Primer
Informe del general William Lassiter, presidente de la comisión plebiscitaria en
las provincias cautivas de Tacna y Arica, elevado al presidente EEUU, Calvin
Coolidge.
VÍCTOR ALVARADO
El árbitro norteamericano, general EEUU
William Lassiter, designado por el presidente de los EEUU, Calvin Coolidge,
para dirigir el plebiscito en las provincias cautivas de Tacna y Arica,
testimonió el 14 de junio de 1926, en un amplio informe elevado a su gobierno,
la política de “chilenización”, consistente en agresiones, asesinatos y
desapariciones, realizados por los invasores chilenos, con tal de conseguir
una consulta favorable a sus
ambiciones expansionistas, ante lo cual él decidió no hacer el plebiscito,
renunciar y regresar a su país.
La ubicación y traducción de este
informe ha sido hecha por el investigador y ex ministro
de Economía del Perú, residente en los EEUU, doctor César Vásquez Bazán(1) http://blogs.izquierdaperu.com/category/william-lassiter/, del cual
publicaremos cuatro de ellos referidos a las brutales agresiones contra los
plebiscitarios peruanos ejecutadas por los invasores el 6 de enero y 05 de
marzo de 1926 en Tacna, del mes de marzo de 1926 en Putre (Arica) y 14 de mayo
de 1926 en Arica.
A continuación,
publicamos el informe correspondiente al asalto masivo del 06 de enero de 1926
perpetrada en Tacna cautiva por una turba de 500 “mazorqueros” chilenos a un
contingente de peruanos que llegaron a Tacna, procedentes de Arica cautiva, con
la finalidad de participar
en el plebiscito, que tenía como fecha tentativa el 09 de junio, y fueron
objeto a su llegada de una cobarde “agresión pública, brutal y prolongada. Los
plebiscitarios fueron “golpeados en el suelo, pateados, apaleados, robados y
maltratados escandalosamente” a vista y paciencia del personal de carabineros
(policía) y del ejército chileno (NdeR).
“En la mañana del 6 de enero
de 1926, llegó a Tacna en tren desde Arica el primer contingente considerable
de peruanos, presuntamente electores calificados, que intentaban regresar a esa
ciudad para participar en el plebiscito. El siguiente relato, basado en el
testimonio personal de los miembros del personal de la Presidencia de la
Comisión Plebiscitaria que estuvieron presentes como testigos de los hechos,
describe los acontecimientos de esa mañana.
La llegada prevista de los peruanos fue
anunciada en un artículo publicado en el periódico de la mañana de Tacna,
distribuido horas antes de la llegada del tren. Las medidas adoptadas por la
policía y las acciones del gentío reunido con antelación en la estación
ferroviaria establecen fuera de toda duda que tanto las autoridades chilenas
como el público de Tacna tenían conocimiento amplio de la llegada de los
peruanos.
A su llegada a Tacna, los peruanos se
comportaron en forma ordenada y adecuada, sin incurrir en provocación a la
multitud reunida en la estación del ferrocarril y en las inmediaciones.
Multitud hostil en la estación del tren
recibió a los peruanos
Los peruanos fueron recibidos a su
llegada a Tacna por una muchedumbre chilena hostil conformada por cerca de
quinientas personas reunidas en la estación y en las inmediaciones.
En su mayor parte, la turba estaba
compuesta por elementos violentos; una gran parte de ella exhibía los colores
de la bandera chilena. El gentío recibió la llegada de los peruanos con gritos
amenazadores e insultantes en su contra y con aplausos y gritos a favor de
Chile. Los peruanos no respondieron a los gritos del populacho. Conforme iban bajando
del tren, la turba se acercaba a ellos y los atacaba a puñetazos, puntapiés y
palazos. La policía estaba presente con el propósito ostensible de proteger a
los peruanos. Sin embargo, fracasaron totalmente en cumplir con esta
obligación, incluso en el andén de la estación y dentro del edificio del
terminal ferroviario.
A la salida de la estación y en las
calles de Tacna se produjo una agresión pública, brutal y prolongada, en contra
de los peruanos, que intentaban trasladarse al centro de la ciudad, algunos en
autos y otros a pie. Este acoso se produjo en presencia de, al menos,
veinticinco policías y de una turba vociferante y hostil.
Uno tras otro, los peruanos fueron
separados del grupo por pandillas organizadas, cada una compuesta por entre
seis y diez chilenos, y en presencia de la policía fueron golpeados en el
suelo, pateados, apaleados, robados y, en general, maltratados
escandalosamente.
Los peruanos siguieron su recorrido,
siendo apedreados. Continuaron recibiendo insultos, amenazas y agresiones
similares, a lo largo de su lento avance de la estación ferroviaria a una casa
en la calle Carreras, cerca de la calle San Martín, donde se refugió la mayoría
de ellos. Los peruanos no pudieron defenderse de manera efectiva de sus
agresores. Fueron asaltados sin provocación y casi sin resistencia. Muchos
peruanos resultaron heridos, algunos de gravedad.
La apariencia de protección de la
policía fue tan ineficiente, tan falta de entusiasmo y tan completamente
ineficaz, que sugiere que la mayor parte de la policía, si no realmente en
connivencia con los agresores, simpatizaba con ellos y no tenía intención de
oponer resistencia real a sus ataques, o de ofrecer una real protección a los
peruanos.
Testigos presenciales de todos los
incidentes, desde la salida de la estación del tren hasta la casa de la calle
Carreras, no vieron que la policía hubiera arrestado o usado arma alguna en
contra de los asaltantes. No sólo las autoridades responsables de Tacna no
emplearon las fuerzas militares para proporcionar la protección que la policía
no ofreció, sino que oficiales y soldados vestidos con el uniforme militar de
Chile estuvieron presentes entre la turba y expresaron su abierta simpatía con
los asaltantes. Los ataques a los peruanos parecen haber sido premeditados y
deliberadamente planificados de antemano.
Como prueba adicional de la actitud de
las autoridades chilenas de Tacna, cabe mencionar que en la noche del mismo
día, en la misma ciudad de Tacna, y a sólo unos cientos de metros del mismo
punto, dos miembros prominentes de la Delegación Plebiscitaria Peruana y el
oficial de Marina al mando del transporte peruano Rímac (*) fueron atacados por
una turba y sometidos a una paliza prolongada y brutal sin que la policía
interviniese”.(Mañana Capítulo XIV: General Lassiter narra una segunda
descomunal agresión perpetrada por invasores chilenos contra plebiscitarios
peruanos en Tacna).
(*) Jorge Basadre identificó a dos de
las víctimas: el Dr. Emilio F. Valverde y el jefe de la Marina Peruana Carlos
Rotalde.
(1) Fuente del Informe: Wambaugh,
Sarah. 1933. General Lassiter’s Report on Tacna-Arica en “Plebiscites
since the World War: With a Collection of Official Documents”. Volume II -
Documents. Washington: Carnegie Endowment for International Peace, páginas 479 y
480.
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