Entrevista de la televisión polaca a Máximo Laura al inaugurar su exposición.
Escribe: Antonio Rengifo Balarezo
rengifoantonio@gmail.com
27-08-12
La justificación de aceptar el cargo de Embajador de la marca Perú es “servir a la patria” y estar en la vitrina de los medios de comunicación auspiciados por el gobierno y los empresarios. Ni Vargas Llosa hubiera aceptado tal cargo ni Máximo Laura Taboada necesitaba ese tipo remuneración por su actuación.
Sin embargo, Máximo Laura, nuestro máximo exponente en el arte de la tapicería, aceptó mondo y lirondo el nombramiento de Embajador de la marca Perú. El Estado peruano quiso utilizar, publicitariamente, su gran prestigio internacional como artista y su apuesta figura de sabor nacional para promover las ventas en el extranjero de las mercancías peruanas y atraer las inversiones extranjeras a nuestro país. Laura no asumió que, al aceptar ese cargo, estaba aceptando la política oficial del gobierno y fue defenestrado inmisericordemente.
Promperú retiró de manera irrevocable el nombramiento de embajador de la Marca Perú a Máximo Laura Taboada, debido a sus declaraciones en las que expresa “simpatías” a Sendero Luminoso en una entrevista concedida al diario La República. (http://www.larepublica.pe/23-08-2012/la-realidad-en-el-tejido-puede-ser-mejor-que-el-sueno-mismo#comment-form)
Para explicarnos la defenestración de Máximo Laura Taboada más importante que el texto de la misma entrevista es el contexto social. Esa entrevista ocurrió en un momento en que el Poder Ejecutivo ha preparado un proyecto de ley llamada del “negacionismo” y aplica toda su artillería de sobresaturación propagandística para condicionar su aprobación en el Congreso de la República.
Según dicho proyecto de ley, que modificaría el Código Penal, los que nieguen el grave daño que ocasionó al país Sendero Luminoso y el MRTA cometen un delito. Es decir, a quien públicamente apruebe, justifique, niegue o minimice los delitos cometidos por los grupos terroristas en el país, de acuerdo con el art. 2 de la Ley 25475. La sanción es de cuatro y hasta ocho años de cárcel
La justificación dentro del derecho penal estaría en el bien jurídico tutelado; en otras palabras, tutelar la dignidad de las víctimas del terrorismo y la paz pública. Sin embargo, el proyecto de ley, tal como está definido, solo comprendería la violencia de terrorismo de actores no estatales. Aunque, sabemos muy bien que los ex miembros del grupo Colina de las FF.AA. han cometido actos de violación de derechos humanos no estarían comprendidos en el referido proyecto de ley. Existe una directa correlación entre este proyecto y la reciente sentencia del juez Villa Stein sobre el grupo Colina.
El grupo Colina es la punta del iceberg, pues durante guerra interna se oficializó el manual de operaciones de contrainsurgencia M 41-7. Apreciemos para que sirvió dicho Manual:
En más de diez años de guerra interna, pasaron más de 12 mil oficiales por las diferentes zonas de emergencia, quienes llevaban consigo ese manual como si fuera la Biblia. Hubo violación de derechos humanos por ambos bandos. En el caso de los miembros de las fuerzas del orden, dicho manual les decía que tenían que eliminar físicamente no solo a los elementos armados de Sendero Luminoso, sino también a sus dirigentes políticos y administrativos, que no necesariamente podían tener armas. (…) Se daba carta libre para matar a quien resultara sospechoso de pertenecer a la organización senderista, incluso si no era combatiente armado, sino un simple administrativo. (…) Este manual minó la moral de los soldados y muchos de nosotros nos negamos a acatarlo.
Palabras del entonces teniente EP y hoy Presidente de la República, Ollanta Humala en su libro: De Locumba a candidato a la presidencia del Perú. Impreso en México el año 2009 por Quebecort World S.A. Querétaro. (Ver pp. 36/64) Dígame, usted, lector, si había que defenestrar de la Presidencia a Humala por haber dicho que: Hubo violación de derechos humanos por ambos bandos.
Sin embargo para PromPerú no fueron satisfactorias las explicaciones que le solicitó a Máximo Laura después de la entrevista en el diario La República. Apreciemos las partes “sensibles” tomadas como causales de la defenestración:
¿Qué esperaba él (su padre) que tú fueras?
Creo que algo diferente a ellos, nada más. Como soy huamanguino de la generación del 60, 70, era impredecible lo que uno podría ser.
Tú has estudiado en la San Cristóbal de Huamanga cuando estaba allí Abimael Guzmán. ¿Lo conociste?
Sí, porque Huamanga es muy pequeño. Había conferencias, mítines, debates públicos totalmente libres. Como muchachos que éramos, no estábamos ajenos a nada.
¿Llegaste a tener simpatía por Sendero como pensamiento?
Ah, sí, definitivamente…
¿Era un tipo seductor Abimael?
No sólo eso. Uno de los ideólogos, (Víctor) Zorrilla, era un extraordinario teórico. Luis Kawata, ¡qué pedagogo el tipo! Recibías una clase de materialismo y nunca más te olvidabas.
¿Y cuándo rompiste con esa línea?
No rompí, propiamente, porque mi trabajo no era político sino literario. En función a eso estudié. No llegué a culminar, porque cuando me traslado a Lima, para mantener mis estudios, comienzo a trabajar, justamente, en tejido.
O sea, vuelves a tus raíces…
A las que conocía. Allí aprovecho la capacidad de dibujo que tenía desde pequeño para agarrar la iconografía peruana y comenzar a recrearla.
¿Cuál es tu visión ahora de Abimael Guzmán y todo el proceso de Sendero?
Creo que fue uno de los movimientos más importantes que hemos tenido, históricamente hablando, un proyecto político que pudo cambiar el Perú.
¿A pesar de la violencia?
Cuando se trata de cambio de sistema, efectivamente, tiene que ser así. Pero ahora, trabajo estas obras, hago lo que hago, y estoy dentro del sistema.
Y el sistema no te ha tratado mal.
Ah, no, al contrario, yo soy un orgulloso defensor del sistema y de la realidad del país ahora. Si se revisa mi carrera del año 85 en adelante, cuando comienzo mis primeras exposiciones, tuve una fortuna increíble, hasta hoy.
Repuestas cristalinas en la entrevista. Pero el Torquemada, que tomó la decisión de dejarlo sin el título de embajador publicitario, ingresó a la máquina del tiempo para retrotraer a la actualidad la experiencia natural de la juventud de Máximo Laura.
En suma, lo ocurrido con Máximo Laura es la señal premonitoria en el campo del arte y la cultura del proyecto de ley del “negacionismo” y de la actual tendencia del gobierno. Y se inscribe dentro de las “purgas” del personal de las dependencias del Estado, el allanamiento de la imprenta “Vórtice”, la sentencia del juez Villa Stein, la represión sangrienta de la población cajamarquina por su justa defensa ante la implementación del proyecto minero Conga, etc.
Se que nuestro Perú es un país de sorpresas, pero no imaginé que Máximo Laura Taboada se convertiría en un “subvertor político social”; aunque tiene antecedentes, pues yo había publicado Máximo Laura Taboada: el subvertor del tapiz tradicional en el diario El Comercio del 22 de enero de 1989: Desde aquella fecha había vislumbrado la proyección artística que hoy tiene. Es uno de nuestros peruanos universales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario