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A continuación
reenvío la versión revisada y ampliada de la carta que le escribí a Gustavo
Pérez Hinojosa el 10 de enero del presente año. Este trabajo de “revisión y
ampliación” de lo escrito y propuesto a comienzos de enero, me está
sirviendo para hacer el balance del desarrollo del presente año, tanto de la
validez de las perspectivas teóricas anunciadas en ese momento, como de
lo acertado o equívoco de las propuestas políticas presentadas hace doce meses.
Abrigo la esperanza,
que cada uno de los amigos realmente interesados, que reciban y
lean la copia de esta carta confidencial pero no secreta, ésta les sirva para
hacer su propio balance de lo que ellos pensaban a comienzos de este año. Y lo
más importante, que les sirva de estímulo para plantearse las previsiones del
desarrollo de la lucha social en el año que está por comenzar. La suma y
contrastación de las evaluaciones y propuestas personales, nos servirá
para acordar un Plan de Acción Conjunta 2014-2018.
Miguel Ángel Aragón
(01 de diciembre 2014)
01 de diciembre (10 de enero) de 2014
Estimado Gustavo Pérez Hinojosa:
Comenzando el año
(2014), el día 01 de enero recibí tu breve mensaje y saludo, que trascribo a
continuación.
“El Miércoles, 1 de enero, 2014
6:48:27, g perezhinojosa <gperezhinojosa@gmail.com>
escribió:
Miguel, aparte de darte un fuerte
abrazo por este Año Nuevo que se inicia quiero decirte que concuerdo con tus
apreciaciones acerca de la unidad obrero popular y las lecciones. Pienso que
debemos pensar en llevar a cabo Debates sobre esto.
Gustavo”
Yo también concuerdo
con tu propuesta, la necesidad de llevar a cabo debates sobre estos temas
“acerca de la unidad obrero popular y las lecciones”. Me parece que esa es la
tarea central del momento. Y para promover y participar en debates serios, ya
sean virtuales o presenciales, no necesitamos la autorización ni el permiso de
nadie (simplemente nos reunimos, y conversamos libremente).
I
Las cuestiones de la
unidad del pueblo y de la unidad de los trabajadores, no son cuestiones
teóricas abstractas, para divagar “horas de horas” encerrados entre cuatro
paredes. Son cuestiones cotidianas concretas, eminentemente prácticas,
para ser ejecutadas en acciones conjuntas. Solamente en la acción
práctica podremos dilucidar cuál es la propuesta que mejor concuerda con
las actuales necesidades reales del desarrollo del movimiento
proletario, y del movimiento del pueblo.
Yo no comparto,
y no soy partícipe de las largas peroratas acerca de la “preparación de
la organización” al margen de la acción, ni sobre el “partido de masas e ideas”
sin hacer trabajo entre las masas, ni tampoco sobre la “facción
doctrinariamente homogénea” (¿?), ni sobre el “partido de clase” al
margen de la clase, ni otras peroratas “partidaristas”, que
sus actuales predicadores nos las presentan en los últimos
años totalmente desligadas de propuestas concretas de acción entre las
masas. Ellos, entre otros, R. García y E. Ibarra,
confunden la acertada propuesta mariateguiana de “partido de MASAS
y de ideas” con la equívoca intención de construir un “partido de IDEAS
y de masas”, que no es lo mismo. En este caso, el orden de los factores si
altera el producto.
Según mi entender, en
las condiciones actuales, y específicamente en la Lima del año 2014 en la
cual vivimos, primero es el trabajo de masas, y en la acción conjunta con
las masas, se desarrollan “las ideas”, y no a la inversa.
Muchos siguen repitiendo “por repetir”, como sumisos carneros “sin teoría
revolucionaria no puede haber movimiento revolucionario”. Y pretenden
sostenerse en el prestigio de Lenin, para justificar su errónea actitud
teoricista.
