martes, 6 de marzo de 2018

BOLETÍN DEL COMITÉ CENTENARIO DEL SOCIALISMO PERUANO



COMITÉ CENTENARIO
DEL SOCIALISMO PERUANO
Director: Domingo Suárez Soria
Boletín mensual-Edición electrónica                                  Nº 03 Lima-Perú, Marzo 2018



                                     CONTENIDO


·         Editorial.
·         Mariátegui explica su artículo de Nuestra Época.
·         Salida de Bolivia al Mar: I-II-III
·         El Funeral de la Democracia Neoliberal
·         Homenaje al gran poeta español, Marcos Ana
·         ¿Reconciliación o Polarización?
·         UNO:Cuarta Generación está de luto.
DOS: Último intercambio con Rubén Arturo
·         Hasta siempre compañero
·         Rubén Montañez Espinoza


EDITORIAL

22 DE JUNIO
ANIVERSARIO 100 DE “NUESTRA EPOCA”


Mariátegui al comentar sobre la importancia de “Nuestra Época” señala: En este tiempo (1918), se inicia en la redacción del diario oposicionista, "El Tiempo", muy popular entonces, un esfuerzo por dar vida a un grupo de propaganda y concentración socialistas. La dirección del periódico, ligada a los grupos políticos de oposición, es extraña a este esfuerzo, que representa exclusivamente el orientamiento hacia el socialismo de algunos jóvenes escritores, ajenos a la política, que tienden a imprimir a las campañas del diario un carácter social. Estos escritores son César Falcón, José Carlos Mariátegui, Humberto del Águila y algún otro que, unidos a otros jóvenes intelectuales afines, publican a mediados de 1918 una revista de combate: "Nuestra Época". Un artículo anti-armamentista de Mariátegui provoca una violenta protesta de los oficiales del ejército que en numeroso grupo, invaden la redacción de "El Tiempo" donde trabaja el articulista para agredirlo. "Nuestra Época" no trae un programa socialista; pero aparece como un esfuerzo ideológico y propagandístico en este sentido. A los dos números, cesa de publicarse, desaprobada por la empresa periodística a la que prestan sus servicios sus principales redactores; pero éstos prosiguen en sus gestiones por crear un Comité de Propaganda Socialista. Se une a ellos otro redactor De "El Tiempo", Luis Ulloa procedente del antiguo partido radical, quien con motivo de sus campañas periodísticas contra los "hambreadores del pueblo" se relaciona con los sindicalistas. Se constituye el Comité con la adhesión de Del Barzo y algunos obreros próximos a él y de los Dos grupos de estudiantes, (ya profesionales algunos) que ha tomado parte hasta entonces en agitación obrera. El grupo tiende a asimilarse todos los elementos capaces de reclamarse del socialismo sin exceptuar aquellos que provienen del radicalismo gonzalez-pradista y se conservan fuera de los partidos políticos. Una parte de los elementos que lo componen, dirigida por Luis Ulloa, se propone la inmediata transformación del grupo en partido; la otra parte, en la que se cuentan precisamente los iniciadores de su fundación, sostienen que debe ser mantenido como Comité de Propaganda y Organización Socialistas, mientras su presencia no tenga arraigo en las masas. El periodo no es propio para la organización socialista; algunos de los elementos del comité redactan un periódico: "Germinal", que adhiere al movimiento leguiísta; Mariátegui, Falcón y sus compañeros se separan, finalmente, del grupo que acuerda su aparición como partido el 1° de Mayo de 1919. “Antecedentes y desarrollo de la acción clasista”, Ideología y política.

El año 1918 ha sido uno de los años de mayor trascendencia en el desarrollo de la acción clasista del proletariado peruano. A ese año confluyen las últimas acciones organizadas por la generación de activistas del movimiento socialista peruano. Cuya obra es motivo de nuestro homenaje.

En 1912 se fundó la Federación Obrera Regional del Perú, en Lima. De inmediato inició una campaña por la jornada laboral de ocho horas. La Federación estaba integrada por la Sociedad de resistencia de los obreros galleteros y anexos, la Federación de Electricistas, la Federación de Obreros Panaderos "Estrella del Perú", la Unificación Textil de Vitarte, la Unificación Proletaria de Santa Catalina, y otros gremios anarquistas. También la Federación recibía el apoyo de grupos específicamente anarquistas como "Luz y Amor" y "Luchadores por la Verdad" y diversas publicaciones libertarias.

En noviembre de 1912 en el Teatro Municipal de El Callao y en el Local de Jornaleros se iniciaron las primeras reuniones, finalizando en una asamblea general. También participó la reformista "Confederación de Artesanos Unión Universal", opuesta a las medidas de acción directa, con la que entrarían en conflicto los anarquistas. El 15 de diciembre se realizó la segunda Asamblea, y se impuso realizar una campaña por la jornada de 8 horas. El 28 de diciembre se concluyó el pliego de reivindicaciones, durante la tercera asamblea.

Del 5 al 10 de enero de 1918 se realizó el Primer Congreso de la Federación  Obrera Local, el cual impulsó la movilización del movimiento obrero por la reivindicación de la jornada de las 8 horas. Esta fue conquistada, un año después, con la Gran Huelga general del 13, 14 y 15 de enero de 1919, culminando así más de quince años de perseverante lucha, y creando las condiciones para que el proletariado se elevara a la agitación de reivindicaciones renovadas. 

La propaganda clasista penetraba rápidamente entre los campesinos, siendo los trabajadores del campo brutalmente reprimidos en Huacho. Ezequiel Urviola, a su vez, agitaba las comunidades indígenas en Puno. Por esos años, Pedro Zulen, concluía su abnegada labor al frente de la Asociación Pro-Indígena, maduraba nuevas propuestas, denunciando los abusos del gamonalismo y agitando las reivindicaciones de las masas indígenas, siendo detenido en el centro del país. 

El movimiento estudiantil iniciaba en 1918 la lucha por la Reforma Universitaria, que señala el nacimiento de la nueva generación sudamericana. La investigación histórica y la creación literaria recibían un enérgico impulso.  César Vallejo, el poeta de una raza, publicó en 1918 “Los Heraldos Negros”, que es el orto de una nueva poesía en el Perú. José Sabogal iniciaba la creación de sus obras de arte nuevo.

José Carlos Mariátegui, César Falcón, Humberto del Águila, Félix del Valle y otros dieron vida a la primera revista socialista peruana “Nuestra Época” un 22 de junio de 1918. A cien años de este acontecimiento, la IV Generación del Socialismo Peruano   asume la tarea de convocar a todos los activistas del movimiento socialista peruano a celebrar dignamente este acontecimiento a nivel nacional.
     El Director




MARIÁTEGUI
EXPLICA SU ARTÍCULO DE NUESTRA ÉPOCA (*)



            Un acendrado fervor doctrinario y un noble ardimiento patriótico me impulsaron a publicar, ayudado por escritores tan bien intencionados como yo, el periódico Nuestra Época. Y esos mismos sentimiento me inspiraron el artículo sobre el ejército cuya resonancia estruendosa, consternadora y terrible conturba mi ánima en estos momentos de fiebre y de bullicio.

            Mi artículo no fue un estudio del problema militar. Fue únicamente un sumario de mis ideas sobre ese problema. Fue un índice de mis observaciones. Fue, luego, muy poco.

            Demasiado tiene que asombrarme, pues, que ese artículo que quiero que todos miren como un arranque de mi sinceridad más pura, haya producido acontecimientos tan graves y tan dolorosos. Porque jamás aguardar que algunas palabras mías trastornaran la tranquilidad pública de tal manera honda y expresiva.

            Y como, antes que escritor, soy peruano y soy patriota, me apena tanto esta sucesión de sensibles escenas que estoy a punto de arrepentirme de haber escrito las cuatro cuartillas que así han conmovido a la república.

            Me  transformo en espectador. Y contemplo primero el ataque a un hogar periodístico y a un escritor. Contemplo enseguida la solidaridad contra la censura arrancada a la superioridad por ese ataque. Contemplo finalmente, una actitud que arredra e intimida al gobierno.

            Y naturalmente siento entonces la responsabilidad   de estas conmociones. Miro en ellas una secuela de mi artículo. Y me pregunto si valía la pena expresar una convicción a tan cuantioso precio.

No he sido yo el ofensor.

            Antes  de pasar adelante he de aclarar el alcance de las palabras mías que han soliviantado a la  oficialidad joven y susceptible. No lo he hecho ya porque se avenía con mi dignidad de escritor responder a un ataque con una explicación, por altiva que esta explicación fuese. Ahora tengo que hacerlo porque es mi responsabilidad quien me pide la explicación.

