(07 de febrero de 2015)
(versión con observaciones) (*)
Por Miguel
Aragón
A
continuación reenvío el artículo escrito por Manuel Velásquez el día 7 de
octubre de 2014 titulado El PS del P (El Partido Socialista del Perú).
Al enviarlo por los grupos de correo, Velásquez
colocó “Aniversario 86”, como título del asunto.
Este
reenvío, lo hago con la premeditada finalidad de promover, o incitar si se
quiere, algunos comentarios y debates sobre el tema, en
especial entre los compañeros de la generación actual,
de la generación adulta, conformada por los contemporáneos de
Velásquez, que nacieron aproximadamente el año 1970, y que actualmente tienen
en promedio 45 años de edad.
Después del
texto de Velásquez estoy enviando una carta-comentario mía, que la
comencé a escribir precisamente el mismo día 7 de octubre, pero que por
múltiples motivos vine postergando su revisión y culminación. Uno de los
motivos de mi demora, fue la dedicación a escribir mi extenso comentario Acerca
del Aniversario 86 de la Reunión de Barranco, que inicialmente era parte de
esta carta en preparación. A continuación el artículo de Velásquez, y más
abajo mi propia carta-comentario.
El
Martes, 7 de octubre, 2014 23:14:24, "Manuel Alexis Velàsquez Rangel librosunicornioazul@gmail.com
[foro_centenario]" <foro_centenario@yahoogroups.com>
escribió:
EL PS del P.
" Caminante no hay camino, se hace camino al andar..."
Machado.
Hace 86 años se fundó el Partido Socialista del
Perú. Su gestor fue José Carlos Mariátegui La Chira y la Primera Generación del
Socialismo Peruano. Este partido revolucionario sólo tuvo dos años de
existencia, pues en mayo de 1930, el traidor Eudocio Rabines daba vida al
Partido Comunista en el Perú. Este partido, ajeno en la teoría y en la práctica
al constituido por el Amauta, sin embargo, usufructuó y dilapidó todo el
esfuerzo de organización que demandó la construcción del partido proletario.
Desde ese entonces hasta la fecha, no es sino la
lucha por retomar el Camino de José Carlos Mariátegui, seguir y continuar sus
pasos para liderar y dirigir al pueblo peruano en su esfuerzo por alcanzar una
sociedad superior.
Este Camino es y no es. Es, por todo lo que
hicieron el Amauta y sus correligionarios, y que está plasmado en su obra
escrita y organizativa. Y no es, en cuanto que, más que un Camino a seguir es
uno por construir. Tal como ellos lo hicieron. Tenemos las herramientas, el
marxismo y las obras completas de José Carlos y tenemos el espíritu
revolucionario para lograrlo.
Hoy no hay celebraciones de efemérides como quería
el Amauta, pero sí hay recordación con fe y optimismo que "nunca es más
oscuro que cuando va a amanecer" y si observamos a nuestro alrededor es
así como está sucediendo. La crisis del capitalismo es a nivel mundial y es
irreversible, terminal. Lo mismo sucede en el Perú, ya que el tan cacareado
crecimiento económico se da sobre las espaldas del pueblo trabajador privado de
la mayoría de sus derechos sindicales y condenado en su mayoría a un mísero
salario. La descomposición social continúa en forma alarmante, la delincuencia,
la corrupción, el narcotráfico y la trata de mujeres aumentan en forma
geométrica. El viejo Estado republicano está infestado de ratas que pugnan por
repartirse el botín presupuestal y todas las prebendas y gollerías estatales.
La desmoralización cunde en todas las clases y
expresión de esto son los resultados de las últimas elecciones municipales y
regionales, que en Lima dan como ganador a una persona cuestionada por
el lavado de activos y que se salva sólo por ser socio de otro gran
mafioso responsable del indulto masivo de narcotraficantes en el Perú. No
en vano somos los primeros exportadores de cocaína en el mundo y los últimos en
comprensión de lectura. Nada es casualidad.
Los socialistas peruanos, los revolucionarios
proletarios, los luchadores por el Cambio Social, estamos dispersos, no
inactivos, pero separados, desunidos. Esta diáspora se acentuó a finales
de los noventa y culminó en la primera década del nuevo siglo. Los viejos
partidos comunistas o socialistas que sobreviven, lo hacen más por inercia que
por verdadero élan. Ni a reformistas llegan, sólo vegetan, como la mayoría de
sus seniles dirigentes.
