12 DE
FEBRERO, 2018
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feminismo» in English
Entre 1896 y 1917 tiene lugar el
combate del ala izquierda de la II Internacional, con Rosa Luxemburgo y Clara
Zetkin a la cabeza, contra el naciente movimiento feminista, centrado entonces
en ampliar el sufragio censitario a las mujeres burguesas y pequeñoburguesas.
Fue esta batalla la que dio lugar al nacimiento del 8 de marzo como día de
reivindicación obrera. El enfrentamiento con el feminismo quedó saldado con el
estallido de la Primera guerra imperialista mundial y la Revolución rusa.
En este artículo...
·
El
feminismo y el movimiento socialista
·
Zetkin
contra la Palabrería sobre los derechos de las mujeres
·
Rosa
Luxemburgo y la izquierda de la Internacional contra el feminismo
·
El
8 de Marzo contra el feminismo
El feminismo y el
movimiento socialista
El feminismo
aparece a finales de los años 90 del siglo XIX en toda Europa
como «sufragismo». Las sufragistas defendían la ampliación del derecho al voto
de las mujeres dentro del sufragio censitario (restringido a los propietarios),
es decir, el derecho de las mujeres de las clases propietarias a participar en
las dirección política del estado y la sociedad establecidas.
En
su batalla para hacer un hueco en las direcciones de las empresas y el gobierno
a las mujeres de la pequeña burguesía y las clases altas, las sufragistas
trataron pronto de ganar a las mujeres trabajadoras, mucho mayores en número y
sobre todo mucho más organizadas. Las feministas proponían un frente
interclasista de «mujeres» cuyo objetivo sería conseguir diputadas burguesas
dentro del sistema censitario. Prometían representar el «interés común en tanto
que mujeres» que supuestamente unía a las trabajadoras con aquellas burguesas
del liberalismo radical inglés.
La
izquierda de la II Internacional, con Rosa Luxemburgo y Clara Zetkin a la
cabeza se opuso radicalmente. Un año antes de la formación del primer grupo
sufragista en Inglaterra, Zetkin había presentado en Gotha,
el verdadero congreso fundacional del partido socialista alemán un
informe sobre «La cuestión de la mujer y las tareas de la socialdemocracia»
aprobado unánimemente.
Desde
entonces los socialistas alemanes se habían dedicado a organizar y formar a
miles de mujeres de clase trabajadora, impulsado movilizaciones por el sufragio
universal para ambos sexos. A partir del Congreso de Stuttgart de la
Internacional, la izquierda, con Zetkin y Luxemburgo a la cabeza, dan la
batalla a nivel global. No contra un supuesto machismo de la dirección, sino
contra las cesiones al feminismo de algunos partidos como el belga, que había
aprobado en su congreso apoyar la ampliación del sufragio censitario a las
mujeres de clases altas.
El Congreso de la II Internacional celebrado en Stuttgart comprometió a los partidos socialdemócratas de todos los países a iniciar la lucha por el sufragio universal femenino como parte esencial e irrenunciable de la lucha general del proletariado por el derecho de voto y por el poder, en neta contraposición con las aspiraciones feministas. CLARA ZETKIN
Sobre el primer feminismo:
El nacimiento del feminismo
Las primeras feministas que se dirigieron a las trabajadoras
Sylvia Pankhurst contra el feminismo
Zetkin contra la Palabrería sobre los derechos de las mujeres
La
palabra «feminismo» aparece por primera vez en 1891 en Francia, marcando el
momento en que el movimiento de mujeres de la pequeña burguesía se afirma por
primera vez en todo el país. Pero durante mucho tiempo, sin embargo, seguirá
siendo conocido en Europa continental como «Frauenrechtlerinnen» («defensa de
los derechos de las mujeres»).
Los
marxistas, y en especial Clara Zetkin y Rosa Luxemburgo, utilizarán otros
términos de matiz muy distinto que sin embargo aparecen hoy en las traducciones
como «feminismo», cambiando completamente su sentido. Por ejemplo, el término
que utilizaba Zetkin más frecuentemente era «Frauenrechtelerei»:
«palabrería sobre los derechos de las mujeres». De hecho lo seguirá usando toda
su vida:
Las líneas directrices deberán expresar nítidamente que la verdadera emancipación de la mujer solo será posible mediante el comunismo. Hay que hacer resaltar con toda fuerza la relación sobre los medios de producción. Con esto trazaremos una línea divisoria firme e indeleble contra el movimiento del «palabrerío sobre los derechos de las mujeres». CLARA ZETKIN. RECUERDOS SOBRE LENIN
En
realidad Zetkin a veces utiliza, «frauenrechtelei», que no es mejor:
«charlataneo sobre los derechos de las mujeres». Que hayamos encontrado, Zetkin
solo utiliza el término «feminista» muy tarde, en 1928, cuando haciendo una
historia del movimiento de mujeres obreras en Alemania, critique la
«feministische tendenz» (tendencia feminista) de los líderes socialdemócratas
oportunistas.
