29/07/2020
Cuando hablamos de opción nos referimos a una
alternativa electoral lo cual no es lo mismo que hablar de política. Está
demostrado que el triunfo electoral no implica el inicio de cambios
estructurales ni menos aún los inicios de utópicas transformaciones
paradigmáticas. Desconcertante fue comprobar que redes de corrupción, como lo
sucedido por Odebrecht, apostaban a todos los factores políticos y
empresariales involucrados. Jugaron a la derecha, centro e izquierda. El fin
fue asegurarse multimillonarios contratos más allá de opciones políticas y
perfiles ideológicos. Pero al hablar de la derecha peruana – que no es sinónimo
de Odebrecht – nos preguntamos, ¿Por qué la izquierda sería su opción electoral
el 2021?
Por ejemplo, en el caso del desastroso gobierno de
Ollanta Humala (OH) –el cual a todas luces fue la carta más representativa de
la izquierda en los últimos 40 años – la situación política e ideológica
significó el ingreso de la derecha al apocalíptico escenario que acabaría con
sus ínfulas de poder absoluto. Claramente, en la contienda pre y electoral, OH
y todo el combo, no fue la opción electoral, ideológica, política, sentimental,
ni amorosa, de una derecha que tiene claro: a. su sempiterna neoliberal línea
de ruta, y b. quiénes son las/os elegidas/os a guiar la nave en piloto
automático.
El que OH no haya sido la opción de la derecha a
inicios del juego no quiere decir que no haya sido transformada, una vez
llegados al poder, como la historia lo demuestra. Como suele decirse, al final
gobiernan los que perdieron. Y, así siempre fue.
OH fue la confirmación que para los grupos de
factos en el Perú – y más allá – no interesa quien salga elegida/o en
la presidencia de la república sino: a. cuantos curules estén dispuestos a
servir la hoja de ruta liberal (Const.1993); b. cuantos curules no estén
dispuestos a servir la hoja de ruta liberal en los inicios pero estén
dispuestos a cambiar de camiseta (transfuguismo) a medio
camino; c. quien será el que ocupe la cartera del ministerio de Energía y
Minas; d. quien será el que ocupe el ministerio de Economía y Finanzas.
Ministerio que – al final de cuentas – terminará por tener más poder que el
mismísimo Presidente del Consejo de Ministros. Vale decir, omnipotencia total
de un Estado botín, capturado y secuestrado –en pocas palabras desnaturalizado
– por manos, ya no tanto invisibles, de un sistema que se cae a pedazos y no da
para más (Roberto Rodríguez Rabanal).
De allí que la Confederación Nacional de
Instituciones Empresariales Privadas (CONFIEP/ aceptó – antes de patear el
tablero de la Gran Transformación de OH – atracar la opción de izquierda
“castro-chavista” y “terruca” sólo con dos condiciones: a. dejar intacta la
Constitución de 1993; b. sentar en el ministerio de economía a gurúes liberales
–o postulantes a gurúes– clones de Carlos Boloña, c. no copar las FFAA de rojos
“castro-chavistas” y d. ni mirar de reojo –ni tocar con el pétalo de una rosa–
las bases militares estadounidense.
Así fue como la CONFIEP obligó a OH a colocar de
salida a Luis Miguel Castilla Rubio. Siervo perfecto de los intereses de
Washington, grupos financieros y megas corporaciones agroindustriales y
extractivistas. La misma cantaleta hasta nuestros virulentos días con la
ministra de economía y finanzas María Antonieta Alva Luperdi.
Para terminar con los humalas. A la ilusa parejita
la dejaron regodearse en las fantasías de poder hasta que no eran necesarios y
los pusieron donde los pusieron. Entonces, a las puertas del bicentenario, y
con una legión de ilustres aspirantes alistándose a curules y oficinas del
caduco Estado, seguimos preguntándonos si el triunfo de la izquierda sería la
mejor opción de la derecha.
