Ignacio Ramonet
Sábado 20 de diciembre de 2014
[Publicamos
a continuación un artículo de Ignacio Ramonet, publicado hace medio año en la
versión español de Le Monde Diplomatique que ofrece una perspectiva más
amplia del camino recorrido hasta el acuerdo alcanzado estos días]
En el libro que acaba de publicar sobre sus
experiencias como Secretaria de Estado durante el primer mandato (2008 – 2012)
del presidente estadounidense Barack Obama, titulado “Decisiones difíciles”/1,
Hillary Clinton escribe, a propósito de Cuba, algo fundamental: "Al
terminar mi mandato, le pedí al presidente Obama que reconsiderase nuestro
embargo contra Cuba. No cumplía ninguna función y obstaculizaba nuestros
proyectos con toda América Latina".
Por primera vez, una personalidad que aspira a la
presidencia de Estados Unidos afirma públicamente que el bloqueo impuesto por
Washington -desde hace ¡más de cincuenta años!- a la mayor isla del Caribe no
cumple "ninguna función". O sea, no ha permitido doblegar a ese
pequeño país a pesar del mucho sufrimiento injusto que le ha causado a su
población. Lo fundamental, en la constatación de Hillary Clinton, son dos
aspectos: primero, rompe un tabú diciendo en voz alta lo que desde hace tiempo
todos saben en Washington: que el bloqueo no sirve para nada. Y segundo, más
importante, declara esto en el momento en que arranca su trayectoria hacia la
candidatura demócrata a la Casa Blanca; es decir, no teme que esa afirmación -a
contracorriente de toda la política de Washington hacia Cuba en el último medio
siglo- constituya un hándicap para ella en la larga batalla electoral que tiene
por delante hasta las elecciones del 8 de noviembre de 2016.
Si Hillary Clinton sostiene una postura tan poco
convencional es, en primer lugar, porque asume el desafío de responder sin
temor a las duras críticas que no dejarán de formularle sus adversarios republicanos,
ferozmente hostiles a todo cambio de Washington con respecto a Cuba. Y en
segundo lugar, y sobre todo, porque no ignora que la opinión pública
estadounidense ha evolucionado sobre ese tema y es hoy mayoritariamente
favorable al fin del bloqueo.
También empresarios
Al igual que Hillary Clinton, un grupo de unos
cincuenta importantes empresarios/2, ex altos cargos estadounidenses de
distintas tendencias políticas, e intelectuales, sabiendo que el Presidente de
Estados Unidos no posee la facultad de levantar el embargo, que no depende del
Gobierno sino de una mayoría cualificada de demócratas y republicanos en el
Congreso, acaban de pedirle a Obama, en una carta abierta/3, que utilice
las prerrogativas del poder ejecutivo para introducir "cambios más
inteligentes" en su relación con Cuba y se acerque más a La Habana en un
momento en el que, señalan, la opinión pública es favorable a ello. En efecto,
una encuesta realizada en febrero pasado por el Centro de investigación
Atlantic Council afirma que el 56% de los estadounidenses quiere un cambio en
la política de Washington con La Habana. Y, más significativo, en Florida, el
Estado con mayor sensibilidad a este tema, el 63% de los ciudadanos (y el 62%
de los latinos) también desea el fin del bloqueo/4. Otro sondeo más
reciente, realizado por el Instituto de Investigación Cubano de la Universidad
Internacional de Florida, demuestra que la mayoría de la propia comunidad
cubana de Miami/5 pide que se levante el bloqueo a la isla (un 71% de
los consultados considera que el embargo “no ha funcionado”; y un 81% votaría
por un candidato político que sustituyese el bloqueo por una estrategia que
promoviera el restablecimiento diplomático entre ambos países)/6.
Y es que, contrariamente a las esperanzas que surgieron
después de la elección de Barack Obama en noviembre de 2008, Washington ha
mantenido una suerte de inmovilismo en sus relaciones con Cuba. Justo después
de asumir su cargo de presidente, Obama anunció -en la ‘Cumbre de las
Américas’, celebrada en Trinidad-Tobago, en abril de 2009- que le daría a las
relaciones con La Habana, un "nuevo rumbo". Pero se limitó a gestos
poco más que simbólicos: autorizó que los estadounidenses de origen cubano
viajasen a la isla y enviasen cantidades acotadas de dinero a sus familias.
