Estimados amigos:
Cumplo con hacer una
síntesis del Estado excluyente y subsidiario. A la vez trató de conectarlo con
lo que viene ocurriendo, como siempre no hay respetos a los plazos, esperando
evitar hacerlas o dejar para el último momento lo que se ha debido debatir con
anticipación. Sin embargo, la mayoría del congreso emplea cualquier
justificación para postergar, a fin de que no se aprueben nada.
Ha sido el propio
presidente Martín Vizcarra que ha tomado la decisión, inusual en el Perú, de
exigir que los temas de las reformas se comiencen a debatir y luego aprobar
dentro de los plazos que señalan las leyes, para que la ciudadanía participe a
través del referendo sancionando las reformas constitucionales. Prácticamente
el congreso por irresponsabilidad de su mayoría ha sido arrinconado, y ha
tenido que ponerse a trabajar contra el tiempo.
El comportamiento de esa
mayoría fujimorista que representa a los conservadores de toda laya,
obstaculiza ante cualquier intento de reformas dirigidas a romper el status de
la quietud y la desesperanza que, por casi doscientos años padece la
ciudadanía, de ser una república incompleta, llamada en términos actuales
de bananera.
Se debe aclarar que las
reformas que están en plena discusión no es la salvación, ni tampoco con ellas
comienza del fin del mundo. Lo que sí cabe precisar que se está intentando
romper con las ataduras de un poder judicial y un poder legislativo que no han
operando para todos los peruanos, han sido servicios excluyentes y en favor de
grupos y personas privilegiadas.
Las sentencias judiciales
han tenido y tienen un precio o solo era y es efectivo a los amigos de los
amigos. El legislativo ha llegado al extremo de ser lo más irrepresentativo con
la unicameralidad, mezquino en número, en que sólo accedieran los que ponían
más aportes en dinero en favor del caudillo y sus ayayeros de los seudos
partidos, porque desde 1992 hubo una campaña a todo trapo lo que significa una
organización con democracia interna.
Los peruanos esperamos
que estas reformas de dos poderes públicos, se sume la más complicada, la del
poder ejecutivo con 18 ministerios, 23 gobiernos regionales y hasta más de
2,000 concejos entre provinciales y distritales, no solamente necesita reducir
el número, se tiene que reordenar las funciones de las tres instancias
administrativas y de gestión de gobiernos: central, regional y local, sin dejar
de vista el carácter unitario de la república y de las autonomías, amén de el
reordenamiento territorial.
Atentamente,
Fernando Arce Meza
¿EL
ESTADO SUBSIDARIO/EXCLUYENTE CONTINUARA? SI DESAPARECE ES PORQUE SE HACEN
REFORMAS
1. El Estado subsidiario lleva irremediablemente al Estado
excluyente, porque el Estado subsidiario no es capaz de cubrir todas las
necesidades de los servicios esenciales: educación, salud, seguridad, justicia,
en consecuencia presta solamente los servicios a una parte de la ciudadanía, y
el resto de los peruanos recibe los servicios incompletos o no recibe ningún
servicio.
2. En el Perú en estos últimos 60 años hubo intentos por constituir
un Estado de que sin llegar a ser considerado sobredimensionado, se encaminaba
a ser distinto a lo que se denomina hoy subsidiario; empezó en la década del
60, sigue en la del 70 -donde si fue sobredimensionado-, en la década del 80
trató de de ser distinto al Estado del 70 gracias a la Constitución Política de
1978, pero el terrorismo y el gobierno de García Pérez lo impidieron. En los
años 90 se creó y se comenzó a construir el Estado subsidiario, el que recibe
confirmación con la dación de la constitución de 1993, continúa y nadie se ha
atrevido a cambiarlo.
3. Como se ha dicho desde los años 60, durante el primer gobierno
de Belaúnde se dan los primeros pasos de las reformas políticas, económicas y
organizativas del Estado. El objetivo de dichas reformas era para que
prevaleciera el Estado de derecho y la democracia; sin embargo el gobierno no
pudo cumplir con las reformas, porque las fuerzas contrarias a dichas reformas
formaron una coalición en el congreso conformada por la unión odriísta y el aprismo
que siendo mayoría actuó obstruccionistamente a estas reformas; esto se
presenta cada vez que los gobiernos intentan hacer reformas. La constancia de
enfrentarse al poder ejecutivo a quienes proponen reformas conlleva a socavar
la democracia, haciéndola precaria y débil, y finalmente termina con golpes de
Estado que instalan gobiernos autocráticos que se entronizan no solo por los
alzamientos militares; sino que el militarismo garantiza su permanencia por
largos periodos. En esos años no existían artículos constitucionales que
dirimieran entre los que proponían reformas y los representantes del
latifundismo contando de aliados a los apristas, hecho que ocurrió
específicamente entre 1963/68.