Veamos, en el escenario incierto de pandemia,
corrupción, pobreza-riqueza y violencia generalizada, en donde ni los más
recalcitrantes ortodoxos liberales vaticinan nada esperanzador “postpandemia”
en los próximos años. Todo esto en un Perú donde “reactivación económica” es
igual a no perder la identidad colonial primario-extractivista, protegiendo
contra viento y marea a la CONFIEP, Soc. Nac. de Minería, Petróleo y Energía
(SNMPE) y corporaciones extranjeras símbolos del más precario andamio del
desarrollo colonialista.
¿Qué organización política se sentirá a la altura
de asumir el país literalmente a la deriva sin horizonte cierto y en medio de
la más dramática situación de su historia? En donde la única alternativa para
los grupos de poder es seguir exportando minerales.
En palabras de Manuel Fumagalli Drago, presidente
de la SNMPE:
El sector minero es un gran aliado del Estado
peruano en los esfuerzos por revertir el deterioro de la economía nacional como
consecuencia de la pandemia, ya que al reactivar sus operaciones gatilla a todo
un importante encadenamiento productivo que garantiza la continuidad de empleos
directos e indirectos en beneficio de más de un millón y medio de familias. Si
queremos contrarrestar la fuerte caída del Producto Bruto Interno (PBI) este
año, se requiere no sólo volver a los niveles de producción e inversión del
sector minero anteriores a la emergencia sanitaria, pero ir más allá, activando
y promoviendo el desarrollo de nuevos proyectos mineros, mayores niveles de
producción y no olvidarnos de las actividades de exploración. Es clave
encender, de una vez, todos los motores de la minería en el Perú, a efectos de
contrarrestar los graves impactos económicos generados por la pandemia,
reactivar las economía regionales y evitar que la pobreza se incremente. Cada
día que pasa cuenta y no hay tiempo que perder.1
Así como en el caso OH la derecha, siempre
aplicando el mismo formato, en lenguaje ajedrecista, no le interesaría perder
peones, alfiles, caballos y torres si al final de la partida celebran un jaque
mate en cualquiera de sus modalidades. A la CONFIEP y SNMPE les conviene
retraerse antes de terminar lapidadas en medio de la crisis. ¡Eso Washington no
lo permitiría!
La endeble estructura empresarial, construida sobre
ficticios escenarios de desarrollo económico, con incrementos del PBI
celebrados por el FMI, BID, BM, etc., pero no por los pobres convertidos en
“vulnerables”, los cuales de acuerdo a la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO)
del INEI al cierre del 2018 suman 1 millón 526 mil 184 hogares a punto de
volver a la pobreza este 2020 ascendiendo a 4.5 millones personas en riesgo de
miseria.
El panorama perfecto
Imaginemos que el 2021 triunfa la izquierda. Si hay
algo en lo cual “las izquierdas” en el Perú están de acuerdo, entre otros
puntos, es con la Nueva Constitución.
En esta situación de profundos cambios
estructurales, ¿Cuál sería la reacción de la derecha – Washington, el Grupo
de Lima, la OEA, CE, etc. – ante la claudicación del aparataje legislativo
y jurídico que cimentó la más nefasta jurisprudencia del saqueo, la miseria y
exclusión social? ¿Cuál sería la estrategia desestabilizadora de la prensa y
medios de producción en manos de la CONFIEP? ¿Cuál sería el plan
desestabilizador que tendría como finalidad llevar al Perú al límite del
desastre? ¿Acaparamiento de productos básicos: papel y toallas higiénicas,
leche, medicinas, etc.?
Un gobierno de izquierda, por más moderado que sea,
será anatema de principio a fin. En esta circunstancia todo hedería a “castro-chavismo”
lo cual automáticamente colocaría al Perú en la lista de parias y miembros del
eje del mal. Estaba a punto de suceder con el presidente Vizcarra y miren a
quien colocó de Primer Ministro y Ministro de Economía y Finanzas. Lo dejaron
jugar de izquierdoso, pero al final de cuentas tuvo que arrodillarse – bajo
supervisión de USAID – a la CONFIEP, FMI, BM, BID y Washington.