Pero ellos no se han
tomado el mínimo trabajo de preguntarse, ni siquiera por un minuto
“¿de dónde surge la alabada teoría revolucionaria?”. Acaso las teorías
revolucionarias son inventos de algunas “mentes geniales”. O por el
contrario, toda teoría revolucionaria surge de las tres formas de
práctica social, es decir “de la lucha por la producción, de la lucha de
clases, y de la investigación científica” (revisar Mao Zedong en De donde
provienen las ideas correctas)
No se trata de que
los pobladores y los trabajadores de Lima (para reducirnos a nuestro caso
concreto), concurran a nuestras acostumbradas convocatorias de “cenáculos de
elegidos”; sino que nuestra responsabilidad es ir donde están los trabajadores
y los pobladores de Lima, escuchar y conocer sus necesidades y problemas
concretos. Por un lado aprender de ellos, y por otro lado apoyarlos en sus
luchas cotidianas, por más sencillas que, a primera vista, nos puedan
parecer.
II
Para analizar,
comentar y debatir estos temas concretos, considero que no es
necesario agruparse en organizaciones “partidaristas”, y mucho menos en
“remedos de partidos”, como los que todavía siguen pululando “por decenas” en
los medios intelectuales y estudiantiles limeños.
Las experiencias
mundial y peruana, nos enseñan que para hacer trabajo de masas, para participar
en la lucha reivindicativa y en la lucha político electoral (y también en la
lucha teórica), no siempre es necesario ni obligatorio agruparse en partidos.
En la historia encontramos muchos casos, en diferentes países y en
diferentes momentos, en los cuales los socialistas han desarrollado un
amplio trabajo de masas, y un profundo trabajo teórico, sin necesidad de ser
militantes “orgánicos” de tal o cual facción partidaria.
Recordaré dos
ejemplos muy ilustrativos, por mencionar solamente dos casos:
1.- En primer lugar,
deberíamos asimilar el estilo de trabajo de Marx y Engels en la Asociación
Internacional de los Trabajadores – AIT (1863-1872), que fue una
asociación de frente único (Engels la denominó “ejército único”), y no una
organización partidaria, y mucho menos “una facción doctrinariamente homogénea”
(concepto que por un lado considero es una reverenda estupidez, algo que
nunca ha existido en ningún país en más de 150 años de historia del movimiento
socialista mundial; y por otro lado, es una expresión del caudillaje
personalista heredado del feudalismo).
Cuando Marx y Engels
participaron en la formación y desarrollo de la AIT, ellos no
militaban en ninguna organización partidaria. La recordada Liga Comunista,
constituida en 1847, fue auto disuelta cinco años después, en noviembre de
1852, a propuesta de Marx y Engels.
Entre fines de 1852 y
el año 1869, durante cerca de veinte años, Marx y Engels no militaron en
ninguna organización partidaria. Esa decisión, esa gran
experiencia, muy pocos la conocen, muy pocos la comentan, y casi nadie la toma
en cuenta en su propio accionar político. Cuando Marx, con la colaboración de
Engels, desarrolló la parte más sustancial de sus estudios científicos, y
escribió y publicó Contribución a la Crítica de la Economía
Política (1859) y El Capital (1867), ellos no militaban en ninguna
organización partidaria. Pero nadie puede dudar que ellos eran “hombres de
partido” y “mílites del movimiento socialista” de su tiempo.
Para conocer la
orientación cardinal en la Asociación Internacional de los Trabajadores,
recomiendo revisar el Prefacio de Engels a la Edición Alemana de 1890 del
Manifiesto Comunista. En ese documento, está sintetizada en breves
palabras la gran experiencia de la AIT, que se puede resumir en pocas palabras
“ACCION CONJUNTA y discusión” (que no es lo mismo que “DISCUSIÓN y acción conjunta”).
