por
Fernando Armas
UN INTENTO DE ABORDAJE MARXISTA ANTE LA PANDEMIA DE CORONAVIRUS
COVID-19
A continuación mi aporte a los diversos encuentros
internacionales que se vienen realizando los domingos, bajo el modo de
video-conferencia (ver foto), con miembros de Brasil, Argentina, Italia, Reino
Unido, Bélgica, Portugal, Túnez, entre otros compañeros de diferentes países
que se van sumando. El carácter global de la pandemia de coronavirus COVID-19
requiere de un debate, y de ser posible, de una respuesta internacionalista de
los trabajadores.
Agradezco al camarada y amigo brasileño Humberto
Rodrigues, joven marxista (que a pesar de su juventud ya tiene un largo y rico
recorrido militante), por haberme invitado a participar de este foro.
ORIGEN
DE LA PANDEMIA
Como se sabe, el inicio del proceso infeccioso que
devino en la pandemia que nos aqueja comenzó en Wuhan que es la capital de la
provincia de Hubei en China. Con una población de más de 11 millones, es la
ciudad más grande en Hubei, la ciudad más poblada en China Central, la séptima
ciudad más poblada en China, y una de las nueve Ciudades Centrales Nacionales
de China. Wuhan está en el oriente de la llanura de Jianghan, en la confluencia
del río Yangtsé y su afluente más grande, el río Han. Es un importante nudo de
transporte, con docenas de vías férreas, carreteras y autopistas que pasan a
través de la ciudad y la conectan a otras ciudades importantes. Debido a su
función clave en transporte doméstico, Wuhan es conocida como la «Vía de paso
de las Nueve Provincias” y a veces referido como «la Chicago de China».
Además, se trata de la ciudad con más crecimiento
demográfico de la última década, a partir de la fenomenal migración del campo a
la ciudad, fenómeno propio del desarrollo capitalista, que como sabemos, ha
tenido a China a la vanguardia del mundo globalizado.
Desde luego, tal migración llevó las costumbres
campesinas a la gran urbe. Por ejemplo, comer animales salvajes, o carnes
semicrudas. El mercado capitalista no planifica su propio desarrollo, sino que,
en su lógica implacable de extracción de plusvalía y acumulación de capital en
el menor tiempo posible, produce un crecimiento demográfico anárquico. El
hacinamiento es la regla.
Como bien explica EL MANUAL DE PREVENCIÓN DE
CORONAVIRUS, del Centro de Wuhan para el Control y Prevención de Enfermedades,
bajo la coordinación del epidemiólogo e infectólogo chino Nanshan Zhong:
“Muchos
animales salvajes portan patógenos y son posibles transmisores vectores de
ciertas enfermedades contagiosas. Los murciélagos, civetas, tejones, ratas de
bambú y camellos salvajes, etc. son conocidos anfitriones de coronavirus.
El
brote de la nueva neumonía por coronavirus originada en Wuhan tiene muchas
similitudes con el brote de SARS en Guangdong en 2003: ambos comenzaron en el
invierno; los casos iniciales se remontan a contactos con animales frescos y
vivos en un mercado; ambos fueron causados por un coronavirus previamente
desconocido. Debido a la similitud de las secuencias genómicas entre el nuevo
coronavirus y un coronavirus encontrado en los murciélagos, que es del 85% o
más, se especula que los murciélagos son los huéspedes naturales del nuevo
coronavirus.
Al
igual que el coronavirus del SARS que causó el brote en 2003, es probable que
el nuevo coronavirus tenga hospedadores intermedios entre murciélagos y humanos
aún desconocidos para nosotros. Por lo tanto, uno debe abstenerse del consumo
de animales salvajes no inspeccionados o alimentos crudos como la carne que
venden en las calles.”
En conclusión: las costumbres alimentarias
ancestrales que en la vida rural no tenían mayores consecuencias patógenas,
llevadas al hacinamiento de la gran urbe, posibilitan la multiplicación de
fenómenos biológicos de mutación viral, por mecanismos aún en estudio. Pero
además, disparan, una vez generado el virus mutante (en este caso esta variante
de coronavirus, nueva, no reconocida por el sistema inmunitario humano), una
transmisión a gran velocidad y sobre una masiva población, para colmo en Wuhan,
la “Chicago china”.