El triunfo del 21 sería el panorama perfecto para
la perturbada arremetida de medidas coercitivas desde Washington. Criminales
bloqueos (Cuba, Chile 73 y Venezuela) es parte del consabido recetario de
control geoestratégico. Y, no sólo eso podría vislumbrase. De igual forma, se
pondría en altísimo riesgo las reservas de oro del Estado peruano colocadas,
entre otras, en las bóvedas del segundo mayor poseedor de oro en el mundo, con
aproximadamente 400.000 lingotes después de la Reserva Federal de Nueva York,
el Banco de Inglaterra.
En un eventual gobierno de izquierda en el Perú,
con el coraje moral suficiente como para cambiar las reglas de juego en donde
la balanza de beneficios se incline a favor de los excluidos de siempre, ¿Cuál
sería el comportamiento del sistema financiero internacional en particular del
Banco de Inglaterra en donde 34,7 toneladas de reserva de oro del pueblo
peruano 17,5 toneladas se encuentran en sus bóvedas?
Recordemos lo sucedido con Venezuela. Con la
aparición de un “presidente autoproclamado”, y reconocido por 50 países en la
línea de sumisión y control de Washington, violando todo principio de soberanía
y del derecho constitucional venezolano, el Banco de Inglaterra – reconociendo
al “presidente autoproclamado”, y proclamado por Washington – usurpó 31
toneladas de oro con el valor de US$ 1000.00 mil millones de dólares negándose
a entregarlo al Gobierno Bolivariano de Venezuela administradores de las
reservas del Estado.
Ahora, no sólo el Banco de Inglaterra piratea con
dinero ajeno. Otras corporaciones financieras, que en el caso venezolano han
bloqueado sus reservas son: Citybank €196 millones de euros, Glenstrem
(Londres) €453 millones de euros, North Capital €238 millones de euros, Novo
Banco €1.543 millones de euros, Sumitomo €415 millones de euros.
En el caso peruano, no olvidemos que según informes
del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), en cuanto a reservas
internacionales, al mes de mayo del 2020, el Perú cuenta con un portafolio de
inversiones internacionales del 57% invertido en valores, 40% de depósitos y 3%
en oro.2 Todos
estos bienes de la nación correrían riesgo en un posible plan conspirador
macartista de la derecha.
Con esto no queremos decir que un futuro gobierno
de izquierda en el Perú será calco y copia del gobierno bolivariano de
Venezuela, como no lo es México, Argentina ó Nicaragua, ni lo era Bolivia o
Ecuador. Lo que está claro es que si el gobierno – en cualquier punto del mundo
– no se encuentra alineado con las directrices de Washington corre el riesgo de
ingresar al agresivo circuito de planes de desestabilización en donde se
impondrá un/a “presidente/a autoproclamado/a” y a través de este/a testaferro/a de
facto crear un Estado paralelo mediante el cual sería
negociado todo tipo de saqueo, amenaza de invasión, “elecciones democráticas” y
gobiernos de transición.
De allí que la opción electoral de la derecha
peruana, washigtoniana y fondomonetarista, en esta incierta y desesperanzadora
coyuntura, pareciera ser la izquierda en cualquiera de sus matices a la carta.
¿No les parece inverosímil que confesos defensores del statu quo –
y acérrimos enemigos de la izquierda – se manifiesten en contra del oscuro caso
judicial que acosa al líder del partido Perú Libre, Vladimir
Cerrón? Revisemos un par de situaciones a continuación.
Ante los análisis de Ricardo Uceda,3 presentadas
en el Diario La República, donde se argumenta la ausencia de fundamentos
incriminatorios en contra de Cerrón, Álvarez Rodrich señaló: Sobre las
sentencias a Vladimir Cerrón en el que se ofrece evidencia muy razonable de que
la condena sería injusta y que, por tanto, no sería corrupto. Cualquier discrepancia
política con Cerrón, como en mi caso, no puede dejar de reconocerlo. Y,
que tal lo expresado por Aldo Mariátegui: No simpatizo nada con
Vladimir Cerrón, pero uno lee el informe de Uceda en LR y queda claro que su
condena fue injusta.
