César Risso
EN EL CAPITALISMO LA PLANIFICACIÓN es
un contrasentido. Tarde o temprano la anarquía se impone. Temporalmente,
alguien puede dirigir de forma organizada los negocios de la burguesía a nivel
nacional, sobre todo la pequeña burguesía embriagada de nacionalismo, pero la
competencia está siempre presente, aunque aparentemente subordinada. El
reconocimiento del mercado es precisamente la expresión de que la anarquía es
la regla de conducta, y que en este marco se da la ley del valor.
Pero
este libre mercado, está subordinado en la actualidad al dominio del monopolio,
y en consecuencia a la competencia monopolista. Es lo que los teóricos llaman
posición de dominio, situación en la cual los monopolios dominan el mercado,
controlando el precio y la cantidad.
La
burguesía necesita de los medios de transporte, de una red vial, y de los
medios que permitan reponer la salud de los trabajadores, para poder
explotarlos, etc. Sin trabajadores en condiciones de laborar y de reproducir su
clase, la burguesía no tendría a quien explotar. Pero esto no le interesa a la
burguesía como burgués individual. Por ello el Estado como representante de la
clase burguesa en su conjunto, vela por sus intereses y, en consecuencia, trata
de generar a través de la inversión pública los medios que permitan, y faciliten,
la explotación del trabajador asalariado.
Mientras
los pobladores afectados por los fenómenos naturales tratan de salvar sus
vidas, y de recuperar en la medida de lo posible lo que han perdido, la
burguesía calcula el valor de lo perdido para ver cuánto van a recibir de
beneficios por realizar las obras. Así se transforma el desastre de cientos y
miles de familias en el bienestar de determinados sectores de la burguesía.
Aunque
envuelto en gestos de solidaridad y apoyo a los damnificados, la burguesía está
calculando el daño y por lo tanto cuánto debe invertir el Estado para restaurar
la infraestructura afectada. Así, Macroconsult ha calculado en 3124 millones de
dólares los daños. Esta es la cifra que como mínimo debe recibir la empresa
privada que se agencie de las obras.
En
el mismo sentido, Julio Velarde, Presidente del BCR, calcula en 12400 millones
de soles el costo de la reconstrucción de los puentes y carreteras afectados
por el fenómeno del Niño.
La
tasa promedio de plusvalía entre los años 2007 y 2015 fue de 125%. Esto quiere
decir que por cada sol que la burguesía invierta en trabajadores asalariados,
la burguesía recibirá como utilidad un sol con veinticinco céntimos. Es decir, que
si se requieren 20 mil trabajadores, con un sueldo promedio de 850 soles al
mes, la burguesía obtendrá 21 millones 250 mil soles al mes, lo que al año da
como resultado utilidades de 255 millones de soles. Esta es la plusvalía que va
a extraer la burguesía en estos negocios que los desastres naturales y, sobre
todo, el sistema capitalista con sus políticos a la cabeza, han provocado.
Si
calculamos la plusvalía total por la reconstrucción según los datos del BCR
(12400 millones de soles), entonces la burguesía obtendrá cerca de 7 mil
millones de soles.
La
desgracia de unos es la ganancia de otros, pues nada se puede hacer en el
sistema capitalista, sin que genere ganancias para los burgueses.
Los
mismos gestos de solidaridad de la población generan el aumento de las compras,
y estas significan el aumento de las ventas de las mercancías que son propiedad
de las empresas capitalistas; mercancías que contienen tanto el trabajo
remunerado como el trabajo no remunerado, es decir, la plusvalía, que en
lenguaje burgués se expresa como ganancia. Es decir, además de las ganancias que
la burguesía va a recibir por la reconstrucción de las zonas afectadas por los
desastres naturales, están las ganancias que obtienen por los gestos de
solidaridad para con los damnificados.
Esto
es inevitable. En una sociedad donde los propietarios de los medios de
producción someten al trabajo asalariado, la producción es producción de
mercancías, y la ganancia es trabajo no remunerado.
Esto
no nos debe sorprender, puesto que las armas que se producen por el complejo
industrial militar mundial, tienen por finalidad generar plusvalía para los
propietarios de estas empresas, para lo cual necesitan de las guerras, en las
cuales mueren millones de seres humanos, para mantener repletas las arcas de la
burguesía. De modo que aquello de la solidaridad, puede eventualmente calmar
por un instante el alma del burgués, pero no hará que deje de explotar a los
trabajadores, y provocar todos los males que genera su dominación económica y
política como clase.
La
solidaridad, no puede venir de la burguesía, puesto que lo que realmente sucede
es que temporalmente, y a su antojo, se desprende de una ínfima parte de la
plusvalía que les ha extraído a sus trabajadores, para aparecer ante el público
con un halo de bondad.
La
explotación de los trabajadores al extraerles plusvalía, el hacerlos trabajar
más de las horas establecidas legalmente, la remuneración que les pagan que
como se sabe es inferior a la canasta básica familiar, las condiciones en los
que los hacen trabajar, la subordinación a los que los tienen sometidos,
haciéndolos sentirse como seres inferiores que dependen del propietario de los
medios de producción; todo esto es parte del sistema de explotación capitalista.
La
prevención, al igual que la producción de mercancías en general, está sometida
a la ley del valor. Lo que genera más ganancia atrae el interés de la
burguesía, y lo que no, genera su desinterés.
Aparte,
los políticos burgueses tienen sus mecanismos de decisión. Todos sabemos que
cuando están próximas las elecciones, los gobiernos locales comienzan a
invertir en obras. En su mente este es un mensaje para sus electores de que
están trabajando. Así puede llegar a la reelección (Nos referimos a años
anteriores cuando había reelección inmediata). Además de esta demostración,
difícilmente pueda haber obra pública sin coima.
La
“planificación” burguesa es la anarquía de la producción. Es decir, que esta es
la forma que tiene la burguesía de asignar los recursos de la sociedad. Forma
que consiste en la ley del valor. En la medida que hay actividades (negocios)
que no son rentables, o que son menos rentables que otros, entonces se dejan
temporalmente de lado; en tanto que otras actividades (negocios) que son
rentables, o más rentables que otros, se realizan.
Como
se puede ver, esta forma de ordenar las actividades de la sociedad pasa por el
interés privado del burgués. Pero resulta que este interés privado está cada
vez más lejos y hasta en contra del interés social. Así pues, el progreso de la
burguesía no equivale al progreso de la sociedad, pues su forma particular de
resolver los problemas sociales ha demostrado que la explotación, la pobreza,
la desigualdad, la destrucción masiva de seres humanos por medio de las guerras
y de las crisis, son consustanciales al sistema capitalista.
__._,_.___
Enviado por: Cesar Risso <crissohx@yahoo.es>
Fuente: Blog CREACIÓN HEROICA
No hay comentarios:
Publicar un comentario