Gustavo Perez Hinojoza
14/09/17
El buen observador de las ultimas noticias que
alborotan la opinión pública está recibiendo una clara y limpia lección de la
existencia de las clases sociales en nuestro país.
La defensa cerrada del Gobierno a la Ministra de
Educación no se basa en que ésta no quiera renunciar "solo por una
Huelga" sino en el hecho de que su imagen, mejor que ninguna otra, ha
mostrado el "charm", el "caché", la sonrisita cachosa y
despectiva, misma "Lorena lovelyday", con que se debe tratar al
pueblo llano, a los miles de maestros "cholos" provincianos. Ese
"encanto" que el imitador Carlos Álvarez ha sabido retratar con
precisión.
Y esto, debo reconocerlo, no es una actitud
especialmente perversa de ella. Simplemente le brota por los poros. Por eso el
Gabinete quiere suicidarse en conjunto, solicitando al Congreso la
"confianza al Gabinete en pleno" para defender su imagen de clase y
la autoridad que de ella emana (¿no hubo alguien en el propio Partido de Gobierno
que habló del "Ku Klux Klan"?).
A contrapelo, el oficialismo y los medios de
comunicación han desatado un vergonzoso linchamiento mediático contra la
sentenciada por terrorismo Maritza Garrido Lecca, quien acaba de salir de
prisión tras cumplir su condena de 25 años.
Mas de uno se pregunta el ¿Por qué de esta campaña
feroz que ha sido condenada por el Presidente del Poder Judicial y hasta el
propio ex Premier Pedro Cateriano, vecino de la Madre de la liberada? ¿Acaso
ésta no cumplió con su condena?. ¿Acaso la Ciencia Penitenciaria no tiene por
objeto la readaptación o recuperación del detenido y no su eliminación física o
moral?. ¿Acaso en todos los penales no existe un lema que dice : "Dios
siempre perdona, la Patria siempre espera"?.
No. La explicación es otra y mas sencilla.
Igual que en el caso de la Ministra Martens lo que
no pueden soportar aquellos que sostienen el "charm" de ella, es que
una de su misma clase social haya pretendido, aunque fuese por métodos erróneos
y criticables , "subvertir" el orden de cosas donde "la
gentita" está arriba y los "cholos piojosos" están abajo o
trabajando encerrados con llave como en el Centro Comercial Las Malvinas, Mesa
Redonda o Gamarra.
Lo que no pueden soportar no son los gritos que
Maritza Garrido Lecca haya pegado en los videos a sus 27 años, que de seguro no
serán las reflexiones maduras de ésta tras su prolongada prisión. Lo que no
pueden soportar es que no haya sido "un serrano cualquiera" sino una
de ellos la que los haya "traicionado". La que se haya atrevido,
aunque fuese intelectualmente a cuestionar el "establisment" peruano
que se parece mucho todavía a aquel en que los Marqueses y Condes que habitaban
Lima solicitaron a San Martín entrase a la ciudad para ponerlos a buen recaudo
de los indios, negros y mulatos que vivían en sus alrededores.
Es de seguro que mas de uno comparte mi punto de
vista.
Y como colofón de esta nota les dejo fragmentos de
un Poema de Bertold Brecht (Pues, han de saber que no solo los pitucos leen) :
"He crecido hijo de gente acomodada.
Mis padres me pusieron un cuello almidonado,
me educaron en la costumbre de ser servido
y me instruyeron en el arte de dar órdenes.
Mis padres me pusieron un cuello almidonado,
me educaron en la costumbre de ser servido
y me instruyeron en el arte de dar órdenes.
Pero al llegar a mayor y ver lo que me rodeaba,
No me gustó la gente de mi clase,
ni dar órdenes, ni ser servido.
No me gustó la gente de mi clase,
ni dar órdenes, ni ser servido.
Abandoné mi clase y me uní al pueblo llano.
Así criaron un traidor,
le educaron en sus artes, y ahora él los delata al enemigo".
Así criaron un traidor,
le educaron en sus artes, y ahora él los delata al enemigo".
"Por eso dictaron contra mí una orden de
detención
por la que se me acusa de pensar de un modo bajo,
es decir, el modo de pensar de los de abajo".
por la que se me acusa de pensar de un modo bajo,
es decir, el modo de pensar de los de abajo".
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