4. En lo económico imperó el modelo primario exportador que lo
ligaba a la dependencia en relación a los países del primer mundo –Inglaterra
fue un antecedente- y luego sería los Estados Unidos, a la vez
internamente la economía peruana se desarrollaba en el marco del mercantilismo
activado por los grupos de poder, a través de un empresariado que prefería el
rentismo, incapaz de generar cambios Todo ello en el marco aún de una sociedad
de carácter patrimonialista y no ajena a los densos residuos del colonialismo
heredada por la presencia de tres siglos del vasallaje español.
5. El Perú en esas condiciones se situaba como país del tercer
mundo y alcanzando su condición de país subdesarrollado, dependiente del
mercado internacional que le imponía a través de sus precios la compra de sus
materias primas: en el campo no sólo de la agricultura con los productos del
algodón, la azúcar; sino en el campo de la minería y la energía
(petróleo).
6. Internamente sobresalía el sistema de explotación de la tierra
bajo el latifundio, en la costa alcanzaba niveles de productiva y tenía a los
campesinos en calidad de asalariados; en cambio, el latifundismo serrano, era
de muy baja productividad, disponiendo de un campesinado en servidumbre, y que
en términos poblacionales, lo rural era mayoritariamente a suma de las ciudades
de la sierra y de la costa, incluida la capital amazónica Iquitos y Lima
capital; sin embargo la población de las ciudades llega a superar a la
población rural en términos cuantitativos, debido a la explotación del
campesinado, y ello propició la migración campo/ciudad, teniendo como
atractivos entre otros la producción agro/industrial, la presencia del gran
comercio incluidas las industrias donde se aplicaba el sistema del salario, y
porque en las ciudades se impartía una educación que no tenía comparación con
el campo.
7. Lo dicho en el punto anterior sitúa el subdesarrollo peruano, en
él se presenta las exclusiones de todo tipo, no solo en la discriminación
étnica de indios y mestizos, en particular de origen serrano; sino también la
desigualdad económica que abarca a casi todos los segmentos de la sociedad,
exceptuados los grupos de poder y sus allegados profesionales de alta
calificación, administradores de sus negocios comerciales y de las pocas
industrias, también los amigos y ayayeros de los grupos de poder político que
acompañan en los gobiernos. La mayor parte de éstos son privilegiados colocados
en un segundo orden que se identifican con los grupos medios de lo que se ha
llamado clase media; sin embargo, la desigualdad es mucho mayor, resaltándose
los bolsones de pobreza, principalmente en las zonas rurales habitadas por los
quechuahablantes y también en los alrededores de las ciudades -connotadas por
su historia- y Lima por su mayor atracción económica y cultural,
8. En los puntos anteriores se especifica que no sólo el Perú llega
a ser un país subdesarrollado; sino se hace un detalle de algunos intentos de
romper con las políticas impuestas por los grupos de poder en alianzas con los
grupos financieros internacionales; empero, es de destacar que la vida del país
cambia, por ejemplo cuando se decide que el Estado asuma la responsabilidad de
cobrar sus propios impuestos, se recobra esta función al crearse el Banco de la
Nación. Ello permitió que hubiera cierta autonomía de acción, a fin que los
gobiernos intentarán iniciar la tarea de planificar, de poder optar por las
técnicas modernas de entonces: los presupuestos por programas, con lo cual hubo
motivo que el presupuesto se empleara por lo menos no siguiendo necesariamente
como botín por repartir –concesiones y obras públicas- en favor de los
proveedores, antes financistas de las campañas electorales de los nuevos
presidentes y parte de congresistas.
9. También hubo intentos de orden social en la década del 60 con
los programas de cooperación popular, estos representaron una inédita idea de
la inversión/trabajo que viabilizaba una unidad Estado y los pueblos lejanos y
más postergados, para efecto de la construcción de las pequeñas obras en
dirección a que éstas tuvieran un alcance productivo. La cooperación popular
fue el binomio Estado/comunidades, donde el gobierno ponía los técnicos y los
presupuestos y los pobladores su trabajo, renaciendo las tradiciones de la
minka y del ayni, expresión de la ayuda mutua y de la solidaridad. Estos
programas no eran asistenciales, ni populistas.
