Estuve atento, como muchos peruanos, al último mensaje presidencial. Por mi parte, ni dolido ni encantado, sí ratificado. Ollanta Humala, en ningún momento afirmó ser marxista ni nada parecido. Desde un comienzo se presentó como un nacionalista burgués, por eso recalcaba siempre que su nacionalismo no era un concepto económico sino político. Y ya sabemos que el capitalismo es un sistema que entraña una contradicción insoluble: economía internacional y política nacional.
De modo que, a mí no me sorprende para nada lo que está pasando con este nuevo gobierno de la burguesía peruana. Sin embargo, el marxista tiene que partir de los hechos, de la realidad, e insertarse en ella, si es que realmente quiere serlo. No hay marxistas de gabinete. Tarde o temprano tiene que echarse a andar.
Entonces, volviendo al reciente mensaje presidencial y contrastándolo con la realidad inmediata, podríamos decir que es un mensaje mesurado, cauteloso, tratando de acumular puntos en una pelea que podría perder por nocaut. Por un lado, están los dueños del Perú que quieren un gobierno y unas leyes y reglas a su medida, es decir, que favorezcan y propicien el modelo primario-exportador que es su único modelo de existencia y crecimiento como clase parásita. Por otro lado, está la pequeña burguesía radical que quiere su parte de la torta, a través de los gobiernos locales, regionales, y ahora también, aspira al gobierno nacional; todo esto, por supuesto, sin salirse del sistema capitalista de explotación del hombre por el hombre. Por eso es que es pequeña burguesía radical y nada más.
Esta pequeña burguesía radical que se ha montado en el movimiento comunero, en su lucha desesperada por defender su medio ambiente, es decir, su vida. Es por esto que es, para los comuneros (y también para la burguesía peruana ) una lucha a muerte.
No soy adivino, por lo tanto no sé lo que va a pasar ni cómo se van a desarrollar los sucesos, aunque por lo escuchado y visto, lo que viene es la echada de la pequeña burguesía, y la luz verde para el Proyecto Conga. Pero no hay que olvidar que hay muchos proyectos mineros y muchos más en ejecución, aparte de otros temas igual de importantes, y Conga, al final, sólo puede servir como distracción.
Por otro lado, la pequeña burguesía radical que está montada en Conga, siente que es amenazado su flanco izquierdo por una pequeña burguesía aún más radicalizada a través del movimiento magisterial que es considerado como un feudo o propiedad privada, y que, llegado el momento, no vacilará en negociar Conga con tal de verse librada del Conare.
Aquí tiene, el gobierno de Ollanta Humala una carta que seguramente sabrá jugar. Hay que estar atentos para presenciar cómo se resuelve tanto radicalismo pequeño burgués.
Mientras tanto, el Socialismo Peruano, el socialismo proletario, tiene que continuar su labor de crítica y preparación, tiene que continuar con su proceso de llegar a ser, nuevamente, de clase en sí a clase para sí. De luchar por la distribución a tomar la dirección de la producción. A ocupar su puesto en la historia. Es por esto muy importante que, sin dejar de activar en los distintos movimientos sociales tratando de esclarecer y encabezar las luchas perentorias de la población, sigamos preparando el nuevo Seminario del Socialismo Peruano, donde se investiguen y se debatan los grandes temas nacionales, las principales tesis del Socialismo Peruano, vale decir, las tesis principales de José Carlos Mariátegui La Chira, el Amauta y de sus continuadores.
No nos subimos al balcón, nos metemos a la refriega, pero no olvidamos el alto ideal, el Socialismo Peruano.
Lima, 31 de julio del 2012.
Manuel Velásquez Rangel.
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