No nos lamentamos por ello, al contrario,
alegrémonos que se acaba una larga etapa de oscurantismo político e ideológico,
marcada por el seguidismo colonial a alguna corriente marxista o seudomarxista
del extranjero, sea soviética, china, albanesa, cubana, coreana, etc., etc. Hoy
estamos viviendo la etapa cosmopolita del socialismo en el Perú, al incorporar
los aportes de Gramsci, Ernesto Guevara, etc., etc., pero sin seguidismo,
distinguiendo el fraseario del ideario, lo contingente de lo esencial, que
nos sirva para reiniciar la etapa nacional del socialismo peruano.
Una de las grandes enseñanzas del Amauta José
Carlos es que el propio movimiento crea sus formas de organización, es decir,
la aplicación práctica del principio materialista de que la función hace
al órgano. Entonces, hay que echarse a andar como el caminante de Machado
que murió lejos de su hogar. Y por dónde hay que empezar? Ahí donde estamos,
sea nuestro centro laboral o nuestro barrio, tratando de participar en la vida
común o comunal. Aportando cada cual según su capacidad y teniendo como motor
nuestra fe en el Socialismo como una sociedad superior al capitalismo, previa
Revolución que tiene que ser dirigida por un partido de clase, un partido al
estilo del que forjaron José Carlos Mariátegui y sus colaboradores; el
Partido del Socialismo Peruano.
Cuándo se hará realidad esta organización? No hay
plazos ni fechas, pero hay hitos como el 2018 año en que se cumplen doscientos
años del nacimiento de Karl Marx y cien años de existencia del movimiento
socialista en el Perú. Preparémonos, presentémonos, pongámonos en movimiento,
participemos. Por ejemplo, podemos iniciar un movimiento para lograr la
revocatoria del mafioso que se va a instalar en el sillón municipal y de paso
que le damos de tomar de su propia medicina nos sirve para organizar, difundir,
educar? Quién se anima a ponerle el cascabel al gato?
Lima, 7 de octubre del 2014.
Manuel Velásquez Rangel.
CARTA DE MIGUEL ARAGÓN A MANUEL VELÁSQUEZ
7 de febrero de 2015 (iniciada el 07 de octubre de 2014)
Estimado Manuel Velásquez:
Reciba usted mis saludos. Después de leer su artículo del 7 de octubre
pasado, he venido anotando algunas observaciones y comentarios, los cuales paso
a detallar.
1.- Importancia de la evolución generacional.-
Antes de
entrar al comentario en sí, sobre el contenido de su artículo “Aniversario
86”, en el cual usted recuerda y comenta la importancia de la Reunión de
Barranco del 7 de octubre de 1928, en primer lugar me parece necesario
precisar algunos conceptos sobre la influencia de la evolución
generacional en el desarrollo de las ideas.
Sabido es
que la naturaleza, la sociedad y el pensamiento se encuentran en permanente
movimiento, cambio, transformación y desarrollo. De igual manera los diferentes
aspectos de la realidad peruana se encuentran en permanente cambio.
Cada
generación del pueblo peruano, y del movimiento socialista peruano, activa en
condiciones económico-sociales y político –culturales diferentes a las
condiciones que existían durante la gestión de las generaciones anteriores.
Esta constatación es una verdad de perogrullo, demasiado evidente,
pero ahora no está demás recordarla.
Si nos
atenemos a la certidumbre de la teoría del reflejo, criterio fundamental
de la concepción materialista de la historia, tenemos que aceptar que
resulta más que natural, que las ideas desarrolladas por cada nueva
generación, necesariamente tienen que ser ideas diferentes, que reflejen
la nueva y diferente realidad ya formada. Y en lo posible, estas nuevas
ideas serán ideas más certeras, más próximas a la realidad,
que las ideas que pudieron desarrollar las generaciones que
la precedieron.
La presente
generación del pueblo peruano, y del movimiento socialista peruano, la
generación adulta que inició su gestión aproximadamente el año 1995, generación
a la cual usted pertenece, ya tiene aproximadamente 20 años de actividad
laboral propia, de acción política propia, y de producción teórica propia. Pero
como nada es eterno, la gestión de esta generación necesariamente culminará
aproximadamente el año 2020.
