Alonso Castillo Flores
Protestas violentas, vandalismo, seis
muertos, masas decepcionadas y escándalos de corrupción increpados al gobierno.
Nada de esto puede dejarnos callados, pensar no es un lujo sino una necesidad,
hoy es imperativo. César Hildebrandt (8 de abril de 2022) ha declarado “el fin
de la historia” de Castillo, y pone como opciones la renuncia pacífica o el
golpe militar. Su visión es la del ciudadano que espera gobernantes probos y
capaces, que quiere sacar al mal gobernante y luego librarse del siguiente.
Nuestro ilustre anarquista ahora se esperanza en que el fiscal de la nación
termine por destapar los delitos atribuidos a Castillo (Hildebrandt, 15 de
abril de 2022).
¿Cuántos peruanos saben que Ucrania
es el principal productor mundial de girasol para aceite? ¿Cuántos saben que
Rusia está dentro de los tres primeros productores de petróleo, fertilizantes,
trigo y girasol de todo el globo? Las protestas se deben al alza del costo de
vida por la guerra de Ucrania, y mientras los más necesitados se ven afectados
con el alza del pan y la gasolina, las grandes mineras se benefician con el
alza de los metales (Francke, 8 de abril de 2022). Árbol caído, ganancia de
leñador. Debe evitarse tremenda injusticia. Pero, ojo: también se ha protestado
masivamente contra los monopolios y el congreso promonopolio, más impopular que
el mismo chivo expiatorio Castillo —si creemos las encuestas. Un nuevo paro de
trabajadores en Cusco ha comenzado. Las medidas sobre los impuestos y la
inauguración de la refinería de Talara, sin embargo, han despertado esperanzas
de mejoras económicas.
Ha
llegado la hora de darse cuenta que el gobierno de turno (ejecutivo o mayoría
congresal) no es el Estado, sino el funcionario
a sueldo de un Estado con gran injerencia del poder judicial, las fuerzas armadas,
los oligopolios y la gran prensa. Cualquier alternativa renovadora no puede
obviar que aun hoy el Estado es el monopolio del ejercicio “legítimo” de la
violencia física en un territorio (Weber, 2004, p. 33), y que esta violencia no
se sostiene sin un “Estado-ético” (o sociedad civil) que ejerza la hegemonía
cultural de un grupo social (Gramsci, 2013, pp. 260-261), y eso no se ejerce
con una simple elección. La hegemonía es hoy liberal y ensambla el
fundamentalismo de mercado, el mito del emprendedor limpio y astuto, el fútbol
como valor patrio, etc.
Protestas violentas, vandalismo, seis
muertos, masas decepcionadas y escándalos de corrupción increpados al gobierno.
Nada de esto puede dejarnos callados, pensar no es un lujo sino una necesidad,
hoy es imperativo.
En términos de cuestiones de Estado,
ganar una elección es lo más fácil. Y, sin embargo, la izquierda peruana jamás
había ganado una elección presidencial sino hasta el Bicentenario. ¡Enorme y
esmerada victoria, por decir lo menos! Pedro Castillo no es, eso sí, un hombre
ideologizado ni menos un ideólogo. Según sus enemigos, ni siquiera tiene ideas.
Castillo no es una personalidad singular, es un prototipo de político popular
rural, aquel “que mezcla retórica política izquierdista, desarrollismo,
economía moral andina y un alto grado de pragmatismo” (y conservadurismo),
también sometido “a juegos de intereses” y “formas de dominación y represión”
(Asensio, 2021, p. 47). Que a nadie le sorprenda el paso de Castillo del Perú
Posible toledista al tan terruqueado Fenateperú, a nadie le sorprendan sus
ministros de derecha, sus vaivenes con JP y su lazo ambiguo con Cerrón.
El equipo técnico inicial de Castillo
más que izquierdista es nacionalista, Juan Pari, Modesto Montoya, Aníbal
Torres, etc. (Asensio, p. 263), de ahí la referencia a Hitler, que tan
hipócritamente “indignó” a la derecha mansa con el saludo nazi de “La
Resistencia”. Sépanlo todos: los líderes máximos de la revolución boliviana de
1952, como Paz Estensoro, admiraban a Hitler, nacionalizaron las minas de
estaño y dieron la tierra a los campesinos en una reforma agraria radical
(Hobsbawn, 1998, p. 140). El mismo Paz luego se encargó de la reforma
neoliberal de fines de los 80’s. En el Perú la migración ideológica y
programática tampoco es inusual.
Un sector de la derecha ha pasado el
clímax romántico en la época de Merino, sufre su derrota y no la acepta, pero
tiene muchas expectativas para su revancha, que torpemente insiste en alcanzar.
La izquierda también terminó un ciclo romántico que va desde Merino hasta la
victoria electoral y la luna de miel ´de “caviares”, “radicales” y el pueblo.
Su momento realista le enrostra la naturaleza del Estado y de sus
representantes en él. Amplias masas se han visto encarnadas por un hombre como
ellos, provinciano, sencillo, trabajador y pragmático, porque ellas también
guardan esas características, masas sin vanguardia preclara, con cuadros
“incultos” cuya sabiduría cotidiana se ve amenazada por las exigencias técnicas
del sistema estatal.
El Perú está en crisis y su Estado
neoliberal (amparado en la sacrosanta Constitución del ‘93) se desmorona ante
una población cada vez más intolerante con los gobiernos, el último de los
cuales, muy “outsider” y muy “antisistema”, entra como vacuna, vulnerable ante
las autodefensas de un aparato que se niega a desaparecer. La izquierda algo
ambiciosa ha pasado del mesianismo radical al provincialismo redentor, una
izquierda que sigue pensando en grandes líderes bonapartistas y plebiscitarios,
en los Fidel, los Putin y hasta los Hitler.
El asedio es enorme, un Lúcar antes
aspirante a mermelero del Profe, ahora pide a gritos y escupitajos su renuncia,
y de ellos hay muchos. Nunca se estuvo tan cerca del gobierno y tan lejos del
poder a la vez. Los consecuentes y más combativos seguirán luchando por la
nueva constitución ¿Fin de Castillo? Dejamos las predicciones apocalípticas
para las brujas con bolas de cristal y los nuevos Fukuyamas del fin de la
historia.
Bibliografía
Asensio,
R., Camacho. G., González, N., Grompone, R., Pajuelo, R., Peña, O., Moscoso, M,
Vázquez, Y. y Sosa-Villagarcía, P. (2021). El profe. Cómo Pedro Castillo
se convirtió en presidente del Perú y qué pasará a continuación. Instituto
de Estudios Peruanos
Francke,
P. (8 de abril de 2022). “Ni avestruces ni cangrejos”. Hildebrandt en sus trece, 19 y 30
Gramsci,
A. (2013). Antología. Akal
Hildebrandt,
C. (8 de abril de 2022). “El fin de la historia”. Hildebrandt en sus trece, 12-13
Hildebrandt,
C. (15 de abril de 2022). “Engañifas”. Hildebrandt en sus trece,
12
Hobsbawn,
E. (1999). Historia del siglo XX. Grijalbo
Mondadori
Weber,
M. (2004). The vocation lectures. Hackett
Fuente: https://barropensativocei.com/2022/04/18/fin-de-pedro-castillo/
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