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Rojiverdes
30-01-2015
Israel se ha vuelto a meter en un atolladero, su
diligencia al actuar como la fuerza aérea de al Qaeda en el conflicto sirio le
ha supuesto un nuevo problema diplomático, una nueva derrota militar y una
humillación ante la resistencia libanesa de Hezbollah que tendrá repercusiones
en la consabida debilidad psicológica de la población israelí, especialmente
las de los colonos ocupantes y los habitantes de las zonas fronterizas con Gaza
o Líbano.
Situemos los hechos, el día 18 de enero la aviación
israelí atacó un convoy en Quneitra, para apoyar a los terroristas del Frente
al Nusra que combaten contra Siria protegidos, armados y atendidos por Israel
en Los Altos del Golán, territorios ocupados a este país en 1967, desde donde
esta rama de al Qaeda hostiga al gobierno legítimo de Damasco. En este ataque
murieron seis miembros de la guerrilla libanesa, incluido un comandante y un general
de la Guardia Revolucionaria iraní.
Cuando el gobierno sionista fue consciente del
alcance real de su operación de ataque, literalmente entró en pánico.
Obviamente sabía que no iba a quedar sin respuesta y que ni Irán ni Hezbollah
iban a permitirlo sin más. Usando como mediador a la diplomacia rusa le
hicieron llegar a sus oponentes mensajes de contención, mendigando que la
acción se limitara a objetivos militares y no a civiles, al contrario de lo que
suele hacer Israel en todas sus guerras de agresión. Aún así, las carreteras
del norte del país se blindaron con muros de hormigón, se reforzaron las
defensas, la población entró en psicosis de pánico y el ejército se puso en
alerta máxima.
Pero, a pesar del operativo, Hezbollah ha
demostrado ser capaz de atacar con éxito a un convoy israelí que circulaba por
la zona ocupada de las Granjas de la Shebaa con explosivos situados en los
bordes de la carretera y varios misiles. El resultado, dos muertos del lado de
las IDF y ocho heridos de diversa consideración. Del lado de la resistencia
libanesa no hubo ningún herido, todos escaparon ilesos habiendo infringido una
sonada humillación al mayor ejército de la región, apoyado sin límite por el
país más poderoso del mundo.
No acaba aquí la cosa. A pesar de la proporcionada
respuesta de la guerrilla, ministros de Israel pidieron una desproporcionada
venganza, por aquello de tratar de restablecer su tradicional disuasión militar
basada en la brutalidad y en el asesinato de civiles indefensos, como pudimos
comprobar recientemente en Gaza. Dando palos de ciego, dispararon granadas de
mortero sin ton ni son alcanzando de lleno a un puesto de control de las
fuerzas de pacificación de la ONU (UNIFIL) en el que se encontraba el soldado
español, que murió asesinado impunemente. Asesinado porque el ejército hebreo
sabía perfectamente dónde se encontraba la instalación de los cascos azules,
tienen perfectamente geolocalizadas todas las infraestructuras de UNIFIL.
Asesinado porque no avisaron del ataque, como suele ser el proceder de las IDF
cada vez que bombardean el sur de Líbano, algo que hacen frecuentemente.
Asesinado porque cuando avisaron los cascos azules que había un herido y que
iban a evacuarlo, siguieron disparando bombas de mortero durante al menos tres
horas, impidiendo la asistencia médica por si había posibilidad alguna de
salvarlo.
Así, la vergonzante operación acaba además con un
conflicto diplomático con la ONU y con España. A pesar de que la derecha
patriótica protestará sólo con la boca pequeña e intentará tapar el incidente,
hoy algunos medios de comunicación han destacado los paralelismos con los
últimos ataques sobre los colegios de la ONU en Gaza donde mataron a alrededor
de 500 niños y su desprecio secular por la vida. Pero aún hay más, si bien
Estados Unidos había logrado separar a la resistencia en la región mediante una
hábil manipulación de las relaciones públicas y los medios de comunicación en
el inicio de la guerra contra Siria, acciones como esta están sumando
decididamente para unir a la resistencia palestina y a la libanesa y Siria en
un mismo frente contra el imperialismo norteamericano, el sionismo y sus
aliados sunitas, los terroristas de al Qaeda y el Estado Islámico apoyados por
Arabia Saudí, Qatar o Turquía. No hay más que ver las celebraciones palestinas
por el éxito de Hezbollah para comprobarlo.
Para colmo, algunas de las imágenes que hemos visto
de los bombardeos sobre Líbano se corresponden inequívocamente con el uso de
fósforo blanco, un arma química prohibida si se usa contra la población civil,
como estamos acostumbrados a ver en Gaza en multitud de ocasiones. Las IDF, el
ejército «más moral» del mundo, por defender a al Qaeda, ha asesinado a un
casco azul de la ONU, ha usado armamento ilegal y ha recibido una nueva
humillación a manos de la misma milicia irregular que ya lo expulsó de Líbano
en dos ocasiones.
La invulnerabilidad e invencibilidad de Israel, si
alguna vez fue un hecho manifiesto, hoy ya es cosa del pasado. La base sobre la
que se asentaba la inmigración de judíos —y oportunistas— de todo el mundo para
ocupar Palestina se está disolviendo como un azucarillo. Por eso, en estos
momentos, el proceso migratorio se ha invertido, hay más gente que sale de
Israel de la que emigra a este estado fallido. Y es un proceso que no se prevé
que se detenga… todo lo contrario.
Fuente original: https://mail.google.com/mail/u/1/#inbox/14b3808afb154188
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=194887
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