No sería extraño, una vez más, ante las opiniones
de Ricardo Uceda,4 que
dichos periodistas, y otros personajes de los medios, reconozcan las
injusticias en contra del dirigente aimara Walter Aduviri, ex gobernador regional de Puno incriminado por
disturbio contra el orden público. Desorden generado por la protesta contra la
corporación minera canadiense Bear Creek debido a una concesión minera en la
frontera con Bolivia. Lo mismo sucedería con Verónika Mendoza. Serían capaces
de olvidar las – por ahora enterradas – “agendas de Nadine” si prometiera que
una vez llegada al gobierno cumpliría a pies juntillas programas económicos
como lo provenientes de la CONFIEP y cia.
Está claro que judicializar la política se ha
convertido en los deportes más solicitados de los últimos tiempos. Criminalizar
lo incómodo. Anatemizar aquello que pone en tela de juicio el Establishment es
la jugada perfecta si, y sólo si, poderes públicos como la Corte Suprema,
Ministerio Publico y Fiscalía de la Nación rebasan de funcionarias/os
satisfechas/os con migajas arrojadas al estiércol de la indignidad.
Dicho esto, pareciera ser que a la derecha
corporativista le podría interesar sobremanera que el 2021 llegue a palacio la
izquierda peruana. Puede ser Marco Arana, Walter Aduviri, Vladimir Cerrón, Roberto
Sánchez, Verónika Mendoza ó un bloque de “centro derecha” – en palabras de José
De Echade – “que haga algunos guiños a la izquierda o por lo menos a un sector
de la izquierda”.
Desde esta tribuna, como siempre, creemos que fuera
del socialismo todo es vana ilusión. La coyuntura, y no sólo, es propicia para
la izquierda. Todo esto, más allá que a la derecha le convenga o no que gane.
El socialismo, desde las organizaciones sociales, laborales, estudiantiles,
feministas, LGTBIQ y movimientos políticos, es poder siempre en afirmación,
resistencia y construcción. No se espera ganar las elecciones del 21, 22, o las
que sigan, para ser poder. El pueblo, desde sus organizaciones y movimientos es
poder en sí mismo el cual no se encuentra ni condicionado ni supeditado a los
poderes de turno y la demostración, ante la ineficacia de sus congresales, se
encuentra siempre en las calles.
El estado de calamidad por la que atravesamos pone
al relieve la hedionda naturaleza de una estructura creada, desde sus inicios,
para enriquecer a grupitos de familias, parientes y amistades. Privilegiados
sectores que al tener en sus manos los medios financieros, comerciales,
periodísticos y productivos han hecho del Perú la despensa colonial –
contemporánea – perfecta de superalimentación – económica y política – de
bestias salvajes dedicadas al expolio sistemático.
Al final, lo que les interesa es ver quien se traga
el sapo de la crisis y en el intento se asfixie ayudado por la maquinaria
conspiradora del el diario El Comercio, y su 80% de control de los
medios, la CONFIEP y la – hasta ahora intocable – Agencia de los
Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID); dicho sea de
paso, metida hasta en la medula del Estado. De esta manera, logrando presentar,
cuando el Perú se encuentre entubado en cuidados intensivos, al FMI, BM, BID,
etc., como los balones de oxigeno mesiánicos al auxilio del famélico moribundo
de 500 años de agonía llamado Perú. ¡Falacia!
¡Los pueblos tienen la palabra!
1 Economin. Manuel Fumagalli: 39
unidades mineras presentaron sus protocolos sanitarios para «encender
motores». En: Economin. Dirección URL: http://ecomingrupo.com/2020/05/14/manuel-fumagalli-39-unidades-mineras-presentaron-sus-protocolos-sanitarios-para-encender-motores/ s/f.
2 BCRP. Gestión de las Reservas Internacionales:
Mayo 2020. En: Notas de Estudios del BCRP. No. 45-22 de junio
de 2020.
3 Uceda, Ricardo. El indefendible.
En: Diario La Republica. Dirección URL: https://larepublica.pe/politica/2020/07/14/vladimir-cerron-lider-de-peru-libre-el-indefendible-por-ricardo-uceda/ 14/07/20.
4 Uceda, Ricardo. El Informante: ¿Reirá
último? En: Diario La Republica. Dirección URL: https://larepublica.pe/politica/2020/06/09/walter-aduviri-reira-ultimo-por-ricardo-uceda/ 09/06/20.
https://www.alainet.org/es/articulo/208166
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