lunes, 29 de abril de 2019

LAS ARTIMAÑAS DE UN POLITICASTRO





Grimaldo Antonio Rengifo Balarezo
Lima, 18/11/2009


         El mismo politicastro que dirige nuestra nación que fue permisivo con los inversionistas chilenos en sectores estratégicos de la economía nacional, ahora se proclama defensor de la seguridad nacional con frases altisonantes y desatinadas por el espionaje de un simple suboficial de la Fuerza Aérea Peruana.

         Si el presidente fuera inocente, se diría, en el mejor de los casos, que cuela el mosquito y se traga el camello como reza la parábola evangélica. Pero sabemos que no es así.  Está presionado por los conflictos sociales internos y por los repudiables casos de corrupción en las altas esferas del gobierno.  En esta coyuntura resulta sintomático el destape del espionaje.

         Por lo demás, toda fuerza armada de cualquier país tiene un servicio de inteligencia interno y externo.  Tal es así que el país que tiene como presidente a un premio Nobel de la paz; mantiene a la Central de Inteligencia Americana (CIA) con espías por todo el orbe para salvaguardar a las empresas trasnacionales y desactivar los movimientos de liberación nacional. (Al respecto ver el libro de reciente aparición La Historia de la CIA de Tim Weiner).

         Como buen politicastro pretende en estos momentos mover fácilmente los sentimientos chauvinistas para cerrar filas en torno a su persona y lograr el respaldo de las fuerzas armadas mediante un aumento del presupuesto destinados al pliego de Defensa. Cuando lo que más necesita nuestras fuerzas armadas son honradez para superar el oprobio de la época del presidente Alberto Fujimori y su secuela actual.  Porque militar que roba al erario nacional es un traidor a la patria, no es cualquier tipo de ladronzuelo.  Por algo la fuerza armada es una de las instituciones tutelares de la patria y la columna vertebral del Estado; su función no es reprimir las protestas sociales y, mucho menos, violar los derechos humanos.

         Es hora de recordar la conducta de la justicia chilena que permitió la extradición del Ing. Alberto Fujimori y su condena en los tribunales peruanos.

         El asunto del espionaje debe arreglarse con mesura sin la pirotecnia verbal de la que hace alarde el politicastro que nos gobierna.  El politicastro está reiterando los señuelos que lanza cada cierto tiempo para desviar las protestas populares y confundir a la opinión nacional.


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