            Dice el párrafo de mi artículo mal interpretado en el ejército: que “la oficialidad está compuesta, en un noventa por ciento, por gente llevada a la escuela militar  unas veces por la miseria del medio y otras veces por el fracaso personal”.

            Y  bien.

            Esta no es una ofensa al ejercito. No lo es por la intensión. No lo es por los términos. No lo es por la idea. La miseria del medio nos aflige A TODOS. Desvía cruelmente las vocaciones de los hombres. En un país rico y activo la gente puede elegir libre y fácilmente el empleo de su capacidad.  En un país pobre e inerte no ocurre lo mismo. La gente más apta suele ser vencida por la miseria del medio. La miseria del medio no es más fuerte que su aptitud. El fracaso personal no es, por ende, una culpa ni es, mucho menos, una vergüenza. Es una consecuencia frecuente y triste del estado económico del país. 

            Yo, pues, no le he probado ni le he inculpado nada a la oficialidad. Tan solo le he discutido la vocación militar. Y no se la he discutido desde un punto de vista lesivo para su honor ni para su orgullo. Se la he discutido tan solo desde un punto de vista panorámico y general. 

            Creo oportuno un ejemplo. Y considero que el ejemplo que puedo presentar con más sinceridad es, sin duda alguna, el ejemplo mío. Si yo me gobernara, en vez de que me gobernara la miseria del medio, yo no escribiría diariamente, fatigando y agotando mis aptitudes, artículos de periódico. Escribiría ensayos artísticos o científicos más de mi gusto. Pero escribiendo versos y novelas yo ganaría muy pocos centavos porque, este es un país pobre, no puede mantener poetas ni novelistas. Los literatos son un lujo de los países ricos. En los países como el nuestro los literatos que quieren ser literatos  - o sea, comer de su literatura- se mueren de hambre. Por esto, sí mi mala ventura me condena a pasarme la vida escribiendo artículos de periódico, automatizado dentro de un rotativo cualquiera, me habría vencido la pobreza del medio. Seré un escritor condenado al diarismo por el fracaso personal.

            Luego no se puede decir sensatamente que yo haya ofendido a la oficialidad. He hablado sin circunloquios y sin  disfraces porque  así es mi costumbre. Pero no he hablado con procacidad. 

Sin embargo, llevo mi honradez hasta  el extremo de investigar el origen probable de la equivocación de la oficialidad que me ha juzgado mal. Y me imagino encontrarlo. Mi artículo, como más arriba lo declaro, no fue sino un índice de mis opiniones. Cada opinión mía apareció en este artículo sin comprobaciones por la sencilla razón de que las comprobaciones de  cada opinión habrían ocupado un artículo entero. Ha sido tal por esto que no se me ha entendido bien. Una opinión cualquiera, extraída de ese índice, ha sido suficiente para causar tal cual alarma o tal cual aprensión en los ánimos tropicales y nerviosos que nos rodean.

Un voto que es una esperanza.

            Tanto gesto desmandado y agrio, tanta voz altisonante y dura y tanto comportamiento penoso y anormal podrían hacerme desesperar del ejército de mi patria. Podrían hacerme caer en el, pesimismo más acerbo. Podrían hacerme  pensar que había llegado para las instituciones peruanas una hora de desquiciamiento sombrío. Podrían hacerme suponer que habíamos entrado en un periodo de pleno y absoluto señorío de la fuerza y de sus coacciones. 

            Pero quiero tener fe  en los destinos del Perú. Para tenerla necesito olvidarme de que se me ha atacado por haber emitido mis ideas.  Y bien. Me olvido de que se me ha atacado. Un arrebato, un estrépito me parecen cosas muy propias de la psicología nacional. Y, sobre todo, creo indispensable razonar por encima de ellas.

            Mi aspiración actual y vehemente es la aspiración de que el ejército del Perú no se aparte de su deber. De que el ejército no olvide que es tradicionalmente la institución donde se conciertan, guardan y cultivan las virtudes más caballerescas, pundonorosas y bizarras. 

            Y mi aspiración, por ser muy intensa y muy grande, es una esperanza.

(*) Nota publicada en el diario limeño  El Tiempo, el 27 de junio de 1918.
           

También le incumbe a Perú

SALIDA DE BOLIVIA AL MAR

Julio YaoVillalaz
I

Primer Foro Internacional ‘Bolivia y su salida al mar', Auditorio de la Facultad de Administración Pública de la Universidad de Panamá, del 31 de agosto al 1 de septiembre de 2010. Fragmento de conferencia.

Ante la extrema brevedad del tiempo concedido para comentar una problemática compleja como lo es la cuestión de Bolivia y su salida al mar, expresamos nuestro asombro de que una controversia que surgió, evolucionó y ha ido de tumbo en tumbo desde hace 131 años, sea objeto apenas hoy de un Primer Foro Internacional. Esto da cuenta del olvido, del abandono, de la orfandad en que se ha encontrado Bolivia en su calvario con un Chile que no ha manifestado interés en exponer y menos limar las aristas oscuras de su ilegal ocupación y apropiación de una vasta porción de territorio boliviano.

Chile no aparece como víctima sino como victimario, y los agresores por definición no gustan que se hable de sus felonías. Por eso los voceros y defensores oficiosos del violento despojo, al pedido boliviano de justicia, responden arrogantemente: ‘¡Pacta SuntServanda!'. Es decir, los tratados son de obligatorio cumplimiento, y punto.

Lo dijeron hace 131 años y lo continúan diciendo en el siglo 21: ‘¡Pacta SuntServanda!'. Pero, ¿acaso no pueden revisarse o abrogarse los tratados que encadenen para siempre a unos Estados con otros, cuando son fruto del uso ilegítimo de la fuerza?

Los tratados violatorios del derecho internacional, especialmente los que contradicen normas que tienen el carácter de JusCogens, no son obligatorios y pueden ser anulados. Algunos tratados desiguales, impuestos por una potencia ocupante a un país ocupado, como los de Estados Unidos con Panamá posinvasión y el tratado de 1904 entre Bolivia y Chile, no tienen validez legal y pueden ser denunciados unilateralmente.

Hemos sido siempre partidarios de una salida al mar de Bolivia, mas no en las condiciones que ofrece Chile sino como reconocimiento de la razón que esgrime Bolivia y por un sentido elemental de justicia. Bolivia no debe recuperar sus patrimonios ni su acceso al mar como dádiva del vecino país, sino porque es su legítimo dueño. El Movimiento Continental de Unidad Latinoamericana, del que fui vicepresidente ejecutivo, expidió declaraciones anualmente a favor de Bolivia entre 1975 y 1993 en cónclaves continentales y subregionales.

Pero la justicia que necesita Bolivia no cae del cielo: hay que luchar denodadamente por ella. No existe un tribunal internacional ni negociadores ni árbitros ni mediadores que de manera oficiosa impartan justicia a menos que nuestras razones sean puestas a su consideración y sean escuchadas, atendidas y apoyadas por un amplio auditorio que ayude a incorporarlas en acuerdos aceptables. Y esas razones deben contener y transmitir la fuerza del derecho, para derrotar las mentiras de la contraparte basadas en su ‘derecho' a la fuerza.

El derecho internacional no se acata siempre, pero sin el mismo no pueden existir los Estados, particularmente los débiles. Al derecho internacional se deben los revolucionarios que luchan por la liberación; los Estados que antes eran colonias y fideicomisos; las repúblicas que luchan por su independencia y su integridad territorial; las poblaciones que defienden sus derechos humanos. Por esa razón, el derecho internacional debe ser el marco de referencia de la diplomacia. Sin el derecho internacional, no poseeríamos los panameños el Canal interoceánico ni el mundo hubiese votado unánimemente en contra del bloqueo a Cuba. Claro que las grandes potencias imperialistas no lo necesitan y lo esquivan cada vez que quieren, como lo hizo EE.UU. cuando, a raíz del incidente del 11 de septiembre, su presidente declaró que, en su lucha contra el ‘terrorismo', no reconocería obligaciones internacionales ni soberanías, y que se desvinculaba de la Convención de Viena sobre el Derecho de Tratados.