Hace tiempo
que ustedes, como generación, dejaron de ser jóvenes, y ya
se hace necesario que los miembros de su generación comiencen a
ordenar y sistematizar su propia experiencia práctica y teórica,
tanto individual como colectiva. Ahora, comenzando el año 2015, con
mucha mayor razón, ante el prematuro nacimiento, e irrupción en la lucha
política, de una nueva generación, como lo viene demostrando la sucesión de
grandes movilizaciones por el Derecho al Trabajo Digno, en las cuales
están participando, y se han erigido como los principales componentes,
varios miles de trabajadores y estudiantes jóvenes. No cabe duda alguna,
que la mayoría de ellos conforman otra generación.
En la acción
práctica, el aporte de la actual generación del movimiento socialista
peruano, y del pueblo peruano, es inmensamente rico en enseñanzas, sobre
todo por las acciones de masas desplegadas durante el decenio 2003-2013,
decenio de reanimación de las luchas de masas en el país, periodo que se
sigue prolongando y enriqueciendo con las acciones de masas
de los dos últimos años. La acción práctica de la generación actual supera
largamente la experiencia de varias de las generaciones pasadas. En mi
intervención en la sesión inaugural del Tercer Seminario sobre
Socialismo Peruano, realizado entre octubre y diciembre de 2011, yo
presenté una propuesta de balance de las luchas de masas desplegadas desde 2003
en adelante. Texto que, como ya es costumbre entre nosotros, también fue
recibido con la tradicionalista conspiración del silencio.
Si bien yo
reconozco y valoro el gran aporte de la acción práctica de la actual
generación, no me atrevería afirmar lo mismo, en la
evaluación del desarrollo teórico. Hasta el
presente, hay muy pocos activistas de su generación que se atreven a
“pensar por cuenta propia”, a “emitir su propia opinión”. La mayoría, con
naturales excepciones, ha optado por repetir los lugares
comunes dejados por las generaciones pasadas, cohibiéndose de
expresar su propia manera de pensar, y de sistematizar los nuevos aportes en el
campo de la investigación histórica y del presente.
2.- Algunos pronunciamientos acerca del Aniversario
86 de la Reunión de Barranco.-
Con motivo
del Aniversario 86 de la Reunión de Barranco del 7 de octubre de 1928, por
diversos medios se publicaron recordaciones y celebraciones. Entre ellos, los
que, año a año, acostumbran divulgar el Partido Comunista Peruano (PCP)
y el Partido Comunista del Perú – Patria Roja (PC del P-PR).
Aparte de esos tradicionalistas pronunciamientos, usted divulgó su bien
meditado artículo “Aniversario 86”. Posiblemente, muchos otros
recordaron la fecha, pero lo hicieron en silencio, de manera reservada, en la
intimidad de su hogar, de su centro de trabajo, o de su centro de
estudio.
Después de
la primera lectura de esos tres pronunciamientos, observé que los
tres, incluido el suyo, se han reducido a repetir los lugares comunes
que se vienen diciendo desde hace varias décadas, sin aportar elementos nuevos
de investigación.
Ante esa
desazón de mi parte, me propuse escribirle esta carta-comentario. Mientras la
preparaba, en el interín, con fecha 04 de noviembre adelanté algunas opiniones
en carta dirigida a nuestro común amigo Gustavo Pérez Hinojosa. Adelanto de
opiniones que motivaron que el comentarista Eduardo Ibarra escribiera, con
fecha 01 de enero del presente, su alborotado texto Contra el
Liquidacionismo Histórico, en el cual él despliega su ya conocido
estilo superficial, primero escribe los “adjetivos”, y después trata de
acomodar los hechos y las ideas, para que calcen dentro de sus
presunciones apriorísticas.
Yo hubiera
preferido que este comentario al artículo que usted escribió el 7 de
octubre pasado, hubiera sido precedido por un debate intra-generacional,
es decir por opiniones de otros miembros de su propia generación, para no
abusar así de los límites naturales del intercambio inter-generacional, que
lamentablemente muchas veces cohíbe el debate entre los miembros de la actual
generación (resulta casi sintomático, y muy lamentable, observar que cuando
algún “veterano” de mi generación intervine en los debates, por lo
general “las personas adultas” de la actual generación, se abstienen de seguir opinando,
y optan por la fácil pero incorrecta posición de quedarse como “espectadores”)
. A la fecha ya han transcurrido 120 días desde que usted publicó su
artículo Aniversario 86, y la nota predominante ha sido la
conspiración del silencio.