Luego, en 2011, adoptó nuevas medidas, pero también de escaso alcance: permitió
que grupos religiosos y estudiantes viajaran a Cuba, consintió que los
aeropuertos estadounidenses acogieran vuelos chárter a la isla, y amplió el
limite de las remesas que los cubano-americanos podían transferir a sus
parientes. Poca cosa en relación con el formidable contencioso que separa a los
dos países.
"Los Cinco"
Entre los diferendos, está el caso "de los
Cinco"/7 que ha conmovido a la opinión pública internacional/8.
Esos agentes de inteligencia cubanos, detenidos en Florida por el FBI en
septiembre de 1998 cuando realizaban misiones de prevención contra el
terrorismo anticubano, fueron condenados en un juicio político típico de la
guerra fría (auténtico linchamiento jurídico) a altas penas de prisión.
Condenas tanto más injustas cuanto que "los Cinco" no cometieron
ningún acto de violencia, ni procuraron información sobre la seguridad de los
Estados Unidos. Lo único que hicieron, corriendo riesgos mortales, fue prevenir
atentados y salvar vidas humanas.
Washington no es coherente cuando dice combatir el
"terrorismo internacional" y sigue auspiciando en su propio
territorio a grupos terroristas anticubanos/9. Sin ir más lejos, en
abril pasado, las autoridades de la isla detuvieron a un nuevo grupo de cuatro
individuos, vinculados a Luis Posada Carriles/10, venidos una vez más de
la Florida con la intención de cometer atentados.
Tampoco hay coherencia cuando acusan a "los
Cinco" de actividades antiamericanas que jamás existieron, mientras
Washington sigue empeñado en inmiscuirse en los asuntos internos de Cuba y en
fomentar un cambio de sistema político. Lo acaban de volver a demostrar las
recientes revelaciones sobre el asunto "ZunZuneo"/11, esa
falsa red social que una agencia del Departamento de Estado/12 creó y
financió ocultamente entre 2010 y 2012 con la intención de provocar en la isla
protestas semejantes a las de las "revoluciones de colores", o de la
"primavera árabe", o de las "guarimbas" venezolanas, para
exigir luego, desde la Casa Blanca o el Capitolio, un cambio político.
Todo esto demuestra que Washington sigue teniendo
hacia Cuba una actitud retrógrada, típicamente de guerra fría, etapa que
terminó hace un cuarto de siglo... Semejante arcaísmo choca con la postura de
otras potencias. Por ejemplo, todos los Estados de América Latina y del Caribe,
cualesquiera que sean sus orientaciones políticas, han estrechado últimamente
sus lazos con Cuba y denuncian el bloqueo. Lo cual se pudo comprobar, en enero
pasado, en la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe
(CELAC) reunida precisamente en La Habana. Washington sufrió un nuevo desaire
el mes pasado, en Cochabamba (Bolivia), durante la Asamblea General de la Organización
de Estados Americanos (OEA), cuando los países latinoamericanos -en una nueva
muestra de solidaridad con La Habana- amenazaron con no acudir a la próxima
Cumbre de las Américas, que tendrá lugar en 2015 en Panamá, si Cuba no es
invitada a participar.
Europa cambia postura
Por su parte, la Unión Europea (UE) decidió, en
febrero pasado, abandonar la llamada "posición común" en relación a
la isla, impuesta en 1996 por José María Aznar, entonces Presidente del
gobierno de España, para "castigar" a Cuba rechazando todo diálogo
con las autoridades de la isla. Pero resultó estéril y fracasó. Bruselas lo ha
reconocido y ha dado inicio ahora a una negociación con La Habana para alcanzar
un acuerdo de cooperación política y económica. La UE es el primer inversor
extranjero en Cuba y su segundo socio comercial. En este nuevo espíritu, varios
ministros europeos ya han visitado la isla. Entre ellos, en abril pasado,
Laurent Fabius -primer canciller francés que realiza una visita a la nación
caribeña en más de treinta años- quien declaró que buscaba “promover las
alianzas entre las empresas de nuestros dos países y apoyar a las sociedades
francesas que deseen desarrollar proyectos o establecerse en Cuba”/13.
