26/06/2020
Foto: Página 12
La expansión de los monocultivos agrarios y
ganaderos provoca la destrucción de la biodiversidad y favorece la expansión de
los virus
El origen del coronavirus tiene una estrecha
relación con las fórmulas de agricultura y ganadería industrial de la actualidad;
concretamente por la expansión de los monocultivos (vegetales y animales) que
provocan la destrucción de la biodiversidad en la naturaleza posibilitando la
aparición, incremento y virulencia de nuevas zoonosis. Aunque el virus es
microscópico, propongo un viaje planetario —sin romper el confinamiento— que
nos puede ayudar a reconocer con nuestros propios ojos esta contundente
afirmación. Es importante interiorizarlo para evitar un futuro entre pandemias.
Este viaje, al que podemos llamar «la ruta de los
monocultivos», nos permite conocer muy bien de qué hablamos cuando hablamos de
agricultura industrial. Aunque la tierra agraria en el mundo ocupa 1.500
millones de hectáreas, cuatro ejemplos serán suficientes para retratar el
sistema agrario mundial actual, puesto que alrededor de un 80 % de todas estas
tierras, según el agrónomo Miguel Altieri de la Universidad de Berkeley, está
dedicado a los monocultivos. De hecho, de las más de 2500 variedades de
vegetales que el ser humano puede consumir, solo tres cultivos (trigo, arroz y
maíz) aportan el 50 % del total de calorías consumidas por toda la población
mundial. Nuestro punto de partida es un perfecto y regular mosaico de varios
kilómetros cuadrados, cerca de la localidad de Rivadavia, en la provincia de
Salta, Argentina; en concreto, este punto preciso.
A mí, de este paisaje, me impresiona la
prepotencia con la que hemos trasladado nuestras cuadriculadas mentes a los
espacios de vida, cómo hemos hecho del fabuloso orden anárquico de la
naturaleza un inmundo orden geométrico.
Una vez situados, se trata de seleccionar el modo
satélite e ir alejando la imagen, es decir, elevar el satélite que estamos
conduciendo para tener una visión más general. A mí, de este paisaje, me
impresiona la prepotencia con la que hemos trasladado nuestras cuadriculadas
mentes a los espacios de vida, cómo hemos hecho del fabuloso orden anárquico de
la naturaleza un inmundo orden geométrico. Los antiguos bosques, con la llegada
de este monocultivo, han quedado literalmente reducidos y encajonados (ellos y
toda la biodiversidad que alojaban) en el escaso espacio del perímetro que
rodea cada predio. ¿Qué cultivo es el responsable de esta invasión? Correcto,
este es el monocultivo de soja transgénica.
La expansión del monocultivo de soja en los últimos
veinticinco años —con la introducción de las variedades transgénicas— es de
dimensiones ciclópeas. Como se observa en la infografía [DESCARGA JPG], incluida en
el Atlas del agronegocio transgénico en el Cono Sur,
la plantación de soja invade (en color verde) buena parte de Argentina,
Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay, un territorio conocido como República
Tóxica de la Soja, porque de algún modo funciona como un estado propio
gobernado dictatorialmente por multinacionales agrarias. Más de 65 millones de
hectáreas dedicadas a un único cultivo; más de 65 millones de campos de fútbol
uno detrás de otro; una república que ocupa el espacio de veinte Cataluñas
juntas. Campos y campos de soja y solo soja que a menudo son fumigados con
herbicidas como el cancerígeno glifosato (en su momento patentado por Monsanto
y que ahora forma parte de Bayer), que elimina todo ser vivo con el que
contacta, a excepción de este cultivo, al cual le han insertado genéticamente
el superpoder de la resistencia a este veneno.
Las consecuencias de esta epidemia de soja se
denuncian desde hace años. En primer lugar, la sustitución de cultivos
tradicionales para la alimentación local por el cultivo de la soja cien por
cien para la exportación, con la consecuente pérdida de soberanía alimentaria y
la expulsión de millones de campesinas y campesinos hacia las ‘villas miseria’
o ‘favelas’ latinoamericanas. En segundo lugar, la contaminación por herbicidas
de tierras y acuíferos junto con un incremento muy alto de enfermedades cancerígenas
y/o endocrinas en la población de estos lugares. Finalmente, la grave pérdida
de fertilidad de los suelos por el agotamiento de la tierra y la destrucción de
la biodiversidad; por ejemplo, el incremento de muertes de abejas y anfibios a
causa del exceso de fumigación.
