Estimados amigos:
Estamos nuevamente ante un
acontecimiento vinculado a lo que representa el asunto del arrebato de los
fondos públicos de las empresas brasileras en el Perú. El asunto de lo hecho
por la empresa Odebrecht, la principal, de la mafia brasilera, en que saca del sombrero
una transacción que vincula a algún personaje importante, con el fin de
conmocionar la vida política del Perú.
Esta vez le toco al
presidente Pedro Pablo Kuczynski cuando al pedido expreso de la comisión
investigadora de Lava Jato del congreso, le hizo llegar a ésta cuales han sido
los contratos y montos en que aparece recibiendo PPK durante un período de
tiempo dinero de Odebrecht, incluidas las entregas cuando el actual presidente
fue ministro, lo que deriva a todo trapo que también el ex ministro de Toledo
haya sido favorecido con el dinero de los mafiosos del Brasil.
Levantemos el Perú
ante el golpe a la democracia
¿Se podría hablar en
términos de un complot de la mayoría parlamentaria fujimorista y de los
brasileros de Odebrecht, para que al fin se encuentre en este episodio, la
vacancia del cargo presidencial y con ello derribar al gobierno de
peruanos por el cambio?
Si bien lo que se dice como
pregunta pareciera cierto, si es que tanto el fujimorismo y la dirigencia
brasilera de Odebrecht se juntaron para conspirar contra el presidente de la
república, donde principalmente, del lado del fujimorismo, éste
aprovecha no solo impedir la institucionalidad democrática en el Perú; sino
también en salvar a Keiko Fujimori y a sus más destacados dirigentes
vinculados a la mafia del narcotráfico, y otros como es el caso de la dos veces
ex presidenta congresal que sigue la misma consigna desde 1992 al desacreditar
a la mayor cantidad de políticos -acusados de tradicionales y coimeros-,
incluyendo a aquellos que esforzadamente intentaron instalar la democracia
política como miras futuras a la democracia social.
La señora Salgado muy
rebosante de aparecer acusando -a todos los rivales que para ella son enemigos-
de ser corruptos, cuando el fujimorismo de la década del 90 representó la
mayor corrupción del arrebato de los fondos del erario del siglo XX.
Acusando a los peruanos de hoy de inmorales y enemigos de la decencia política
y de que carecen de ética personal, para activar la vida política del Perú. La
frescura -por decir lo menos- conque se maneja la señora Salgado de hablar de
corrupción, dando paso a que todos los peruanos son contrarios a la moral
pública, al igual que los fujimoristas, y sin decirlo, ella insinúa irreverentemente
que todos están envueltos en el lodo.
El fujimorismo del sátrapa
Alberto y la desconsolada Keiko son la misma cosa, el fujimorismo del 90 y el
de fuerza popular de hoy, no hay distancias, porque son los representantes del
antivalor, vuelta mentira y que usa la falsificación en los actos electorales y
el denigrante populismo de comprar el voto de la gente con obsequios o
cobrarles lo que para los pueblos provincianos hizo el sátrapa del padre en
alguna obra y que ahora fuerza popular recoge los votos marcados, para lograr
que se altere la decencia de los peruanos más pobres.
Estamos viendo la mala
historia y del hoy que reciben las nuevas generaciones, en razón a que el
fujimorismo no es válido para la acción política democrática, y que por sus
desvaríos del 90 debió ser proscrita como ocurrió en Europa con el fascismo, el
nazismo y los genocidas de la Serbia de estos últimos años que quiso acabar con
los otros países pares que conformaron la exYugoslavia.
Las rapiñas del régimen del
90 fuera de la participación política, ha debido avivar a los peruanos de
las desgracias ocasionadas por el fujimorismo en general. El fujimorismo o
cualquier muestra que hace gala este detestable movimiento, que al no aparecer
en el escenario público del Perú habrían significado librarnos de esta pandemia
incurable y dañina.
