Fecha:
12 de agosto de 2020
Artículo:
Crisis final del Sistema Capitalista Global y diseminación planetaria del
Covid-19: protagonistas, problemática y respuestas (primera parte)
Autor:
Ramón Espinoza Guerrero www.mnip.pe
El Sistema Capitalista
Global – SCG (1950 – 2050)[1]
ha ingresado a su proceso pendular final (2020-2050)[2]
de nacionalización de la producción industrial y científico-tecnológica
globales, después de configurarse nítidamente sus protagonistas y las
contradicciones entre y dentro de ellos. Hagamos un pequeño esquema.
Los protagonistas sistémicos
globales
· Las
grandes corporaciones supranacionales o Corporaciones Estado[3]
, que conforman un sistema de élites de inversionistas, CEOs, brokers[4]
y tecnólogos en todo el mundo; así como de subsidiarias, enclaves financieros,
centros de inteligencia e innovación tecnológica – IIT y consecución de
talentos y patentes; que es el meollo del modelo económico de mercado global y
concentración de capital financiero y tecnológico corporativos.
El mundo ha pasado de las
guerras colonialistas por territorios y materias primas de los Estados
imperialistas de los siglos XIX y XX (Guerra de México, Guerra de Secesión,
Primera Guerra Mundial, Segunda Guerra Mundial…) a las guerras entre
Corporaciones Estado y Estados corporación por el conocimiento
científico-técnico, las patentes y los talentos. Sin embargo, el problema es
que la Sociedad Poscapitalista del capital saber y los trabajadores del saber,
no necesita más del 10 al 15% de la PEA mundial. En tal sentido, este sistema
se desarrollaría según la siguiente dinámica estructural: las grandes empresas
nacionales y subsidiarias de las supranacionales pagarían impuestos directos al
Estado corporación (1); el Estado paga una “renta básica” a la PEA desempleada
(2); y la PEA, con esta renta básica, consume productos y servicios estandarizados
de las corporaciones y subsidiarias (3). ¿Qué hacer?
Los pueblos del mundo no son
protagonistas de las guerras tecnocráticas del siglo XXI, como sí fueron los
pueblos de los ejércitos y las milicias de las guerras imperialistas. La
ciudadanía urbana y rural de hoy tiene sus propias guerras, herramientas y
dinámicas para el desarrollo sostenible del capital social y el trabajo del
saber propios: la autogestión social, la autosuficiencia local y la
nacionalización científico-tecnológica.
· Los
Estados Corporación de países ricos y pobres como el Perú, con mayor o menor
capacidad de atracción de capital global así como de gestión de PBI, finanzas
públicas y conocimiento científico-técnico; que es el meollo del modelo
económico estatal/paraestatal como par indisoluble del sistema corporativo
supranacional (las Corporaciones Estado se desarrollan a través de los Estado
corporación, y viceversa).
Estos Estado Corporación se
constituyen progresivamente a partir de las décadas de 1970 y 1980, cuando el
naciente Sistema Capitalista Global promueve el bombeo de capital y tecnología
excedentes del hemisferio norte hacia el hemisferio sur, los tratados de libre
comercio y el debilitamiento de los sistemas arancelarios nacionales; así como
por el abandono de los Estados Nación de sus obligaciones referidas a la
educación, la salud, el empleo, la vivienda y la protección social.
· Las
Regiones Economía de concentración demográfica, que se conforman como ciudades
densamente pobladas (en el mundo existen aproximadamente 50 ciudades con más de
10 millones de habitantes y 500 con más de 1 millón). Estas regiones urbanas se
han desarrollado demográficamente, sobre todo, con el inicio y constitución del
Sistema Capitalista Global de Posguerra (1945), la destrucción de las economías
locales endógenas y el éxodo rural (las ciudades en América Latina han
quintuplicado su población desde los años ’60 hasta los años 2020); de tal
forma que se convierten velozmente en centros logísticos colosales de consumo y
distribución de mercancías estandarizadas globales, así como de servicios y
empleo autogestionario.