Este origen de la pandemia también demuestra que la
barbarie capitalista, y su anarquía de mercado y de desarrollo demográfico, su
incapacidad congénita para planificar (en este caso en el campo de la salud,
pero también en el impacto sobre el ecosistema), no se contrarresta por un
supuesto “estatismo” bajo la conducción del Partido “Comunista” Chino. Bien por
el contrario, fue ese Estado Burgués, resultado del proceso de restauración
capitalista, el que dirigió la superexplotación de la clase obrera para crecer
“a tasas chinas”. Una vez más, queda demostrado que el stalinismo en cualquiera
de sus variantes produce esta increíble mixtura de cinismo y de hipocresía: los
“comunistas” al frente de una de las principales economías burguesas del
planeta.
LA
GLOBALIZACIÓN COMO CAUSA DE LA RÁPIDA Y MASIVA DISEMINACIÓN DE LA
PANDEMIA
Además del genio epidemiológico del corona virus
COVID-19 (aún en estudio), hay dos factores que potenciaron la pandemia en el
hemisferio norte, tanto en morbilidad como mortalidad: la coincidencia con el
invierno, y la hiperconectividad por vía aérea de todas las regiones del
planeta. No casualmente, se nombra como “bomba biológica” al partido de fútbol
entre Atalanta y Valencia, por la UEFA Champions League, en el que más de
50.000 espectadores operaron como fuente de contagio masivo. No
casualmente Bérgamo (sede del Atalanta) es la ciudad de Italia con más casos y
más muertes.
Y en la propia China, fue crucial para la
diseminación en el resto de territorio, que el punto de origen fuera Wuhan, el
nudo del transporte.
El capitalismo, que hace gala del desarrollo de las
fuerzas productivas que expresa la hiperconectividad, hace pagar a la humanidad
el precio de la misma sin ningún tipo de plan, ni de posibilidades de
control.
El estímulo por la “pasión por el turismo”,
concebido como negocio diversificado especialmente en el llamado primer mundo,
termina con las imágenes patéticas de seres humanos desesperados en los
aeropuertos, cuando no en las regiones ignotas que iban a disfrutar, y que
ahora sufren.
Las medidas posteriores de cierre de aeropuertos y
fronteras, son la respuesta empírica, fuera de tiempo, y también desesperada,
de los gobiernos burgueses que no supieron prever nada.
La pandemia viral que sufrimos se suma a las que
marcan la historia de la humanidad. Pero también a pandemias presentes,
crónicas, propias de la barbarie capitalista. Por ejemplo, las muertes y
secuelas mórbidas de los siniestros viales castigan como primera causa a la
población adolescente y a los adultos jóvenes entre 20 y 40 años. El automóvil
y las motos como signo de progreso y de poder individual (egocéntrico y
consumista), invaden las rutas, que no pueden contener ese supuesto desarrollo.
El negocio insaciable ligado a la industria automotriz, a los combustibles, a las
compañías de seguro, es más importante que cualquier plan vial que defina
racionalmente cómo trasladar a la creciente población humana.
Como una ironía, la cuarentena disminuyó
notablemente los siniestros viales, y los gobiernos instan a las automotrices a
reconvertir su producción fabricando respiradores. Lo primero, es el resultado
transitorio de de la reclusión, el encierro y la pérdida de las libertades
individuales; lo segundo, es la respuesta empírica ante la catástrofe, no
exenta de ofrecer un nuevo negocio al capital.
LAS
RESPUESTAS SANITARIAS Y REPRESIVAS ANTE LA PANDEMIA
Como se han cansado de explicar los infectólogos,
aún estando en estudio, el coronavirus COVID-19 daña el aparato respiratorio de
los humanos de un modo similar a las gripes ya conocidas. Los datos
epidemiológicos más completos, dan cuenta de que un 80% de los infectados son
asintomáticos o sufre apenas un resfrío común, un 15% llegan a una neumonía
controlable en internación común y/o son tratados en forma ambulatoria, y un 5
% llega a terapia intensiva. De este último grupo, dependiendo de una serie de
factores (edad, estación del año, patologías previas, capacidad de la atención
médica, etc.), surgen los muertos.
