𝗣𝗢𝗥: 𝗟𝗨𝗜𝗦 𝗘𝗦𝗣𝗔𝗥𝗭𝗔
El caso
Anahí Durand que abandona Nuevo Perú siendo su Presidenta a cambio de 17400
soles (4680 dólares) para ser consultora de Pedro Castillo vía Aníbal Torres]
es una puñalada a la ética del cambio y a su propio partido, pues jurándose
ella izquierdista hace lo mismo que están acostumbrados a hacer los derechistas
peruanos durante toda nuestra historia (Ojo, el centro nunca existe en sistemas
capitalistas).
Estos casos de nuevos ricos gobiernistas o nueva burguesía estatal es sólo la punta del iceberg de un sistema de compras de conciencias a cambio de dinero público directo o indirecto (verbigracia, con Durand se hizo por FAG del MEF, no por directorio de funcionarios) que han usado todos los gobernantes a lo largo de la historia, donde Perú no es la excepción, a fin de alquilar cuadros, 'deportar' opositores, fidelizar agentes, suavizar críticas, evitar rupturas, aprovechar relaciones, armonizar narrativa y, sobre todo, defender hasta lo indefendible o negar hasta lo innegable. Como dicen en mi tierra, 'con la plata baila el mono'. Lamentablemente cierto en este caso.
Por ejemplo, la info desactualizada que llega sobre Pedro Castillo (Perú) hacia presidentes Alberto Fernández (Argentina), cabeza de CELAC, o Luis Arce (Bolivia) o Pablo Iglesias (España), proviene del círculo relacional afín a Anahí Durand. Pasa lo mismo con prestigiosas revistas socialistas occidentales Jacobin USA y Jacobin Latinoamérica, donde ella conforma incluso la editorial. Los agentes del gobierno neoliberal populista de Pedro Castillo jamás van a comunicar a sus pares latinoamericanos, estadounidenses o europeos que han iniciado su mandato en Perú eliminando su principal propuesta de cambio, la Asamblea Constituyente, porque romperían sus privilegios relacionales intercontinentales y, en efecto, se cerrarían las puertas profesionales, colaborativas y académicas de quienes sí están dando la batalla económica, política y cultural por cambiar sus países y no traicionando a sus pueblos.
Este sistema de compra de consciencias lo ejecutan gobiernos de derechas e izquierdas en general para tiempos de paz y calma social, pero, en especial, se incrementa groseramente para tiempos de guerra y de crisis sistémica. La objeción aquí recae en la persona que permite ser comprada contraviniendo todo su discurso original o su vida misma a cambio de 1) dejar hacer o dejar pasar, 2) ser tibio o zigzagueante, o 3) en el peor de los casos, permitir ser modelado o ser altavoz del gobierno .
Solo quien no ha participado de ese sistema puede ser neutral para decir algo claro y directo, sin medias tintas al respecto. Es parecido, pero no igual, a la beca a Europa que el marxista José Carlos Mariátegui se permite recibir del liberal Augusto B. Leguía 'como deportación por ser agente de propaganda'.
En este segundo caso, sin embargo, como escribía el historiador socialista Flores Galindo, a Mariátegui no le interesaba conspirar contra Leguía porque éste aportaba algunos beneficios a la transformación sustancial del Perú al representar su gobierno un derrotero propio de la democracia burguesa, paso dialéctico fundamental en camino al socialismo: ayudar a acabar, como liberal que era, con los enemigos del pueblo peruano y de toda Latinoamérica, la oligarquía terrateniente y sobre todo la Iglesia. En el caso Anahí Durand, por el contrario, asoma el puro escalamiento individual crematístico sacrificando su organización colectiva y echando un argumentario proporcional al dinero público que recibe. Es que no podría ser de otra forma .
En Perú,
esto es en particular fuerte porque por 200 años gobernaron las derechas y se
suponía que el primer gobierno de izquierdas llegaba a cambiarlo todo. ¿Y qué
pasó? No cambiaron nada concreto ni sostenido ni estructural porque
desesperados por el cargo, la obra o el servicio a dedo dentro del Estado
criollo neoliberal que les daría el gobierno entrante de Pedro Castillo y toda
su camarilla gobernante prefirieron callarse desde el inicio con algo tan
básico que debieron denunciar a los 4 vientos: la eliminación de la principal
propuesta electoral de cambio, la Asamblea Constituyente, de la Política
General de Gobierno donde debía estar si en serio querían cambiar el Perú [cosa
que, por ejemplo, sí hicieron valiente y lógicamente Rafael Correa en Ecuador
2006-2008 y Evo Morales en Bolivia 2006-2009 y está garantizando Gabriel Boric
en Chile (2021 - 2022).
https://www.facebook.com/luis.esparza.31586
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