Y es que, contrastando con el inmovilismo de
Washington, muchas cancillerías europeas observan con interés los cambios que
se están produciendo en Cuba impulsados por el Presidente Raúl Castro, en el
marco de la "actualización del modelo económico" y en la línea
definida en 2011 en el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), que
significan transformaciones muy importantes en la economía y en la sociedad. En
particular, la creación reciente de la Zona especial de desarrollo en torno al
puerto de Mariel y la aprobación, en marzo pasado, de una nueva Ley de
inversión extranjera suscitan un gran interés internacional.
Las autoridades consideran que no existe
contradicción entre el socialismo y la iniciativa privada/14. Y algunos
responsables estiman que esta última (que incluiría las inversiones
extranjeras) podría abarcar hasta el 40% de la economía del país, mientras el
Estado y el sector público conservarían el 60%. El objetivo es que la economía
cubana sea cada vez más compatible con la de sus principales socios en la
región (Venezuela, Brasil, Argentina, Ecuador, Bolivia) donde coexisten sector
público y sector privado, Estado y mercado. Todos estos cambios subrayan, por
contraste, el empecinamiento de la Administración estadounidense, autobloqueada
en una posición ideológica de otra época. Aunque, como hemos visto, cada día
son más numerosos aquellos que, en Washington, admiten que esa postura es
errónea y que, en la política hacia Cuba, es urgente salir del aislamiento
internacional ¿Los escuchará el Presidente Obama?
Julio 2014
Artículo publicado en la edición chilena de Le
Monde Diplomatique en julio de 2014
Ignacio Ramonet es director de la edición española de Le Monde
Diplomatique.
Notas
1/ Hillary Rodham Clinton, «Hard Choices», Simon
& Schuster, New York, 2014.
2/ Entre los empresarios que figuran: Ricky J.
Arriola, presidente del poderoso consorcio Inktel; los magnates del azúcar y
del sector inmobiliario Andrés Fanjul y Jorge Pérez; el empresario Carlos
Saladrigas, y el petrolero Enrique Sosa, además de otros emprendedores
multimillonarios
3/ Léase El Nuevo Herald, Miami, 20 de mayo de 2014.
4/ Léase Abraham Zembrano, « ¿Se acerca el fin del
embargo a Cuba ? », BBC Mundo, Londres, 20 de febrero 2014. http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias...
5/ En Miami, principal ciudad de Florida, viven unos
650 000 expatriados cubanos.
6/ El País, Madrid, 17 de junio de 2014. http://internacional.elpais.com/int...
7/ Los Cinco son: Antonio Guerrero, Ramón Labañino,
Gerardo Hernández, René González y Fernando González. Estos dos últimos han
sido liberados y se hallan en Cuba.
8/ En Washington, del 4 al 10 de junio pasado, tuvo
lugar el Tercer Encuentro «Cinco días por los Cinco» que reunió a participantes
venidos de decenas de países del mundo, los cuales manifestaron delante de la
Casa Blanca y del Capitolio exigiendo la liberación de los «Cinco». http://www.answercoalition.org/nati...
9/ Cuba es uno de los países del mundo que más ha padecido
la lacra del terrorismo ; (3500 personas asesinadas y más de 2000
discapacitados de por vida).
10/ Jefe de diversos grupos terroristas anticubanos,
Posada Carriles es en particular el responsable del atentado contra el avión de
pasajeros de Cubana de Aviación cuya explosión en vuelo provocó, en 1976, 73
muertos. Reside en la Florida donde goza de la protección de las autoridades
estadounidenses.
11/ Las revelaciones fueron hechas por la agencia de
prensa AP (Associated Press). http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias...
12/ La Agencia para el Desarrollo Internacional de
Estados Unidos (Usaid, por sus siglas en inglés), un organismo que opera bajo
la dirección del Departamento de Estado.
13/ Alrededor de 60 grandes empresas francesas están
presentes en Cuba. Entre las principales destacan el grupo Pernod-Ricard que
comercializa en ron ‘Havana Club’ en el mundo, los grupos Accor, Nouvelles
frontières, Fram-voyages en el sector del turismo, Bouygues en obras públicas,
Alcatel-Lucent en telecomunicaciones, Total y Alstom en energía, y Air France
en transporte, entre otros.
14/ Se estima que ya hay unos 450 000
«cuentapropistas» (trabajadores por cuenta propia, comerciantes y pequeños
empresarios) en Cuba.
http://vientosur.info/spip.php?article9660
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