Por
cierto que aquel acercamiento hacia la expresión política de la pequeña
burguesía femenina dio ocasión al primer enfrentamiento de la izquierda -con el
apoyo explícito de un ya muy mayor Engels- con la dirección oportunista del
SPD. No es pues un contexto muy positivo. Pero el resto de veces que Rosa
Luxemburgo y Zetkin se refieren a las feministas es con un término abiertamente
despectivo.
Rosa Luxemburgo y la izquierda de la Internacional contra el
feminismo
Clara Zetkin
La
batalla ideológica se va haciendo cada vez más intensa con los años. Rosa
Luxemburgo comparte en su correspondencia su rechazo íntimo al argumentario
«moral y espiritual» del feminismo y las invocaciones al «desarrollo de la
propia personalidad» cuando lo que estaban en realidad reivindicando las
feministas era la igualdad entre hombres y mujeres de las capas en el poder
dentro de ese poder.
Tiene
claro que «la mujer» no es un sujeto histórico por encima o al margen de las
clases sociales y por eso le produce un rechazo profundo la reivindicación de
un supuesto «derecho de las mujeres» que beneficiaría a las trabajadoras al
margen de la evolución del movimiento de los trabajadores en general y la lucha
contra el capitalismo.
Para
Luxemburgo, las feministas intentan usar el rechazo de los trabajadores a la
opresión de la mujer en una forma de desviar la lucha y consolidar un sistema
que entonces acababa
su fase históricamente progresista, del mismo modo que hacía el
nacionalismo manipulando la resistencia a la opresión cultural-nacional:
El
deber de protestar contra la opresión nacional y de combatirla, que corresponde
al partido de clase del proletariado, no encuentra su fundamento en ningún
«derecho de las naciones» particular, así como tampoco la igualdad política y
social de los sexos no emana de ningún «derecho de la mujer» al que hace
referencia el movimiento burgués de emancipación de las mujeres.
Estos deberes no pueden deducirse más que de una oposición generalizada al sistema de clases, a todas las formas de desigualdad social y a todo poder de dominación. En una palabra, se deducen del principio fundamental del socialismo. ROSA LUXEMBURGO. LA CUESTIÓN NACIONAL Y LA AUTONOMÍA, 1908
Rosa Luxemburgo ante el tribunal militar (1914). Se le juzgaba por su llamado a convertir la guerra imperialista mundial en guerra civil revolucionaria en cada país.En
«Die Gleichheit«, el periódico dirigido por Zetkin, deja claro que el poder de
las mujeres beneficiadas por el sufragio censitario nacía de su posición social
en la burguesía y la pequeña burguesía y que la reforma legal del derecho a
voto que proponían afianzaría ese poder; sin embargo, las mujeres trabajadoras
solo podían afirmarse a través de las luchas obreras mano a mano con sus
compañeros de clase.
Las
defensoras de los derechos de las mujeres burguesas desean adquirir derechos
políticos para participar en la vida política. Las mujeres proletarias solo
pueden seguir el camino de las luchas obreras, lo opuesto de poner un pie en el
poder real por medio de estatutos básicamente jurídicos.
Por
eso denunciaba denunciaba cualquier organización «de mujeres» y todo «frente de
organizaciones de mujeres», pues se daba cuenta que organizarse en un mentiroso
espacio interclasista solo servía para engrosar el poder de las capas
pequeñoburguesas (y, como veremos, patriotas) que sostenían al feminismo y
dividir al movimiento de clase.
El 8 de Marzo
contra el feminismo
Luxemburgo
tiene tan claro que la organización de grupos exclusivos de mujeres no puede
abrir la puerta ni al interclasismo ni a la separación de la clase, que cuando
Clara Zetkin le invita al primer congreso de mujeres socialistas se burla en
una carta a Luisa Kautsky: «¿Es que acaso ahora somos defensoras
de derechos femeninos?» -escribe, ironizando sobre el nombre con el
que las feministas se identificaban en Alemania.
Pero
Luxemburgo sabía que si Clara Zetkin organizaba grupos de mujeres socialistas
era por lo mismo que la II Internacional creaba grupos de jóvenes: para llegar
con su programa al conjunto de la clase trabajadora y no solo a los
trabajadores de grandes concentraciones obreras en sus centros de trabajo.
Aunque en la Alemania de la época había muchas mujeres en las fábricas, la
mayoría de las mujeres obreras se dedicaban a trabajos no industriales, a la
crianza de sus propios hijos y a industrias basadas en trabajo doméstico.
