jueves, 25 de abril de 2019

ALAN GARCÍA: ACTOR DRAMÁTICO Y/O PERSONAJE POLÍTICO




El escrito que sigue busca reflexión y valorar en su exacta dimensión del actuar de un peruano que tuvo responsabilidades de haber sido elegido dos veces presidentes de una república incompleta -sin institucionalidad, ni líderes-, donde sólo cabe los mandatos de los caudillos y sus disposiciones se hacen ley. 

Se dice en defensa de Alberto Fujimori que no se enteraba de lo que hacia Montesinos, con García Pérez antes de su fatal decisión, habría de ocurrir lo mismo, en que tampoco sabía de las andadas de sus amigos Luís Nava y Miguel Atala. 

Éste de no darse por enterados, coloca a los ex presidentes en ¿ingenuos? La respuesta es todo lo contrario, García y Fujimori sabían perfectamente y al detalle como actuaban sus colaboradores inmediatos, sean asesores, secretarios y ministros.

Los ex presidentes tanto Fujimori, como García para muchos lo distingue una inteligencia mayor, acompañada de rasgos de astucia y audacia, razones que muestran según cada caso sus actitudes de altivez y autoritarismo que los convierten en ser dueños de la situación y dominio de los temas; sin embargo, ambos siempre afirmaron hasta el cansancio que son inocentes de cualquier acusación, y cuando alguien los invita a opinar de sus allegados más próximos, cambian de tema.

Recordemos que en la última entrevista cuando a García Pérez se le preguntó sobre Luís Nava y su seudónimo el “Chalan”, García dijo que el Perú es cuna de los caballos de paso; es decir, ¿no tenía nada que comentar?, y menos sobre los cuatro millones y medio de dólares que Odebrecht le había transferido a su ex secretario general.

No podemos dejar de pensar que García Pérez no tenía una coartada, a lo más consideró que los peruanos son tan escasos como para no darse cuenta que él rehuía al no hablar en extenso de los billetes que Odebrecht le hizo llegar, al depositar el dinero en las cuentas del amigo de ambos: Miguel Atala.

Estamos seguros que Alan García no estaba dispuesto a explicar sobre los miles de dólares que contaba Luís Nava de manera ilícita. No conversar sobre el tema habría de ser un anuncio de lo que vendría después, a manera de respuesta en que antes de auto eliminarse, contestó a través del mensaje escrito: “La Razón de mi Acto”.

La disposición emitida de los fiscales y jueces que, ordenaban su prisión preliminar lo tendría sin cuidado, porque ya en su mente estaba organizada la idea, de cómo haría frente antes de ser detenido. 

En una palabra, preparaba su suicidio, por ello anotamos que la presencia del fiscal con la orden de detención no le sorprendería, en el último video se muestra que García Pérez se había preparado y tenía planeado su autoeliminación.

Esto se corrobora en su escrito: “La Razón de mi Acto”, cuando al tomar la decisión consideró que “por muchos años me sitúe sobre los insultos, me defendí y el homenaje de mis enemigos fue argumentar que Alan Garcia era suficientemente inteligente como para que ellos no pudieran probar sus calumnias”, partiendo de la idea central y que como tal será repetitiva de que “jamás encontraran nada y los derroté nuevamente porque nunca encontraron más que especulaciones y frustraciones”. 

Concluimos manifestando que Alan García Pérez tenía una especial forma de encarar sus problemas, por estar siempre listo a dar respuestas a todo aquel que aparecía,  según él lo habrían de contrariar e intentaban ponerlo en ridículo o que razonablemente le hacían notar sus errores y de cómo podía corregir su proceder. Esto último en García Pérez era un imposible, porque su súper ego fue no sólo demoledor, sino que era parte sustancial de su personalidad, por eso reaccionaba y actuaba de esa manera.

Con esos antecedentes García se sentía predestinado y que solamente él tenía una misión especial en la vida política del Perú, cualquier discordia para cumplir su “misión sagrada” lo hacia sentirse perseguido, espiado y que era investigado, recordemos lo que ocurrió con el equipo de resguardo policial cercano a su domicilio, de cómo armó un mayúsculo escándalo de creer que se grababan sus conversaciones al interior de su casa, violando su intimidad y más su papel que desempeñaba. Aparece como víctima y moviliza a dirigentes, abogados y seguidores partidarios. 

Comportamientos que nos conducen a lo que se ha dicho, el ser un recordado actor en los escenarios políticos, y que, a la vez conllevaba a ser espectacular. Esa espectacularidad se hacia más notoria por la dimensión de su estructura corporal.  

Ahora, su accionar y reaccionar no era de los peruanos comunes y corrientes, García Pérez exhibía sus dotes de inteligencia mayor, bajo rasgos que no me atrevo a calificar en su perfil psicológico. Lo que sí cabe decir es que mostraba una sobre dimensión en su actuar, porque hasta en su auto eliminación se tiñe de un conmovedor final, cuyo desenlace termina en el suicidio acompañado de su patético mensaje donde explica su fatal decisión.

Surco, 23 de Abril del 2019                                      Fernando Arce Meza 

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