El Frente Amplio, tuvo “la
cobardía cívica de no haber derogado por democracia directa la aberrante ley de
caducidad, es la propia justicia que por el artículo 4° podría investigar a
fondo tanto los crímenes de las fuerzas represivas, cuanto las complicidades y
apoyos de los civiles que están excluidos de ese engendro jurídico de defensa
de la barbarie (y reforzados cuando se trate de provecho económico como
explicita el inciso b del art. 2).”
08/04/2019
El sábado pasado leí con sorpresa el artículo de
Leonardo Haberkorn en el diario “El Observador” que alertó al Presidente
uruguayo Tabaré Vázquez, derivando en la destitución de la mitad de los
generales del país, el ministro y el viceministro de defensa, una medida que
merece el mayor de los respaldos. Trato de estar al día con toda la prensa pero
haber accedido se debió a cierta casualidad producto de los vertiginosos
cambios (nada convergentes) en respuesta a la crisis que está atravesando la
prensa del mundo entero. Hace muy poco me suscribí a los envíos de ese y otros
diarios que tienen idéntica política y me llegan los textos por mail. Como
resulta imposible leer la totalidad, abro los artículos en función del interés
que sus titulares, autores o temáticas me susciten.
Alarmado reenvié el link a uno de mis lectores
fieles y recurrentes con los que he ido forjando una amistad. Son estas
experiencias que a través de las redes y las formas de comunicación digital
permiten mitigar parcialmente la soledad en la que inevitablemente se
desarrolla la escritura. Este amigo que presta una particular atención a la
temática de los DDHH es de la ciudad de Paso de los Toros, así que además de
esa permanente preocupación suma actualmente la de la instalación de la segunda
megafábrica de pasta celulosa de la empresa UPM.
Su respuesta fue que en su muro había aún más
información. Particularmente un texto firmado por Néstor Curbelo en el que se
pregunta por quién puede haberle entregado al periodista Haberkorn (a quién
caracteriza como operador de la derecha) las actas del Tribunal de Honor Militar
que bien podría llamarse tribunal de horror. Descartando que se trate del
propio tribunal, tanto como del Ministerio de Defensa, su hipótesis es que el
propio criminal Gavazzo, quien confiesa ante el tribunal haber hecho
desaparecer al militante Roberto Gomensoro, resultó la fuente, fundamentalmente
para intentar generar divisiones al interior del Frente Amplio (FA) y
particularmente desmontar cualquier simpatía o relación que pudiera haber entre
las FFAA y el gobierno. O a lo sumo tensar más aún la rispidez.
De algún modo, el fallecimiento del anterior
Ministro de Defensa, el histórico dirigente tupamaro y rehén de la dictatura,
Eleuterio Fernández Huidobro (“el Ñato”) devolvió la tradicional política de
lucha por la memoria, la verdad y la justicia que fueron y siguen siendo ejes
irrenunciables del frenteamplismo. Sin haber sido amigo del Ñato aunque sí
compañero de militancia y colega en las contratapas del diario La República (él
los jueves y yo los domingos) intercambiamos mails y debates en los que
particularmente destacaba su visión -previa a la asunción como ministro- de una
modernización y mirada estratégica del problema de la defensa. Sin embargo, al
asumir abandonó estas agudas preocupaciones reflejadas con su sensible pluma
para proponerse la loable, aunque en mi opinión ingenua e inviable, tarea de
ganar políticamente a la oficialidad de las FFAA. Pero peor aún es que, a pesar
de sus buenas intenciones que no pongo en duda, lo hiciera al costo de
confrontar con los organismos de DDHH (y con el programa frentista) lanzando
toda clase de exabruptos y absurdas acusaciones. De algún modo, el artículo de
El Observador intenta reavivar en el FA, la polémica y divisionismo del período
de gestión del Ñato en Defensa.
Cierto es que el FA no ha mostrado aún capacidad
para elaborar una política de defensa eficaz, coherente y doblemente civilizada
(es decir basada prioritariamente en civiles y en la igualdad ante la ley de
toda ciudadanía) aunque es completamente coherente y defendible su postura en el
plano de los DDHH. Pero el resultado no es exclusivamente el FA, sino, además
de la cobardía cívica de no haber derogado por democracia directa la aberrante
ley de caducidad, es la propia justicia que por el artículo 4° podría
investigar a fondo tanto los crímenes de las fuerzas represivas, cuanto las
complicidades y apoyos de los civiles que están excluidos de ese engendro
jurídico de defensa de la barbarie (y reforzados cuando se trate de provecho
económico como explicita el inciso b del art. 2).
Pero hay otra pregunta subyacente cuya respuesta
(que no pretendo agotar aquí) podría guiar la elaboración de una futura
política de defensa: ¿por qué integrantes de una institución que por razones
generacionales no participaron en hechos aberrantes o simplemente delictivos,
se solidarizarían con verdaderos monstruos, apoyarían su impunidad y
contribuirían al ocultamiento de los peores crímenes? Porque también son
monstruos aunque no ejecutaron esas formas tan aberrantes de criminalidad.
Porque comparten la metodología, fueron formados para ello, como son formados
aún hoy, a pesar de los cosméticos cambios del programa de estudios que el Ñato
impulsó. Como sostuve recientemente en este medio ante la destitución del
anterior comandante en jefe del Ejército, Manini Ríos, ¿cuál es la razón para
que los adolescentes que quieran dedicarse a la defensa estudien matemáticas,
lengua, historia, geografía, etc., separados del resto de los liceales? Y otro
tanto con la universidad. ¿Qué mejor institución que esa para preparar el
dictado de materias técnicas específicas si fueran necesarias?
Reitero que hizo muy bien el presidente Vázquez en
descabezar a buena parte de la cúpula del ejército y probablemente tenga que
profundizar cuando el nuevo ministro Bayardi lo ponga al tanto de la real
situación. Pero también revisar las responsabilidades políticas de quienes no
le advirtieron la gravedad de las confesiones y la demora en enviar el caso a
la justicia.
Emilio Cafassi
Profesor titular e investigador
Universidad de Buenos Aires
Publicado en Caras y Caretas (Uruguay), 8/4/2019
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