11/06/2019
El gobierno de Estados Unidos le acaba de exigir a
México que militarice su frontera con Guatemala y aumente las importaciones
agrícolas provenientes de Estados Unidos, todo esto bajo amenaza de aumentar en
25% los aranceles a los productos mexicanos que entran al mercado de Estados
Unidos.
Desde los años 90, EEUU está utilizando el comercio
como instrumento de subyugación y vasallaje económico con sus vecinos del Sur.
Primero fue el llamado Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN-
NAFTA); entre Estados Unidos, Canadá y México, firmado en 1994, para esa
negociación se elaboró la matriz de los posteriores acuerdos de vasallaje económico
que siempre con la etiqueta de “libre comercio” Estados Unidos impuso a sus
vecinos latinoamericanos. Luego vino un intento fallido de imponerlo
colectivamente bajo la sigla ALCA, en el rechazo de esa trampa se distinguieron
Chávez, Lula y Kirshner.
La matriz de esos acuerdos idénticos está estudiada
para destruir la soberanía e identidad económica de los países que los firman a
favor de las grandes transnacionales. El objetivo estratégico que estos
acuerdos es destruir primer la agricultura.
Los productos agrícolas que exporta Estados Unidos
suelen estar subsidiados en rangos que oscilan entre el 60-80%, esos acuerdos
abren la puerta a la importación de productos contra los cuales los pobres
campesinos locales no pueden ni remotamente competir. Por ese motivo, en sus 3
primeros años el TLCAN, produjo el desarraigo de 2 millones de campesinos
mexicanos que emigraron primero del campo a las ciudades mexicanas, eso creó
graves problemas de sobrecarga de servicios y la precarización de la vida que genera
delincuencia e inseguridad. Esta situación degeneró entonces, por el año 2000,
en una primera ola de emigración masiva de México hacia Estados Unidos.
En el 2004 se firmó el Acuerdo de libre comercio de
Estados Unidos con América Central, Central American Free Trade Agreement
-CAFTA (Costa Rica, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Salvador, Rep.
Dominicana). Los países donde primero entró en vigor fue en aquellos que los
norteamericanos han dado en llamar Triángulo Norte (Guatemala, Honduras,
Salvador) y es de esa región de donde viene el flujo migratorio que Estados
Unidos, que Trump quiere contener obligando a militarizar la frontera con
México.
La destrucción de la agricultura de los otros
países es la principal razón estratégica por la que Estados Unidos invierte
tantos millardos en subvencionar sus exportaciones de origen agrícola. Es que
hay un axioma clave del que están muy conscientes quienes dirigen la política
exterior norteamericana: sin soberanía alimentaria no hay soberanía. Ese puede
ser el motivo por el cual Estados Unidos a veces ayuda a implantar gobiernos
socialistas.
Es que con demasiada frecuencia los socialistas
latinoamericanos incluyen en su programa una visión muy anticuada de la
repartición de la riqueza, entendida como repartición de la tierra,
generalmente como expediente político, esa repartición de las tierras se da con
aquellas de donde proviene la mayor producción. Ese error político tan
corriente entre nuestros revolucionarios socialistas, obedece a criterios más
próximos a la escuela fisiócrata (la riqueza proviene de la tierra) de Quesnay
(1758) que a las realidades económicas modernas, porque ahora la acumulación
dela riqueza ocurre en los medios financieros.
La confiscación de tierras en producción provoca
desajustes en la cadena productiva, desajustes que terminan en
desabastecimiento y eso causa dependencia alimentaria. Es así como vemos que
algunos socialistas irreflexivos terminan abriéndole espacios comerciales a las
transnacionales de la alimentación norteamericanas. Una prueba de eso la
obtenemos cuando examinamos los rubros de las exportaciones de Estados Unidos a
Cuba y Venezuela. Con Cuba las exportaciones se envían generalmente desde Nueva
Orleans, para disimularlas. En el caso de Venezuela se disimulan usando, a
veces, a México como escala intermediaria.
La otra exigencia de Trump a México, de aumentar la
importación de productos agrícolas norteamericanos, es insólita y la exigencia
obedece a que la retaliación de China durante la guerra comercial que Estados
Unidos le ha declarado, afecta principalmente a las ingentes exportaciones
agrícolas de Estados Unidos a China y eso tiene repercusiones políticas en los
estados que son la más importante base electoral de Trump.
Almería 09/06/2019
https://www.alainet.org/es/articulo/200367
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