05-02-2015
Como gran
novedad, el Sr. Mario Huamán, eterno dirigente de la GCTP, nos plantea la
“aprobación de una nueva Ley General del Trabajo, ahora” (Diario Uno, 30 de
enero). Así, sabemos de dónde sale la propuesta que el mismo día que el
Congreso se derogaba la Ley Pulpín, se hacía en este recinto y en diversos
espacios, y que ha continuado desde entonces promovida de manera intensa, por
los voceros del Frente Amplio – Acción Popular, aliados electorales del Sr.
Mario Huamán.
La necesidad de una nueva LGT surge como legítima
respuesta ante la necesidad de un ordenamiento en la legislación y en los
derechos laborales, planteada con motivo de la crisis que produjo la aprobación
de la Ley Pulpín. ¿Pero es la discusión de la LGT el camino que debemos seguir
luego de conquistar la derogatoria de la Ley Pulpín?
Creemos que no. No porque este Congreso de los
empresarios dominado por apristas, fujimoristas, ollantistas y toledistas,
todos declaradamente antiobreros, jamás va a aprobar una LGT ni medianamente
favorable a los trabajadores.
Plantear que el Congreso ponga en debate dicha ley
y pensar que de ahí van a ganar algo los trabajadores, es un engaño, una
ilusión, pero al servicio de un objetivo: dejar las calles. Dejar las calles y
desmovilizarnos para ver lo que ocurra en el Congreso. Esa es la política del
FA – AP y del Sr. Mario Huamán. No es extraño que en medio de las grandes
marchas juveniles intentaran lo mismo con su planteamiento de dedicarnos a
recoger firmas, en lugar de fortalecer la movilización con toda la fuerza
organizada de la CGTP, que se borró de esa gran lucha. La política del FA – AP
está hecho a la medida de su proyecto electoral y de su necesidad de acumular
fuerzas con vistas a las elecciones del próximo año, y no interesado en que
crezca la movilización y ganen las luchas.
Por otra parte, una cosa es que sea necesaria una
“nueva Ley General de Trabajo”, y otra defender un proyecto de Ley que nadie
conoce. En efecto: el 26 de enero el FA – APP presentó en el Congreso un
proyecto de LGT. ¿Quién lo conoce? Nadie. ¿A quién consultaron? A nadie. Y
ahora pretenden que lo defendamos.
El proyecto que ha presentado entre gallos y media
noche el FA – APP, en realidad, es el mismo que a inicios de este gobierno
(fines del 2012) presentó la llamada “Comisión de Expertos”, y que tenía el
consenso de la dirigencia de la CGTP en un 85%. Para dicho “consenso”, la CGTP
tampoco consultó a sus bases. Es estilo de estos señores hablar en nombre de
los trabajadores y jamás consultarles nada, y no por casualidad ese 85%
“consensuado” por la dirigencia de la CGTP comprendía la suscripción de toda la
legislación antilaboral establecida hasta entonces.
Esta situación dio lugar a que, ya el 2012, se formara
el Movimiento Laboral, encabezado por el Sindicato Ripley, que estudió y
debatió dicho proyecto y cuestionó que las centrales, incluida la CGTP, la
apoyaran, pese a que en él se consagraba las services, la tercerización, los
contratos modales, etc. (Véase aquí lo que ya entonces se dijo
de ese proyecto). Sí, así como se lee. Y bien que entonces no
entrara al debate ni fuera aprobado.
Si esto es lo que proponen los que dicen defender a
los trabajadores, mejor no esperemos lo que apruebe este Congreso de
fujimoristas y ollantistas antiobreros, si es que la LGT se pone en discusión
ahora.
Para ejemplo basta recordar que con el mismo cuento
de que necesitamos una nueva ley, estos mismos señores permitieron la
aprobación de la Ley de Reforma Magisterial, repudiada por los maestros de
base, y apoyaron la aprobación de la Nueva Ley Universitaria, que avanza en la
privatización de la educación. Con el mismo cuento también, el Sr. Mario Huamán
planteó la “modificatoria” de la Ley del Servicio Civil, ampliamente rechazada
por los trabajadores estatales que demandan su derogatoria.
Hoy, estos mismos señores, fabricantes de
desmovilizaciones y coautores de leyes que han recortado derechos, pretenden
meter por la ventana lo que no pudieron hacerlo de manera pública y abierta el
2012.
Que se necesita una nueva Ley General de Trabajo,
sí. Pero no la que levanta Mario Huamán y el FA – AP, patronal y antiobrero. Si
alguna ley necesitamos es una elaborada y discutida en las bases sindicales, y
que comprenda las reivindicaciones por la que hoy luchamos: no a las servis, a
la tercerización, los contratos modales; el régimen pymes, de agroexportación y
de textiles, etc., para que se convierta en una bandera de lucha, y no en un
medio de conciliación o negociación en el Congreso con los enemigos de los
trabajadores.
Entonces, más que nunca no hay que dejar las calles
con el sueño de ver aprobado la ley del Sr. Mario Huamán. Hay que continuar la
movilización hasta derrotar todos los paquetes antilaborales, y principalmente
el decreto de ceses colectivos que como una guillotina pende sobre la cabeza de
los dirigentes sindicales y sus organizaciones. Hay que continuar la lucha por
la derogatoria de todas las leyes antiobreras, y por la restitución de los
derechos que nos fuera arrancado por la dictadura fujimorista. Con la lucha
derrotamos la Ley Pulpín, y con la lucha conquistaremos nuestros derechos.
Esta tarea está nuevamente en manos de los sectores
independientes y combativos, de los mismos que iniciaron y llevaron a la
victoria la gran movilización juvenil, rebasando el peso muerto de aparatos
como el FA – AP y las cúpulas sindicales. Ellos deben unirse y construir una
nueva dirección que se coloque a la cabeza de esta nueva etapa de luchas,
deslindando claramente con los que ahora pretenden sacarnos de las calles para
llevarnos a esa “cueva de bandidos” que es el Congreso, a discutir y defender
un proyecto que no nos consultaron y que, para peor, consagra la vulneración de
los derechos laborales.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso
del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su
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