Que los investigadores
y activista de mi generación (que en nuestra mayoría ya somos veteranos
que en promedio tenemos 70 años de edad) mayormente nos
hayamos quedado estancados en los lugares comunes que se repetían
en las décadas de 1960 y del 1970, resulta natural y hasta comprensible
(esas fueron las ideas que asimilamos en los años de nuestra juventud), y
no debería sorprendernos. Pero no resulta igualmente aceptable, que entre
los investigadores y activistas de la actual generación (que en su mayoría tienen
una edad promedio de 45 años de edad) se sigan repitiendo esos mismos lugares
comunes, como si ya no hubiera nada nuevo que investigar, nada nuevo
que replantear. Esta actitud si resulta criticable.
Me parece
que ya es tiempo que los activistas de la actual generación se atrevan a decir
una palabra nueva, a emitir opiniones propias que se nutran de los
últimos avances de la investigación histórica y que reflejen la realidad
cambiante del presente, realidad que independientemente de nuestra propia voluntad,
necesariamente es diferente a la realidad del pasado.
3.- Algunas observaciones puntuales.-
Después de
la primera lectura de su artículo, anoté un primer listado de observaciones.
3.1 Comenzando
su artículo usted anotó:
“Hace 86 años se fundó el Partido Socialista del
Perú. Su gestor fue José Carlos Mariátegui La Chira y la Primera Generación del
Socialismo Peruano. Este partido revolucionario sólo tuvo dos años de
existencia, pues en mayo de 1930, el traidor Eudocio Rabines daba vida al
Partido Comunista en el Perú. Este partido, ajeno en la teoría y en la práctica
al constituido por el Amauta, sin embargo, usufructuó y dilapidó todo el
esfuerzo de organización que demandó la construcción del partido proletario”.
En esta
nueva oportunidad, no voy a volver a abundar en lo ya dicho anteriormente en mi
largo artículo Acerca del Aniversario 86 de la Reunión de Barranco, cuyo
contenido se resume en lo siguiente:
“En la
Reunión de Barranco del 7 de octubre se acordó constituir el Comité
Organizador del Partido Socialista del Perú, pero no se acordó
constituir el Partido Socialista del Perú propiamente dicho, como
erróneamente se sigue repitiendo”.
3.2 En el
título usted anotó “El PS del P”, que como sabemos son las iniciales de
“Partido Socialista del Perú”, que es la denominación del proyecto de partido
por el cual trabajó Mariátegui. Pero más abajo, en uno de los
últimos párrafos, usted escribió “Partido Socialista Peruano”, lo cual
considero que es una denominación incorrecta, tiene otras
connotaciones, tanto como concepto, como cuestión histórica, que en este
momento sería largo enumerar.(**)
3.3 Usted ha
calificado a Eudocio Rabines de “traidor”. Y lo hace sin
complementar la idea explicando “traidor a quien”, o “traidor a que”. Sin
lo cual, su calificativo es incompleto.
Si Rabines
hubiera estado identificado desde sus inicios, o a partir de cierto momento de
su desarrollo, con el proletariado, con el socialismo, tendríamos derecho a
colocarle tal calificativo de “traidor al socialismo”.
Pero
ocurre que, Rabines nunca estuvo identificado con el proletariado ni con el
socialismo, por lo tanto no se le puede llamar “traidor”. Por el
contrario, yo considero que él fue un hombre muy consecuente,
consecuente con su ideario y con la clase con la cual él siempre se
identificó.
No olvidemos
que Rabines, que era natural de Cajamarca, al venir a vivir a Lima, a
fines de la década de 1910, se inició como empleado de una oficina
comercial. Luego, al comenzar la década de 1920 se integró a la acción
política en los tiempos de la Universidad Popular Gonzáles Prada, donde conoció
a algunos de los activistas del movimiento estudiantil de esos años.
Aproximadamente en 1925 fue deportado a Buenos Aires, junto con algunos estudiantes,
donde se vinculó a un sector del movimiento estudiantil argentino. En esa
ciudad, colaboró en la publicación del panfleto Por la Emancipación de
América Latina, que era una recopilación de artículos y cartas de Víctor
Raúl Haya. A fines de 1926 Rabines viajó a París, como delegado de la
Liga Anti-imperialista Argentina, ahí entabló amistad con Víctor Raúl
Haya. El 22 de enero de 1927 participó en la constitución del Centro de
Estudios Antiimperialistas de la APRA. Fue nombrado Secretario General
de la Sección de la APRA en Paris, y director del mencionado centro
de estudios anti-imperialistas. En febrero Haya y Rabines asistieron al I
Congreso Anti-imperialista Mundial realizado en Bruselas, ambos votaron las
resoluciones del congreso, pero “con reservas” (revisar libro de Pedro Planas,
Los Orígenes del APRA, pag.48).