2.- En segundo lugar,
deberíamos asimilar la propia experiencia de Mariátegui y de la primera
generación de socialistas peruanos (que activaron en lo fundamental entre 1918
y 1945). Mariátegui y otros compañeros de su generación se orientaron resueltamente
al socialismo en el fragor de las luchas obreras, campesinas y
estudiantiles desarrolladas en los años 1918 y 1919. Recomiendo revisar y
comentar el Capítulo V del Primer Tomo de la Biografía de Mariátegui
escrita por Guillermo Rouillon, capítulo que debería ser el documento base
de estudio y discusión para la próxima conmemoración, en el año 2018,
del Centenario del Movimiento Socialista Peruano.
.
Desde 1918 hasta
1928, durante diez años, los primeros socialistas proletarios peruanos,
con Mariátegui al frente, realizaron intenso trabajo de masas, sin necesidad
de militar en ninguna organización partidaria.
Y no solamente no
militaron en organizaciones partidarias, sino que, el propio Mariátegui
hasta en dos oportunidades, no aceptó las propuestas de constitución de
organizaciones partidarias, que otros proponían.
La primera
oportunidad fue en 1919, cuando César Falcón, Mariátegui, Del Valle, Del
Águila, y otros promotores del Comité de Propaganda Socialista, no
aceptaron la propuesta de Luis Ulloa de convertir el Comité de Propaganda en
Partido Socialista (revisar Antecedentes y Desarrollo de la Acción
Clasista, en el libro Ideología y Política). Y la segunda
oportunidad fue en 1923, cuando César Falcón le reclamó a Mariátegui que “de
inmediato se constituya el Partido Comunista del Perú” (revisar carta de C.
Falcón a Mariátegui, de setiembre de 1923, en la revista Anuario
Mariateguiano).
Me parece que muy
pocos se han preguntado, y casi nadie ha comentado, las razones por las cuales
Mariátegui no aceptó ni apoyó la propuesta de Ulloa en 1919, y tampoco apoyó la
exigencia de Falcón en 1923.
El propio Mariátegui,
en 1929, explicó las razones por las cuales ellos no aceptaron constituir el
Partido Socialista que apresurada e improvisadamente proponía Ulloa. Las
razones fueron tres, y están anotadas en la Tesis Antecedentes y Desarrollo
de la Acción Clasista:
1.- Nuestra Época
(revista publicada en junio y julio de 1918) no trae un programa socialista,
pero aparece como un esfuerzo ideológico y propagandístico en ese sentido;
2.- El Comité
--constituido en noviembre de 1918— (no debe transformarse en partido) debe ser
mantenido como Comité de Propaganda y Organización Socialistas, mientras
su presencia no tenga arraigo entre las masas;
3.- El periodo (1918)
no es propio para la organización socialista.
Si observamos y
analizamos con atención ese comentario de Mariátegui, me parece que de esas
tres razones, expuestas por Mariátegui para no transformar el Comité de
Propaganda en Partido Socialista, la más importante es la segunda “mientras
su presencia no tenga arraigo entre las masas”
En 1923, al poco
tiempo de regresar de Europa, tampoco se cumplían esos tres requisitos, y
por eso mismo, Mariátegui no aceptó el reclamo de Falcón de constituir de
inmediato el Partido Comunista del Perú (no obstante que ese era un “acuerdo
orgánico” aprobado en Italia a comienzos de 1922 por Falcón, Mariátegui,
Machiavello y Roe, y que se mantuvo vigente mientras Mariátegui todavía
estuvo en Italia). A su retorno al país, el 18 de marzo de 1923, Mariátegui
durante los tres primeros meses, entre marzo y junio de 1923, intentó
fallidamente aplicar el acuerdo de convocar a la constitución del
partido de clase. A mediados de junio de 1923, después de evaluar las
condiciones concretas del movimiento, Mariátegui renunció a ese intento,
postergó esa iniciativa, y comenzó a priorizar el trabajo de
fortalecimiento del frente único proletario.
