por Ayrton A. Trelles Castro
La voluntad de poder moderna y el racismo
Los criterios actuales de la sociedad moderna han
socavado a la naturaleza y al ser humano. En su pretensión de expandirse
infinitamente en este mundo finito arrolla a su paso las ideas que no son
funcionales al aumento de la tasa de ganancias. Los relatos que son atacados y
aniquilados, en su mayoría, son parte de una cosmovisión diferente a la
predominante.
Estados Unidos de Norte América es un claro ejemplo
de lo que representa la voluntad de poder moderna. El historial de sus actos lo
confirma. Para conseguir sus objetivos ha emprendido la exploración y
explotación del planeta, y ahora, con el avance en la industria aéreo-espacial,
pretende explotar los recursos de nuestro cosmos, arrogándose el derecho de
propiedad de los mismos. Secularizando y vaciando de contenido el proceder de
Abraham cuando Dios le dijo: “todo lo que abarquen tus ojos será tuyo”.
La ecuación de su accionar ha sido y es la
siguiente: recursos naturales (RN) más industria militar (IM), igual a
hegemonía global (HG) (RN+IM=HG). Tal ecuación es un triángulo de la muerte,
cuyo precedente está en los primeros años de la época moderna. Ese otro
triángulo mortal consistía en fabricar armas en Europa, para cazar seres
humanos en África y venderlos como esclavos en las colonias americanas (Dussel,
2015, p. 86).
Debido a esa pretensión expansionista y saqueadora,
el tercer mundo, constituido desde hace 500 años como la base para conseguir
recursos naturales y mano de obra humana barata, se mantiene bajo un triple
yugo: el extractivismo, el racismo y la dependencia. He ahí la preocupación que
nos lleva a meditar sobre el presente-futuro, reflexión que es inseparable del
pasado-presente.
De esta manera nos damos cuenta que el reciente
golpe de Estado en Bolivia, acto indignante y vasallo, es ejemplo de lo que
explicamos. Veamos lo siguiente, la empresa privada que se ocupa de los viajes
espaciales perteneciente a Elon Musk, es la misma que fue la beneficiada con el
saqueo del litio boliviano. El dueño de esta empresa se expresaba en términos
abusivos y despóticos cuando decía: “daremos un golpe de Estado a quiénes
queramos” (Tremending, 2020).
La enseñanza de lo hasta aquí anotado es la
siguiente: la búsqueda por la explotación de los recursos naturales es
inseparable de la explotación y vejación humana. Entonces, debemos comprender
que el racismo no es circunstancial, sino que forma parte de la vida de esta
época. Como señala Ramón Grofoguel (2017, p. 15): “el racismo es siempre
institucional, estructuralmente imbricado con jerarquías de dominación de
género, clase, epistemológicas, pedagógicas, espaciales, ecológicas,
religiosas, etcétera”. No es casualidad, entonces, que el país más belicista de
nuestra actualidad, aquel que se hace de los recursos naturales por la fuerza y
artimañas legales, sea uno de los más racistas.
El racismo calcina nuestra comunidad política; la
construcción del mundo excluidor es parte del relato moderno. Tanto los
crímenes raciales en el primer mundo tienen su símil en el tercer mundo, los
pueblos originarios de Latinoamérica sufren tamaño horror. Los líderes mapuches
son perseguidos y excluidos, lo mismo ocurre con los pueblos originarios
peruanos, que ceden sus riquezas al apetito voraz y depredador de la extracción
minera, en tanto que los defensores de la naturaleza en Colombia son asesinados
cada día.
Las postrimerías de la vida moderna necesitan otra
forma de vida
Mientras escribo esta columna muchas personas en el
Perú habrán muerto por la covid-19. La mayoría de ellas dejarán de vivir porque
nuestro país, que está sumergido en la lógica de muerte, constitutivo del
Estado moderno, prioriza las ganancias y no la vida. Su aparato burocrático
está entrenado para reactivar las finanzas, pero no para poner en marcha un
sistema de salud eficiente.
Tomando en cuenta nuestra realidad, no es posible
arreglar el mundo con las mismas ideas que lo han descompuesto. Hasta ahora los
más afectados por la lógica de dominación de la modernidad, en nuestro
hemisferio, no han tenido la oportunidad de poner en marcha su ideario. Salvo
excepciones, su visión del mundo ha sido encubierta y despreciada.
El tercer mundo cuenta con una extensa historia. Un
pasado interrumpido y sistemáticamente destruido en 500 años de civilización
moderna, encuentra objeciones por doquier. Es entendible que se le tema, y aún
más, que ni se le comprenda; por ejemplo, quienes están cegados con la historia
de Europa, a la que siguen llamando la vieja (como acentuándole con esa
expresión autoridad, maduración y ejemplo), suelen emocionarse al estudiar el
“renacimiento” europeo; sin embargo, cuando se les habla de rescatar el pasado
propio ningunean la idea. Hacer eso es un acto de invidencia histórica.
Las cosas como van muestran la necesidad de
revalorar aquellas ideas que están más allá de la lógica de dominación y
destrucción moderna, que destruye al ser humano y a la naturaleza Esas ideas se
hallan en la forma de vida de nuestros pueblos originarios, estos pueblos
tienen una mejor idea para los tiempos que se nos vienen, no es un mero “renacimiento”,
va más allá: es un pachakuti. Los tiempos lo ameritan, pues el corazón de su
época, es decir, los pueblos que se encuentran más allá de la visión actual,
están pariendo una era. Es el tiempo presente-pasado de los pueblos
andino-amazónicos, árabe-musulmanes, africanos-bantú. Pueblos excluidos que hoy
son fuente de sabidurías.
En fin, lo visto lo demuestran los clamores del
pan-arabismo, que tuvo su pináculo en la llamada primavera árabe. Lo demuestran
las ansias de unión africana; los sueños de integración asiáticos. Y lo
demuestran también los sueños de unidad de América Latina. Aquí no escucharemos
cantar a ningún gallo, mas la señal, quizá sea, en todo caso, el vuelo del
cóndor.
Referencias bibliográficas
Grosfoguel R. (2017). “Prefacio. El manifiesto
descolonial de Houria Bouteldja: Del grito secular moderno occidental ´Patria o
muerte´ a la invocación sagrada ´Allahou
Akbar´”. En Los blancos, los judíos y nosotros. Bouteldja, H. México D. F: Akal.
Dussel, E. (2015). Filosofías del sur. Descolonización y
transmodernidad. México D. F.: Akal.
Tremending (2020). “´Daremos golpe de Estado a
quién queramos´: las palabras de Musk sobre el golpe en Bolivia que levanta
Ampollas”. En Público. Recuperado de https://www.publico.es/tremending/2020/07/26/twitter-daremos-un-golpe-de-estado-a-quien-queramos-las-palabras-de-musk-sobre-el-golpe-en-bolivia-que-levantan-ampollas/
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