El presidente George Bush justificó la invasión del 20 de Diciembre de 1989 a Panamá, pretextando que las Fuerzas de Defensa habían maltratado a un oficial de la Marina de EE.UU. y a su esposa, dos días antes. Hubo un desmentido de la noticia al día siguiente, pero la maquinaria bélica se había echado a andar mucho antes y cayó sobre Panamá dos días después. Es decir, que en apenas dos días se juntó toda la parafernalia infernal sobre Panamá, que costó 7000 muertos y más de 750 millones de dólares, y fue la proyección militar más grande de EE.UU. después de la Guerra de Vietnam, contra nuestro país, que ni siquiera tenía radares ni defensa antiaérea.
  
II
  
En Bolivia, ¿cuál fue el pretexto para agredirla? El cobro de 10 centavos por quintal de guano y salitre extraído por una compañía de Antofagasta, de capital anglo-chileno, subsidiaria del consorcio inglés Melbourne and Clarke. La empresa se había negado a pagar el impuesto por más de un año, y el Gobierno boliviano, en ejercicio de su soberanía, decidió rematarla el 14 de febrero de 1879, fecha en que Chile atacó, ocupó e inició su desmembramiento de Bolivia. Transcribimos lo que relata el Dr. Rodolfo Becerra de la Roca:

‘No se comprende cómo la intención del cobro de un gravamen de 10 centavos pudo provocar un conflicto bélico que le significó al agresor aumentar su territorio en más de 200 000 kilómetros cuadrados, incluido el peruano, cuajados de fabulosa riqueza milyunanochesca; sorprende que un gravamen dispuesto legalmente, sin transgredir el artículo 4º del Tratado de 1874, como se tiene demostrado, que no se efectivizó, que más bien fue revocado, sirviera de pretexto para apropiarse de un patrimonio ajeno y que ese gravamen aumentado en veinte veces más por el acusador, más otros ingresos que se apoderó del suelo invadido, hubiesen servido a Chile para sostener la invasión y consolidar la conquista de territorios a título de indemnización de guerra, que Chile se engulle como trofeo de su victoria y Bolivia tiene que soportar como castigo eterno'.

Chile se había estado preparando para una gran contienda muchos años antes de 1879; había adquirido en Europa las naves de guerra más avanzadas, mientras que los intereses ingleses estaban detrás de la expropiación de que Bolivia iba a ser objeto. El cobro de diez centavos al salitre y el guano extraídos por chilenos e ingleses, al que tenía derecho Bolivia, fueron un simple pretexto.

Que la agresión a Bolivia tenía como objeto la anexión y expropiación de sus riquezas lo demuestra el ultimátum que dirigió el señor Abraham Koening, enviado diplomático de Chile en Bolivia, quien se expresó de la manera siguiente el 13 de agosto de 1900:

‘Hace muchos años que mi país desea convertir el Pacto de Tregua en Tratado de Paz, arreglar de una vez por todas sus diferencias con Bolivia. No podemos esperar más, el Gobierno y el pueblo chileno consideran que han esperado con paciencia. Es un error muy esparcido que Bolivia tiene derecho a exigir un puerto en compensación de su litoral. No hay tal cosa. Chile ha ocupado el litoral con el mismo título con que Alemania anexo al Imperio la Alsacia y la Lorena, con el mismo título con el que EE.UU. ha tomado Puerto Rico. Nuestros derechos nacen de la victoria, ley suprema de las naciones. Que el litoral es rico y que vale muchos millones, eso ya lo sabíamos. Lo guardamos porque vale, que si nada valiera no habría interés en su conservación. Terminada la guerra, la nación vencedora impone sus condiciones y exige el pago de los gastos ocasionados. Bolivia fue vencida, no tenía con qué pagar y entregó el litoral. Fue una entrega absoluta, incondicional, perpetua. En consecuencia, Chile no debe nada, no está obligado a nada, mucho menos a la cesión de una zona de terreno y de un puerto'.

Que el despojo territorial de Bolivia obedecía a un consciente acto de expropiación y usurpación queda muy claro del ultimátum del agente Koening a Bolivia. Pero además lo confirma el artículo XII del Tratado de 1904, relativo a la solución de controversias que surjan de la interpretación del tratado:

‘Todas las cuestiones que llegaren a suscitarse con motivo de la inteligencia o ejecución del presente Tratado, serán sometidas al arbitraje de Su Majestad el Emperador de Alemania'.

En los tratados modernos, la solución de controversias se remite a los medios diplomáticos, al arbitraje y a la Corte Internacional de Justicia.

A Bolivia se le privó de unos 158 000 km2 de territorio. Esta área equivale a más de 110 veces la antigua Zona del Canal y más de dos veces nuestro territorio nacional. El territorio expropiado es mayor que el más grande país de Centroamérica, Nicaragua, con 130 373 km2, y equivale a más de un tercio del área total de los siete países que conforman Centroamérica.

En los territorios arrancados a Bolivia se localizan los yacimientos de cobre más grandes del mundo, que hacen de Chile el primer exportador mundial, así como reservas de salitre, guano, azufre, litio y agua, y a estos se suma la riqueza ictiológica y de los fondos marinos.

 III

Bolivia nunca fue Estado mediterráneo hasta que se le privó de su condición marítima en 1879
Bolivia sufre cuantiosas pérdidas económicas, puesto que, al carecer de costas, su producción e intercambio resultan costosos y complicados, y deja de beneficiarse de corrientes migratorias e inversiones que se orientan a países con costas.

La Convención sobre el Derecho del Mar reconoce las dificultades de los Estados mediterráneos, sin litoral o acceso al mar. Pero una cosa son los Estados mediterráneos que lo son por geografía o historia, y otra, los que sufren tal condición por una acción de fuerza en violación del derecho internacional.

Bolivia nunca fue Estado mediterráneo hasta que se le privó de su condición marítima en 1879.

Al enclaustramiento de Bolivia se suman otras violaciones a tratados y actos que vulneran el desarrollo del país y que producen los efectos de un bloqueo –que, desde la Conferencia Naval de Londres de 1909, es un acto de guerra– y que en el derecho contemporáneo y en la Declaración de la ONU sobre la Definición de Agresión (1974) se le califica como un acto de agresión.

Pero las guerras están prohibidas desde la Liga de las Naciones hasta las Naciones Unidas como delito de lesa humanidad. El bloqueo intenta impedir o limitar el libre desarrollo de un país castigado y bajo asedio para imposibilitar su defensa y, en el fondo, niega el derecho a la existencia nacional. Aún en tiempos de paz, ‘bloqueo' significa cortar, cerrar, incomunicar con el exterior para lograr la rendición del sitiado por la fuerza o el hambre.

Al país bloqueado se le priva de, o se le dificultan las relaciones internacionales, la explotación de sus recursos, su comercio exterior, y el flujo de inversiones y capitales. En este sentido, la no resolución del enclaustramiento y a la mediterraneidad impuesta y mantenida por Chile, constituye una violación masiva de los derechos humanos de la nación boliviana. Pero a Bolivia no se le ha bloqueado solamente sino desmembrado. Los mismos señalamientos jurídicos que se han hecho al infame bloqueo de EE.UU. a Cuba, se aplican mutatis mutandi a Bolivia.

EE.UU., que bloqueó a Libia, Cuba y Panamá el siglo pasado, mantuvo una oposición al bloqueo en tiempos de paz, cuando expresó en 1916:

‘Los Estados Unidos no reconocen a ninguna potencia extranjera el derecho de poner obstáculos al ejercicio de los derechos comerciales de los países no interesados, recurriendo al bloqueo cuando no exista estado de guerra'.

Como panameño y latinoamericanista, y con el respeto que nos merecen los Gobiernos de Bolivia y Chile, deseamos culminar esta conferencia con las siguientes recomendaciones:

1. — Bolivia debe negociar su causa con Chile dentro de la unidad latinoamericana, pero no a costa de la soberanía boliviana ni de su historia;
2. — reformular su política exterior, latinoamericanista e integradora, para resolver con transparencia y franqueza y de manera integral, sus problemas con Chile;
3. — elaborar una reclamación histórica que incluya una teoría para la recuperación de su condición marítima;
4. — incorporar los fundamentos de su reclamación a los textos escolares;
5. — crear los institutos y centros académicos indispensables para elaborar una estrategia marítima a largo plazo;
6. — integrar y formar equipos de diplomáticos y otros profesionales capaces de explicar la problemática con persuasión, tanto a nivel nacional como internacional;
7. — instruir al personal del Servicio Exterior para que represente con dignidad y responsabilidad la causa nacional;
8. — promover una campaña de concienciación a nivel nacional acerca de sus objetivos para que toda la población apoye su política internacional;
9. — hacer uso de los foros y tribunas internacionales a su alcance para dar a conocer su posición y recabar apoyo mundial;
10. — no debe mezclar en su agenda con Chile el problema del enclaustramiento con otros temas bilaterales;
11. — desarrollar una diplomacia colectiva que le permita fortalecer su causa;
12. — examinar, firmar y ratificar los tratados internacionales que puedan coadyuvar a su causa;
13. — procurar una declaración conjunta con Chile que sea base firme de negociaciones;
14. — prepararse para elaborar los fundamentos jurídicos de una Solicitud de Demanda contra Chile ante la Corte Internacional de Justicia con un estudio preciso sobre la competencia de dicho tribunal en el caso.