Tuvieron que
transcurrir diez años, desde 1918 hasta 1928, para que la presencia de los
pocos socialistas peruanos, que trabajaban con Mariátegui, tuviera “arraigo
entre las masas”, y para que los socialistas peruanos pudieran desarrollar
el programa socialista. Estos dos requisitos fueron las condiciones
subjetivas necesarias para plantearse la necesidad de constituir el
partido de clase del proletariado peruano, recién el año 1928.
El tercer requisito,
el “periodo propio para la organización socialista” fue una condición
objetiva necesaria, que no existía en 1919 ni en 1923, pero que si
comenzaba a tomar forma en 1928, vísperas de la gran crisis del
capitalismo en la mayoría de países del mundo.
Ahora, yo me
pregunto, cuál de las más de cincuenta minúsculas sectas políticas partidarias
que todavía pululan en los medios estudiantiles e intelectuales limeños cuenta
con las dos condiciones subjetivas anotadas: “arraigo entre las
masas” y “programa”.
Si no cuentan con
esos dos requisitos imprescindibles, entonces ¿con qué derecho se
reclaman “organizaciones partidarias”? (esta evaluación debemos de comenzarla
tomando en cuenta en primer lugar los fallidos intentos de “construcción
partidaria” impulsados en los últimos años por Ramón García con el
“Colectivo Perú Integral”, en segundo lugar por Eduardo Ibarra con el
“Comité de Reconstitución JCM”, y después, continuar la evaluación
con cada una de las otras cincuenta minúsculas sectas que todavía
subsisten en Lima).
Y también me
pregunto, alguno de los caudillos personalistas que manipulan a las más
de cincuenta minúsculas sectas limeñas, se ha tomado el trabajo de analizar si
“el periodo es propio para la organización socialista”.
Para responder esta
pregunta, regresemos y apelemos nuevamente a la ayuda de la experiencia
de Marx y Engels. Debemos de preguntarnos, porque Marx y Engels
apoyaron la constitución de la Liga Comunista a fines de 1847, en las
vísperas de la gran crisis económica capitalista europea de 1848-1849; y lo más
importante, porque cinco años después, ellos auto disolvieron el partido
comunista en noviembre de 1852, cuando ya había concluido la gran crisis
capitalista europea. ¿Existe alguna relación entre el desarrollo de las crisis
capitalistas, y la necesidad de organizar una máquina de combate para
afrontar la lucha, en condiciones de la crisis? o tal vez, lo ocurrido con la
Liga Comunista entre 1847 y 1852 ¿fue pura casualidad?
Y para responder
estas preguntas adicionales sobre las decisiones de Marx y Engels,
nuevamente regresemos a la ayuda de Mariátegui.
Yo he llegado a la
conclusión que Marx y Engels auto disolvieron el recordado Partido
Comunista, porque “los partidos no son eternos”. En los años 1847,
1848 y 1849, el Partido Comunista, que dirigían Marx y Engels, era necesario.
Pero a partir de 1852 ya no era necesario. Así de simple.
Ese gran aporte
teórico, aporte trascendental de Mariátegui a la teoría socialista sobre la
organización partidaria, fue enunciado en julio de 1918 (en el segundo número
de la revista de combate Nuestra Época) analizando la evolución y
perspectivas de los cuatro partidos burgueses que en ese entonces existían en
el país. Considero que si esa tesis de que “los partidos no son eternos”
es válida para los partidos burgueses, con mucha mayor razón también es válida
para los partidos que se reclaman “revolucionarios”, partidos que se suponen
aceptan y aplican las conclusiones fundamentales del método dialéctico.