Esto lo decimos al comparar
las desgracias por los que la humanidad pasó en la segunda guerra mundial, con
las organizaciones políticas ya mencionadas y de los genocidas de la Servia tan
duro con su racismo degenerativo, que quedó como densos rezagos de la ideología
muy propia de los comandos del ex comunismo -semejante al stalinismo soviético-
que tuvo desarrollo en la mencionada ex Yugoslavia.
Las actividades políticas
-bajo ideologías de mala fortuna- en Europa fueron condenadas por jurados
internacionales, cosa que en Latinoamérica no somos capaces de esclarecer y
crear justicia igualmente internacional, para liquidar los fujimorismos y los
chavismos que siguen actuando con malas artes, contrarias a los Estados de
derecho y a la democracia política
Bajo estos antecedentes el
fujimorismo ha vuelto a ser, renace por los descuidos de la democracia de baja
intensidad de estos últimos dieciséis años, y más aun cuando las dirigencias de
los gobiernos de Toledo, García Pérez y Humala se comportaron igualmente
practicando la corrupción silenciosa, dispuesta a no ser descubiertas; sin
embargo, se ha comprobado que siguen los pasos del fujimorismo de la primera
generación. La banda presidencial ha sido la divisa que comenzó con Alberto
Fujimori y que se la colocan hasta cuatro presidentes esta vez elegidos; es
decir, la misma banda de asaltantes arrebatadores de los fondos públicos.
Lamentablemente, no hay
democracia, por eso que nuevamente el fujimorismo intenta volver, se siente con
derecho y para ello desprestigia a la democracia, quiere acabar con lo poco
avanzado de lo que es institucionalidad. Derrocarán al Fiscal de la Nación y
los miembros del TC, a fin de impedir las investigaciones de los fiscales y
entorpecer los esclarecimientos hechos por cuatro miembros del TC. El
fujimorismo no parte, ni desean el reino de la verdad, ellos actúan al margen o
al borde de la ley. Acometen como sea, siendo poco avisados, por lo que acusan
a PPK, siendo más grave lo que han hecho, para que sean los fueros de los
fiscales acusen al fujimorismo actualmente dirigido por Keiko Sofía.
Saben que lo que hacen
no es lo que el Perú reclama, distorsionan por sus desconocimientos frente al
vigor de la ley y la historia. Saben muy bien que no creen en la democracia, ni
en el Estado de derecho, por eso maniobran y hacen mal uso de los
procedimientos relacionado con los procesos legales y constitucionales. Quieren
copar toda la organización estatal con el fin de salvaguardar la corrupción y
la impunidad, deslegitimar la autoridad de los gobiernos y los poderes
públicos; esos son sus lemas, con lo cual el funcionamiento del Estado en su
escala organizativa producto de las reformas institucionales no solo es y será
disfuncional para ellos; sino prevalezcan los opacos intereses del seguir
teniendo el Estado mínimo y subsidiario. No creen y prefieren que no exista la
planificación occidental, cerrarán al CEPLAN como lo hicieron con el INP en
1992.
Este movimiento político
emplea estos hechos, para gestar el golpe de Estado a fin de destrozar el
republicanismo histórico y de línea democrática que tanto a costado, quiere
poder, así podrán arrebatar y quitar honras, atacan a las personas preparadas,
sus ataques son abiertos en especial a los que llaman caviares, pero saben que
por su descalificación académica, ellos y ellas no tienen la calidad formativa
e ideológica, su autoestima es baja, envidian o vierten su revanchismo consciente
o inconcientemente a la gente que no comulga ni pacta con el fujimorismo.
No les resulta ganancioso
que la sociedad civil se organice en gremios profesionales, empresariales,
sindicales y menos universitarios académicos, ni mucho menos que la organización
y presencia de los partidos políticos se transparenten con la participación
interna de sus miembros, por eso impiden aprobar cualquier reforma electoral
que signifique cambios en el área política por contar con parlamentarios
elegidos en dos cámaras y que la representación sea la más selectiva y
respaldada por el mayor número de ciudadanos y con ello se dé la mayor
democratización.