EL AUTOR ES ANALISTA INTERNACIONAL, EXASESOR DE POLÍTICA EXTERIOR Y DIPLOMÁTICO DE CARRERA.

Enviado por: Guillermo Cohen Degovia<cohendegovia@hotmail.com>
fechas:13-14-15 de febrero de 2018,
asunto: Salida de Bolivia al mar

Fuente: COLECTIVO PERÚ INTEGRAL, 19 de febrero 2018






EN EL FUNERAL
DE LA DEMOCRACIA NEOLIBERAL,
LA CONSIGNA ES DEMOCRATIZAR
05/02/2018

La democracia neoliberal en América Latina y el Caribe ha engendrado un compuesto monstruoso de imposición corporativa y restauración conservadora. La una, con aires pseudoinnovativos. La otra, con olor a inquisición medieval. De democracia, poco. De liberal, menos. De nuevo, nada.

Los autores intelectuales del delito son los mismos que crearon esta falsificación de la democracia: banqueros y grandes empresarios, dueños de medios hegemónicos y el aparato de conspiración estadounidense. Sus sicarios se valen de golpes, represión, engaño mediático y persecución judicial. Utilizan el miedo, la extorsión, la estafa para lograr lo que quieren.

No podía ser de otra manera. ¿Quién puede creer que hombres dedicados al lucro sin escrúpulo dejarían sus negocios al arbitrio y decisión de las mayorías?

Ningún ente puede desarrollarse en un entorno esquivo. Democracia real y capitalismo no se llevan bien, son enemigos por definición. Hay que aceptar las consecuencias de esta verdad evidente: la democracia capitalista, ahora corporativa y financiera, supone un estado de sitio permanente a las libertades y la solidaridad humanas. Una amenaza existencial.

Unidad sí, ¿pero en torno a qué?

Lo anterior hoy está más claro, incluso para muchos que veían en la dicotomía capitalismo-democracia un maniqueísmo extremo. En el seno de las diversas corrientes y movimientos que no se resignan a la pesadilla de la gobernanza de las transnacionales, se escucha con insistencia la palabra de oro: unidad. ¿Pero unidad en torno a qué?

La sumatoria en base al criterio de simple acumulación de fuerzas no es suficiente. Su fragilidad de proyecto y el oportunismo que suele albergar la hacen vulnerable. Los “acuerdos de mínima” se resquebrajan ante la primera amenaza.

Por el contrario, en un mundo tendiente a la diversidad, no puede pretenderse que la uniformidad sea criterio de unidad. Tal desatino conduce a la divergencia centrífuga, a la fragmentación.

¿Personificar la unidad? Si bien la valoración del liderazgo es culturalmente importante en América Latina y el Caribe, su sobrevaloración no es pertinente. Construir unidad solamente en base a liderazgos personalizados conduce a la dependencia, relativiza la idea de construcción social de base, desliga a la ciudadanía de su corresponsabilidad, abre el campo a la posterior burocratización.

Por otra parte, si se toma en cuenta la persecución en curso a líderes progresistas en base a causas judiciales inventadas, las crecientes trabas electorales y el inevitable recambio generacional, la personificación excesiva debilita la posibilidad de transferir roles de conducción.

Basar la unidad en criterios de necesidad de coyuntura es tan volátil como la misma. Si bien puede ser conducente en un primer momento, no ofrece plataforma fértil de coincidencias futuras, una vez superado el escollo táctico.

¿En torno a qué entonces lograr la bendita “unidad”?

Es posible lograr una sutil unidad de significados, desarrollando multiplicidad de lenguaje, acciones y formas. No tan sólo “tolerando” la diversidad, sino motivándola. La traducción de significados comunes en vertientes distintas, comprendiendo la unidad de intenciones, extrayendo sus motivaciones centrales, es un camino que permite acuñar unidades esenciales sin caer en preciosismos externos.

Todo aquel que construye equidad, que restringe la ya abultada porción de las cúpulas para repartirla entre todos, que genera la posibilidad de una mejor vida y de decisión plena para los que hoy sufren enormes carencias; Quien ayuda a organizar y cualificar al colectivo social, es un compañero de tareas y de lucha. No importa tanto el nombre que elija para hacerlo.

Habrá distintos matices y sensibilidades, bienvenidas sean. Esta diversidad es imprescindible para llegar a distintos sectores sociales, a las distintas generaciones, a las necesidades diversas. Es además el único modo de aprender a considerarnos iguales, siendo distintos.

¿Cuál es entonces aquel significado compartido alrededor del cual puede crecer una poderosa unidad, capaz de contrarrestar al poder del dinero? La democratización.

Democratizar, ¿qué significa?

Democratizar significa balancear el poder de decisión social, evitando que los sectores de poder decidan por los demás. Implica devolverle al todo social su soberanía arrebatada. Es el modo de afrontar la acumulación histórica de desigualdad que nos pesa como especie.

Democratizar la economía, la salud, la educación. 

Sin condiciones de vida digna, no hay elección posible. Hoy el hambre afecta a cerca de mil millones de personas y la riqueza está concentrada en manos de menos del 1% de la población mundial. Nada hace pensar que esto vaya a cambiar por sí sólo.

El acceso a la educación y a cuidados de salud no está garantizado de manera igualitaria. No es un sistema eficiente, como suele autopublicitarse el capitalismo, sino deficiente. Un sistema ignorante y enfermo. Injusto, por tanto ilegítimo. Democratizar la economía, la salud, la educación no es un pasatiempo accesorio, es pura y dura necesidad. Forjar idénticas posibilidades, no tan sólo derechos virtuales ante la ley, es la perspectiva.

Democratizar la comunicación

Unas pocas agencias de noticias, unos pocos conglomerados de medios deciden qué es verdad y qué no, qué es lo correcto y qué lo repudiable, cuáles son los buenos y cuáles los malos de la película. Ellos definen la realidad, mostrando en infinitas pantallas lo que les conviene que las personas crean. Como en el circo, todos saben que es un truco, pero no es fácil descubrirlo. Estos manipuladores han logrado apropiarse de la palabra “democracia”, maquillando a los criminales como angelitos y haciendo ver a los que sí quieren democratizar, revolucionando y evolucionando, como demonios.

La comunicación, por tanto, debe democratizarse, prohibiendo su concentración en manos de unos pocos monopolios. La comunicación es un servicio público, no puede estar al servicio del lucro privado.

Democratizar la cultura

Hoy casi nadie decide cómo quiere vivir. La forma de vida, los modales, las vestimentas, la música, los aparatos, las películas y hasta las festividades, son dirigidos desde una cultura imperial, pretendidamente superior, increíblemente racista, imposiblemente única. Gran parte del auge de los nacionalismos y el giro a la derecha de los pueblos, tiene que ver con ello. Esta situación no es solamente ilegítima, es insostenible. Democratizar la cultura es salir del embudo en el que nos quieren a todos y a todas.

Democratizar las relaciones humanas 

Todas. Más de la mitad de las personas en este planeta, por el sólo hecho de haber nacido mujer, es relegada, maltratada, acosada, discriminada, asesinada. No hace falta explicar más, es necesario transformar radicalmente este tipo aberrante de relación de dominancia patriarcal. Para ello, al igual que en todos los otros ámbitos, hay que democratizar el acceso al poder de decisión. Mujeres en sitiales de decisión, eso es empoderar, no cursos de cocina.

Democratizar la mundialización

El mundo es uno, aunque existan infinitos mundos adentro y afuera de él. Sin embargo, unas pocas naciones se arrogan el derecho de decidir sobre todas las demás. Ese es el actual diseño de las Naciones Unidas, en el que cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad tienen derecho a veto, minimizando la voluntad de los ciento ochenta y ocho países miembros restantes. El proceso de democratización está en curso pero debe acelerarse, mal que le pese a los ogros del Norte o a los burócratas que viven una vida lujosa gracias a su financiación.

