Opinión
10/12/2019
Mauricio
recibió con alborozo la noticia de que los pobres podrán disfrutar de 3 días
sin IVA, como anunció el presidente Iván Duque. “Este
hombre sí piensa en nosotros, mija”, le dijo a su esposa mientras
desayunaban con café negro y un pan pequeño, en el rancho que habitan en Siloé,
zona de ladera del suroccidente de Cali.
A menos de
diez cuadras se encuentra uno de los centros comerciales más grandes de la
ciudad, y ellos a duras penas van a ver vitrinas los domingos en la tarde, para
desaburrirse. Llevan a sus dos niños, pero antes de salir les advierten: “No
se antojen de nada, que no hay plata”. A duras penas pueden conformarse con
una paleta de hielo y anilina.
La mujer lo miró
como quien, por primera vez, descubre la inocencia de alguien.
“Con los
ingresos que tenemos, Mauricio, apenas sobrevivimos. ¿De dónde vamos a sacar
para ir de compras? Aterrice mijo, eso lo dice él para bajarle tono al paro;
pero esos beneficios no son para nosotros. No coma cuento, por Dios”, le
dijo mientras recogía la loza plástica para colocarla en el fregadero.
Ella a sus
cuarenta y tantos años no estudió economía ni sabe nada sobre el coeficiente de
Gini, que es una medida de la desigualdad en los ingresos ideada por el
estadístico italiano Corrado Gini. Lo que sí sabe es que el salario mínimo es
justamente eso: mínimo, y no alcanza para sobrevivir en un país como
Colombia, en donde cada día los artículos de primera necesidad amanecen con nuevos
precios.
Una
propuesta populista
El anuncio
de Duque es una burla a las expectativas del cada vez más grande número de
personas pobres en Colombia. Y desearía escuchar a economistas de los dos
sectores—quienes defienden el establecimiento y aquellos que viven la realidad
del país--, que contradigan una tesis que cobra cada día más fuerza: esa
jornada sin cobro de Iva o la devolución del mismo a la gente, es sencillamente
inviable.
Los
comerciantes no están dispuestos a pagar el precio
Por supuesto,
la Federación Nacional de Comerciantes—Fenalco—salió a secundar la generosidad
y brillantez del presidente. Y citaron el ejemplo de España. Lo que no explican
es que en España, en los días sin IVA, los comerciantes le pagan al fisco lo
que no se les cobra a los consumidores, es decir, que el gobierno no reduce sus
ingresos. Y creo no equivocarme al afirmar que los comerciantes criollos no van
a asumir ese costo.
Lo más fácil
es salir a respaldar la iniciativa, lo difícil reconocer que ellos también deben
sumarse. Y ahí sí, el asunto como que no suena.
Sobre la
base de que no es factible su materialización en el corto plazo, concluimos que
la propuesta de Duque es abiertamente populista y demagógica, esgrimida en un
momento coyuntural del país y que no prosperará.
Dicho sea de
paso, tampoco se puede confiar en la propuesta de su tutor, el senador Álvaro
Uribe Vélez de reducir la jornada laboral en Colombia.
Debería ser
así, pero cualquiera sospecha de alguien como él que para golpear a la clase
trabajadora, promovió las Leyes 50 y 100 que tocaron las esferas laboral y de
salud, tan perjudiciales, y cuyas consecuencias se han visto reflejadas en
altos índices de desempleo, y el surgimiento de las EPS que prestan un servicio
como si los pacientes estuvieran yendo por misericordia y no por el pago de la
cuota correspondiente.
Una abierta
contradicción
Retomamos la
idea. Quien tiene ingresos mínimos y a duras penas sobrevive, sabe que 3 días
sin IVA serán muy lejanos a sus posibilidades adquisitivas.
Ahora, el
gobierno nacional que anda buscando plata de dónde sea al tramitar en el
Congreso la Ley de Crecimiento Económico que enmascara una nueva carga
tributaria para la clase media y media baja, no va a llevar a cuestas el enorme
hueco económico que le representan esas jornadas de exención.
Recuerde que
sería en enero (cuando las personas andan sin plata y llenos de deudas), en
julio (cuando se han pagado las deudas acumuladas aprovechando la prima de
mitad de año, si es que la recibe) y en diciembre. Eso es semejante al caso de
Mauricio y sus hijos cuando, al llevarlos al centro comercial, les dice: “No
se antojen de nada, que no hay plata”.
El gobierno
sin duda no estará dispuesto a “darse la pela”, sobre todo cuanto esos ingresos del IVA son uno de sus principales
bastiones para fortalecer la economía.
Productos
que no son de fácil adquisición para los pobres
Ahora le
invito a considerar los productos exentos del IVA. De acuerdo con el proyecto
serían maletas, bolsos, gafas de sol, paraguas, pañoletas, electrodomésticos,
vestuario.
Todos los
anteriores, de muy difícil adquisición para quien se gana un mínimo o un poco
más.
No me
imagino a la esposa de Mauricio interesada en la exención del tributo para
estrenar un bolso nuevo o unas gafas de sol para lucir en Siloé, si sabe que
con esos recursos podría mejorar las condiciones en otras áreas, como mejorar
la alimentación.
El
Presidente Duque salió culebrero, es decir, un cazador de incautos
aprovechando que los niveles de inconformidad son altos en Colombia. Y para
tratar de debilitar ese grado de rabia y frustración contenidas por años,
esgrime promesas como los 3 días sin IVA, aun sabiendo que al decirlo, ni él
mismo se lo cree. En pocas palabras, es otra forma de burlársele en la cara a
los más necesitados…
Blog del
autor www.cronicasparalapaz.wordpress.com
@misnotasdeldia
https://www.alainet.org/es/articulo/203756
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