Hemos asistido en estos meses a las respuestas más
extremas y diversas de los gobiernos burgueses: desde minimizar la pandemia
como una “gripe más que no pasa nada” y priorizar el funcionamiento
económico (Trump, Bolsonaro, primera etapa del Reino Unido y de Italia), hasta
los diversos grados de aislamiento social obligatorio (cuarentena).
Ideológicamente combato y repudio el fascismo
malthusiano de los Trump y Bolsonaro, que hasta llega a admitir (con un
fatalismo cínico), que la pandemia es “depuradora” de la población, que muertos
habrá siempre, y que el ciclo de la economía no se debe detener. También
rechazo las teorías conspirativas: Trump “le plantó” un virus a los chinos, o
por la contraria, el Presidente de los EEUU declara que es un “virus chino”,
induciendo a pensar que es un paso hacia transformar la guerra comercial en
guerra bacteriológica.
Cómo médico y como militante, y con mis
limitaciones de formación y de casuística, me coloco claramente en el segundo
grupo (el que prioriza diversos grados de aislamiento social preventivo para
limitar lo más posible la diseminación masiva del virus); pero he sido y soy
crítico a las sobreactuaciones que los gobiernos, los medios de prensa, e
incluso colegas, han sembrado en la sociedad, alimentando los miedos lógicos de
la población, hasta llegar a situaciones de pánico.
En el caso de Argentina, lo que fue una primera
fase de aislamiento social relativo, evitando las masificaciones de gente,
suspendiendo las clases sin cerrar las escuelas, pasó, sin balance
epidemiológico alguno, a la cuarentena total.
Y digo sin balance epidemiológico alguno, porque
fue (y sigue siendo) llamativa la escasa cantidad de testeos por hisopado
faríngeo a los casos sospechosos. Ni hablar al conjunto de la población, o al
menos, al personal de salud o a otros sectores de riesgo.
De hecho, los casos positivos de los pocos testeos
realizados son por abrumadora mayoría de viajeros del exterior y de sus
contactos cercanos. Se está evaluando el grado de circulación comunitaria del
virus, que por ahora se ha detectado en Capital y Gran Buenos Aires, y en la
provincia del Chaco.
El régimen político argentino (no sólo el gobierno
nacional, sino los provinciales y el parlamento) han cerrado filas declarando
la “GUERRA AL CORONAVIRUS”, pero también a todo aquel que viole la
cuarentena.
De hecho, al día de hoy, hay más casos (varios
miles) de detenidos y procesados (bajo la figura jurídica de arresto
domiciliario), por violar la cuarentena, que diagnósticos positivos al
coronavirus.
Has sido sumariados y suspendidos algunos
integrantes de las fuerzas de seguridad que, según los gobiernos, “se
excedieron” en la aplicación de medidas represivas contra quienes violentaron
la cuarentena. Hay lugares directamente militarizados, donde el propio Ejército
reparte comida. Es el caso de zonas del conurbano bonaerense. Todo indica que
la cuarentena total se va a prolongar al menos hasta el domingo 12 de abril. El
discurso de prepararse para el invierno, para que cuando se disparen los
índices argentinos de la pandemia estemos preparados (especialmente para la respuesta
de terapia intensiva para los casos que lo requieran), ha
ganado completamente a la población. Este discurso tiene su lógica obvia,
no tanto ni sólo por los riesgos de la pandemia del COVID-19, sino por las
habituales internaciones estacionales por patología respiratoria.
Coincidiendo con que hay que prepararse para esta
posible perspectiva de rebasamiento del sistema sanitario, la pregunta es quién
dirige esta respuesta:
El
24 de marzo pasado escribí en mi muro de facebook: “Acabo de escuchar en Intratables (América) a Claudio Berocotipp.