Democratizar la democracia 

Como dijimos, la casta dominante, para permanecer en su sitial de privilegio, ha vaciado de sentido democrático a la democracia. Así, ésta se convirtió en el imaginario corriente en la emisión periódica de un voto. Eligiendo autoridades en general desconocidas aunque ampliamente publicitadas. Ese voto, al eximir por regla general al votante de posteriores actividades, deja en manos de representantes decisiones primordiales para la vida en común. El problema radica en que los representantes no siempre representan a quienes dicen representar, sino que en innumerables ocasiones representan a quienes financian y/o promueven sus campañas. Ese es el sencillo motivo por el cual, en las democracias neoliberales, todo es formalidad y nada es democrático.

En síntesis, si bien democracia y democratización comienzan igual, se llega con ellas a orillas bien distintas. Como el vampiro que no resiste la luz, la plutocracia no resiste la democratización.

HOMENAJE
AL GRAN POETA ESPAÑOL
MARCOS ANA 


“(…) Escuchad la voz de un  pueblo
que busca la luz del alba
con la paz en sus banderas
y el amor en su garganta.
No dejéis que se maduren
En el dolor las espadas”

Pasó su juventud y gran parte de su vida en la prisión bajo la dictadura del fascista FRANCISCO FRANCO. Pequeña carta al mundo.



Los dientes de una ballesta
me tienen clavado el vuelo.

Tengo el alma desgarrada
de tirar, pero no puedo
arrancarme estos cerrojos
que me atraviesan el pecho.

8200 veces
la Luna cruzó mi cielo
y otras tantas, la dorada
libertad cruzó mi sueño.

El Sol me hace crecer flores,
¿para qué, si estéril veo
que entre los muros mi sangre
se me deshoja en silencio?

No sabéis lo que es un hombre,
sangrando y roto, en un cepo.

Si lo supieseis vendrías
en las olas y en el viento,
desde todos los confines,
con el corazón deshecho,
enarbolando los puños
para salvar lo que es vuestro.

Si llegáis ya tarde un día
y encontráis frío mi cuerpo;
de nieve, a mis camaradas
entre sus cadenas muertos...
recoged nuestras banderas,
nuestro dolor, nuestro sueño,
los nombres que en las paredes
con dulce amor grabaremos.

Y en la soledad del muro
hallareis mi testamento:

al mundo le dejo todo,
lo que tengo y lo que siento,
lo que he sido entre los míos,
lo que soy, lo que sostengo:
una bandera sin llanto,
un amor, algunos versos...
y en las piedras lacerantes
de este patio gris, desierto,
mi grito, como una estatua terrible y rota, en el centro

AUTOBIOGRAFÍA:
Mi pecado es terrible; /quise llenar de estrellas/el corazón del hombre. / Por eso aquí entre rejas,/en diecinueve inviernos/ perdí mis primaveras. / Preso desde mi infancia/ ya muerte mi condena,/ mis ojos van secando/ su luz contra las piedras. / Mas no hay sombre de arcángel/ vengador en mis venas: ¡España! Es sólo el grito/ de mi dolor que sueña.

¿RECONCILIACIÓN O POLARIZACIÓN?

Un golpe teatral, con la APRA y el fujimorismo como sus actores principales. Eso es lo que sucedió en el escenario político en diciembre, solamente para tratar de salvar de la cárcel a PPK, Keiko Fujimori y Alan García (involucrados en el caso Odebrecht). Este salto de malabarista, que contó con la anuencia poco disimulada de PPK y la asistencia de un bufón llamado Frente Amplio, tuvo también un segundo objetivo: preparar el terreno para que en un mediano plazo uno de los Fujimori –eso creen– caiga sentado en el sillón de Palacio de Gobierno. El indulto ilegal de Fujimori fue, en realidad, solo una cortina de humo, pues el jefe de la mafia, esté en la cárcel o esté en libertad, ha de ser enterrado para siempre (por sus crímenes) en el lodo de la Historia. 

Hasta diciembre, el escenario era distinto. A pesar de que aún no había terminado de morir (políticamente), las moscas ya planeaban sobre el cuerpo agonizante de PPK. Porque PPK es el presidente sin nadie: carece de una estructura política partidaria nacional, no tiene una bancada sólida en el Congreso y, para completar su soledad, no cuenta con operadores políticos que le ayuden a capear los temporales. Por eso, por ser un presidente débil (de carácter y políticamente), para que termine su gobierno solo le quedaba escoger un camino entre dos: o aliarse con la calle, o arrimarse al fujimorismo. Prefirió lo segundo, entregándole la SUNAT, la Defensoría del Pueblo, la Contraloría y el Banco Central de Reserva. No es que el fujimorismo y PPK sean enemigos. Pueden ser rivales ocasionales en el reparto de la torta pero enemigos, no son: respiran por la misma garganta (la Constitución del 93), comparten el mismo pensamiento sobre los peruanos (que todos somos cojudos) y carecen de escrúpulos a la hora de robarle al país. La única diferencia entre los dos es que PPK no mata a sus opositores, como sí lo hacía el fujimontesinismo. 

Desde diciembre para adelante las cosas han cambiado. Ahora gobiernan la APRA y el fujimorismo, con un presidente decorativo llamado PPK. El fujimontesinismo tiene en sus manos dos ministerios fundamentales en el control represivo del país: Interior y Defensa. En Interior se encuentra Vicente Romero, que aparece en algunas fotos repartiendo material de campaña junto con Keiko Fujimori. Romero es especialista en orden interno y análisis de inteligencia. De allí que como su primer trabajo, el día de la marcha pacífica contra el indulto de Fujimori hizo cortar la luz de la plaza Dos de Mayo y ordenó echar bombas en la avenida Arequipa. Ahora está matando campesinos en varios puntos del país. El siguiente paso serán los reglajes contra toda voz que demande cambios, y no se descarta asesinatos selectivos... En Defensa se encuentra Jorge Kisic. Según la Comisión Investigadora del Caso Montesinos, Kisic estuvo involucrado en los malos manejos de la Caja Militar Policial, y fue sentenciado en su momento a cuatro años de prisión suspendida, pero solo unos días antes de ser elegido ministro, el 27 de diciembre del 2017, su sentencia fue anulada. La APRA controla, a su vez, dos ministerios. 

El primer trabajo de esta malévola alianza (APRA y Fujimori) es sacar con juicios de la carrera electoral a líderes regionales y nacionales, para ir limpiando el camino para las elecciones nacionales. Uno de esos casos es el de Walter Aduviri, el líder aimara que le bajó el pantalón al gobierno aprista durante el Aimarazo. Es pues la venganza de la APRA (que controla jueces y fiscales), un partido moribundo que para sobrevivir tiene que sacrificar líderes nuevos (“En Perú el presidente tiene un poder, no puede hacer presidente al que él quisiera, pero sí puede evitar que sea presidente quien él no quiere”, dijo alguna vez Alan García) e impedir la inscripción de partidos nuevos, evitando la renovación política que demanda toda sana democracia (aprobaron la ley que eleva a más de medio millón la cantidad de firmas para inscribir un partido). En el caso de Aduviri se trata de persecución política, y la verdad es que de tanto perseguirlo, en un mediano plazo le harán Presidente de la República. Porque su condena (siete años de cárcel) no es por ladrón o asesino, sino por defender los derechos del Pueblo Aimara. 

¿RECONCILIACIÓN O POLARIZACIÓN? 

Después de liberar a Fujimori, PPK nos llamó a la reconciliación. ¿Puede haber reconciliación con el terrorismo y con la corrupción? ¿Puede haber reconciliación donde nunca hubo una conciliación? De ninguna manera. 

La verdad es que la polarización se viene ahondando. ¿Y polarización entre quiénes? En cierto momento, los medios de información masiva (MIM) querían que el país se polarice entre fujimorismo y antifujimorismo. Después nos dijeron que la polarización era entre los hermanos Fujimori (Keiko y Kenji), por la herencia política de su padre. (Ante la posibilidad de que Keiko entre a la cárcel, van a fingir una ruptura entre los hermanos, para salvar al fujimorismo). Luego inventaron una falacia, la fórmula fujimorismo versus terrorismo, y nos dijeron que el fujimorismo representaba al bien y el terrorismo al mal, y nos presentaron a Fujimori (el mayor criminal de la historia peruana, solo superado por Abimael Guzmán y Francisco Pizarro) como si se tratara de un santo. A todo opositor de Fujimori empezaron a llamar “terruco” (incluso a quienes hemos pasado por los cuarteles). Un juego de palabras y de sicosociales de la mafia para que el apellido “Fujimori” sea el centro de la discusión nacional, el protagonista del escenario político. 