Ya
establecido en Europa, Rabines estrechó relaciones políticas con Haya, y
prácticamente se formó teórica y políticamente a su lado, identificándose
plenamente con la tendencia nacionalista que éste predicaba, tendencia opuesta
al socialismo proletario.
A fines de
1926 Haya escribió y publicó su llamamiento ¿Qué es el APRA? La
primera, y por un buen tiempo única sección aprista que se formó fue la
Sección de Paris. Como hemos anotado más arriba, Rabines fue nombrado el
primer secretario general.
La
importancia que tenía Rabines, dentro de la estructura de la organización que
Haya pretendía organizar, se puede comprobar en la nutrida
correspondencia sostenida entre ambos. Esos documentos se pueden revisar
en el Anexo del libro de Pedro Planas Los Orígenes del APRA,
posteriormente Ricardo Luna Vegas publicó dos cartas inéditas adicionales, en
su libro sobre la verdadera historia de la APRA.
En esa
colección de cartas de Haya, dirigidas a Rabines (en Paris) y
Esteban Pavletich (en México), Haya declaró “la cuestión es dar a nuestro
movimiento un carácter realmente comunista, marxista, leninista, sin
decirlo” (carta del 15 de abril de 1926), pero sobre todo se presentaba como
furibundo “anti-imperialista” y “anti-leguiista”. Declaró que “la APRA
era a la vez frente, partido y ejército rojo”, y que debía
“formarse como una organización militarizada”. Si uno leyera esas
cartas por primera vez, sin conocer el nombre del autor, podría suponer
que el autor fue el mismísimo Abimael Guzmán de los años 80.
Para
oponerse a la revolución socialista, Haya esbozó el plan de la revolución
libertadora, de la revolución nacional anti imperialista, propuesta que en
algunos casos resulta válida, para un país colonial,
invadido política y militarmente por una potencia extranjera. Pero que resulta
una propuesta absurda, para un país capitalista semi-feudal y semi-colonial,
como era y es el caso del Perú.
Tratando de
sustentar su candidatura a la Presidencia de la República en las
elecciones de 1929, Haya le escribió a Rabines:
“El
‘Candidato’, debe ser presentado como el leader de la defensa de la soberanía nacional
amenazada por los yanquis. Todo debe concretarse a esta propaganda: Leguía
vende al país y hay que impedirlo; el ‘candidato’ representa la
reivindicación de la soberanía nacional. Nada más. Esta debe ser la única
bandera de agitación electoral. Bandera anti-imperialista, y furiosamente
nacionalista” (ver carta de Haya del 16 de marzo de 1928)
Esas ideas fueron lo sustancial de la formación teórica y política
de Rabines, y esa orientación fue la que él imprimió en la dirección del Partido
Comunista del Perú desde su fundación: propuesta de revolución
anti-imperialista de inspiración “hayista”, en oposición a la propuesta
programática de revolución socialista desarrollada por José Carlos
Mariátegui.
Desde mayo
de 1930 hasta la actualidad, durante más de ochenta años, las diferentes
tendencias teóricas y facciones políticas, sean “radicales” o “reformistas”, en
que se ha fraccionado el obsoleto Partido Comunista en el Perú, desde Rabines
hasta Abimael Guzmán, pasando por la V Conferencia Nacional del PCP de 1965,
unánimemente todas ellas han coincidido en levantar la bandera de “la
revolución antiimperialista” en oposición a “la propuesta programática
socialista” de José Carlos Mariátegui.
3.4
Comentando la crítica situación en que se encuentran
actualmente los socialistas en el Perú, usted ha anotado:
“Los socialistas peruanos, los revolucionarios
proletarios, los luchadores por el Cambio Social, estamos dispersos, no
inactivos, pero separados, desunidos. Esta diáspora se acentuó a finales
de los noventa y culminó en la primera década del nuevo siglo. Los viejos
partidos comunistas o socialistas que sobreviven, lo hacen más por inercia que
por verdadero élan. Ni a reformistas llegan, sólo vegetan, como la mayoría de
sus seniles dirigentes.