La constitución de estas
regiones urbanas, en tan solo 50 a 60 años, es parte y consecuencia del fin del
capital financiero y el trabajo asalariado como sistema. Igualmente, la
desconcentración de las mismas y el neorruralismo consecuente, la autogestión
local moderna (o modelo económico ciudadano que ocupará en esta década a más
del 80% de la PEA) y la autosuficiencia local; así como los nuevos procesos
obligados de innovación productiva, tecnológica y científica; serían los
antecedentes del sistema poscapitalista del conocimiento y el trabajo
científico-técnico (que veremos emerger en un pequeño interin de 20 a 30 años).
· Las
Regiones Biofísicas agropecuarias y de reservas naturales y científicas, que
poseen ecosistemas de importancia fundamental para la conservación alimentaria
y la vida del hombre, la flora y la fauna, y para la investigación científica.
En pocos años, se tendrán que convertir en reservas agropecuarias sostenibles y
reservas naturales de vida y conocimiento científico. En tal sentido, nuestra
serranía de los microclimas únicos y glaciares andinos (en destrucción
acelerada), nuestra Amazonía de bosques húmedos, comunidades originarias y
especies naturales de flora y fauna exóticas (en peligro de extinción también
por la deforestación, los derrames de petróleo y el tráfico de especies), y
nuestro mar (uno de los más ricos del mundo, también en degradación ecológica)
ofrecen, todavía, al Perú y todo el planeta, las reservas más valiosas de
capital saber y ambiental para el desarrollo del modelo económico sostenible
futuro del poscapitalismo (2050).
La defensa y gestión
sostenible de nuestras Regiones Biofísicas, en el interin actual de 30 años de
autodestrucción pandémica del SCG, es una de las tareas fundamentales e
insoslayables de los nuevos movimientos de innovación política e innovación
social a constituir (en este sentido, hay muy poco que esperar de la llamada
clase política y el Estado corporación).
Los conflictos sistémicos
potenciales dentro del Sistema Capitalista Global
· Las
contradicciones que se manifiestan entre las Corporaciones Estado por el
control de los mercados, las riquezas naturales y el conocimiento
científico-técnico nacionales.
· Las
contradicciones que se manifiestan entre los Estados Corporación por la
nacionalización de la producción de bienes y el conocimiento científico
tecnológico.[5]
· Las
contradicciones que se manifiestan entre las Regiones Economía de concentración
demográfica y los Estados Corporación en torno a la gestión y el desarrollo
territorial y sectorial autónomos (que es una de las tendencias más importantes
del desarrollo poscapitalista).
· Las
contradicciones que se manifiestan entre las Regiones Biofísicas naturales y
los Estados Corporación, en torno a la preeminencia de los intereses
corporativos industriales y la inconsecuencia estatal frente al resguardo y
gestión sostenible de las riquezas agropecuarias propias, así como de las
riquezas naturales y científicas inherentes.
Segunda parte del presente
artículo:
Los grandes problemas de la
crisis general pandémica del SCG
·
Crisis económica, social y política mundiales
· El
cambio tecnológico y la destrucción del trabajo
·
Destrucción de las economías locales y el ambiente natural
·
Parálisis de las Ciencias Sociales y la falta de creación de liderazgo
Las grandes respuestas de
los nuevos liderazgos socio-políticos a constituir
·
Desglobalización y nacionalización científico-técnica
·
Autogestión social moderna del trabajo
·
Autosuficiencia local sostenible
·
Interdisciplinariedad e ideología social-científica
[1]
La Sociedad Contemporánea o Capitalista, que es la época del capital dinero y
el trabajo asalariado como sistema, se ha desarrollado a través de tres grandes
períodos centenarios: el primero de constitución (de 1750 a 1850 aprox.), uno
segundo de potenciación e imperialismo (de 1850 a 1950 aprox.) y el tercero y
último de globalización y obsolescencia (de 1950 a 2050 aprox.).