Luego los MIM nos dijeron que la polarización era entre Jorge del Castillo y Mauricio Mulder, apristas ambos (y conste que, por lo menos en esto, la APRA no es, como dicen, un manicomio dirigido por uno de los locos, sino una mafia bien organizada). Es la ya legendaria escopeta de dos cañones. Es decir, aparentan peleas partidarias internas para repartirse la torta. O, entendiéndolo de otro modo, con una mano te golpean y con la otra te acarician. 

¿Y cómo respondieron desde la oposición? Diciendo que la polarización es entre izquierda y derecha. ¿Cómo? Decir que en el Perú hay una izquierda, significa reconocer que hay una derecha; y llamar derecha a los parásitos que succionan la sangre de los peruanos, es simplemente un error: es darles categoría. Las economías apátridas que han secuestrado el país no se merecen un nombre simpático como “derecha”, sino hay que llamarlas por su propio nombre: mafias que controlan los poderes económico, político, militar y mediático para beneficio de unos pocos y para saquear el país. En otros países hay una izquierda que pelea por los reconocimientos sociales y por el cambio, mientras que hay una clase empresarial dirigente (conservadora) que, si bien pelea por sus intereses, busca el bien común. En el Perú eso no sucede. En el Perú llaman “izquierda” a los cojos de la esquina que se arranchan las muletas para que no camine ninguno. 

La verdadera polarización se resume en esta frase: o estás con el Perú, o estás contra el Perú. Y, en este marco, la polarización es entre los muchos y los pocos. A este lado se encuentran los muchos patriotas honestos de a pie que piden transformaciones profundas, los indignados que claman democracia y libertad, los peruanos que hacen caminar la gran locomotora económica. Al otro lado se encuentran los enemigos de la Patria, que son pocos: los ladrones que se cargaron en peso el país cuando les tocó llegar a Palacio, los que vendieron el país por pedacitos, los que llevaron (o permitieron que lleven) a la Patria a la situación de humillación histórica y a la pobreza total a pesar de que el nuestro es uno de los países más ricos del mundo. Por tanto, los Fujimori, los Alan, los Toledo, los Humala, los PPK –los representantes políticos de esa mafia– son enemigos del Perú. 

TERRORISMO PARA BRILLAR 

Todos los países tuvieron peleas internas o guerras civiles. Si las guerras son temporales, los odios también lo son, mucho más si se trata de una pelea entre ciudadanos de un mismo país. ¿Recuerdan la primera Guerra mundial, cuando alemanes y franceses se buscaban desesperadamente por aire, mar y tierra para matarse y terminaron enterrándose por millones en los recovecos de las trincheras? El odio se estableció en los corazones hasta el límite de lo ridículo y los llevó al extremo de tener cinco mapas distintos en solo cinco años. Ahora los descendientes de esos soldados enemigos se casan o toman café en esa sola nación económica en que se ha convertido toda Europa. 

El Perú también tuvo sus guerras internas, sobre todo en los años ochenta y noventa. Pero ya veníamos superando esa etapa negra de nuestra historia, cuando de pronto aparecen los Fujimori tratando de convertir el odio temporal en permanente. Debe ser porque la única manera de que pueda brillar la estrella muerta (Fujimori) es recorriendo a la palabra “terrorismo”. Como los murciélagos, necesita sangre para seguir vigente, aunque con ello pueda infectar de rabia a medio país. Porque, en el fondo, el fujimorismo no tiene propuestas sostenibles y coherentes para el país. 

¿A favor de los pobres? Yo no le creo a los Fujimori cuando hablan de trabajar a favor de los pobres. En 1990, Fujimori le ganó a Mario Vargas Llosa (“el candidato de los ricos”) con el apoyo de los pobres al ofrecerles “honradez, trabajo y tecnología”. La propuesta sólo sirvió para llegar a Palacio. El “candidato de los pobres” cambió de pellejo no bien llegó al poder: de inofensiva lagartija pasó a voraz y peligroso lagarto. Se rodeó de los ricos del país y nos llevó a la peor etapa de nuestra historia. Intentó acabar con la pobreza esterilizando a los pobres para que no tengan más hijos mientras traía chinos por miles para que ocupen el lugar de los peruanos que no nacerían nunca. A los pobres les repartía comida contaminada con sicoquímicos para que no puedan reaccionar ni protestar y les regalaba cuadernitos y uniformes en vez de darles un trabajo digno. 

¿Honradez? La mafia se cargó el país en peso. Los fujimoristas se volvieron millonarios con el dinero de todos los peruanos. Entregaron casi todas las empresas estatales a sus allegados. Por poco privatizan nuestras casas y las calles. Una parte de ese dinero (seis mil millones) se llevaron a bancos del exterior. 

¿Trabajo? Fujimori ofreció trabajo para todos (como ahora) pero despidió miles de trabajadores y acabó con la estabilidad laboral, convirtiéndonos en el país de los cachuelos. Fueron creación del fujimorismo los services que les roban a los trabajadores. A los jóvenes de entonces nos prometió el futuro (como ahora) y nos robó el presente. Abrió nuestro mercado a los chinos, a la competencia desleal (dumping), y ahora nuestros pequeños empresarios de Gamarra (fabricantes de ropa y zapatos) se encuentran al borde de la quiebra. Desde esos años hasta ahora se fueron del país casi tres millones de peruanos, principalmente jóvenes, en busca de ocupación, como consecuencia del modelo económico que enriquece a unos pocos y empobrece a las mayorías. 

¿Tecnología? Somos un país “picapiedras”. En eso nos ha convertido Fujimori y los siguientes presidentes que aplicaron el mismo modelo económico y la misma Constitución. Vendemos piedras (minerales) a precio de gallina flaca y compramos productos fabricados con esas mismas piedras pero costando miles de dólares. Cero en tecnología. Compramos chatarra, llenando las calles de carros de segunda mano. 

¿Educación? Fujimori firmó con el Fondo Monetario Internacional (FMI) una carta de intención que posicionó a la educación peruana en el último lugar en Latinoamérica, sólo encima de unos cuantos países. Según ese compromiso de sometimiento, el Perú debe destinar a la educación menos del 4% del Producto Bruto Interno. Los dueños del FMI (Estados Unidos, Francia, Alemania, Japón, España y otros) nunca permitirán que destinemos más dinero a la educación. No les conviene. Destinando, por ejemplo, un 15% de nuestro PBI a ese rubro (como los países europeos), en veinte años nos industrializaríamos y superaríamos a esos países, quitándoles el mercado mundial (porque tenemos materias primas). 

Y ahora, los que nos robaron a todos los peruanos (los Fujimori, Martha Chávez, las Chacón, los mismos de antes pero con un nuevo rostro, Keiko o Kenji), nos hablan de honestidad. Los que llevaron al país a la dependencia total, nos hablan de cambio. Los que beneficiaron a los extranjeros, hablan de promover al empresariado peruano (las empresas peruanas son asfixiadas con impuestos anti técnicos, mientras las multinacionales tienen privilegios). Los que implantaron una de las dictaduras más implacables de esta parte del mundo, hablan de democracia. 

LA PATRIA EN AGONÍA 

Dicen que avanzamos con el modelo económico diseñado por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. ¿Hacia dónde avanzamos? Hacia la bancarrota total. La prensa y los políticos no lo dicen, pero solamente para sobrevivir en el último gobierno, en diecisiete meses, el Perú se ha endeudado por cuarenta mil millones de dólares y el déficit fiscal supera los veinticinco mil millones. No se trata de PPK o de los Fujimori, o de Alan García o de Alejandro Toledo, o de Ollanta Humala (ladrones todos, según las últimas investigaciones). Se trata de la corrupción y del manejo económico del país, con el falso membrete de liberalismo. Y se trata de la Constitución. Pero, sobre todo, se trata de ese algo fundamental con que cuenta todo país que digne llamarse tal: nos falta un Proyecto Histórico. 