Sin embargo, se sabe menos de otra de las
realidades que esconde el sistema agrario de este y cualquier otro monocultivo.
Para descubrirla, con esta imagen de cuadrados de soja en la retina, saltamos
ahora, a través dewww.google.com/maps/">https://www.google.com/maps/@1.1406573,23.5899208,6699m/data=!3m1!1e3"
target="_blank"> este enlace, al centro del continente
africano, en la población de Lokutu, situada en la cuenca del río Congo.
Esta vez haremos bajar el satélite despacio,
procurando aterrizar en la zona oeste de la población, sobre la sombra verde
que nace junto a las últimas casas y que se extiende hacia el infinito. A medida
que descendemos nos sorprende de nuevo un ejército repetido, regular y en
perfecta formación. Visto desde arriba la forma estrellada de sus copas delata
a cada uno de estos soldados. Son plantaciones de palmeras africanas para la
producción de otra de las estrellas de la agroindustria, el aceite de palma que
encontramos en tantísimos alimentos procesados y en buena parte del ‘gato por
liebre’ llamado biodiésel. Estas plantaciones de Lokutu son propiedad de la
empresa https://soberaniaalimentaria.info/otros-documentos/estudios/227-feronia-..."
target="_blank">Feronia, que lleva años siendo denunciada,
entre otras cosas, por la www.grain.org/en/article/6182-violent-tensions-at-feronia-s-oil-palm-pla...">https://www.grain.org/en/article/6182-violent-tensions-at-feronia-s-oil-..."
target="_blank">ocupación ilegal de territorios campesinos.
¿Qué relación hay entre los monocultivos y los
virus?
Con este viaje global tenemos bastante para
desvelar muy bien la relación entre los monocultivos y las pandemias. Como se
ha venido explicando desde hace varias décadas —pero se ha venido desoyendo por
todas las instituciones políticas globales—muchas de las nuevas enfermedades
que se transmiten de animales a seres humanos (las llamadas zoonosis) surgen de
esta aniquilación de selvas y bosques para implantar monocultivos. Las
dimensiones son tan abusivas que la fauna silvestre acaba diezmada y confinada
en pequeños reductos o ‘islas’ cuya elevada densidad de población facilita la
multiplicación y mutación de su carga vírica y microbiana, posibilitando el contagio
posterior a los seres humanos. En algunos casos este contagio se produce por
contacto directo, como se demostró en otro www.google.com/maps/">https://www.google.com/maps/@8.6340473,-10.1259782,878m/data=!3m1!1e3"
target="_blank">punto del continente africano, en el
norte de la población de Guéckédou (Guinea), en el caso del ébola cuando un
murciélago o sus excrementos entraron en contacto con un habitante de estas
aldeas rodeadas de palmas africanas. Otros brotes epidémicos se pueden producir
cuando un vector de un virus del murciélago, como el pangolín u otro animal,
entra en contacto con la población, probablemente a través del tráfico ilegal,
como en el caso del coronavirus actual.
En cuanto a las enfermedades parasitarias, también
se ha documentado la relación entre el aumento de su incidencia y la
transformación de la naturaleza. En Borneo, por ejemplo, la fragmentación del
bosque está causando el incremento de la malaria. Según explica
Zambrana-Torrelio, vicepresidente de EcoHealth Alliance, una organización con
sede en Nueva York que monitoriza la relación entre la vida silvestre y las
enfermedades emergentes, la razón es que en lugares abiertos hay mayores huecos
donde se acumula agua, se reproducen mosquitos y aumentan los casos entre la
población que trabaja en las plantaciones de palma africana. De nuevo,
visitarlo es más didáctico y podemos hacerlo nosotros mismos si situados en este https://goo.gl/maps/jR5e5uYS74RzE77R6"
target="_blank">punto hacemos descender la nave.
El monocultivo de animales en granja, un riesgo
para la salud
El tercero de los monocultivos es, sin duda, el
mayor de los generadores de zoonosis que pueden convertirse en pandemias. Me
refiero al monocultivo de animales de granja, del que no hace falta que muestre
ninguna imagen interior porque todos sabemos en qué condiciones de clausura y
hacinamiento viven hoy unos 70.000 millones de animales, diez veces más que la
población humana. De hecho, este es el gran monocultivo en el pequeño
territorio de Cataluña donde hay casi 10 millones de cerdos confinados en
grandes granjas que generan graves problemas medioambientales. Solo en el
Lluçanès, tenemos 40 cerdos por persona, con la construcción de macrogranjas
como https://maps.app.goo.gl/qV7hh1HLiBhKG3aJ9"
target="_blank">esta de la empresa Casa Tarradelles.