Se trata del máximo exponente del empresariado de la salud privada, Presidente
de Swiss Medical, y fundamentalmente, de la Unión Argentina de Entidades de
Salud. Esta central empresarial no reúne en su seno sólo a la clásica «medicina
privada», sino que ha cooptado bajo su conducción a todo el sistema de
seguridad social, obras sociales (incluido el PAMI), prepagas, sistemas de
atención médica domiciliaria (ECCO, URGENCIAS 4351111, Vital, etc.). Representa
el 70% de la disponibilidad de camas y de terapia intensiva del país. Es el
resultado del proceso de privatización que se ha producido en las últimas
décadas (bajo todos los gobiernos) y que Macri quería profundizar más aún, con
la COBERTURA UNIVERSAL DE SALUD (CUS). La arenga de «comandante en jefe» de un
ejército contra la pandemia (admitiendo, por supuesto, la conducción política
del Gobierno nacional) fue una sobreactuación digna de Kim en «PARÁSITOS». La
elocuencia, el llamado a la unidad contra la guerra, la apología del papel del
sacrificado empresariado en el campo de la salud, fue teatralmente impecable,
justamente para ocultar que, como se sabe, dicho empresariado y Berocotipp en
particular, no invirtieron capital constante (aparatología, sanatorios, clínicas
especializadas, negocios con los medicamentos), por «altruismo patriótico”,
sino como NEGOCIO, de gran y rápida extracción de plusvalía a los miles de
trabajadores de la salud que precarizan y explotan. Nosotros, los que
verdaderamente estamos en el frente de batalla no tenemos que perder la
conciencia de clase, y el abismo que nos separa de estos mercaderes de la
enfermedad. ¡¡¡POR UN SISTEMA ÚNICO ESTATAL DE SALUD BAJO CONTROL DE LOS
TRABAJADORES!!!!”
El gobierno nacional, de hegemonía peronista, que
se autoproclama “nacional y popular”, es el resultado de la derrota electoral
del neoliberalismo de la gestión anterior, liderada por Mauricio Macri. El
Frente TODOS, amplia y heterogénea alianza electoral, tiene ante la pandemia (y
más allá de ella), dos alternativas: o sigue en un bloque con los mercaderes de
la enfermedad que lidera Berocotipp, o recoge las enseñanzas del gran
sanitarista de la primera Presidencia del General Perón, el Dr. Ramón Carrillo.
Esas enseñanzas marcan que los lazos de unidad hay que construirlos con los
trabajadores de la salud, en defensa de la salud pública.
LA
EXPLOTACIÓN Y FALTA DE PROTECCIÓN DE LOS TRABAJADORES DE LA SALUD
Reproduzco
la declaración del Sindicato de Profesionales Universitarios de la Salud
(SIPRUS, cuyo Consejo Directivo Provincial integré durante muchos años),
seccional santafesina de la Federación de sindicatos de profesionales de la
salud de la Argentina (FESPROSA). Manifiestos similares de hicieron en todas
las provincias.
23
de marzo a las 13:58 ·
El
valor de la salud pública
3000
pesos de aumento, anunció el gobernador para los trabajadores de la
salud.
No
bastaron los problemas en la entrega de kits de bioseguridad, la falta de
personal de limpieza y de atención que provocaron el cierre temporario de
varios centros de salud. Tampoco la falta de criterio a la hora de acordar las
licencias extraordinarias, o la anomia organizativa que fue suplantada por la
voluntad de los propios equipos que tomaron en sus manos organizar protocolos
de atención y el reclamo de los faltantes. No bastó suspender la paritaria,
seguir dilatando el pago a compañerxs que hace meses no cobran sus salarios, ni
pagar los adicionales de guardia y terapia que se deben desde hace 2 años. Y
menos plantear la desprecarización del trabajo en negro de los 1500
profesionales que dejó el gobierno anterior. ¡¡¡¡Necesitaban que quede bien en
claro cuánto valoran la tarea que realizamos!!!! El aumento de 30% para médicos
monotributistas a partir de abril, aunque no llega a la equiparación (los no
médicos aparentemente lo cobrarían en dos veces en mayo y Julio) es una alegría
en medio de tantos derechos pisoteados. La pelea y las denuncias públicas
lograron que el gobierno tenga que reparar a este sector que va a estar en la
primera línea contra la pandemia.