¿Y a qué llamamos Proyecto Histórico? Lo explicaremos de un modo más o menos sencillo: Juan Quispe tiene dos hijos y dos hectáreas de chacra. Cuando muera Juan Quispe, sus dos hijos se repartirán esa chacra a una hectárea cada uno. Supongamos que los hijos de Juan Quispe también tengan dos hijos cada uno. A cada quien le tocará media hectárea de esa chacra. Cien años después, luego de cuatro generaciones, a los tataranietos de Juan Quispe solo les tocará cien metros cuadrados de tierra. ¿Cómo se llama eso? Decadencia familiar de los Quispes. Si Juan Quispe abuelo se hubiese proyectado para varias generaciones, educaba al primer hijo y dejaba dos hectáreas de chacra al segundo hijo, así sucesivamente por las generaciones siguientes, de modo que aseguraba la supervivencia de su descendencia… Para no terminar en la decadencia total, toda familia planifica y diseña su futuro para muchos años, tomando en cuenta sus fortalezas personales y los elementos del medio que le sirvan para ese fin. Igualmente, todo pueblo y toda Nación se proyectan, mínimo, para doscientos o trescientos años. Hubo a lo largo de la Historia pueblos burdeles, por voluntad propia o por imposición, así como hay en la actualidad pueblos fábricas y pueblos metrópolis y pueblos gendarmes, cada uno desempeñando el papel de líder o de gusano ante los demás. Los pueblos que no se proyectaron fueron borrados del mapa o engullidos por potencias extranjeras, tal vez no territorialmente pero sí económicamente. Con el África los europeos se divirtieron como esos niños que juegan dibujando mapas en el suelo, haciéndolos pelear tribu contra tribu, inventando –según sus conveniencias– países de corta o larga duración, hasta que vaciaron los recursos del continente… En cuanto a Chile, Diego Portales fue el primero en advertir que Chile nació a la República encerrado entre el Antártico, la cordillera y el mar, sin posibilidad de expandirse, de modo que para sobrevivir había que invadir a los vecinos porque en el futuro faltaría comida y territorio para los nuevos pobladores. Por eso nos arrebataron una porción de territorio con la ayuda de Inglaterra y por eso ahora, ya en la era de las guerras invisibles, la oligarquía chilena controla en nuestro país un algo de los poderes político y económico (principalmente empresas de servicios). En ese escenario, a los peruanos nos tocó jugar el papel de empleados y ellos el de patrones. ¡En nuestra propia casa! 

Si hablamos de Proyecto Histórico, ¿adónde camina el Perú? A ninguna parte. ¿Cuál es su proyecto de aquí a doscientos años? Ganarle a Chile en la enajenación de materias primas, principalmente el cobre. El objetivo de los gobernantes es que el Perú permanezca, por lo menos, en lo que llamaban el Tercer Mundo, aunque ya parecemos un país de Cuarto Mundo. 

No puede ser nuestro destino vivir de los donativos que nos dejan los mercaderes mineros llamados transnacionales. Tenemos que industrializarnos. No puede ser nuestro destino dejar el gobierno en manos de una banda de forajidos que sirven de bisagra a las transnacionales en la entrega, el control y el sometimiento del país. Tenemos sacarlos de Palacio. No puede ser un buen destino que nuestros hijos laven el plato de chinos, japoneses o gringos en nuestra propia casa. Los que llegan al Perú son bienvenidos pero deben venir a estas tierras a ser nuestros empleados. No puede ser nuestro destino regalar millones de toneladas de peces mientras nuestros niños se mueren de desnutrición. Toda la producción de alimentos debe ir a la mesa de los peruanos… El pueblo donde un día el Inca se irguió por encima de todo el continente no se merece, de ninguna manera, el destino de los países africanos. El destino del Perú, con todo lo que tiene (climas, petróleo, minerales, etc.), es ser la primera potencia de Latinoamérica. 

Después de doscientos años de república, el Perú (el único país del mundo donde un extranjero puede, con derecho y oficialmente, dar órdenes a las fuerzas armadas de los peruanos) es todavía un país provisional: sin norte, sin instituciones sólidas, sin libertades para expresarse (la protesta es un crimen). Peor aún: desde que el poder cayó en manos de mercaderes sin escrúpulos, no hemos dejado de caer hacia el abismo. Con un modelo que enajena los recursos y el territorio de la Nación, que abre brechas cada vez más grandes entre ricos y pobres, que ha elevado a la corrupción a la categoría de virtud (que robe pero que haga obras), nuestro destino más cercano como país pareciera ser la decadencia, la guerra civil o una transición con participación ciudadana. 


Un luchador social como pocos en su generación

UNO
LA CUARTA GENERACIÓN ESTÁ DE LUTO
En memoria de Rubén Montañez Espinoza

         La cuarta generación del socialismo peruano acaba de perder a un activista que desde los años 80 trabajó con fidelidad al camino de Mariátegui, modestia y abnegación, en el período de Replanteamiento Intenso y Extenso de la organización del proletariado que se desarrolló hasta el primer lustro de la década del noventa.
         El joven activista colaboró intensamente con los responsables de la tercera generación del S.P., en la edición y difusión de la revista Punto de Vista, el libro Plan Perú Siete Triples, el Manifiesto del Poder Cívico, en la organización de diversos eventos políticos y culturales y la ejecución de múltiples tareas económicas, sociales y políticas.
         En este período de grandes contradicciones internas, de persecución y represión de los gobiernos de turno, forjamos un equipo con Rubén Montañez Espinoza, Alberto Palomino Molina y Edgar Pereyra Rojas que desarrolló profundos lazos de cooperación e impulsó el Replanteamiento obteniendo óptimos resultados.
         Rubén fue un destacado maestro de escuela que aplicó la teoría de la Escuela de Estudio y Trabajo y siguió el camino de Germán Caro Ríos. Se enfermó, trabajando cerca de 20 años en una comunidad campesina de la provincia de Yungay. En diciembre de 2017 fue internado en el Hospital Edgardo Rebagliati. Falleció en la noche del 21 del presente mes. En este momento, se encuentra en el Velatorio N°8 del indicado hospital.
         A los 57 años de edad, nos deja físicamente. Con profundo dolor escribo esta nota, por ser además familiar directo que creció desde niño a mi lado, le llevé a la escuela, le enseñé a leer y escribir y a ser buen ciudadano, pensante y operante.
         Rubén siempre estará presente entre nosotros, en nuestra perseverante lucha por el cambio social.
         Lima, 23 de Febrero de 2018.
         Manuel Montañez Vásquez

DOS
Último Intercambio con Rubén Arturo

A

Carta personal.
rubenarturomontañezespinoza<rubename7@hotmail.com>  (29/7/17)
         Estimado Ramón.
         Deseo que al recibir la presente se encuentre bien en armonía con su familia. Nosotros en esta nos encontramos afrontando los quehaceres de la vida diaria y los ataques del clima, ya que en Huaraz se siente un frío que muerde.
         En estos días pensaba lo difícil que debe ser, el estar ausente físicamente de su país. Usted habrá superado las dificultades de estar sólo e incomprendido, más por nosotros que por los demás. Su familia hasta el momento constituye la mejor base de apoyo. Y los ideales han permitido estar presente espiritualmente en nuestra patria.
         En mi caso cuento con la memoria de mi padre, que si no se le conocía bien se podría pensar que era un hombre severo y serio. En realidad era una persona reservada y respetuosa. Cuando algo le parecía bien sus ojos se iluminaban y sonreía. Si estaban mal las cosas, nos miraba como aconsejándonos y cuidándonos. Las pocas veces que me encontraba, su rostro se ponía sereno y distante y al conversar no advertía nada de lo que nos rodeaba y separaba.
         Creo que en su estudio y trabajo generacional, que por circunstancias de la vida no podía mirar de cerca ni tocar in situ, la realidad peruana pero pudo superarlo hablando y escuchando. Se podría decir que usted miraba con los ojos de su corazón. En más de cinco décadas lo que ha madurado más que cambiado es su corazón o pensamiento. Toda una vida y obra de interpretación y transformación como lo hicieron el Amauta JCM y el maestro GCR. Me siento orgulloso de que hace quince años nos encontramos y nos dimos un abrazo. Recuerdo su expresión lejana e intensa y lo mejor de ser pensante y operante así como los momentos que conversamos. Sin la menor duda usted es el maestro más maravilloso y estupendo que pueda haber tenido nuestra generación.
         Continúe con su declarada y enérgica ambición de concurrir a la creación del socialismo peruano.
         Sin más por el momento me despido con un fuerte abrazo. Saludos de Lemuel y Norma que me encarga decirle que en este hogar de la serranía siempre le recordamos como el mejor maestro peruano de corazón.
         Sinceramente.                                                                                                                                                                                      Rubén.

