8 mayo
2015 |
Pasado mañana, 9 de mayo, se conmemorará el 70
aniversario de la Gran Guerra Patria.
Dada la diferencia de hora, cuando elaboro estas líneas, los soldados y
oficiales del Ejército de la Federación de Rusia llenos de orgullo, estarán
ejercitando en la Plaza Roja de Moscú con los rápidos y marciales pasos que los
caracterizan.
Lenin fue un genial estratega revolucionario que no
vaciló en asumir las ideas de Marx y llevarlas a cabo en un país inmenso y solo
en parte industrializado, cuyo partido proletario se convirtió en el más
radical y audaz del planeta tras la mayor matanza que el capitalismo había
promovido en el mundo, donde por primera vez los tanques, las armas
automáticas, la aviación y los gases asfixiantes hicieron su aparición en las
guerras, y hasta un famoso cañón capaz de lanzar un pesado proyectil a más de
cien kilómetros hizo constar su participación en la sangrienta contienda.
De aquella matanza surgió la Liga de las Naciones,
una institución que debía preservar la paz y no logró siquiera impedir el
avance acelerado del colonialismo en África, gran parte de Asia, Oceanía, el
Caribe, Canadá, y un grosero neocolonialismo en América Latina.
Apenas 20 años después, otra espantosa guerra
mundial se desató en Europa, cuyo preámbulo fue la Guerra Civil en España,
iniciada en 1936. Tras la aplastante derrota nazi, las naciones cifraron sus
esperanzas en la Organización de las Naciones Unidas, que se esfuerza por crear
la cooperación que ponga fin a las agresiones y las guerras, donde los países
puedan preservar la paz, el desarrollo y la cooperación pacífica de los Estados
grandes y pequeños, ricos o pobres del planeta.
Millones de científicos podrían, entre otras
tareas, incrementar las posibilidades de supervivencia de la especie humana, ya
amenazada con la escasez de agua y alimentos para miles de millones de personas
en un breve lapso de tiempo.
Somos ya 7 300 millones los habitantes en el
planeta. En el año 1800 solo había 978 millones; esta cifra se elevó a 6 070
millones en el año 2000; y en el 2050, según cálculos conservadores, habrá 10
mil millones.
Desde luego, apenas se menciona que a Europa
Occidental arriban embarcaciones repletas de emigrantes que se transportan en
cualquier objeto que flote, un río de emigrantes africanos, del continente
colonizado por los europeos durante cientos de años.
Hace 23 años, en una Conferencia de Naciones Unidas
sobre Medio Ambiente y Desarrollo expresé: “Una importante especie biológica
está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus
condiciones naturales de vida: el hombre”. No sabía entonces sin embargo cuan
cerca estábamos de ello.
Al conmemorarse el 70 aniversario de la Gran Guerra
Patria, deseo hacer constar nuestra profunda admiración por el heroico pueblo
soviético que prestó a la humanidad un colosal servicio.
Hoy es posible la sólida alianza entre los pueblos
de la Federación Rusa y el Estado de más rápido avance económico del mundo: la
República Popular China; ambos países con su estrecha cooperación, su avanzada
ciencia y sus poderosos ejércitos y valientes soldados constituyen un escudo
poderoso de la paz y la seguridad mundial, a fin de que la vida de nuestra
especie pueda preservarse.
La salud física y mental, y el espíritu de
solidaridad son normas que deben prevalecer, o el destino del ser humano, este
que conocemos, se perderá para siempre.
Los 27 millones de soviéticos que murieron en la
Gran Guerra Patria, lo hicieron también por la humanidad y por el derecho a
pensar y a ser socialistas, ser marxistas-leninistas, ser comunistas, y a salir
de la prehistoria.
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