No hay más que un sólo movimiento, una sola organización de mujeres comunistas -antes socialistas- en el seno del partido comunista junto a los hombres comunistas. Los fines de los hombres comunistas son nuestros fines, nuestras tareas. CLARA ZETKIN
La
creación del 8 de marzo como jornada de lucha, de huelga, en 1910 bajo el
nombre de «Día de Solidaridad Internacional de las mujeres proletarias» a
propuesta de Zetkin es parte de lo mismo. Se trata de afirmar el carácter
socialista y obrero del movimiento por el sufragio realmente universal, es
decir, incluyendo la consecución del voto por las mujeres.
Es
decir, la creación del 8 de marzo fue parte de la lucha de las mujeres de la
Izquierda de la II Internacional por los derechos democráticos de todos los
trabajadores y contra la idea feminista de la «unión de las mujeres», «contra
la que he luchado toda mi vida» como escribiría Rosa Luxemburgo.
El momento de la verdad
Las sufragistas «exigieron» la participación de las mujeres en el esfuerzo de guerra y colaboraron activamente en el reclutamiento para la carnicería.El
momento de la verdad que demostraría el fondo y la razón de la batalla de la
izquierda de la II Internacional contra el feminismo vendría con la guerra
mundial.
Las
sufragistas «exigen», literalmente, a los gobiernos la incorporación de las
mujeres al esfuerzo de guerra y la carnicería bélica. En premio, el gobierno
británico concede en 1918 el voto a los 8 millones de mujeres de familias más
pudientes, todavía lejos del sufragio universal. Es lo que ahora la
prensa celebra como «conquista del voto por las mujeres» olvidando
decir que solo eran unas pocas.
En
cambio Zetkin y los grupos de mujeres obreras convocarán la primera conferencia
internacional contra la guerra en mitad de la represión más salvaje de los
internacionalistas por parte de todos los gobiernos. Es el primer acto político
organizado por un grupo de la II Internacional contra la guerra en un momento
en el que Luxemburgo, Rühle o Liebcknecht están ya en prisión
Conducir a los proletarios a liberarse del nacionalismo y a los partidos socialistas a recuperar su entera libertad para la lucha de clases. El fin de la guerra no puede ser alcanzado más que por la voluntad clara e inquebrantable de las masas populares de los países beligerantes. En favor de una acción, la Conferencia hace un llamamiento a las mujeres socialistas y a los partidos socialistas de todos los países: ¡Guerra a la guerra! DECLARACIÓN DE LA CONFERENCIA INTERNACIONAL DE MUJERES SOCIALISTAS CONTRA LA GUERRA
El
8 de marzo de 1917, la manifestación del 8 de marzo en Petrogrado que, como era
tradicional, organizaban los grupos de obreras socialistas convocando al
conjunto de trabajadores con independencia de su sexo y afirmando
reivindicaciones para el conjunto de la clase, se convertirá en el detonante de
la Revolución
Rusa.
Otros artículos refutando falsificaciones históricas del
feminismo sobre Luxemburgo, Pankhurst y Kollontai
· «¡Basta de citas falsificadas de Rosa Luxemburgo!»
Ver en:
· «¿Por qué el feminismo falsifica hoy a Rosa Luxemburgo?»
ht Ver en: htps://es.communia.blog/por-que-el-feminismo-falsifica-hoy-a-rosa-luxemburgo/amp/
· «Sylvia Pankhurst contra el feminismo»
Ver en:
· «Alexandra Kollontai… tampoco era feminista»
Algunos artículos más para entender la oposición del marxismo en
general y de Rosa Luxemburgo en particular al feminismo
1. No existe un
régimen específico de explotación de la mujer en el capitalismo, solo hay una
clase trabajadora; no «las trabajadoras y los trabajadores», dos sujetos
distintos, sino una sola clase explotada y revolucionaria formada por personas
de ambos sexos. Lee:
«¿Existe
el patriarcado?»:
2. Por eso la
constitución del proletariado como clase no nace de un «frente de identidades»
construido sobre la «interseccionalidad», sino de la superación las identidades
como un todo y afirmando el centralismo en su verdadero sentido, el de la
asamblea. Lee:
«¿Lo
personal es político?» https://es.communia.blog/lo-personal-es-politico/amp/.
3. El
centralismo implica la superación, no la afirmación, de todas las identidades en
toda expresión organizativa. En consecuencia no cabe crear organizaciones
separadas para mujeres y hombres en la lucha de clases. Lee:
«El
marxismo y las identidades»
Fuente: https://es.communia.blog/rosa-luxemburgo-contra-el-feminismo/amp/#
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