El presidente de la República Popular China, Xi Jinping, y
Henry Kissinger, ex jefe de la diplomacia estadunidense, el martes pasado en
PekínFoto Reuters
Los grandes del planeta –EU, la Unión Europea (UE) y Rusia–
se pelean el apoyo de China, la cual puede definir el rumbo de las alianzas
geoeconómicas globales. Lo militar y las geofinanzas son otro asunto.
El mismo día del anuncio del acuerdo de Minsk-2 (http://goo.gl/MVfqi3), Obama invitó
al mandarín Xi a una visita oficial a la Casa Blanca en septiembre.
Por lo pronto, Xi asistirá el 9 de mayo en Moscú al
aniversario 70 de la victoria de la Gran Guerra Patriótica, lo cual será
reciprocado por el zar Vlady Putin con una visita a China a finales
del año para conmemorar el triunfo de la guerra antifascista (http://goo.gl/No8HNb).
Por cierto, durante el relevante quinto Congreso Científico de
la Vanguardia Internacional –coordinado por la UAM–, celebrado en el Palacio
Legislativo de Toluca, estado de México, en una charla privada con Konstantin
Sivkov, presidente de la Academia de Asuntos Geopolíticos de Moscú, le inquirí
cuál había sido la razón de la ausencia notable del presidente Putin durante 10
días; me confió que se debió a una misión especial del manejo militar en
el mar de Barents (el Ártico ruso).
Tampoco hay que perder de vista las trascendentales cumbres
tanto del Grupo de Shanghai como del BRICS en la ciudad rusa de Ufá el próximo
julio, lo cual denota un asombroso reacomodo de los realineamientos en medio de
la fractura global y su caos concomitante.
A mi juicio, existen tres polos que subsisten
como fractales (zonas de orden dentro del caos) que probablemente
constituyan el nuevo orden tripolar: EU, Rusia y China.
En la hipercomplejidad no-lineal del nuevo orden multipolar,
dentro de la que destaca la tripolaridad citada, se generan en forma simultánea
fuerzas centrípetas y centrífugas, desde el punto de vista multidimensional.
Un grave error de juicio sería sucumbir al reduccionismo
simplista unidimensional: sea financierista, sea economicista, sea militarista,
sea tecnicista.
Será la suma y resta de todos los vectores de la multidimensionalidad
los que definirán los ascensos y declives del nuevo orden multipolar/tripolar
cuando los intercambios y/o interrupciones se gestan en sus respectivos niveles
(multilayered): a veces verticales y otras horizontales, y hasta diagonales.
La estructura multidimensional de la
multipolaridad/tripolaridad será, o ya es, más geométrica, de corte holístico,
que aritmética.
En este realineamiento global destaca la asombrosa adhesión
de Gran Bretaña (GB) –apodada la pérfida Albión por defender más sus intereses
que sus principios– al flamante Banco de Inversiones e Infraestructura de Asia
(AIIB, por sus siglas en inglés) encabezado por China con 49 por ciento de las
acciones y un capital inicial de 50 mil millones de dólares que rivalizará con
el Banco Mundial, con sede en Washington, que lidera EU.
Luego de la traición de GB a su
supuesto aliado especial estadunidense con su sonora participación al AIIB
–que invertirá 8 billones de dólares en los próximos 10 años– otras tres
principales economías de la UE –Alemania, Francia e Italia– se sumaron al banco
encabezado por China, al unísono de dos paraísos fiscales financieristas: Suiza
y Luxemburgo.
Hasta el tóxico neoliberal israelí-británico, Gideon Rachman,
muy cercano a los banqueros Rothschild y a su presunto hombre de paja George
Soros, alabó en forma ditirámbica la adhesión de GB y despotricó contra EU que
se volverá “más aislado y petulante (http://goo.gl/yYBxQl)”.
La relevante adhesión del núcleo geoeconómico europeo al AIIB
coloca un clavo más en el féretro de los organismos internacionales creados en
Bretton Woods hace 71 años.
A los pocos días de la estampida europea por el seductor
renminbi (divisa china), Henry Kissinger, a sus 91 años, visitó con urgencia
al mandarín Xi, quizá para palpar el pulso de los políticos chinos,
de quienes conoce bien la mentalidad desde el histórico viaje de Nixon en 1972
(http://goo.gl/JzMTKS).
China se posiciona como líder del trascendental banco AIIB y
hasta se da el lujo, mediante su máxima agencia calificadora Dagong, de otorgar
una elevada tasa de inversiones A- al exorcizado banco ruso
Gazprombank (http://goo.gl/cZVw3t), lo cual
colisiona con las facciosas cuan descalificadas calificadoras anglosajonas
–S&P, Moody’s y Fitch– y encapsula las sanciones económicas y financieras
de “Occidente ( whatever that means)”.
Como se dice en inglés, el AIIB constituye un
genuino game changer, algo así como un punto de inflexión muy
significativo en la geoeconomía global, lo cual no se le escapa al editorial
chino de Global Times que lo considera como la “encarnación de nuevas
relaciones mayores de poder (http://goo.gl/kalZO0)”.
Se trata también de un enorme triunfo de la diplomacia china,
lo cual festeja el rotativo oficial chino People’s Daily (http://goo.gl/pSfPlC) cuando el AIIB ha
superado la resistencia de EU y demuestra que Washington carece de la
habilidad para contener el ascenso de China.
Bajo la directriz milenaria de la geoestrategia de Sun Tzu
del siglo V a C y en el más puro sarcasmo sutil del pragmatismo
chino, Global Times, en medio de su apoteosis geoeconómica, invita en
forma magnánima a EU a formar parte de su banco en lugar de que lo combata
con una mentalidad geopolítica.
China no busca la confrontación con EU y mantiene los canales
abiertos, por lo que Global Times admite que las ventajas de EU
radican primordialmente en su poder militar y su poder retórico (léase: sus
desinformativos multimedia).
Aduce que tanto el sistema de guerra convencional como los
inmensos arsenales nucleares de EU le infunden una “estratégica persuasión
(nota: el ominosodeterrence o disuasión mediante el terror) a escala
global”.
En cuanto a su poder retórico, los multimedia de EU
tienen la habilidad de infiltrar (¡supersic!) los valores y conceptos en el
mundo y constituyen un medio para mantener la influencia de los valores
estadunidenses. ¿Hasta cuando?
A juicio del Global Times, el problema con EU es
que no se puede discutir con ellos a escala política por lo que no solamente la
sociedad estadunidense se considera como el líder globalsino que EU
también se ha desacostumbrado a cualquier desafío en los principales
sectores.
El rotativo chino juzga que, pese a todo, EU no puede
prevenir la diversidad y la innovación que emerge en otras partes del mundo y
sustenta que intentar liberarse del dominio de EU o superarle no significa
un escenario de confrontación.
El editorial considera que algún tipo de competencia le hará
sentirse incómodo y la definirá como un desafío. Eso se llama
paranoia política.
El AIIB resquebraja la contención de EU, lo cual
significa que no puede resistir todo lo que le disgusta, cuando es
bienvenido por la mayor parte de otros países, tomando en cuenta que dicho
banco no desafía el poder militar de EU y que sus multimedia
tampoco podrán seguir injuriando por mucho tiempo.
¿Estará madura la mentalidad intoxicada cuan infatuada de EU
para admitir su declive global, sin recurrir a una tercera guerra mundial, que
sería nuclear y que tampoco ganaría?
Alfredo Jalife-Rahme
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Facebook: AlfredoJalife
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