Tienen el mayor partido
político, pero sus representantes al congreso son invitados, lo que expresa que
no existe vida democrática interna, se imponen los extras al partido de FP,
estamos ante un partido de fachada, su actuar es falsificado, para el
fujimorismo están por delante el rampante y denigrante populismo de la limosna
y la compra de adherentes.
Su ideología conservadora se
sostiene con el ajuste proveniente del neoliberalismo, en cuanto les
conviene crecer medianamente -como ocurrió en la década del 90-, razón para
adular a los empresarios, aun cuando no cuentan con equipos de gobierno y están
dispuestos a alquilar tecnócratas sueltos en el mercado, para lo cual saben que
los ayudarán a salir con un aparente crecimiento, pero sin cambiar la línea de
producción, especialmente en la prevalencia de la exportación de las riquezas
mineras.
Lo paradójico es que tienen
aliados, como el alanismo aprista tan retentivo y peligroso, amigos del doble
discurso, y de un pasado como el de haber tenido también un primer gobierno
donde reino la corrupción, y el segundo tuvieron la misma política
económica que el fujimorismo en general. Esta forma de producción no ha
cambiado igualmente con los gobiernos de Toledo y Humala, continuaron
construyéndose el edificio neoliberal fujimorista. De la misma manera hay
grupos de tecnócratas y los partidos menores que siguen este modelo, con lo
cual afianzan el constructo conservador, destinado a impedir en la práctica
cualquier intento de reformas y cambios en la economía.
Ante este evidente
actuar del fujimorismo, considerando sus antecedentes de cómo se comportó en la
década del 90, ahora ponen en marcha un proceso destructivo de la
institucionalidad, para ello no respetan procedimientos como vacar al
presidente de la república, quieren destituir al Fiscal de la Nación, a cuatro
miembros del Tribual Constitucional, de tal suerte que debilitan lo que se
viene haciendo en el campo de la legalidad y de los procesos dirigidos a acusar
y sentenciar la corrupción, desean librar a su movimiento y a García Pérez de
cualquier situación del mal andar en la vida política y económica del país.
Los ciudadanos del Perú no
podemos apoyar a estos movimientos proclives a las organizaciones para
delinquir porque son enemigos de la democracia de un país que se rija por la
institucionalidad.
Finalmente, esto no excluye
que el actual presidente P.P. Kuczynski esté envuelto en malos andares en su
vida profesional y política, este hombre público por su preparación y
experiencia cree tener patente de corzo para hacer lo que mejor le parece, sin
considerar los limites entre lo público y lo privado. Este caso no es solo de
PPK, sino de otros hombres que por su prestigio se consideran inmunes, esto
parte del ambiente excluyente conque se ha desarrollado el Perú, podemos decir
que ellos no se han dado cuenta de que estamos en la orbita de la democracia,
porque estuvieron acostumbrados a las autocracias y a los solapados presidentes
elegidos, pero con mucho autoritarismo personal –ejercido y por ejercer-.
Lamentablemente, estos
hombres destacados y los peruanos mismos no hemos evaluando que el Perú no
puede tener dirigentes que se comportan como caudillos individuales sin tomar
en cuenta de pertenecer a partidos políticos organizados y si son empresarios
les falta conocimiento de la historia económica peruana llena de
acontecimientos vinculados a la inversión extranjera, a la cual se le concedió
también patente de corzo para hacer y deshacer de los proyectos de inversión
importantes, caso de la interoceánica construida en un país que aun tiene casi
un 40% de pobres y otras prioridades.
Además de las exclusiones y
falta de oportunidades para realizar sus futuros personales y colectivos. La
tragedia del Perú es que no tenemos elites, ni menos líderes, para encabezar
movimientos de recuperación y de reformas en diversos sectores, tenemos
que reflexionar de lo viene ocurriendo no sólo en esos 50 últimos años, sino
que estos casi 200 años de ser libres no hemos aquilatado los errores
cometidos, incluidos los entreguismos con las aprobaciones de los congresos y
la anuencia de presidentes y de sus ministros
Surco, 19 de Diciembre del
2017
Fernando Arce Meza
No hay comentarios:
Publicar un comentario