(Ahora, y entre
paréntesis, entremos al campo de las especulaciones. En primer lugar,
supongamos que Mariátegui hubiera logrado vivir algunos años más. En
segundo lugar, supongamos que entre fines del año 1930 o en el transcurso
del año 1931, se hubiera desarrollado el propuesto Congreso del Partido
Socialista del Perú con presencia de Mariátegui, y en ese congreso se hubiera
logrado constituir de manera efectiva el Partido Socialista --algo que ya
sabemos, nunca ocurrió--. En tercer lugar, supongamos que los socialistas
peruanos ya agrupados en el PS del P, hubieran afrontado exitosamente la
lucha revolucionaria en los años 1930 a 1933, y después de la etapa
ofensiva, ellos se hubieran replegado ordenadamente, con las menores
bajas en sus filas. Después de esa primera confrontación con la clase dominante
¿qué hubiera ocurrido? ¿Mariátegui hubiera sostenido tercamente la organización
partidaria, después de superar los años de crisis revolucionaria?, o tal vez,
¿Mariátegui hubiera optado por proponer, entre 1934 y 1936, “la autodisolución
del PS del P”?, siguiendo así, el ejemplo de Marx y Engels de 1852. Todo este
largo paréntesis, pensado y dicho está, en el campo de las especulaciones)
III
Tenemos mucho que
escribir y comentar sobre experiencias históricas, pero de nada nos serviría
conocer al detalle “toda la historia”, si no nos atrevemos a “disparar la
flecha al blanco”, aplicando las grandes enseñanzas de los maestros
del proletariado en la acción práctica del presente.
Por mi parte, yo me
atrevo a resumir las perspectivas del quinquenio 2013-2018, en muy pocas
palabras.
1.- El largo
periodo de crecimiento capitalista continuará en los próximos años. Este
crecimiento capitalista necesariamente crea condiciones favorables para la
lucha reivindicativa de los trabajadores, y de los pobladores en general. La
Renta Nacional y las Reservas de Divisas se han acrecentado enormemente en
los últimos años. Actualmente existe mucha renta disponible “por
redistribuir”. Todo depende de la capacidad del pueblo de ordenar sus demandas,
y de que la mayoría entienda que “el que no llora, no mama”.
Este es el primer
aspecto a tener en cuenta en el presente: El crecimiento capitalista
favorece la lucha reivindicativa. (Si el país estuviera en “crisis
general”, como afirman sin ningún sustento serio, algunos confundidos analistas
como Ramón García, simplemente no habría condiciones favorables para la
lucha reivindicativa, porque como él afirma “no habría nada para repartir”).
2.- La relativa
estabilidad de la democracia burguesa peruana, condiciona y garantiza la
realización de elecciones municipales en los años 1914 y 1918. Esta
situación, a su vez, crea condiciones favorables para la participación
del pueblo en las elecciones municipales.
Este es el segundo
aspecto a tener en cuenta en el presente: La relativa estabilidad política
en el Perú, es favorable para el desarrollo de la lucha político electoral,
principalmente la lucha político electoral municipal. (Si el país
estuviera en “crisis general”, simplemente no habría condiciones para
desarrollar la lucha electoral, y estaríamos obligados a plantearnos seriamente
la necesidad de otra forma de lucha superior).
3.- Con la
continuidad del crecimiento capitalista, y con la continuidad de la relativa
estabilidad de la democracia burguesa, señalados en los dos puntos anteriores,
en el presente quinquenio 2013-2018, NO HAY CONDICIONES NECESARIAS, NI
FAVORABLES, PARA INICIAR LA LUCHA POLITICA INSURRECCIONAL. Cualquier
intento en ese sentido estará condenado al fracaso (por eso debemos de estar
alertas contra las provocaciones de los agentes infiltrados de la clase
dominante, del tipo Antauro Humala, o de los cabecillas de las bandas
errantes que actúan en el VRAEM, agentes que en cualquier momento intentarán
provocar la formación de un grupo aventurero y provocador).
Este es el tercer
aspecto a tener en cuenta en el presente: En el presente quinquenio
2013-2018, no hay condiciones para la lucha insurreccional.
4.- Para la futura
(y necesaria, como inevitable) lucha insurreccional, obligatoriamente se
necesitará una “máquina de combate” (partido de clase). Pero, para participar
en las presentes lucha reivindicativa y lucha político electoral se
necesita una “máquina de organización” (frente unido del pueblo).