10. Este tipo de programas no han tenido continuidad, ahora los
apoyos están teñidos de asistencialismo y no se disimula este hecho. Distribuir
alimentos hacia las poblaciones denominadas de pobreza extrema son programas
importantes de los gobiernos en estos últimos 30 años –desde 1990 y tal vez
antes- en que se implementaron los programas de ayuda alimentaria; ellos
resultan costosos en sus gestiones administrativas, han sido el portaestandarte
del fujimorismo de la primera etapa, esta política populista, trajo réditos
posteriores. El populismo fujimorista tuvo seguidores, los gobiernos de Toledo,
García Pérez y Humala han seguido sus pasos y hasta se ha llegado a crear el
Ministerio de la Inclusión. Estos programas traen al recuerdo lo que pedía
Toledo, elecciones libres, ofreciendo en cambio a Fujimori levantar el segundo
piso del edificio del autócrata.
11. En este 2018 pareciera que se abre una nueva esperanza de acabar
con el Estado subsidiario y excluyente, que también es asistencialista y
populista; se ¿intenta cambiar lo andado en 18 años? comenzando con corregir la
pésima y corrompida administración del poder judicial y el ministerio público,
al descubrir el inimaginable comportamiento de jueces y fiscales supremos. Ello
ha puesto en evidencia no sólo desmanejos y el desorden en la administración de
la justicia; sino que los litigantes pobres no ganan los juicios, no pueden
sobornar y los pierden, no hay justicia demostrando cuan excluyente es un poder
público, solo ganan juicios los que tienen dinero.
12. Estos hechos tuvieron la sorpresiva reacción por parte del Ing.
Martín Vizcarra Cornejo, él que a los pocos meses de ejercer la presidencia de
la república –reemplazante de Pedro Pablo Kuczynski motivada por su incapacidad
moral-. El gobierno de Vizcarra encontró banderas de redención; sin embargo, no
ha ocurrido lo mismo con la mayoría parlamentaría que comanda la señora Keiko,
el congreso sólo hace la vida imposible al inquilino del palacio de gobierno y
a sus ministros asustadizos.
13. Si bien el presidente Vizcarra se compró el pleito, para cambiar
la administración de justicia y la reforma política con la elección futura de
un congreso bicameral que rompa con la unicameral mezquina e
irrepresentativa; sin embargo, a pesar de tan importantes reformas judicial y
legislativa, le falta presentar un programa de reformas de la organización del
poder ejecutivo, de las instancias descentralistas en el entendido de
recomponer y reestructurar los gobiernos regionales y locales.
14. Las dos primeras reformas constitucionales ya tienen más de un
mes en el congreso de la república y se observa lo impasible que es la mayoría
fujimorista que, por todas las formas trata de que esas reformas sean
distorsionadas, y que solamente llegarán a la reforma judicial, y sabe Dios
cuando se podrá saber que se debata y apruebe la reforma política.
15. Se observa también que una significativa parte de la población
no solo quiere participar en el referéndum de aprobación de las dos reformas ya
mencionadas, sino también la ciudadanía comienza a tomar conciencia que este
parlamento boicotea las reformas, lo que motiva el pedido de cerrarlo.
16. De acuerdo a la constitución si el presidente de la republica
Ing. Vizcarra quiere avanzar tendrá que decidirse por solicitar una cuestión de
Estado al congreso, el gabinete ministerial pide confianza, pues la mayoría
congresal no quiere llevar a debate las dos reformas plantadas por el Ejecutivo
¿se habrán de exponer a ser desaforados? se hace difícil que las fuerzas del
fujimorismo sean pulverizadas por el ejecutivo. El conservadorismo peruano
se quedaría sin representación, más cuando esa mayoría que lo representa
sea disuelta, y no les convendría. El fujimorismo bajará la guardia, no le
quedará más que procesar la aprobación de las propuestas.
17. Finalmente, los conservadores de arriba y de abajo esperarán
algún hecho que motive como para golpear al ejecutivo; lamentablemente el
fujimorismo no es tan listo como pareciera, es improvisado y sin líderes, pero
no pierden las esperanzas de bajarse al ejecutivo; empero, si este poder se
siente lo suficientemente capacitado al poner en juego la aventura de
reestructurar el propio ejecutivo -ampuloso por tantos ministerios- y plantea
reformas en los sectores públicos esenciales más justicia, y lo mismo con las
instancias descentralistas creando regiones autónomas, esto ya sería una
quimera, recomponer los concejos municipales con la reorientación territorial,
sería mucho pedir. Los conservadores no lo consentirían, cambiar la
estructura de todo el Estado no solo se encaminara a ser república completa; sino
para todos los peruanos. Ese libreto por más que esté bien escrito no pasa.
Surco, 18 de Septiembre
del 2018
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