Materiales para Nuestra Posición ante
la Crisis Mundial:
El día lunes 15 de
julio el Ing° Humberto Campodónico publicó en el
diario La República el artículo Adam Smith
en Beijing, en el cual comenta la perspectiva de la evolución
económica mundial en el presente siglo XXI.
El ocaso de la
civilización occidental ya es un hecho irreversible, y este ocaso ya es el preludio del largo ocaso de la civilización
individualista, burguesa y capitalista.
Dentro de esas
previsibles perspectivas mundiales, me parece muy importante la pregunta que el
articulista se hace al final de su comentario “¿qué rol juega América Latina, y el Perú, en este
escenario mundial de largo plazo que ya llegó a nuestras costas?”. Tema muy importante para meditar, estudiar y
comentar. (Editado por Miguel Aragón, 17 de julio de 2013)
ADAM SMITH EN BEIJING
(La República. Lunes, 15 de julio de 2013)
Por Humberto Campodónico
Dice la OCDE que en el 2011 el PBI mundial se
dividió así: Estados Unidos 23%, Europa 17%, China 17% y la India y Japón con
7% cada uno. EEUU y Europa tuvieron una participación del 40%: importante,
aunque mucho menor a la de hace 25 años.
La cosa va a cambiar fuerte en el 2030, según la
misma OCDE, porque EEUU bajará a 18%, China subirá a 28%, Europa bajará a 12%,
mientras que la India sube a 11%, pero Japón baja a 4%. Si los pronósticos se
cumplen, EEUU y Europa con 30% estarán detrás de China e India, que tendrán
39%. Y, si se le suma Japón, entonces definitivamente la balanza se habrá
inclinado al Este, pues alcanzaría el 43% del PBI mundial.
Ni qué hablar del 2060, porque China (28%) e India
(18%) tendrían el 46% del PBI mundial. Lo que querría decir –siempre en
condicional– que los planes de EEUU para que el siglo XXI siguiera siendo un
“siglo americano”, como lo fue el siglo XX, habrían sido superados.
¿Debiera sorprendernos este fuerte cambio en la
hegemonía económica? La verdad que no. Desde el siglo XVI para acá ha
habido la hegemonía de España, luego la de Holanda (cortita), la era victoriana
del “gran imperio británico” y la hegemonía de EEUU desde 1945 hasta la fecha.
Miren que todas son potencias occidentales.
Pero
si se aprecia el largo plazo, no habría por qué fruncir la ceja. El economista
historiador inglés Angus Maddison nos dice que el PBI per cápita de Europa
Occidental y China fue casi exactamente el mismo desde el año 1000 (d.C.) hasta
1600 y 1700. Es solo con la Revolución Industrial del siglo XVIII que los
caminos se bifurcan con el claro predominio, claro está, de Europa Occidental.
Cifras aún más explícitas nos da el desaparecido
economista italiano Giovanni Arrighi en su libro del 2007 Adam Smith en
Beijing. Dice que el PBI conjunto de China y Japón equivalía al 36% del
PBI mundial aún en 1820, mientras que el PBI conjunto del Reino Unido y EEUU,
ese mismo año, solo era el 7% del total. En los siguientes 200 años la cosa
cambió, pues EEUU y Reino Unido llegaron al 35% del total en 1950 versus solo
el 8% de China y Japón.
Así, lo que debiera sorprender, dice Arrighi, no es
que los países asiáticos vuelvan a tomar la delantera económica sino qué fue lo
que pasó desde 1700 en adelante para que Occidente avanzara y Asia
retrocediera.
La respuesta no es fácil, pues hay múltiples
factores. Analizando teorías e interpretaciones, Arrighi apunta a
demostrar que ha habido cambios claves desde fines de la II Guerra Mundial, en
Japón primero, en los 4 tigres asiáticos después (Hong-Kong, Taiwán, Corea del
Sur, Singapur) y finalmente en China. Esos cambios han determinado que ahora
los asiáticos estén “desbancando” a los dueños del circo con las armas de
estos, a las que suman –en una fusión particular– muchas de las características
y virtudes asiáticas, entre ellas un indiscutido rol promotor del Estado. El
“mix” no es fácil, por cierto.
Volviendo a los pronósticos, hay que tomarlos con
pinzas pues asumen escenarios de continuismo muy cuestionables, sobre todo a la
luz de la actual crisis económica de los países industrializados que también
golpea al resto de “países emergentes”.
En lo político-social, se especula mucho sobre la
estabilidad del régimen chino y, también, del indio. A lo que hay que agregar
la dimensión que no se quiere ver: la gran crisis del ecosistema, ya que el
calentamiento global es consecuencia de los patrones de producción y consumo
existentes. Esto configura una situación grave que, sin embargo, países como
EEUU y China no asumen en el marco de las NNUU de manera organizada y
vinculante.
Sea lo que fuere, la lucha por la hegemonía se va a
dar en Asia. China luchará por el liderazgo de lo que considera su “zona
de influencia natural”. De su lado, EEUU no va a abandonar ese terreno y
prepara múltiples iniciativas para ser interlocutor en ese continente, sobre
todo con tratados de libre comercio (el TPP). Parece difícil que lo logre,
cuando se miran 1000 años de historia.
A propósito, ¿qué rol juega América Latina, y el
Perú, en este escenario mundial de largo plazo que ya llegó a nuestras costas?
No hay comentarios:
Publicar un comentario