Científicos
de la Universidad de Nottingham (Reino Unido) han investigado cómo se relacionan
en una sociedad la corrupción política y el fraude con la honestidad de los
ciudadanos. Para ello, han elaborado un índice sobre la prevalencia de
violación de las reglas (PRV, por sus siglas en inglés) y han descubierto
que estos aspectos de la vida pública ejercen una fuerte influencia en la
honradez de las personas.
De esta
manera, las sociedades con bajos niveles de corrupción, evasión y fraude suelen
contar con individuos más honestos que aquellas que tienen unos niveles altos,
según refleja el estudio publicado esta semana en Nature.
“Diversos
investigaciones en sociología y psicología social ya sospechaban que existía
una conexión entre las malas prácticas políticas y la honestidad ciudadana dado
que, por ejemplo, algunas personas están dispuestas a romper las reglas si
muchas otras también lo hacen. Sin embargo, no se había demostrado dicha
relación hasta ahora”, explica a Sinc Simon Gächter, coautor del trabajo.
Gächter y
sus colegas construyeron un índice PRV de 159 países utilizando datos
demográficos y económicos disponibles desde 2003, sobre fraude político, fraude
fiscal y corrupción.
Los
investigadores llevaron a cabo experimentos de comportamiento, basados en
recompensa, con 2.568 jóvenes (con una media de edad de 21,7 años) de
diferentes extractos sociales y procedentes de 23 países –entre ellos España,
Italia, Suecia y Reino Unido– y compararon los datos del periodo de
estudio (2011-2015) con los datos de 2003 sobre corrupción, evasión fiscal y
fraude político.
Con este
lapso de ocho años, los científicos se aseguraron de que los sujetos del
experimento –todavía unos niños en 2003– no pudieron haber cometido violaciones
de las reglas y, por tanto, no influyeron en el PRV de aquel momento.
En el
experimento, se sentó a los participantes en una cabina aislada, se les pidió
que lanzaran un dado dos veces y que dijeran qué resultado habían tenido la
primera vez. Después recibirían una cantidad de dinero que sería mayor cuanto
más alto fuera el número obtenido. No se podía saber si habían mentido, ya que
el resultado solo lo conocían ellos.
"No
podemos juzgar si los individuos son honestos de forma individual, pero en un
grupo de gente si se puede calcular basándonos en las leyes de la
estadística", dice Gächter.
El equipo
observó que los números registrados eran más altos de lo que cabría esperar si
los participantes hubieran informado sobre el verdadero resultado de su tirada.
Aunque no todos dijeron haber sacado números altos.
“Siempre
hay cierta tendencia a mentir un poco. Por ejemplo, a los participantes se les
dijo que deben decir el primer número que ha salido. Algunos te dirán el
resultado más elevado entre las dos tiradas. Pero a pesar de que siempre hay
algún engaño aparente, la gente ha sido sorprendentemente honesta, teniendo en
cuenta que podían mentir con impunidad”, comenta el autor.
Según
expone Gächter, algunas personas se enfrentan a la siguiente disyuntiva: la
mentira es beneficiosa en términos materiales, pero es costosa en términos
psicológicos, ya que es más difícil mantener una imagen positiva de uno mismo
como persona honesta. Sin embargo, como pasa en el experimento, la gente engaña
un poco porque eso no pone en peligro su imagen de honestidad.
De
acuerdo con el estudio, algunos de los países que más destacan en su relación
de poca honestidad y violación de las reglas son Tanzania y Marruecos, mientras
que los que presentan una relación fuerte entre la honestidad de sus ciudadanos
y el cumplimiento de las normas son Alemania, Austria y Suecia.
Gächter
indica a Sinc que "España presenta un nivel bajo de violación de las
normas y sus ciudadanos son bastante honestos en comparación con otros países.
Es cierto que hay muchos casos de corrupción en España desde hace unos años.
Sin embargo, hemos utilizado los datos oficiales del Banco Mundial sobre la
corrupción, la evasión y el fraude político. No sé en qué medida los casos
actuales influirían en esa estadística. Lo estudiaremos”, añade el
investigador.
Otro
resultado adicional que arroja el trabajo es que las sociedades con mayor
seguridad material, medida por la eficacia de sus gobiernos, tienden a ser más
individualistas y, por tanto, menos corruptas.
“Los
resultados han revelado que la corrupción, el fraude, etc., no son solo
perjudiciales por razones económicas, sino que también podrían tener un efecto
negativo sobre la honestidad de cada persona”, resalta el investigador.
(Fuente: SINC)
Fuente: http://noticiasdelaciencia.com/not/18653/la-corrupcion-politica-crea-ciudadanos-menos-honrados/
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