Este es el cuarto
aspecto a tener en cuenta: en el presente no se necesita partido, es más, la
mayoría de los partidos “estorban”, entrampan y debilitan la unidad del
pueblo.
En el presente
quinquenio, 2013-2018, lo que se necesita es fortalecer el frente
unido del pueblo peruano, en sus diferentes niveles y modalidades. Aquí es
necesario precisar, no se necesita “crear” un nuevo frente único, uno más a la
larga lista de “frentes únicos” ya existente, sino que, lo que se necesita es
fortalecer las diversas y variadas bases del frente unido que ya están luchando
en diferentes lugares del país.
Entonces, no se trata
de si “en principio” estamos o no estamos de acuerdo con la necesidad de la
organización y el trabajo partidario, como absurda y deshonestamente se
me pretende acusar, calificándome de “anarquista”, “anti partido”, “rueda
suelta”, y otras sandeces más, como deshonestamente lo viene haciendo Ramón
García, sin ningún sustento serio. Mis objeciones a la organización de
tipo partidaria en el presente, no son “de principio”, sino resultado del
análisis concreto de las necesidades concretas de la realidad presente.
IV
Comparto tu inquietud
de llevar debates sobre estos temas. Debates que en el presente, pueden
ser virtuales o presenciales. Debates relacionados con las luchas
reivindicativas del pueblo, y con la lucha electoral municipal de octubre de
2014 a corto plazo, y de la lucha electoral municipal de octubre de 2018 a
mediano plazo.
(En la presente etapa
y partiendo de las condiciones actuales del movimiento, por ahora, a mí no me
interesan en lo más mínimo las elecciones generales de 2016. Salvo un viraje
sorpresivo de último momento, mi decisión para el 2016 es agitar el Voto
Nulo, así lo hice en las elecciones de 1990 --Fujimori vr. Vargas Llosa.,
en las elecciones del año 2000 –Toledo vr. Fujimori, y en las elecciones de
2011 –Humala vr. Keiko Fujimori--).
Considero que
las Elecciones Municipales de 2018 serán más importantes y más
trascendentes que las Generales de 2016. Es más, puedo adelantar, que la
participación en las elecciones de 2016, serán motivo de profundización de la
división en las filas del pueblo, mientras que, la participación en las
elecciones de 2018, puede ser motivo de ampliación y fortalecimiento de la
unidad del pueblo.
En el aspecto formal,
lo más conveniente es organizar, convocar y desarrollar reuniones
consultivas a nivel de barrios, municipios y coordinadoras zonales
provisionales, o “eslabones provisionales” como tu sugeriste acertadamente
hace más de cinco años.
Lo que se necesitan
son reuniones descentralizadas a nivel de bases, como acertadamente
reclamó el historiador Antonio Zapata en un artículo publicado en el
diario La República. (Te recomiendo volver a revisar ese artículo publicado en
enero de 2014). Las reuniones centralizadas a nivel provincial (y con
mayor razón a nivel nacional), como ilusoriamente acostumbran los
caudillos de la “izquierda” limeña, necesariamente serán una
consecuencia, y no un precedente de las reuniones descentralizadas a nivel
de barrios y municipios. Quien no haga trabajo en barrios y municipios,
simplemente se auto margina del trabajo efectivo a nivel provincial, y a nivel
nacional.
Por mi parte, estoy
intercambiando opiniones y propuestas con algunos amigos y vecinos que viven en
la zona sur de Lima, en los municipios de Barranco, Surquillo y Surco, de San
Borja, Miraflores y Chorrillos, y en otros municipios próximos, para promover encuentros
vecinales consultivos.
Espero contar con tu
colaboración. Si tú tienes planes similares, y tienes alguna propuesta
avanzada, te agradeceré la compartas con nosotros. Por mi parte,
gustosamente la apoyaré. Felizmente, este año tengo garantizada una
presencia por varios meses en la ciudad. Me esforzaré por aprovechar al máximo
mi temporal estadía limeña.
Saludos
Miguel Ángel
Aragón
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