EL
RECONOCIMIENTO SOCIAL A LA SALUD PÚBLICA EXPRESADA POR LA POBLACIÓN SIGUE
CHOCANDO DE FRENTE CON LA VULNERACIÓN A LOS DERECHOS LABORALES POR EL GOBIERNO
PROVINCIAL. Y la denuncia no tiene que ver solamente con los derechos de los trabajadores.
Es un reclamo de la salud pública. La falta de recurso humano especializado y
de reemplazos está estrechamente ligada a la prioridad que los gobiernos le dan
a la inversión en salud. Porque además de la falta de infraestructura y
tecnología, si esta pandemia avanza lo que va a crujir es ese recurso al que le
tiraron los 3000 pesos en la cara. En Italia, 2600 trabajadores de la salud
contrajeron el virus y en China fueron el 3,5% de los fallecidos. Sabemos el
riesgo al que estamos expuestos. Nos hacemos cargo, como siempre lo hemos
hecho, de sostener esta batalla. No lo hacemos como héroes, lo hacemos porque
es nuestra responsabilidad y asumimos este compromiso con la población. Lo
hacemos porque somos trabajadores de la salud.
Junto
al conjunto del pueblo, SiPrUS exige al gobierno provincial que demuestre el
valor que se le da a la salud de la población garantizando el presupuesto
para:
1)
Aumento salarial de emergencia. Pago de las deudas. 2) Pase a planta de los
trabajadores que están en negro. 3) Presupuesto para cubrir los reemplazos que
garanticen la atención. 4) Celeridad en la entrega de material de limpieza y
bioseguridad. 5) Equipamiento y tecnología para que no falte alta complejidad
para las internaciones.
Este elocuente comunicado demuestra que el
capitalismo, sus gobiernos, sus medios de comunicación serviles, que hacen
demagogia con nosotros, los trabajadores de la salud, no cumplen siquiera con
la tarea elemental de garantizar las necesidades básicas de quienes estamos en
la trinchera (¡ya que hablamos de “guerra”!).
LOS
RIESGOS DE LA “CORONOVIRALIZACIÓN UNILATERAL” DE LAS PRESTACIONES DE LA
SALUD-LA NECESIDAD DE UNA ACTITUD SANITARIA HOLÍSTICA E INTEGRAL
El
21/3/20 escribí en mi muro de Facebook: “Surgió un importante debate
entre los profesionales de la salud acerca de la relación entre la pandemia, la
cuarentena de los propios colegas que suspenden turnos e incluso su actividad,
o buscan alternativas no presenciales para la consulta. A continuación, mi
aporte, que desarrolla a partir de mi propia experiencia algunos conceptos que
ya he publicado.
Yo
soy médico y me la pasé haciendo domicilios hoy sábado. Más allá que se puede
adelantar una orientación por TE, por messenger o por Skype, la consulta
presencial es en la mayoría de los casos indispensable, especialmente cuando el
cuadro es de fiebre, algias, dolor de garganta, astenia. La contención, la
orientación, en qué circunstancias corresponde aplicar el protocolo para
coronavirus y en qué circunstancias no, requiere de lo presencial. Por otra
parte, los diabéticos, hipertensos, arrítmicos, oncológicos, pacientes
crónicos, siguen necesitando de sus recetas para gozar del derecho al descuento
de sus obras sociales. Y eso también requiere de consultas presenciales.
Finalmente, las empresas (acabo de ver un obrero de Vicentín) presionan a su
personal a que vaya a trabajar, porque como industria alimentación está exenta
de la cuarentena. También he tenido un caso de obreros de una fábrica de bolsas
plásticas, que también está exenta. Respaldar a aquellos obreros que forman
parte de la población de riesgo (asmáticos, EPOC, tabaquismo, etc.) para que no
vayan a trabajar hasta el 31 de marzo de 2020 también requiere el certificado
correspondiente, y eso exige la consulta presencial. Debo denunciar que el
sistema de salud, tanto el público como la seguridad social, como el privado,
no está dando respuesta a todos esto casos, que son miles.