B
         Estimado
         Rubén:
         Muchas gracias por sus palabras, que me alientan a seguir laborando, aunque reciba el silencio más de propios que de ajenos.
         Si observa el cuadro mundial, internacionalmente ya pocos se refieren a los Maestros del Proletariado, y más todavía en sus propios países de origen. Y si así es con ellos, con los anónimos como el que le escribe ocurre lo mismo. Toca contentarse y seguir, seguir, seguir.
         Pero el Amauta JCM tiene su lugar en el mundo de las ideas socialistas. Es el teórico de la formación nacional, y en el caso concreto el teórico de un Perú Integral, y por eso sirve de ejemplo y guía no solo para Nuestra América sino para el mundo entero.
         Sé que lucha por sobrevivir, en su base de apoyo familiar con Norma y Lemuel. Comprendo su situación, pero me gustaría que comentara el contenido de mis propuestas.
         En fin, de todos modos recibiré con gusto sus correos.
         Saludos por casa.
         Fuerte abrazo,
         Ragarro
         17.08.17
TRES
         Según Grecia (Platón, en Fedón), el alma es inmortal. Según Judea (en la Biblia) los muertos resucitarán. Entre ambas falsedades, lo cierto es que, lo que no se hace en vida no se puede hacer después. Y Rubén hizo todo lo que pudo en vida. Luchó desde temprano por sobrevivir. Y en ese marco, luchó permanentemente por el cambio social. Graduado en Educación, trabajó en condiciones adversas en su profesión, en alturas inhóspitas y en condiciones precarias como muchos otros maestros del país. Esa vida difícil, esa lucha difícil lo llevó a la muerte temprana que nos conmueve a todos los que lo conocimos. Le solicité agrupar muchos escritos suyos que me enviaba, para editarlos en folleto. Es tarea que procuraré cumplir, pues son ejemplo para las Nueva Oleadas de Activistas NOA.
         Mis sinceras condolencias a su esposa Norma y a su hijo Lemuel, y a sus familiares.
         Ragarro( 26.02.18)

 Un luchador social como pocos en su generación
HASTA SIEMPRE COMPAÑERO
  Acabo de abrir mi correo y me encuentro con la dolorosa noticia del fallecimiento de Rubén Montañez Espinoza. Creo que morimos un poco cuando uno de nuestros compañeros de un alto ideal nos deja.
 Cuando jóvenes estudiantes, con él y otros jóvenes de nuestra generación, nos asimilamos a la preparación en el Camino de Mariátegui, participando activamente en la colaboración en la gestión de la Tercera Generación.
  Como todo joven en un comienzo, tuvo que enfrentar la dura adversidad de aprender primero a sobrevivir. Fue duro, muy duro, pero no significó ningún obstáculo cuando la voluntad se hace más fuerte al asimilarse a una nueva fe, tan realista como idealista: El Socialismo Peruano.
  En su breve semblanza que le tributa su tío Manuel, nos enteramos que Rubén se dio al trabajo de Educador. Su función como docente una Escuela sembrada en una de las muchas quebradas y valles de nuestra sierra peruana. Ese fue el cauce por donde fluyo toda la fuerza espiritual del activista del Socialismo Peruano. El torrente de sus energías regó hasta donde podía regar; es también, lo que a nosotros, de su generación, nos viene pasando.  
  Ahora que él no está físicamente, la fe que nunca lo abandono: el Socialismo Peruano, sigue en pie y avanzando. Cumplió dignamente su gestión generacional. Ante su última morada, no podemos decirle adiós, sino hasta siempre compañero Rubén. 
Héctor Félix D.  (26.02.18)
RUBÉN MONTAÑEZ ESPINOZA

La muerte es dulce; pero su antesala, cruel
Camilo José Cela

El 21 de febrero del 2018 falleció el c. Rubén Montañez Espinoza, luego de una penosa enfermedad que le tuvo postrado en el hospital desde diciembre del 2017.
Rubén, Profesor de carrera e integrante de la cuarta generación del socialismo peruano, cumplió su rol docente por espacio de 20 años en Huaraz-Yungay, tierra de sus progenitores. He ahí al maestro del Perú Profundo, trabajando en el más completo abandono por un mísero salario que sólo alcanza para sobrevivir. Así como él, miles y miles de maestros a lo largo y ancho del país, se encuentran laborando en situaciones muy difíciles que a través del tiempo deterioran su salud. En la década del veinte (20) siglo anterior, el Amauta Mariátegui denunció este hecho en los siguientes términos: “El Estado condena a sus maestros a una perenne estrechez pecuniaria. Les niega casi completamente todo medio de elevación económica o cultural y les cierra toda perspectiva de acceso a una categoría superior. De un lado, carecen los maestros de posibilidades de bienestar económico; de otro lado, carecen de posibilidades de progreso científico”. Ha transcurrido casi un siglo de esta denuncia y los problemas en el magisterio nacional siguen latentes y agudizándose año tras año.
De allí que el Amauta JCM fue claro al dirigirse a los maestros del Perú profundo, sistematizando sus inquietudes y dando la siguiente orientación: “…es el movimiento de renovación que se afirma cada día más entre los maestros. El maestro peruano quiere ocupar su puesto en la obra de reconstrucción social. No se conforma con la supervivencia de una realidad caduca. Se propone contribuir con su esfuerzo a la creación de una realidad nueva”. En efecto, los últimos movimientos magisteriales han despertado en el Perú profundo, llegando a Lima en marchas de sacrificio para manifestarse en gigantescas movilizaciones que doblegaron la prepotencia de un gobierno mediocre y de los representantes de la vieja política criolla. En la práctica, una vez más, se ha demostrado que la acción clasista del contingente de maestros, contribuye a elevar la conciencia del pueblo y a lograr la conquista de sus más sentidas reivindicaciones.
Conocí a Rubén a inicios de la década del 80. Un joven inquieto que asistía a las reuniones de la tercera generación del socialismo peruano, compartiendo algunas responsabilidades con el propósito de asimilar conscientemente el Camino de Mariátegui.
En una oportunidad nos organizamos en grupos de trabajo para desarrollar exposiciones en el aula de un Centro educativo del cercado de Lima. Nos correspondió exponer metódicamente EL FRENTE UNIDO HOY. Para el efecto, nos basamos en el artículo del c. Ramón García, publicado en la revista Punto de Vista N°3. Para la exposición se elaboraron papelógrafos con gráficos y cuadros que sustentaban la teoría del Frente Unido con su Programa Reivindicativo y Prospectivo. En estas tareas el c. Rubén compartió responsabilidades con otros miembros de su generación y algunos de la tercera generación. He ahí el rol de una generación en gestión, formando en el estudio, trabajo y lucha a una nueva generación como sus continuadores.
Hay muchos compañeros con quienes hemos compartido valiosas experiencias de estudio, trabajo, organización y lucha. Por circunstancia de la vida, seguimos distintos caminos, con estilos diferentes, pero siempre avizorando un futuro promisor para el pueblo peruano. Esto es: Un Perú Integral. En el transcurrir del tiempo nos reencontramos con algunos de ellos, sin tener información de otros destacados compañeros de lucha. Tal es el caso que tardíamente nos informamos, vía virtual, de que el c. Edgar Pereyra había fallecido hace años. Algo similar sucedió con la c. Ana Lévano, Raúl Córdova, Josefa Placencia y tal vez algún compañero de tantos con quienes hemos compartido largas jornadas de lucha por un nuevo orden social. De no ser por la nota virtual difundida por el colectivo Perú Integral, también hubiera pasado desapercibido el fallecimiento de Rubén. Hay una deuda pendiente para reivindicar a los compañeros que dedicaron lo mejor de su vida luchando por un Perú nuevo en el mundo nuevo, sin claudicar a sus principios.
En honor a Rubén y a todos los compañeros que han nacido a la eternidad, nuestro homenaje rememorando el mensaje de Leonardo da Vinci que dice: “Así como una jornada bien empleada produce un dulce sueño, así una vida bien usada produce una dulce muerte”. En realidad, un revolucionario no muere si se le recuerda siempre valorando sus acciones afirmativas para ser emulados por las generaciones sucesivas.
Lima-Perú, 27 febrero 2018
José Félix Damián 
 Fuente: COLECTIVO PERÚ INTEGRAL,  01 de marzo 2018
CICLO DE SEMINARIO
TEMARIO
FECHA
EXPOSITOR
El Socialismo en el Perú
01-03-2018
Ricardo Melgar
Día Internacional de la Mujer
08-03-2018
Shara Huamán Rutmilca Medina
El Estado
15-03-2018
Freddy Gamboa
Gonzalo Castañeda
Socialismo peruano de Huamán Poma a Mariátegui
22-03-2018
Edmundo Murrugarra
Organizan:
Confederación Campesina del Perú
Comité Centenario del Socialismo Peruano
LOCAL: Plaza Bolognesi N°588
Hora: 6.30 PM


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