lunes, 14 de octubre de 2024

REVERSO DE LA DELINCUENCIA JUVENIL

 



Escribe: Milciades Ruiz

Todo en el universo es resultado procesal. Toda consecuencia es producto del proceso precedente. Ingerimos materiales que entran en proceso, dando por resultado las condiciones de nuestra salud. La salud social, es también, producto procesal. Viene al caso, la grave situación delincuencial que, nos agobia. Pero esta, es uno de los productos que arroja el proceso social en que nos encontramos.


Siendo la delincuencia, un producto social, tendremos que ubicar la fuente que la ocasiona, para eliminarla. De lo contrario, la fábrica social continuará arrojando los mismos resultados, aunque se reprima el producto final. No es un asunto policial solamente. Los fenómenos sociales son de incumbencia nacional e internacional, porque es un asunto estructural del sistema, bajo cuyo régimen estamos.

No es casualidad que, la delincuencia haya aumentado gravemente en todos los países al mismo tiempo. Tiene mucho que ver con la falta de crecimiento económico mundial, la inflación global, incremento de la pobreza, baja inversión, carencia de empleo, la guerra hegemónica, la guerra comercial mundial y, otros factores globales y nacionales. 


El anuario policial 2023, registra un total de 570,890 denuncias por comisión de los diferentes delitos, cifra que es mayor en 89,833 casos más que el año pasado, representando un aumento de 19%. En Lima, la mayor incidencia llega al 27%. Las denuncias por homicidio pasaron de 2,116 en el 2015, a 4,938 en el 2023. No es casualidad que esto haya sucedido a la par con otros indicativos socioeconómicos.


EL crecimiento económico nacional, ha sido casi nulo el año pasado y, ha generado desempleo, los ingresos han disminuido y en muchos casos, desaparecido. Si no hay ingresos, tampoco hay electricidad, ni servicios básicos, pero sí, hambre y la pobreza lleva a la desesperación delictiva porque los niños piden pan. Si no hay para pan, menos habrá para que estudien. Si llegan así, a la edad juvenil, tampoco tendrán oportunidades de trabajo. ¿Tienen ellos, la culpa de su grave situación? 


No trato de justificar la delincuencia juvenil, sino buscar una explicación materialista. Redondeando datos del INEI, en Perú, hay 26 millones de personas en edad de trabajar. La población ocupada o con empleo, es un poco más de 17 millones. En el 2023, solo el 34,5% de la población ocupada tenía trabajo formal y 65,5% tenía empleo informal (solo un tercio frente a dos tercios) 





Como se aprecia en el cuadro precedente, Las oportunidades de empleo han disminuido tremendamente, de un año a otro. El desempleo en el área urbana, donde ocurren la mayor cantidad de delitos, ha aumentado en el 2023.


Según el INEI, en el año 2023, la tasa de desempleo, afectó en mayor proporción a la población menor de 25 años (10,9%).

 



Lógicamente, si no hay empleo, la pobreza aumenta.





Son pobres extremos aquellas personas que integran hogares cuyos gastos per cápita están por debajo del costo de la canasta básica de alimentos. El siguiente gráfico muestra que, la línea de pobreza extrema para el año 2023, aumentó más en Lima Metropolitana y Callao. Apenas S/ 294 per cápita. Precisamente donde abunda la mayor delincuencia. Pero sabemos que, los promedios per cápita, ocultan los casos dramáticos.

 


 

En el siguiente gráfico reportado por el INEI, puede apreciarse la incidencia de la pobreza post pandemia, entre la población joven. Justamente, el segmento donde la delincuencia es mayor.

 



En esta situación, se encuentran los recursos humanos más jóvenes con los que cuenta el país y, en la que ciframos nuestras esperanzas para el futuro nacional. ¿Podemos hacer algo? Si no tenemos el poder de decisión para aplicar políticas de estado que contrarresten esta problemática, es muy poco lo que podemos hacer. Pero por lo menos las organizaciones populares deberían pronunciarse para hacer ver al pueblo que necesitamos su apoyo.


Podríamos reclamar programas estatales de empleo juvenil en áreas reproductivas en provincias, construcción de escuelas, agroindustria, lácteos, y otros rubros de alta absorción de mano de obra. Pero quizá lo más efectivo sea crear consciencia nacional con este enfoque. Valga la ocasión para hacer ver a las organizaciones políticas populares, el valor estratégico de la bandera del pleno empleo, en sus pretenciones de gobierno. Salvo, mejor parecer.

Octubre 14 del 2924

 

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