Los
profesionales cancelan turnos con el argumento de la cuarentena, las guardias
se «coronoviralizan» y eso es perder el sentido integral que debe tener SIEMPRE
un plan de salud. El Estado, en todos sus estamentos, y especialmente los
medios de comunicación, deberían dedicar más presupuesto, tiempo y energías A
TODA LA PROBLEMÁTICA SANITARIA, en lugar de dedicarse a desplegar tantas
fuerzas policiales y de seguridad, recorrer las calles con cámaras para
detectar si hay alguien paseando el perro, cuando está muy claro que la
población está realizando un amplísimo y correcto cumplimiento de la cuarentena
(más allá de algunas excepciones conocidas y repudiables). Por otra parte, en
tanto (según el propio gobierno), la manifestación argentina de la pandemia
sigue teniendo un carácter EXÓGENO hay que focalizar epidemiológicamente en los
HUMANOS EXÓGENOS QUE VINIERON DE VIAJE (argentinos o extranjeros) POTENCIALES
PORTADORES DEL VIRUS. En esa CUARENTENA ESPECÍFICA hubo debilidad para
aplicarla en tiempo y forma, como lo admitió el propio Alberto Fernandez en el
comienzo de su discurso del pasado jueves, como argumento para decretar la
cuarentena obligatoria general. Insisto en la metáfora: que el árbol no nos
impida ver todo el bosque.”
LA
PANDEMIA, EL HAMBRE Y LA DESOCUPACIÓN-PERSPECTIVA Y CONCLUSIONES
Desde
todos los ángulos ideológicos y práctica profesionales se proclama que “YA HAY UN ANTES Y UN DESPUÉS DE ESTA PANDEMIA”.
Esta verdad será de Perogrullo, si se limita a las
diversas miradas subjetivas de asombro y de legítimos interrogantes que cada
quien expresa.
Porque el “antes y el después” serán lo mismo, si
la burguesía como clase y el capitalismo como sistema mantienen su control de
las masas, e imponen su relación de producción y su lógica de mercado como
hasta ahora. O peor aún: si la pandemia justifica un mayor control social
aplicando los avances tecnológicos a ese objetivo, haciendo realidad la ciencia
ficción de George Orwell: “1984”.
Ya asistimos a un agravamiento de la crisis
económica del capitalismo. No sólo la caída de las bolsas del mundo como
síntoma (con su secuela de brutal desocupación para los trabajadores), sino la
certeza de que para recomponer el ciclo de acumulación del capital, los
muertos, la caída del salario, el crecimiento del desempleo, la precarización
laboral, son “males inevitables”. En este sentido, Trump y Bolsonaro expresan
la coherencia de las necesidades extremas de su clase social y de su sistema de
explotación.
El problema para la inmensa mayoría de los casi 7
mil millones de humanos que habitamos este planeta, que somos los que
producimos la riqueza, es que no encontramos NUESTRA PROPIA ALTERNATIVA al
sistema capitalista.
Yo sigo pensando que esa alternativa sigue siendo
expropiatoria del capital, colectivista, socialista y revolucionaria, e
internacionalista. Pero la construcción de la misma, creo yo, no va a venir de
una “toma del poder” para colectivizar lo existente, para apropiarnos de este
nefasto modo de producción. No va a venir de una “redistribución de la
riqueza”, sino de replantearnos QUÉ ES LA RIQUEZA, QUÉ ES EL PLANETA, QUÉ ES SU
ECOLOGÍA, QUÉ MUNDO ES NECESARIO PLANTEARNOS.
Creo que intentar ser marxista hoy es aceptar el
desafío que nos plantean las derrotas sufridas, y también, las transformaciones
del propio sistema capitalista que los clásicos del marxismo ni siquiera
pudieron imaginar.
Actuar,
elaborar, actuar, elaborar; articular agrupamientos internacionales y
nacionales que nos agrupen, entender este trabajo preparatorio,
de lucha ideológica, pero también de luchas prácticas concretas, configura “LA
TAREA”. Este modesto escrito pretende ser un aporte a esa tarea.
(el
autor es Médico, militante de la agrupación “TRABAJADORES DE LA SALUD
AUTOCONVOCADOS” (TSA) y del grupo político de Argentina “SOCIALISMO
REVOLUCIONARIO” (SR) )
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