Lamentablemente,
la realidad actual nos dice que, en esta segunda vuelta, votar por PPK es
decirle NO a Keiko. No hay otra. Decir: ni el uno ni el otro, equivale a decir:
quiero que Keiko sea mi presidenta.
Por qué?
Quizá por pereza mental, por pobreza espiritual, o quizá porque se sigue
creyendo que la revolución viene como consecuencia de la represión, de la
miseria económica y moral, pero ya está demostrado que, si no existe un partido
verdaderamente revolucionario, un partido marxista forjado en la lucha de
clases, con dirigentes probados que gocen de arraigo y prestigio popular, es
imposible el triunfo de la revolución. Existe ese partido, existen tales
dirigentes?
Por
supuesto que no. Por ejemplo, el Frente Amplio, no es un partido sino un
conglomerado de grupos o semipartidos, la mayoría de los cuales son electoreros
o viven a costas de los los trabajadores, o de alguna ONG. A Verónika Mendoza,
recién la está conociendo el pueblo peruano, y falta ver cómo se conducirá en
estos cinco años.
En enero
de este año, el FA tenía una intención de voto del 2%. Luego de la salida de
Guzmán y Acuña es que pudo despegar, pero aún así no le alcanzó para llegar a
la 2da vuelta. Sin embargo, ya se consideran la segunda fuerza política del
Perú ( no será la tercera? ) y aseguran que el pueblo peruano les ha
encomendado la misión de ser oposición a cualquiera de los dos que salga
elegido presidente del Perú.
Hummmmm.
Será cierto que el pueblo peruano, que no ha votado mayoritariamente por ellos,
sino por las dos opciones de la burguesía, les ha encomendado eso y no otra
cosa?
Es como
cuando el rey decía que su mandato venía de Dios, y que por tanto, no tenía que
dar cuentas a nadie.. O, como el presidente Maduro que dice que le dijo un
pajarito que nadie oye más que él.
Lo mismo
le pasó a Susana; estaba atrás, pero al salir Kouri, pudo emerger y enfrentar y
vencer ( ella sí ) a Lourdes Flores Nano. LLegó a la alcaldía limeña, pero no
estaba preparada para eso. No tenía el respaldo de las masas, y fue vapuleada
por el sistema.
Votar es
un acto político. Un acto sencillo pero muy significativo. Simbólico, y a la
vez, práctico. No quiere decir necesariamente que concuerde con todo lo que
dice, hace o representa tal candidatura. Es sólo una opción. Un acto de la
voluntad, tomado con conciencia de ciudadano. Como el ser humano que sólo
aspira a lo que puede y debe aspirar toda persona humana, a cumplir bien su
jornada, su tarea, su labor.
Yo voy a
votar por PPK sin asco, con flema, con pasión, y quisiera que mi voto se
multiplique por cien, por mil, por un millón, porque sé que en esta hora es la
ÜNICA manera de impedir que la señora Keiko se siente en el sillón presidencial
sobre los huesos de todos los muertos de la Cantuta, de los Barrios Altos,
sobre la sangre de las mujeres esterilizadas en contra de su voluntad.
Decir ni
con uno ni con otro, equivale a decir cobardemente, miserablemente,
esquizofrénicamente: quiero que Keiko sea mi presidenta para que el pueblo
pueda levantarse, como una masa de parias, de ilotas, guíada por evangélicos
predicadores del bien y del mal.
Lima, 18
de abril del 2016.
Manuel
Velásquez Rangel.
El 15 de
abril de 2016, 14:23, felipe torres andrade andradetorres@hotmail.com [foro_centenario] <foro_centenario@yahoogroups.com> escribió:
Se está en contra del modelo
económico neoliberal capitalista y sus aplicadores o a favor de ello, esa
es la cuestión. No puede haber medias tintas ni neutralidad cuando ambos
tienen la misma posición, una posición que no es la nuestra, por lo tanto
desde ya se tiene que organizar la oposición a ambos; y el primer paso es
organizar, valga la redundancia, el voto de rechazo a Keiko y PPK.
Desde el año 2000 se ha votado por el
"mal menor", y ¿Que se ha ganado con ello?. Sólo un ejemplo, el
llamado "mal menor" Ollanta Humala arrasó con todos los derechos del
sindicato más numeroso del país, el magisterio, al extremo de perder el régimen
laboral estable con miles de despedidos. Seguirán implementando esas
medidas tanto Keiko o PPk, por lo tanto aquí tiene que ponerse a la orden
del día la madurez de los dirigentes de las organizaciones populares, sindicales
y políticas de la izquierda para fortalecer ORGANIZACIÓN, cosa que
no han hecho durante estos quince años con el mal menor en el ejecutivo. O
acaso, hay temor o miedo de no poder hacer frente a las medidas antipopulares
que se avecinan?. Hay que recordar que el verdadero poder está en el pueblo
organizado.
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