos de otros y a ayudarse más entre ellos. (Foto: Etsuko Nogami / Kyoto U Kumamoto Sanctuary)
Cuando un grupo de personas se siente amenazado por otro conjunto al que consideran rival o abiertamente enemigo, los integrantes de ese grupo amenazado tienden a colaborar entre ellos con mayor dedicación para defender sus intereses y a ayudarse mutuamente más que antes, dejando de lado rencillas personales. El grupo puede ser una familia, una comunidad de vecinos, una tribu o la población de un país. Charles Darwin, el descubridor de la evolución de las especies, sugirió en su día que esta reacción podía ser una capacidad forjada por la evolución.
Ahora, unos científicos han realizado una investigación con chimpancés para comprobar si esta reacción también se da en nuestros primos evolutivos más cercanos.
El equipo, que incluye a Shinya Yamamoto y James Brooks, ambos de la Universidad de Kioto en Japón, diseñó sus experimentos basándose en observaciones que sugerían que los chimpancés tendían a agruparse más estrechamente y a mostrarse más unidos y solidarios entre ellos en las temporadas durante las cuales tenían encuentros con grupos rivales de chimpancés.
Yamamoto, Brooks y sus colegas probaron la relación directa entre la amenaza del grupo externo y la cohesión del grupo interno simulando un encuentro con un grupo externo y observando el comportamiento de los sujetos.
Cinco grupos de chimpancés escucharon vocalizaciones de individuos desconocidos. Otro grupo escuchó sonidos no amenazantes, concretamente graznidos de cuervos.
El equipo de investigación descubrió que los sujetos que escuchaban a los individuos ajenos al grupo que potencialmente representaban una amenaza se mostraban más estresados y vigilaban más su entorno, pero en vez de traducir su estado a una mayor tensión dentro del grupo, los chimpancés se acercaban más unos a otros, adoptaban comportamientos más amistosos y se mostraban menos agresivos cuando se les daba una cantidad limitada de comida, en comparación con los del grupo no expuestos a esa amenaza del grupo rival.
Esto sugiere que en los chimpancés, al igual que en los humanos, la rivalidad entre grupos fomenta la cohesión entre los integrantes del cada grupo y, además, que la competencia entre grupos durante la historia evolutiva del ser humano puede haber contribuido mucho a nuestra capacidad de cooperar con personas de nuestra comunidad y a ser tolerante con ellas cuando somos conscientes de la presencia o cercanía de un enemigo común.
Los resultados del estudio se han hecho públicos a través de la revista académica PLoS ONE. La referencia del trabajo es la siguiente: Brooks J, Onishi E, Clark IR, Bohn M, Yamamoto S (2021) Uniting against a common enemy: Perceived outgroup threat elicits ingroup cohesion in chimpanzees. PLoS ONE 16(2): e0246869.
El equipo está estudiando actualmente si el mismo patrón se observa en los bonobos, otros de nuestros parientes evolutivos cercanos. Los bonobos son conocidos por no cometer agresiones letales contra congéneres de fuera de su grupo. (Fuente: NCYT de Amazings)
Fuente: https://noticiasdelaciencia.com/art/41289/unirse-contra-un-enemigo-comun
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