Aun así, aconsejo un www.google.com/maps/place/Calf+Source,+LLC/">https://www.google.com/maps/place/Calf+Source,+LLC/@44.3255584,-87.9608529,145a,35y,39.41t/data=!3m1!1e3!4m5!3m4!1s0x88031c6a46ec71df:0x5f6a300f533e0a5e!8m2!3d44.3273645!4d-87.9627724"
target="_blank">salto en el viaje hasta las zonas
rurales del estado de Wisconsin, en los Estados Unidos, para sobrevolar una de
las mayores granjas de vacuno del mundo, puesto que nos permite observar otra
realidad menos conocida. Cada una de las más de cincuenta líneas que observamos
dispone de unas sesenta jaulas donde casi inmóviles se alojan los novillos en
sus primeras etapas de engorde. Esta, como el resto de todas las macrogranjas
—incluidas las de cerdo en Cataluña— por muchas medidas de seguridad que
utilicen, no pueden evitar que, con cierta frecuencia, un virus de cualquiera
de estos animales con un sistema inmunitario deficiente por el estrés al cual
está sometido infecte a un empleado iniciando la cadena de contagios.
Recordemos las muertes y el tremendo susto que generó el salto de un
influenzavirus porcino al ser humano en México en la llamada gripe A.
Como se ha podido apreciar, los tres monocultivos
comentados (podríamos añadir seguramente el maíz) tienen una relación estrecha
entre ellos: la producción de carne insana, barata y de mala calidad bajo
modelos industriales. Efectivamente, casi toda la soja, pero también una parte
del aceite de palma se dedica a la elaboración de piensos que alimentarán a los
animales criados en granjas intensivas como la visitada en el Lluçanès. Hay
cálculos más contundentes, pero no nos equivocamos si afirmamos que al menos
una tercera parte de la tierra agraria mundial se dedica a estos propósitos y
funciona bajo este modelo uniformador, responsable de la gravísima pérdida de
biodiversidad que sufre nuestro planeta y que se conoce como la sexta
extinción. El pasado diciembre de 2019 el Departamento de Territorio y
Sostenibilidad de la Generalitat hicieron públicos datos que indican que en
Cataluña un 75 % de las especies y el 60 % de los hábitats están en estado de
conservación desfavorable.
Y ahora, para acabar, mejor apagamos las pantallas
y visitamos cualquiera de los huertos ecológicos que tengamos más próximos. En
este pequeño espacio se observa muy bien, con los cinco sentidos, que la vida
en la naturaleza se sustenta en una complejísima maraña de relaciones entre un
inmensa cantidad de seres vivos. Es una orquesta sinfónica donde todos los
sonidos de cada uno de los instrumentos emitidos en el mismo instante acaban
creando una pieza preciosa y armónica. Un equilibrio mágico que ningún
monocultivo puede reproducir y que lo convierte en un simple creador y
acelerador de plagas.
P.D. ¿No había dicho qué hablaría de cuatro
monocultivos? Simplemente lo citaré, aunque es el más grave de todos. Hablamos
del monocultivo que www.elcritic.cat/entrevistes/vandana-shiva-no-magrada-la-paraula-capital...">https://www.elcritic.cat/entrevistes/vandana-shiva-no-magrada-la-paraula..."
target="_blank">Vandana Shiva denominó «el monocultivo
de pensamiento», que es aquel que nos hace comulgar con ruedas de molino y
creer en el inverosímil dogma capitalista según el cual el crecimiento
económico en un planeta finito es la manera de garantizar nuestras vidas.
Artículo originalmente publicado en www.elcritic.cat/opinio/gustavo-duch/lorigen-del-coronavirus-els-quatre-...">https://www.elcritic.cat/opinio/gustavo-duch/lorigen-del-coronavirus-els..."
target="_blank">ElCrític.cat (en català)
https://gustavoduch.wordpress.com/2020/06/24/el-origen-del-coronavirus-l...">https://gustavoduch.wordpress.com/2020/06/24/el-origen-del-coronavirus-l...
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