[2]
El tercer periodo capitalista o Sistema Capitalista Global – SCG, se está
desarrollando a través de tres procesos pendulares de nacionalización –
globalización – nacionalización: el primero de reconstrucción nacional de
posguerra desde fines de la Primera Guerra Mundial (1945) y las décadas de los
’50, ’60 y ’70; el segundo de globalización del capital, la tecnología y las
telecomunicaciones desde los años de 1980 hasta los años de 2010; y, el tercero
y final de nacionalización, desde los años 2020 a los años 2040 aprox..
[3]
Las Corporaciones Estado son los Estados Nación que se constituyen por influjo
del proceso pendular de globalización del capital financiero, la tecnología y
las telecomunicaciones, que se dedican exclusivamente a la creación de
condiciones competitivas para el arribo del capital global, abandonando
realmente sus obligaciones sociales de Estado: educación, salud, empleo,
vivienda y protección social (ver artículo anterior del 03 de agosto)
[4]
Los CEOs son los altos ejecutivos de las grandes corporaciones, y los brokers
de estas son especialistas en la compraventa de valores financieros y acciones
que se cotizan en las bolsas de valores del mundo.
[5]
Los Estados Corporación de Estados Unidos, Japón y los países europeos están
repatriando de China todas las fábricas e inversiones de origen nacional
propio. Igualmente, China y los países europeos repatriarán de Estados Unidos
todos sus científicos y tecnólogos. La globalización como el motor de la
economía mundial, está pasando a un segundo plano. En tal sentido, de forma
congruente con la desglobalización como tendencia dominante, Estados Unidos
está retirándose de todas las instituciones supranacionales (Tratado Transpacífico
de Cooperación Económica – TTP, Tratado de Libre Comercio con Canadá – TLCAN,
Acuerdo Nuclear de Proliferación de Armas Nucleares – JCPOA, Acuerdo de Paris
de Defensa Ambiental, OTAN, UNESCO, OMS…).
(El Estado Corporación de
Estados Unidos, utilizando todo su poder de mercado y protección arancelaria,
está conminando a la clase capitalista global a repatriar sus fábricas,
inversiones y tecnología a suelo norteamericano. Japón y los países
industrializados de occidente harán lo mismo. Los países no desarrollados como
Perú estarán obligados a ser cada vez menos abiertos y concentrarse en su
desarrollo posindustrial sobre la base de su diferenciación biofísica y de
conocimiento científico latente: biodiversidad marítima, cereales y camélidos
andinos, bonos de carbono amazónicos…).
Igualmente, los Estados
Corporación ricos y pobres, más aún en las condiciones mundiales de crisis
general pandémica, están concentrándose en la consolidación de los grandes
bancos y las grandes corporaciones nacionales, evitando la bancarrota de una
parte importante de estas grandes empresas; condición sin la cual los mismos
Estados Corporación no podrían sostenerse en los tiempos críticos actuales.
La dinámica corporativa es
la siguiente: el Estado Corporación inyecta liquidez a los grandes bancos y
corporaciones nacionales (60 mil millones de soles en caso de Perú); de
seguida, estas utilizan hasta el 90% de esa liquidez para recomprar sus propias
acciones, con el fin de mantener los precios de las mismas; a pesar que las utilidades
netas de muchas de ellas no alcanzan siquiera para pagar los intereses del
dinero estatal que perciben.
Los resultados, de alguna
forma, son onerosos pero “necesarios” para la defensa del statu quo
económico-financiero, la recaudación tributaria y el PBI, las ganancias de los
inversionistas y los bonos millonarios de los altos ejecutivos y brokers de las
grandes empresas; sin considerar por supuesto que la ciudadanía, la verdadera
dueña de tal liquidez, no recibe dinero alguno para afrontar la gigantesca
crisis pandémica, y menos aún cuando muchas de las grandes empresas favorecidas
se declaren en bancarrota.
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