No nos lamentamos por ello, al contrario,
alegrémonos que se acaba una larga etapa de oscurantismo político e ideológico,
marcada por el seguidismo colonial a alguna corriente marxista o seudomarxista
del extranjero, sea soviética, china, albanesa, cubana, coreana, etc., etc. Hoy
estamos viviendo la etapa cosmopolita del socialismo en el Perú, al incorporar
los aportes de Gramsci, Ernesto Guevara, etc., etc., pero sin seguidismo,
distinguiendo el fraseario del ideario, lo contingente de lo esencial, que
nos sirva para reiniciar la etapa nacional del socialismo peruano”.
Es muy
cierto, en algunos momentos de la historia del movimiento socialista peruano,
ha habido mucho de “seguidismo”, pero esa no ha sido la causa
principal de las sucesivas desviaciones que se han presentado después del
fallecimiento de Mariátegui. No comparto las opiniones de quienes exageran una
supuesta influencia predominantemente “estalinista” o “maoísta” en la historia
del socialismo peruano. Es muy posible que ni Stalin ni Mao nunca conocieron la
historia del Perú, ni establecieron relaciones y mucho menos, pretendieron dar
directivas al movimiento político peruano.
No, la
raíz más profunda y determinante de las desviaciones, principalmente ha sido la
influencia nacionalista de inspiración “hayista”.
Yo considero
que la causa principal de las desviaciones de “izquierda” y de “derecha”, ha
sido la influencia de la desviación nacionalista disfrazada de
socialismo y comunismo, el alejamiento y abandono de la propuesta programática
socialista que nos legara José Carlos Mariátegui.
Además de
estas cuatro primeras observaciones puntuales, el contenido de su artículo
invita para comentar otras más. Por ahora dejémoslo ahí.
Antes de
terminar, considero necesario expresar mi coincidencia que esta propuesta que
usted hace:
“Cuándo se
hará realidad esta organización? No hay plazos ni fechas, pero hay hitos como
el 2018 año en que se cumplen doscientos años del nacimiento de Karl Marx y
cien años de existencia del movimiento socialista en el Perú. Preparémonos,
presentémonos, pongámonos en movimiento, participemos”.
Precisamente
de eso se trata, de que “participemos”.
Una última
sugerencia. Le recomiendo, o mejor dicho, les recomiendo a los
interesados, que con la debida anticipación se comiencen a preparar para el
Aniversario 87.
Le sugiero
que usted dirija Cartas-invitación personales, a cada uno de los
otros compañeros conocidos, principalmente de su propia generación, que
participaron en la acción conjunta de los foros frente unitarios durante
el quinquenio 2003-2008, así como a otros conocidos posteriormente, para que
realicen encuentros consultivos cada tres meses. Por ejemplo, podrían ser en
los primeros días de abril, los primeros días de julio, y los primeros días de
octubre, o como ustedes lo consideren más conveniente. Y para no perderse en
divagaciones, y que realmente sean reuniones con contenido, me parece que el
primer documento base de estudio y debate debe ser su artículo Aniversario
86.
Atentamente
Miguel Ángel
Aragón
Notas.-
(*) Como informé anteriormente, yo me había
propuesto terminar de escribir y enviar esta carta dirigida a Manuel
Velásquez, a más tardar antes de finalizar el año 2014. Al no poder
hacerlo en la fecha prevista, y después de terminar mi extenso artículo Acerca
del Aniversario 86, que lo divulgué en cuatro partes, me propuse terminar
esta carta, a más tardar el día 7 de febrero. Ese día, me quedé
escribiendo, en forma apresurada, hasta altas horas de la noche. Después del
envío a través del grupo de correos foro centenario y de otro grupo,
observé que había unos pocos errores de redacción y algunas ideas incompletas.
Esta nueva versión corrige los errores de redacción que he logrado detectar y
he completado brevemente algunas ideas.
(**) En este párrafo, si cometí un error grave, que
es necesario señalar y rectificar. En mis primeras lecturas del artículo de
Velásquez yo leí “Partido Socialista Peruano”, donde él había escrito “Partido
del Socialismo Peruano”. La diferencia es notoria, pido disculpas por
este error mío.
Ocurre que yo estaba pensando en los errores que
han cometido otros autores, como es el caso del filósofo David Sobrevilla,
quien en su voluminoso libro El marxismo de Mariátegui y su aplicación a los
7 ensayos, si comete ese error, al utilizar la denominación de “Partido
Socialista Peruano”, (ver libro indicado, pags.36, 37 y 38).
(Notas agregadas el 09 de febrero de
2015)
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